Judíos

Moisés lo Explica

Moisés lo Explica on agosto 30, 2014

Si algún Católico busca una explicación profunda de la locura en marcha en Gaza, debería leer a Moisés en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, si los israelitas no mantienen los mandamientos de Dios, serán heridos con “locura, con ceguera y con turbación de espíritu” (Deut.XXVIII,28) entre otras muchas maldiciones. Como dijo el Padre Meinvielle, los judíos son una raza teológica y no pueden escapar de su destino teológico – están ligados a Dios como ningún otro pueblo en la tierra.

En Deuteronomio, Moisés está dando a los israelitas sus últimas solemnes instrucciones antes que entren en la Tierra Prometida y antes que él muera. En el Capítulo 28 (paralelado por Lev.XXVI), Moisés deja bien en claro el espíritu de Jehová (o Yahvé), el Dios del Antiguo Testamento, idéntico al Dios del Nuevo Testamento: los judíos serán especialmente bendecidos (v. 1–14) si ellos obedecen al único verdadero Dios; serán especialmente maldecidos (v. 15–68) si ellos Le desobedecen. De una u otra manera, son una raza especial a la cual se le está otorgando un conocimiento especial del único verdadero Dios para una misión especial que deben cumplir para El, con una recompensa o castigo especiales de El, dependiendo en como cumplan esa misión.

¡No es de extrañar que los judíos piensen que ellos son especiales! Entre las bendiciones listadas aquí por Moisés, Dios los “ensalzará sobre todos los pueblos” (v.1), los “constituirá por pueblo santo suyo” (v.9), para ser “la cabeza y no la cola” (v.13). Pero es de notar que en cada uno de esos tres versículos, Moisés hace que la superioridad de los israelitas dependa de su obediencia a Dios: si ellos “escuchan atentamente la voz de Dios practicando todos sus mandamientos” (v.1), si “guardan los mandamientos y andan por los caminos de El” (v.9), si “escuchan los mandamientos y los guardan y ponen en práctica” (v.13).

Por otro lado, si los israelitas tratan de ser esa nación superior en sus propios términos, desobedeciendo a Dios (v.15), entonces una multitud de maldiciones se les vendrán encima (v.16–68), y serán escarnecidos, odiados y pisoteados por todas las otras naciones: ellos serán “dispersados a través de todos los reinos de la tierra” (v.25), serán heridos con “locura, con ceguera y con turbación de espíritu” (v.28 – ¡piensen en Gaza!), el extranjero que habita en medio de ellos “se elevará cada vez más sobre ellos”, él será la cabeza y ellos la cola (v.43–44), el enemigo de ellos pondrá un “yugo de hierro” en sus cuellos (v.48), el Señor Dios los angustiará con todo tipo de sufrimientos (v.59–61) y ellos serán “arrancados de la tierra adonde vayan para poseerla” (v.63). Y todo esto ellos sufrirán por no haber mantenido y cumplido con las palabras de la ley de Dios (v.58).

¡Ay! ¿Es que todas estas bendiciones y maldiciones anunciadas por el gran Moisés valieron para hacer que los israelitas reconozcan y sirvan a su Mesías y Dios Encarnado cuando El vino, como también lo profetizó Moisés que haría (Deut.XVIII,15–18)? No, lo crucificaron en cambio, lo cual por cerca de 2000 años ahora, hizo bajar sobre sus cabezas todas las maldiciones de Moisés. Ellos se transformaron a sí mismos en la más despreciada y pisoteada nación sobre la tierra, y perdieron su derecho a la Tierra Prometida, habiendo sido expulsados y dispersados por todos otros lugares a partir de la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C.

Ni tampoco su recuperada posesión de la Tierra Santa significa que la maldición está siendo levantada porque ellos lo están haciendo en sus propios términos y no en los de Dios, así que la re-posesión ella misma se transforma en parte de la maldición. Como dijo Platón ( Georgias ), es mejor sufrir que cometer una injusticia, y por consiguiente, según la realidad espiritual, los israelíes son más de tenerle lástima que los palestinos. Paciencia. Nosotros “todos hemos pecado y precisamos la gloria de Dios” (Rom.III,22–23).

Kyrie eleison.

¿Israelitas, Israelies?

¿Israelitas, Israelies? on agosto 9, 2014

Aceptemos entonces (CE 368) que las órdenes de Dios Todopoderoso de exterminar ciertos pueblos en el Antiguo Testamento (por ejemplo I Sam.XV) han sido un acto de justicia y de misericordia para los paganos mismos y un acto también destinado a ayudar a los israelitas en la preparación de la cuna para el Dios Encarnado, Nuestro Señor Jesucristo, para cuando El viniera varios siglos más tarde. Esta cuna, los israelitas sí la han efectivamente provisto, particularmente con la Santísima Virgen María para con la cual toda la raza humana tiene una deuda sin límites de gratitud. Si alguno de nosotros llega al Cielo, será solamente por su intercesión.

Entonces, ¿qué conexión puede existir entre esos judíos a través de los cuales viene la salvación (Jn.IV,22) y el conjunto de los judíos de hoy que están masacrando a Palestina o que apoyan moralmente o financieramente la masacre? La mayoría de los judíos de hoy, siendo judíos askenazis, bien pueden no ser descendientes por la sangre de Abraham, pero sea como sea, ellos han seguramente absorbido a través del Talmud, el libro sagrado del Judaísmo post-cristiano, lo que Nuestro Señor llamó “la levadura de los fariseos y de los saduceos” (Mt.XVI,11), para significar el espíritu de sus acérrimos enemigos que lo crucificaron y que han combatido su Iglesia desde entonces. ¿Y como este Pueblo Elegido ha podido alistarse consistentemente entre sus peores enemigos? (Si la sola pregunta parece “antisemita”, uno debe recordar que la verdad es buena mientras que el “antisemitismo” es malo, de tal manera que nada verdadero puede ser “antisemita” y nada “antisemita” puede ser verdadero. Lo que sigue es la verdad, y no tiene de ninguna manera algo que ver con el así llamado “antisemitismo”).

En primer lugar si el Pueblo Elegido se volvió contra su Dios, el problema puede parecer cronológico, pero en el fondo no lo es. A lo largo del Antiguo Testamento hubo israelitas que se volvieron en contra de Dios, por ejemplo los adoradores del becerro de oro o los judíos exilados en Babilonia. Dios tuvo que castigar a menudo a su propio pueblo “de dura cerviz” y rebelde. Del mismo modo desde el principio del Nuevo Testamento hasta nuestros propios días hubo siempre convertidos judíos célebres, como San Pablo que era tan judío como se puede serlo (cf.Rom.IX,1–5; II Cor.XI,21–22; Fil.III,4–6). La diferencia entre israelitas e israelíes es la misma diferencia que hubo siempre entre los de cualquier raza que aman a Dios y los que se rebelan contra El. La verdadera línea judeo-cristiana se extiende desde Abel pasando, por ejemplo, por Abraham, Moisés, David y la Madre de Dios hasta la Iglesia católica. La falsa línea judeo-cristiana pero verdadera linea judeo-masónica se extiende desde el maldito Caín pasando, por ejemplo, por los que mataban a los profetas de Dios hasta Anás y Caifás y la masonería moderna que fue creada por judíos y que está todavía controlada por ellos con el propósito de luchar contra la Iglesia católica, aún cuando muchos masones desconozcan este hecho.

Muy bien, pero ¿no es el contraste entre israelitas e israelíes particularmente agudo? Sí, porque como dice el viejo refrán, “Cuanto más alto se está, más dura es la caída”. Una vez que el Pueblo Elegido se hubo rehusado a ser el servidor particular de Dios, como lo hicieron ampliamente desde la Encarnación en adelante, ellos estaban destinados a volverse los servidores particulares del Diablo. Para ellos no podía haber nada intermedio. Y, ¿qué había detrás de este rechazo? En una sola palabra: soberbia. En lugar de utilizar los dones especiales que Dios les proporcionó para Su gloria, ellos los desviaron para servir a su propia gloria. Antes que viniera su Mesías, se pusieron a concebirlo de una manera errónea como su salvador material en lugar de espiritual, de tal manera que cuando El vino, ellos rehusaron reconocerlo, y desde entonces lo combaten por haber reemplazado su religión mosaica racialmente exclusiva por la religión Católica racialmente inclusiva, abierta a todas las razas.

Y, ¿qué pueden hacer los Católicos para resistir a la dominación material de los antiguamente Elegidos arrolladora todo alrededor nuestro? Materialmente, casi nada, pero una sola alma rezando espiritualmente y sinceramente para que venga el Reino de Dios y para que se haga Su voluntad, puede hacer que Dios desplace montañas materiales, un juego de niños para Dios. El solamente permite esta dominación judía para traernos de vuelta a El.

Kyrie eleison.

¿Dios Vengador?

¿Dios Vengador? on agosto 2, 2014

La última horrible arremetida desatada contra los prácticamente indefensos palestinos en Gaza puede plantear en las mentes de muchas personas un obstáculo al verdadero culto de adoración al verdadero Dios, porque es bien conocido que muchos de los israelitas de hoy en día alegan que tienen del Antiguo Testamento un derecho otorgado por Dios para tomar toda la tierra ocupada por los palestinos, a la fuerza de ser necesario. Una persona razonable puede hacer dos preguntas: ¿Qué clase de un Dios puede aún remotamente ser mobilizado para ‘justificar’ tan bárbara crueldad, junto con tan total desprecio por cualquier opinión del mundo condenando tal barbaridad? Y, ¿Qué clase de ‘Pueblo Elegido’ son éstos? La respuesta a ambas preguntas gira alrededor de Nuestro Señor Jesucristo alrededor de quien, por supuesto, gira toda la historia de la humanidad.

El Antiguo Testamento narra la historia de la humanidad antes de Cristo, especialmente la historia de los israelitas, el pueblo que Dios escogió de entre el resto de la raza humana para actuar como la cuna del Dios Encarnado, Jesucristo, cuando bajara del Cielo. Alrededor de unos mil años luego de Adán, la humanidad había crecido tanto en corrupción que Dios tuvo que hacerla desaparecer y comenzar de nuevo con las ocho almas salvadas en el Arca de Noé. Alrededor de otros mil años más tarde, la humanidad es de vuelta tan corrupta que Dios tiene que arrancar a Abraham de la degenerada ciudad de Ur para ser el fundador de una raza que debe permanecer limpia de toda la contaminación humana circundante, con el objeto de que sea suficientemente limpia como para actuar como esa cuna. Aquí está el origen de esa exclusividad racial observable en los judíos desde entonces. Ella comenzó con Dios, pero ha caído en las manos de los hombres.

Entonces los judíos fueron ciertamente una vez, por causa de Jesucristo, el Pueblo Elegido. Así Santo Tomás de Aquino tiene un tremendo artículo en su Summa Theologiae donde demuestra como cada detalle en particular en el equipo del Templo exclusivo de los Israelitas en Jerusalén señalaba hacia adelante, a Jesucristo (Ia IIae, 102, 4). Sin embargo, para limpiar la Tierra Prometida para que los Israelitas tomaran posesión de ella, no hay duda que Dios Todopoderoso les dio más de una vez el comando de exterminar totalmente a los paganos que ocupaban la tierra, y El castigó al Rey Saúl severamente por no observar este comando al pie de la letra (I Rey. XV). ¿Qué podía justificar tal comando?

Es lo mismo que explica como Dios vino a exterminar toda la humanidad (excepto ocho almas) en el tiempo de Noé. En primer lugar, los pecados de los hombres. Dios crea a los hombres para el Cielo, ellos eligen el pecado que merece el Infierno. Pues ciertamente el pecado ofende a Dios primero de todo. Entonces el sentido de Dios y el sentido del pecado se pierden juntos, como todo alrededor nuestro hoy en día. Una generación atea como la nuestra no tiene manera alguna de comprender la justicia de Dios. En segundo lugar, la misericordia de Dios que va mano a mano con Su justicia y que es hoy en día igualmente incomprendida. Pero, dada la realidad del Infierno, ¿no es una misericordia de Dios si El pone fin a la existencia de los hombres de manera que ellos puedan arrepentirse antes que mueran o, al menos, parar de pecar para que no merezcan ir más abajo en el Infierno?

Así es como habrá sido con los enemigos paganos de los israelitas entre Abraham y Jesucristo. Leer el Antiguo Testamento es ver cuan a menudo los israelitas estaban tentados de abandonar al verdadero Dios y de rendir culto a los diablos por los paganos todo alrededor de ellos. Como el Santo Cura de Ars dijo una vez, ‘Acaben con el sacerdote, y en 25 años los hombres estarán rindiendo culto a las bestias’. Es para crédito eterno de los israelitas que ellos ciertamente tuvieron buen éxito en proveer la cuna para el Mesías, por ejemplo San Joaquín y Santa Ana, especialmente su niña, la Santísima Virgen María, los 12 Apóstoles y todos los otros buenos israelitas que ayudaron a lanzar la Iglesia Católica de su Mesías. Para los israelitas de hoy en día, vean la próxima semana.

Kyrie eleison.

Teorias de la Conspiracion

Teorias de la Conspiracion on noviembre 5, 2011

Después del reciente “Comentario Eleison” sobre el deicidio (EC 222), algunos lectores podrían esperar que el “Comentario Eleison” haga a menudo mención del papel que juegan los Judíos en los asuntos del mundo, pero corren el riesgo de desilusionarse. En 225 números que ya fueron publicados, no creo que los Judíos hayan sido mencionados como tales en mucho mas de media docena de números. Porque cualquiera que sea el problema que ellos pueden o no pueden representar, ciertamente no son el problema primario. El problema primario es el ateísmo del hombre moderno, eso es la preocupación central de “Comentario Eleison” y es, espero, lo que la mayoría de los lectores encuentran.

En lo que se refiere a las teorías de las conspiraciones como la de los Judíos conspirando para dominar el mundo, hay dos exageraciones entre las cuales es sabio pero no siempre fácil conservar el equilibrio justo. La mayoría de la gente sigue a los medios de comunicación sosteniendo que todas las teorías conspiracionistas son tonterías y que los únicos que creen en ellas son los “chiflados de la conspiración.” Por otra parte una pequeña minoría de gente, pero con convicciones fuertes, sostienen que todos los eventos del mundo deben ser explicados por una u otra conspiración, especialmente una conspiración Judía. La verdad esencial fue dicha de la mejor manera por un famoso escritor de la Iglesia hace 1800 años.

Tertuliano (160–220) dijo que la Fe Católica y el poder Judío son como los dos platillos de una balanza: en la medida que la Fe Católica sube, en la misma medida el poder Judío baja, y tanto como la Fe Católica baja, tanto el poder Judío sube. Pero la Fe está sobre el poder. Es por eso que el problema primario no son los Judíos, sino el aumento o la disminución de la Fe entre los hombres. Es por eso también que hay conspiraciones: juegan un papel importante y no deben ser simplemente despreciadas, pero el problema central son los hombres que se alejan del verdadero Dios en su única verdadera Iglesia. En breve – y este es el punto central – los Gentiles tienen solamente a si mismos para culparse si el poder Judío es hoy tan aplastante.

Por consiguiente los que empiecen a ver lo que Disraeli y Woodrow Wilson claramente insinuaron pero apenas pudieron decir abiertamente, a saber que existe un poder oscuro detrás del escenario que dirije los eventos del mundo, que ellos no pierdan su justa apreciación de la situación maldiciendo a los Illuminati, o a los Judíos, o a los Masones o a quienquiera que sea, pero que aprecien la sabiduría de las palabras de San Pío X: “Que todo hombre haga su deber, y todo irá bien.” Es porque nuestro primer deber es para con Dios, como el primer mandamiento lo indica, que si todos cumplimos con nuestro deber y hemos hecho nuestro retorno a Dios, será para El un sencillo juego de niños deshacer este actual poder de sus múltiples enemigos que El solo les dejó tener, al no intervenir desde el inicio para impedirlo.

Asi, antes que Nuestra Señora apareciera en Fátima en 1917, los enemigos de la Iglesia habían tomado el gobierno de Portugal completamente bajo su control, pero cuando prácticamente todo el pueblo Portugués rezó e hizo penitencia como Nuestra Señora lo había pedido, entonces Ella simplemente disolvió el poder de estos enemigos por una revolución incruenta. Portugal se volvió, en el ateo siglo XX con el Comunismo triunfando en todas partes, la vitrina de un Estado Católico.

Los enemigos mas inteligentes de Dios saben muy bien que le están sirviendo como un látigo para flagelar las espaldas de su pueblo descreído. Si sólo los amigos de Dios entendieran de que manera están flagelados por sus enemigos para ayudar a todas las almas a volverse hacia El y asi llegar al Cielo, entonces las teorías conspiracionistas se pondrían todas en su lugar: ni mas, ni menos importantes de lo que en realidad son.

Kyrie eleison.

Orgullo Ancestral

Orgullo Ancestral on octubre 15, 2011

En el segundo volumen acerca de la vida de Jesús publicado hace varios meses, el Papa Benedicto XVI hizo comentarios que les permitió a los periodistas saltar a la conclusión de que los Judíos ya no deben de señalárseles como responsables de deicidio, esto es el asesinato de Dios. Peor aún, el 17 de Mayo el director ejecutivo del Secretariado de la Comisión Episcopal de Relaciones Ecuménicas e Inter-religiosas de los EUA dijo que uno no puede acusar a la gente Judía de deicidio en ningún momento de la historia sin dejar de estar en comunión con la Iglesia Católica. En oposición a lo que mucha gente hoy en día quiere pensar, es tiempo de recordar aunque sea brevemente, lo que la verdadera Iglesia siempre solía enseñar acerca de la asesinato judicial de Jesús.

En primer lugar, el asesinato de Jesús fue verdaderamente “deicidio,” el asesinato de Dios, porque Jesús era una de las tres Personas divinas que en adición a su naturaleza divina había tomado una naturaleza humana. ¿Qué se murió en la Cruz? Únicamente la naturaleza humana. Pero ¿a quién se le asesinó en la Cruz en su naturaleza humana? Ni más ni menos que a la segunda divina Persona, esto es, a Dios.

En segundo lugar, Jesús murió en la Cruz para salvarnos a todos nosotros, seres humanos pecadores, de nuestros pecados, y en este sentido todos los hombres fueron y siguen siendo el fin de su muerte. Pero únicamente los Judíos (líderes y pueblo) fueron los agentes primarios del deicidio, porque es obvio de los Evangelios que el Gentil más involucrado, Poncio Pilato, nunca hubiera condenado a Jesús a muerte si los líderes Judíos no hubieran levantado entre la gente el clamor para su crucifixión (Mateo XXVII, 20). Ciertamente los líderes doctos eran más culpables que el pueblo ignorante, dice Sto. Tomás de Aquino (Suma III, 47, 5), pero todos en unísono aclamaron para que su sangre cayera sobre de ellos y sobre de sus hijos (Mateo XXVII, 25).

En tercer lugar, al menos el Papa León XIII consideró que había una verdadera solidaridad entre los Judíos que clamaban en ese entonces para que Jesús fuese asesinado, y la colectividad de los Judíos de los tiempos modernos. ¿Acaso no en su Acto de Consagración del Genere Humano al Sagrado Corazón de Jesús hizó a la totalidad de la Iglesia, desde finales del siglo 19 y en adelante, rezar a Dios para que tornara sus “ojos de misericordia hacia los hijos de esa raza, alguna vez el pueblo elegido de Dios: desde tiempos remotos clamaron sobre de ellos la Sangre del Salvador; descienda ahora sobre ellos un bautismo (como un lavado) de redención y de vida”?

Pero León XVIII de ninguna manera está solo al observar dicha continuidad entre los Judíos a través de los siglos. ¿Acaso no reclaman ellos mismos hoy en día la tierra de Palestina basados en que es suya por el derecho otorgado por Dios en el Antiguo Testamento? ¿Ha habido en la faz de la tierra alguna raza-pueblo-nación tan orgullosamente auto-identificante a través de todos los tiempos? Originalmente elevados por Dios para acunar al Mesías, Dios mío, cuando él vino se rehusaron colectivamente a reconocerlo. Colectivamente también, con lo que se puede entender que siempre existen nobles excepciones, han permanecido fieles a ese rechazo, por lo que cambiaron su religión de la de Abraham y Moisés y del Viejo Testamento a aquella de Anás, Caifás y del Talmud. Trágicamente, su mismo entrenamiento divino para el Mesías los lleva a rechazar a aquel que les parece un falso mesías. Hasta que se conviertan al final del mundo, como la Iglesia siempre lo ha enseñado (cf. Rom. XI, 26–27), parecen estar obligados a elegir seguir actuando, colectivamente, como enemigos del verdadero Mesías.

¿Como es posible que Bendito XVI pierda verdades tan antiguas?

Kyrie eleison.

¿Leer a los Paganos?

¿Leer a los Paganos? on junio 4, 2011

Algunas cejas Católicas pueden haberse levantado hace un tiempo cuando los “Comentarios Eleison” (EC 188) recomendaron la lectura de los Griegos paganos para entender el marco moral del universo. ¿Por qué no mejor leer autores Católicos? Más las mismas grandes realidades de la vida, el sufrimiento y la muerte fueron enfrentadas por los trágicos Griegos como lo fueron por los Doctores Católicos:— ¿por qué nacimos en esta tierra, aparentemente sólo para sufrir y morir, y por la muerte debemos separarnos de todo lo que hemos aprendido a amar? La pregunta es básica y puede ser desesperante.

La respuesta Católica es clara y completa, un infinitamente buen Dios nos da a cada uno de nosotros la vida, el libre albedrío y tiempo suficiente, si utilizamos correctamente el sufrimiento en la dosis exacta enviada por la Providencia (Mateo X, 29–31) para elegir si preferimos pasar nuestra eternidad sin Él en el infierno en lugar de pasarla con Él en el Cielo. La respuesta Griega está incompleta, pero no completamente fuera del blanco. En lugar de Dios Padre, ellos tienen a un Padre-dios, Zeus, y en lugar de la Providencia ellos tienen el Destino (Moira).

Ahora en tanto que para los Católicos la Providencia es inseparable de Dios, los Griego separan a Zeus de Destino para que puedan a veces entrar en conflicto. Esa es la consecuencia de que los Griegos tengan un concepto demasiado humano de sus dioses. Sin embargo si conciben a Zeus como el dirigente más o menos benigno del universo y al Destino, como la Providencia inmersa en el Dios verdadero (Summa Ia, 23,8; 116, 3), inmutable, así que no están del todo equivocados. Además ellos tienen más respeto por sus dioses míticos y por el orden moral guardado por ellos, que una multitud de escritores modernos que no tienen respecto por ningún dios y que se disponen a negar cualquier rastro del orden moral.

Pero los Griegos tienen una ventaja aún por encima de los escritores Católicos. Cuando presentan grandes verdades, estas se deducen de la vida misma y no solamente – por decirlo así – del Catecismo. De manera similar sucede para cualquier testigo no-Católico con las verdades que enseña la Iglesia. Así como los Judíos Talmúdicos de hoy, precisamente porque rechazan a Jesucristo, le otorgan un testimonio especial custodiando celosamente en sus sinagogas el texto Hebreo de aquel Viejo Testamento que habla de Nuestro señor desde el principio hasta el final, así los antiguos griegos dan un testimonio especial a Dios y su Providencia cuando, independientemente del Catecismo, demuestran el orden moral del mundo en acción. De esta manera prueban que dichas verdades naturales son accesibles no solamente para los creyentes, sino que pertenecen a la misma tela de la vida como se vive por todo el mundo, si únicamente se comprende sanamente.

Otra ventaja de los clásicos antiguos en particular es que, habiendo precedido a Cristo, no puede haber en ellos una traza de esa apostasía que marca, a mayor o menor medida, aún a los escritores piadosos que florecen de la Cristiandad después de la Edad Media. Las verdades naturales se presentan por los antiguos con cierta inocencia y originalidad que ya no puede ser recuperada. Las aguas están demasiado enlodadas.

De hecho fueron los monasterios de la Iglesia los que aseguraron la supervivencia de los manuscritos de los clásicos antiguos en tiempos medievales. Considere a la verdadera Iglesia Católica como responsable de salvarlos una vez más en los tiempos modernos de los nuevos bárbaros ¡liberales! La llamada “escuela” de los liberales, dondequiera que reine, está actualmente convirtiendo todos los clásicos a cenizas.

Kyrie eleison.