Cardenal Levada

Respuesta A La Carta Abierta de Monseñor Nicola Bux

Respuesta A La Carta Abierta de Monseñor Nicola Bux on marzo 24, 2012

Londres, 22 de Marzo de 2012.

Monseñor,

En una carta abierta del 19 de marzo dirigida a Monseñor Fellay y a todos los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X, usted nos ruega aceptar el sincero y afectuoso ofrecimiento de reconciliación que el Papa Benedicto XVI presenta a la Fraternidad San Pío X para superar la fractura de larga data existente entre Roma y esta Fraternidad. Permítame en mi carácter de uno de los sacerdotes a quienes usted se ha dirigido, de tomar la responsabilidad en nombre propio, de darle mi opinión tal como hubiera podido ser la respuesta de este “gran hombre de Iglesia,” el Arzobispo Lefebvre.

Vuestra carta empieza por un llamado a “sacrificarlo todo en nombre de la unidad.” Pero no puede existir verdadera unidad Católica si no está fundada sobre la verdadera Fe Católica. El gran Arzobispo lo sacrificó todo para la unidad en la verdadera doctrina de la Fe. ¡Ay! Las Discusiones Doctrinales de 2009–2011 probaron que la fractura doctrinal entre la Roma del Vaticano II y la Fraternidad San Pío X es tan profunda como siempre.

Esta fractura fue designada por Usted el 19 de marzo como “perplejidades remanentes, puntos a ser profundizados o detallados,” pero, sin embargo, el 16 de marzo el Cardenal Levada había sido categórico al declarar que la posición asumida por Monseñor Fellay el 12 de enero es “insuficiente para superar los problemas doctrinales.” Monseñor Fellay ha comentado una vez cuánto divergen entre sí los hombres de Iglesia de Roma, pero sea lo que fuere su unidad, de todas formas la Fe sacrificada en pro de tal unidad es una unidad sin Fe.

Por supuesto, como Usted nos lo recuerda, la Iglesia es una institución divina y a la vez humana. Por supuesto, el elemento divino no puede fallar y, tampoco, por supuesto, la Iglesia. Finalmente no puede fallar y el sol saldrá de nuevo. Pero perdónenos estar en desacuerdo con usted cuando dice que el alba está al alcance de la mano, porque esta verdadera Fe que la Fraternidad San Pío X defendió en las Discusiones, no brilla en la Roma del Vaticano II, donde, por ende, la Fraternidad no puede estar segura. Tampoco ella podría hacer brillar la luz si ella misma adoptare las tinieblas conciliares.

No se pone en duda el sincero deseo del Papa de dar la bienvenida al retorno de la Fraternidad San Pío X a una “plena comunión eclesial,” como lo han mostrado varios gestos suyosde real buena voluntad. Pero “una profesión de Fe común” entre la Fraternidad y aquellos que creen en el Concilio Vaticano II no es posible, a menos que la Fraternidad San Pío X llegue a traicionar esta Fe que ella representó en las Discusiones. Y cuando la Fraternidad San Pío X clama “¡Dios no permita!” tal traición, lejos de que su voz sea silenciada, ella es escuchada en el mundo entero y lleva para la Iglesia Católica buenos frutos que hoy en día son la excepción más que la regla.

Ciertamente “es el momento adecuado,” ciertamente “la hora favorable ha llegado” para solucionar la agonía y los problemas de la Iglesia y del mundo. Sin embargo, la solución es la que Nuestra Madre del Cielo ha pedido por largo tiempo y que depende únicamente del Santo Padre. ¡De hecho, puesto que Nuestro Señor ha dejado en manos de Su Madre la solución, Ella dijo que ninguna otra solución funcionará, de tal manera que Nuestro Señor no podría permitir que cualquier otra solución funcionare, ¡sin convertir a Su Madre en una mentirosa! ¡Inconcebible!

La solución ha sido conocida desde hace mucho tiempo, pues ¿como hubiera sido posible que el Cielo haya abandonado el mundo a tal zozobra como la de los últimos 100 años sin ofrecer un remedio tal como ofreció el profeta Eliseo para sanar la lepra del General Sirio Naaman? Desde un punto de vista humano, bañarse en el Río Jordán parecía ridículo, pero nadie podía decir que no era posible. Solamente requería algo de fe y de humildad. El General pagano reunió a la vez bastante fe y confianza en el hombre de Dios para hacer lo que el Cielo había pedido y, por supuesto, fue sanado instantáneamente.

¡Pueda solamente el Santo Padre reunir a la vez suficiente fe y confianza en la promesa de la Madre Celestial! ¡Que él solamente aproveche este “buen momento” antes de que toda la economía global se colapse en ruinas y antes de que unos locos logren lanzar la Tercera Guerra Mundial en Medio Oriente! Que él, le suplicamos, le imploramos, salve la Iglesia y el mundo haciendo simplemente lo que la Madre Celestial ha pedido. No es algo imposible. Ella vencería todos los obstáculos puestos en su camino. Haciendo lo que Ella pide, él y sólo él puede ahora salvarnos de sufrimientos inimaginables – e innecesarios.

Y si él deseara el apoyo – sea en oración o en acción – con el cual la humilde Fraternidad San Pío X podría ayudarle a consagrar Rusia al Corazón Inmaculado de María en unión con todos los obispos del mundo que la Reina del Cielo reclutaría, él sabe que él puede contar en primer lugar con el apoyo de Monseñor Fellay y de los tres otros obispos de la Fraternidad San Pío X, de los cuales el menor entre ellos es

Vuestro humilde servidor en Cristo, +Richard Williamson

Regalos Griegos – I

Regalos Griegos – I on agosto 20, 2011

El 14 de Septiembre, en unas cuantas semanas, se dice que se llevará a cabo en Roma una junta del Cardenal Levada y oficiales Romanos con el Superior General de la Sociedad de San Pío X y sus dos Asistentes. Los Católicos que aprecian lo que Mons. Lefebvre y su Sociedad han recibido como encomienda durante los últimos 40 años en defensa de la Fe necesitan estar prevenidos, porque esa Fe está hoy más que nunca en peligro, y “Hombre prevenido vale por dos,” especialmente a través de la oración.

Fue el Cardenal Levada, Perfecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, quien fue encomendado hace dos años de supervisar las Discusiones doctrinales que se llevaron a cabo desde el otoño del 2009 hasta Abril de este año, entre Roma y la FSSPX. Fue Roma quien invitó a la FSSPX a asistir a esta reunión. Parece razonable anticipar que el 14 de Septiembre los Romanos pondrán sobre la mesa la decisión a la cual llegaron a partir de las Discusiones acerca del futuro de la FSSPX

Ahora bien, por todos los medios las Discusiones hicieron evidente que no existe posibilidad alguna para un acuerdo doctrinal entre la FSSPX que se aferra a la doctrina de la Iglesia de siempre, y la Roma actual que se ubica en las enseñanzas de la Nueva Iglesia y que está perseverando en esta desorientación, como es claro a partir de la Nueva Beatificación de Juan Pablo II en el mes de Mayo, y también de Asís III que está por ocurrir en Octubre. Así es que la situación que se desprende de las Discusiones no es otra que la situación en que se iniciaron: por un lado, para la gloria de Dios y la salvación de las almas, la FSSPX lucha por ayudar a Roma a que vuelva a la verdadera Fe Católica, mientras que para la gloria del hombre moderno y para la satisfacción de sus medios de comunicación innobles (como en Enero y Febrero del 2009), la Roma Conciliar está haciendo todo lo que está bajo su poder para inducir a la FSSPX a que se deje disolver en el ecumenismo podrido de la Nueva Fe.

Por lo tanto ¿qué podemos imaginar que Roma impondrá el 14 de Septiembre? Palo, o zanahoria, o – lo que es más probable – ambos, medidos según la estimación Romana del pensamiento actual dentro de la FSSPX. El palo podría ser la amenaza de una total “excomunión” para la FSSPX, esta vez definitiva. Pero ¿quién que tenga la Fe Católica podría temerle a esta amenaza? Cuando el Arzobispo Lefebvre fue amenazado por primera vez de ser “excomulgado” de la Nueva Iglesia, recordemos su respuesta: “¿Cómo puedo ser excluido de una ‘iglesia’ a la que nunca he pertenecido?”

Por el otro lado la zanahoria más ingeniosa de Roma podría ser la oferta aparentemente irresistible de una “comunión total con Roma” bajo los términos de la misma FSSPX. Solo que podría existir una cláusula en letras pequeñas que estipularía que los futuros Superiores y Obispos de la FSSPX podrían ser elegidos por un comité conjunto de Roma y de la FSSPX, con la simple mayoría de sus miembros siendo . . . Romanos. Después de todo, ¿querría la FSSPX subordinarse a Roma, o no? “¡Decídanse!” será su demanda razonable, como habría sido el reclamo del Cardenal Ratzinger en el 2001.

Los que ven claro recordarán el dicho del sabio – pero despreciado – Troyano quien no quería que el Caballo de los Griegos entrara a Troya. «Timeo Danaos et dona ferentes» /« Sea lo que sea, temo a los Dánaos (Griegos) incluso si traen regalos.” Pero ingresaron el Caballo de Troya. Todos sabemos lo que le sucedió a Troya.

Kyrie eleison.