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Realismo del Arzobispo – I

Realismo del Arzobispo – I on octubre 4, 2014

En el número del mes pasado de The Recusant (www. The Recusant.com) aparece una traducción al inglés de la última entrevista al Arzobispo Lefebvre publicada en francés ( Fideliter #79 ) poco antes de su muerte en marzo de 1991. El es siempre refrescante al leerlo. El es claro porque él piensa a partir de principios católicos básicos. El es transparente porque no tiene nada que ocultar. El no es ambiguo porque él no está tratando de comprometer la Iglesia de Nuestro Señor con el Vaticano II de Satanás. Pero noten como las preguntas del entrevistador indican que los lectores de Fideliter ya inclinábanse a tomar la dirección que la Fraternidad San Pío X empezaría a tomar unos pocos años después de la muerte del Arzobispo. He aquí una selección de las preguntas y respuestas, algo abreviadas:—

P: ¿Por qué no puede usted hacer un último acercamiento a Roma? Escuchamos que el Papa está “listo para recibirlo”.

R: Eso es absolutamente imposible porque los principios que ahora guían a la iglesia Conciliar son más y más abiertamente contrarios a la doctrina católica. Por ejemplo, el Cardenal Ratzinger dijo recientemente que los grandes documentos anti-modernistas de los Papas de los siglos 19 noy 20 moprestaron un gran servicio en su día, pero ahora son obsoletos. Y Juan Pablo II es más ecuménico que nunca (1990). “Es absolutamente inconcebible que nosotros podamos estar de acuerdo para trabajar con una tal jerarquía”.

P: ¿Se ha deteriorado la situación en Roma aún desde las negociaciones de 1988?

R: ¡Oh, sí! “Tendremos que esperar un tiempo antes de considerar la perspectiva de hacer un acuerdo. Por mi parte yo creo que Dios solo puede salvar la situación ya que humanamente no vemos ninguna posibilidad que Roma enderece las cosas”.

P: Pero hay Tradicionalistas que han hecho un acuerdo con Roma sin conceder nada.

R: Eso es falso. Ellos han renunciado a su posibilidad de oponerse a Roma. Ellos deben permanecer silenciosos debido a los favores que se les han otorgado. Entonces, ellos comienzan a deslizarse siempre tan lentamente hasta que terminan admitiendo los errores del Vaticano II. “Es una situación muy peligrosa”. Tales concesiones de Roma tienen como unico objetivo conseguir que los Tradicionalistas rompan con la FSPX y se sometan a Roma.

P: Usted dice que tales Tradicionalistas han “traicionado”. ¿No es eso un poco duro?

R: ¡Para nada! Por ejemplo, Dom Gérard me usó a mí, a la FSPX y a sus capillas y benefactores, y ahora repentinamente nos abandona y se une con los destructores de la Fe. Ellos han abandonado la lucha por la Fe. Ellos no pueden atacar más a Roma. Ellos no han comprendido nada de la cuestión doctrinal. Es horrible pensar en los jóvenes que se les habían unido por causa de la Tradición y que ahora los están siguiendo hacia la Roma Conciliar.

P: ¿Existe un peligro en permanecer amigos con Tradicionalistas que se han pasado a Roma, y en asistir a sus Misas?

R: Sí, porque en la Misa no solamente está la Misa sino que también está el sermón, la atmósfera, los entornos, las conversaciones antes y después de Misa y así sucesivamente. Todas estas cosas hacen que usted poco a poco cambie sus ideas. Hay un clima de ambigüedad. Uno está en una atmósfera sumisa al Vaticano, sujeto en esencia al Concilio, así es que uno termina deviniendo ecuménico.

P: Juan Pablo II es muy popular. El quiere unir a todos los Cristianos.

R: ¿Pero en qué unidad? Ya no más en la de la Fe que un alma debe aceptar, y que esige la conversión. La Iglesia ha sido distorsionada, de ser una sociedad jerárquica pasó a ser una “comunión”. ¿Comunión en qué? No en la Fe. No es de extrañar se uno escucha que los Católicos están abandonando la Fe en masa. (Continuará)

Kyrie eleison.

Castigo Aproximándose

Castigo Aproximándose on septiembre 27, 2014

El Padre Constant Louis Marie PEL (1876–1966) no es un nombre muy conocido entre las almas dotadas por Dios con un conocimiento de cómo Dios va a enderezar el mundo de hoy en día, pero, para aquellos que lo conocieron, él era un sacerdote muy cercano a Dios. Doctor en teología, profesor de seminario, fundador de un convento para mujeres y de un seminario para hombres, con una gran devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Corazón Inmaculado de la Virgen María, él era un amigo personal del Padre Pío quien dijo sobre él a algunos peregrinos franceses en San Giovanni Rotondo, “¿Por qué vienen a verme a mi cuando ustedes tienen tan gran Santo en Francia?”

El Padre Pel pasaba noches de pie en la iglesia con su frente apoyada en el Tabernáculo conversando con Dios en un éxtasis permanente. Murió en un accidente automovilístico justo después del Vaticano II pero no antes que un seminarista, uno de sus hijos espirituales, hubiese podido anotar una profecía de él que data de 1945 concerniente al castigo que azotará a Francia en particular. Aquí está, citada o abreviada:—

“Mi hijo”, dijo el Padre Pel, “sabe que con los pecados del mundo aumentando en horror a medida que esta época se desgasta, grandes castigos de Dios descenderán sobre el mundo y ningún continente se escapará a la Ira de Dios. Francia, siendo culpable de apostasía y negando su vocación, será severamente castigada. Al este de una línea que se extiende desde Burdeos en el sudoeste hasta Lille en el noreste, todo será arrasado e incendiado por personas invadiendo desde el este y también por meteoritos en llamas cayendo como lluvia de fuego sobre toda la tierra y especialmente sobre estas regiones. Revolución, guerra, epidemias, plagas, gases químicos venenosos, violentos terremotos y el re-despertar de los volcanes extinguidos de Francia destruirán todo . . .”

“Francia, al oeste de esa línea, será menos afectada . . . debido a la fe enraizada en la Vandea y en Bretaña . . . pero cualquiera de los peores enemigos de Dios buscando allí refugio del cataclismo mundial será hallado, donde sea que ellos se escondan, y ejecutados por los demonios porque la Ira del Señor es justa y santa. Densa oscuridad causada por la guerra, fuegos gigantescos y fragmentos de estrellas ardientes cayendo por tres días y noches causarán la desaparición del sol y solamente velas bendecidas en Candelaria (2 de Febrero) darán luz en las manos de los creyentes, pero los sin Dios no verán esta luz milagrosa porque tienen oscuridad en sus almas”.

“De esta manera, mi hijo, tres cuartas partes de la humanidad serán destruidas y en ciertas partes de Francia los sobrevivientes tendrán que ir 100 kilómetros para encontrar otro ser humano viviente . . . . Varias naciones desaparecerán completamente de la faz del mapa . . . . Una Francia así purificada devendrá la renovada “Hija Primogénita de la Iglesia” porque todos los Caines y los Judases habrán desaparecido durante este ‘Juicio sobre las Naciones’”. Este Juicio no es todavía el fin de los tiempos pero tan grande es el castigo debido a los pecados de las naciones que Nuestro Señor le dijo al Padre Pel que la desolación al final del mundo será menor.

Queridos lectores, ¿qué concluimos? Que cada uno de nosotros se esfuerce a más no poder y con la ayuda de los sacramentos católicos que nos son dados por Dios para tal fin, para vivir en la gracia de Dios y no en estado de pecado, y haga completo uso del tiempo que El nos da entre ahora y la Hora de Su Justicia para rezar por que el mayor número posible de pecadores se arrepientan y salven sus almas para la eternidad cuando el Castigo se cierre sobre nosotros. Dios, ten misericordia. Virgen María, socorro.

Kyrie eleison.

Contexto Trastornado

Contexto Trastornado on septiembre 20, 2014

Partiendo de argumentos contra el sedevacantismo por ser un error de corto alcance en una situación totalmente anormal, un amigo italiano (C.C.) adopta una visión de mayor alcance de esa situación. Sin ser sacerdote ni teólogo, él aventura la opinión que el sedevacantismo es meramente uno de varios intentos en la Iglesia de encajar la crisis de hoy en día en las categorías de ayer. Se trata de cambios no de la teología católica sino de la situación real a la cual esa teología debe aplicarse, porque esta situación fue sometida a un cambio radical con el Vaticano II. Aquí está el párrafo clave de él sobre esa realidad trastornada:—

“Por su rechazo a la realidad objetiva de la existencia de Dios y de la necesidad de someterse a su Ley, el mundo moderno de hoy en día no es normal, y la actual unidad católica no es normal tampoco, por haber puesto al hombre en el centro de las cosas en lugar de a Dios. Tampoco es por un repentino brusco viraje que la Iglesia ha llegado a este estado anormal de cosas sino siguiendo un largo y complejo proceso de alejamiento de Dios cuyos efectos disruptivos se pusieron de manifiesto en el Vaticano II. Por cientos de años los gérmenes de la disolución han estado criándose dentro de la Iglesia al igual que los hombres alojando estos gérmenes, y a ellos se les ha permitido ocupar todos los rangos de la jerarquía hasta e incluyendo, la Sede de Pedro”.

Mi amigo continúa que si uno falla en tomar en consideración esta anormalidad de conjunto del estado actual de la Iglesia, que es increíblemente pero ciertamente peor que nunca, uno corre el riesgo de tratar con una realidad que ya no existe más, con términos de referencia que no aplican más. Así por ejemplo los sedevacantistas dirán que los hombres de Iglesia de hoy en día deben saber lo que están haciendo, porque son hombres inteligentes y educados. No es así, dice C.C.: la predicación y práctica de éstos pueden bien no ser más católicas, pero están convencidos que son totalmente ortodoxos. El mundo todo se ha vuelto loco. Ellos meramente se han vuelto locos con él, no por una pérdida de la razón sino por haber abandonado el uso de ella, y a medida que su fe católica sigue debilitándose hay siempre menos para pararlos de perderla completamente.

Pero entonces, uno puede objetar, Dios debe haber abandonado a Su Iglesia. En respuesta, C.C. recurre a tres citas de la Sagrada Escritura. Primero, Lc.XVIII,8, donde Nuestro Señor se pregunta si El siquiera encontrará Fe en la tierra cuando vuelva. Obviamente un pequeño remanente de sacerdotes y laicos (tal vez con algunos obispos) será suficiente para asegurar la indefectibilidad de la Iglesia hasta el fin del mundo (uno piensa en la dificultades actuales de la “Resistencia” para tomar forma). Del mismo modo, segundo, Mt.XXIV,11–14, donde se prevé que muchos falsos profetas engañarán a muchas almas y la caridad se enfriará. Y tercero, Lc.XXII,31–32, donde Nuestro Señor instruye a Pedro a confirmar en la Fe a sus hermanos después que él se ha convertido, sugiriendo firmemente que su Fe primero iba a fallar. Entonces casi toda la jerarquía puede fallar, incluyendo a Pedro, sin que la Iglesia cese de ser indefectible, un poco como cuando los Apóstoles todos huyeron en el Jardín de Getsemaní (Mt.XXVI,56).

En conclusión, la visión de C.C. para la Iglesia de mañana o de pasado mañana se parece bastante a la del Padre Calmel: que cada uno de nosotros cumpla con su deber según su estado de vida y tome parte en construir una red de pequeños fuertes de la Fe, cada una con un sacerdote que asegure los sacramentos, pero de ahora en adelante sin inaplicable teología de la Iglesia, ni imposible de obtener aprobación canónica, ni con muros de separación caducos en cuanto que la Fe habrá podido fluir sobre ellos. Estos fuertes estarán unidos por la Verdad y tendrán contactos mutuos de caridad. El resto está en las manos de Dios.

Kyrie Eleison.

Papas Falibles

Papas Falibles on septiembre 13, 2014

Ni los liberales ni los sedevacantistas aprecian que se les diga que ellos son como cara y ceca de una misma moneda, pero es cierto. Por ejemplo, ninguno de los dos puede concebir una tercera alternativa. Vean por ejemplo en su Carta a los Tres Obispos del 14 de abril de 2012, como Monseñor Fellay no podía ver una alternativa a su liberalismo que no fuera el sedevacantismo. A la inversa, para muchos sedevacantistas si uno acepta que alguno de los Papas Conciliares ha sido realmente Papa, entonces uno no puede ser sino un liberal, y si uno critica al sedevacantismo, entonces uno promueve el liberalismo. ¡Pero de ninguna manera!

¿Por qué no? Porque ambos están cometiendo el mismo error de exagerar la infalibilidad del Papa. ¿Por qué? ¿Es posible que sea porque ambos son hombres modernos que creen más en personas que en instituciones? ¿Y por qué debe ser esa una característica del hombre moderno? Porque más o menos a partir del Protestantismo en adelante, menos y menos instituciones han verdaderamente buscado el bien común, y más y más algún interés privado tal como el dinero (mi derecho sobre ti), lo cual por supuesto disminuye nuestro respeto por ellas. Por ejemplo, buenos hombres salvaron por un tiempo a la podrida institución moderna bancaria para que no tuviera inmediatamente todos sus perversos efectos, pero los podridos banksters actuales están finalmente mostrando lo que las instituciones malas del sistema bancario de reserva fraccional y de los bancos centrales eran, en sí mismos, desde el principio. El Diablo está en las estructuras modernas gracias a los enemigos de Dios y del hombre.

Entonces es comprensible si los Católicos modernos han tendido a poner demasiada fe en el Papa y demasiada poca en la Iglesia, y aquí está la respuesta a ese lector que me preguntó por que yo no escribo sobre la infalibilidad de la misma manera que lo hacen los manuales clásicos de teología católica. Esos manuales son maravillosos a su manera, pero todos han sido escritos antes del Vaticano II y tienden a asignar al Papa una infalibilidad que pertenece a la Iglesia. Por ejemplo, la cumbre de la infalibilidad es pasible de ser presentada en esos manuales como una solemne definición por parte del Papa, o del Papa con un Concilio, pero de cualquier manera por el Papa. El dilema liberal-sedevacantista ha sido la consecuencia, y además como un castigo por esa tendencia a sobrevalorar la persona y subvalorar la institución porque la Iglesia no es una institución meramente humana.

Pues, primero, el casquete de nieve que es el Magisterio Solemne sobre la montaña que es el Magisterio Ordinario, es su cumbre solamente de una manera muy limitada – es totalmente sostenido por la cumbre rocosa por debajo de la nieve. Y, segundo, por el más autorizado texto de la Iglesia sobre la infalibilidad, la Definición del Concilio verdaderamente católico que fue el Vaticano I (1870), sabemos que la infalibilidad del Papa proviene de la Iglesia y no a la inversa. Cuando el Papa compromete todas las cuatro condiciones necesarias para la enseñanza ex cathedra, entonces, dice la Definición, él posee “aquella infalibilidad de la que el Divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina.” ¡Pero por supuesto! ¿De donde más puede provenir la infalibilidad sino de Dios? Los mejores de los seres humanos, y algunos Papas han sido muy buenos seres humanos, pueden ser inerrantes, es decir no cometer errores, pero siempre que tienen el pecado original no pueden ser infalibles como Dios sólo puede serlo. Si ellos son infalibles, la infalibilidad debe provenir a través, pero desde el exterior, de su humanidad, desde Dios que elige concederla a través de la Iglesia católica, y esa infalibilidad necesita ser un regalo solamente momentáneo, por la duración de la Definición.

Por consiguiente, fuera de los momentos ex cathedra de un Papa, nada le impide hablar disparates tal como la nueva religión del Vaticano II. Por consiguiente ni los liberales ni los sedevacantistas necesitan o deben prestar atención a tales disparates porque, como dijo Monseñor Lefebvre, ellos tienen 2000 años de enseñanza Ordinariamente infalible de la Iglesia con lo cual juzgar que son disparates.

Kyrie eleison.

Donoso Cortés – I

Donoso Cortés – I on septiembre 6, 2014

Uno de los dogmas católicos más importantes es el del pecado original, por el cual todos los seres humanos (excepto Nuestro Señor y Su Madre) tienen una naturaleza seriamente herida desde el nacimiento por nuestra misteriosa solidaridad con Adán, el padre de toda la humanidad, cuando él cayó con Eva en el primero de todos los pecados humanos en el Jardín del Edén. Por supuesto para la mayoría de las personas hoy en día esa Caída es tan sólo un cuento de hadas, o mitología, y es por eso que ellos han construido un Disney World todo alrededor nuestro. En principio, los Católicos creen en el pecado original, pero muchos apenas si lo toman seriamente en la práctica, porque Disney World es tan seductor. Después de todo, no es para nada agradable creer que todos somos pecadores. ¿No estamos todos nadando en un mar meloso de amor, amor, amor?

Pero un hombre que vio muy claramente el pecado original en acción fue el noble español, escritor y diplomático, Donoso Cortés (1808–1853). Su vida se extendió durante esa primera mitad del siglo 19 no cuando en el desarrollo de la Revolución Francesa (1789), Europa estaba lentamente pero constantemente reemplazando el antiguo orden Cristiano (“ancien régime”) con el judeo-masónico Nuevo Orden Mundial. Exteriormente el antiguo orden fue puesto de nuevo en su lugar por el Congreso de Viena (1815), pero interiormente no fue para nada lo mismo que antes porque las mentes de los hombres estaban ahora descansando en fundamentos bien diferentes, fundamentos liberales, notablemente la separación de la Iglesia del Estado. Cuando Donoso ingresó a la política española de joven se autoproclamó ser liberal, pero a medida que observaba como las ideas revolucionarias se realizaban en la práctica, él devino más y más conservador hasta que en 1847 se convirtió a la antigua religión católica de España. A partir de allí y hasta su temprana muerte, sus palabras escritas y verbales llevaron por toda Europa su profético análisis católico de los errores modernos radicales que fraguaban el Nuevo Orden Mundial.

Atrás de todos estos errores él discernió dos: la negación del cuidado sobrenatural de Dios por sus creaturas y la negación del pecado original. De la Carta de Donoso al Cardenal Fornari (1852) provienen los dos párrafos siguientes que conectan el pecado original al alza de la democracia y a la disminución de la Iglesia:—

“Si la luz de nuestra razón no ha sido obscurecida, esa luz es bastante, sin el auxilio de la fe, para descubrir la verdad. Si la fe no es necesaria la razón es soberana e independiente. Los progresos de la verdad dependen de los progresos de la razón; los progresos de la razón dependen de su ejercicio; su ejercicio consiste en la discusión; por eso la discusión es la verdadera ley fundamental de las sociedades modernas y el único crisol en donde se separan, después de fundidas, las verdades de los errores. En este principio tienen su origen la libertad de imprenta, la inviolabilidad de la tribuna y la soberanía real de las asambleas deliberantes.”

Donoso continúa con un diagnóstico paralelo de las consecuencias que trae el suponer que la voluntad del hombre está libre del pecado original. “Si la voluntad del hombre no está enferma, le basta el atractivo del bien para seguir el bien sin el auxilio sobrena¬tural de la gracia; si el hom¬bre no necesita de ese auxi¬lio, tampoco necesita de los sacramentos que se lo dan ni de las oraciones que se lo procuran.” Si la oración no es necesaria, es ociosa; si es ociosa, es ociosa e inútil la vida contemplativa; si la vida contemplativa es ociosa e inútil, lo son la mayor parte de las comunidades religiosas que debidamente desaparecen. Si el hombre no necesita sacramentos entonces él no tiene necesidad de sacerdotes que los administren, que son así debidamente proscriptos. Y del desprecio al sacerdocio resulta por todos lados el desprecio a la Iglesia, lo cual equivale en todas partes al desprecio a Dios.

A partir de tales falsos principios, Donoso Cortés previó un desastre sin paralelo en el muy cercano futuro. En realidad ha sido postergado por más de 150 años, pero, ¿por cuánto tiempo más?

Kyrie eleison.