Magisterio

La Infalibilidad de La Iglesia – I

La Infalibilidad de La Iglesia – I on febrero 8, 2014

Probablemente el principal problema de los sedevacantistas es la infalibilidad de la Iglesia (los Papas Conciliares son horriblemente falibles, entonces, ¿cómo pueden ellos ser Papas?). Sin embargo, la infalibilidad necesita ser considerada por más razones que simplemente para aliviar al sedevacantismo. El problema moderno de preferir la autoridad a la verdad es vasto.

“Infalibilidad” significa inhabilidad para errar o para caer en el error. El Concilio Vaticano Primero definió en 1870 que el papa no podía errar cuando estaban presentes cuatro condiciones: él debe (1) estar hablando como Papa, (2) en una cuestión de Fe o de moral, (3) de una manera definitoria, y (4) con la clara intención de obligar en conciencia a toda la Iglesia. Cualquiera de estas enseñanzas pertenecen a lo que se llama el Magisterio “Extraordinario” del Papa, porque por un lado los Papas raramente comprometen todas las cuatro condiciones y por otro lado ellos enseñan muchas otras doctrinas que no pueden errar o estar equivocadas porque ellas han sido siempre enseñadas por la Iglesia y, por consiguiente, ellas pertenecen a lo que el Vaticano I llamó “Magisterio Universal Ordinario” de la Iglesia, también infalible. La pregunta es, ¿cómo se relaciona el Magisterio Extraordinario del Papa con el Magisterio Ordinario de la Iglesia?

La Santa Madre Iglesia enseña que el Depósito de la Fe, o Revelación pública, estaba completo a la muerte del último Apóstol vivo, digamos alrededor del 105 d.C. Desde entonces no se ha agregado ninguna verdad más, ni puede ser agregada, a ese Depósito o cuerpo de verdades reveladas. Entonces ninguna definición “extraordinaria” puede agregar una iota de verdad a ese Depósito, solamente agrega, en beneficio de los creyentes, certeza a alguna verdad ya perteneciente al Depósito, pero cuya pertenencia no había sido suficientemente clara con antelación. En un orden cuádruple viene en primer lugar una REALIDAD objetiva independiente de cualquier mente humana, tal como el hecho histórico de la Madre de Dios habiendo sido concebida sin pecado original. En segundo lugar viene la VERDAD en cualquier mente que esté en conformidad con esa realidad. Únicamente en tercer lugar viene la DEFINICIÓN infalible cuando un Papa compromete todas las cuatro condiciones para definir tal verdad. Y en cuarto lugar surge a partir de esa definición, la CERTEZA con respecto a esa verdad para los creyentes. Así, considerando que la realidad genera a la verdad, una Definición meramente crea certeza con respecto a esa verdad.

Pero la realidad y su verdad ya pertenecían al Magisterio Ordinario porque no existe la menor duda que un Papa haya jamás definido infaliblemente una verdad fuera del Depósito de la Fe. Por consiguiente, el Magisterio Ordinario es al Magisterio Extraordinario como el manantial es al arroyo ¡y no como el arroyo es al manantial! El problema es que la Definición de 1870 dio tal prestigio al Magisterio Extraordinario que el Magisterio Ordinario empezó a palidecer en comparación, al punto que los Católicos, aún teólogos, rasguñan para fabricar para él una infalibilidad como la del Magisterio Extraordinario. Pero eso es tontería:El Magisterio Extraordinario presupone el Magisterio Ordinario, existiendo solamente para dar certeza (4) a una verdad (2) ya enseñada por el Magisterio Ordinario.

Se puede ilustrar el punto con el pico nevado de una montaña. De ninguna manera la montaña depende de la nieve, excepto para que la haga más visible de lo que ya lo es. Por el contrario, la nieve depende completamente de la montaña para estar donde ella, la nieve, está. De manera similar, el Magisterio Extraordinario no hace más que hacer que el Magisterio Ordinario sea más claramente o más ciertamente visible. A medida que el invierno se adentra, así la capa de nieve desciende. A medida que la caridad se enfría en tiempos modernos, así más definiciones del Magisterio Extraordinario pueden devenir necesarias, pero eso no las hace la perfección del Magisterio de la Iglesia. Por el contrario, ellas señalan una debilidad por parte de los creyentes en cuanto a su asimiento de las verdades de su Fe. Cuanto más sano es el hombre, menos píldoras precisa.

La próxima semana, la aplicación tanto al sedevacantismo como a la presente crisis de la FSPX.

Kyrie eleison.

Ansiedad Sedevacantista – II

Ansiedad Sedevacantista – II on febrero 1, 2014

1 O bien uno acepta a los Papas Conciliares en todo (como los liberales – ¡Dios no lo permita!) o bien uno los rechaza en todo (como los sedevacantistas). Aceptarlos parcialmente sí y parcialmente no, es escoger y elegir lo que uno aceptará tal como lo hizo Lutero y como lo hacen todos los herejes (del griego “electores”).Eso es cierto si uno escoge y elige de acuerdo a su propia elección personal, pero no es cierto si, como Monseñor Lefebvre, uno juzga de acuerdo con la Tradición Católica, la cual se encuentra en el tesoro de 2000 años de documentos magisteriales de la Iglesia. En ese caso, uno está juzgando de acuerdo con 260 Papas contra unos meros seis, pero eso no prueba la invalidez de estos seis.

2 Pero los Papas Conciliares han envenenado la Fe, y han puesto en peligro la salvación eterna de millones sobre millones de Católicos. Eso es contrario a la indefectibilidad de la Iglesia. En la crisis Arriana del siglo 4to, el Papa Liberio puso en peligro la Fe al condenar a San Atanasio y respaldar a los obispos Arrianos del Este. Por un cierto tiempo la indefectibilidad de la Iglesia no estuvo más asegurada por intermedio del Papa sino de su aparente adversario. Sin embargo ello no significó que Liberio no fuera Papa ni que Atanasio fuera Papa. Del mismo modo, la indefectibilidad de la Iglesia hoy en día pasa a través de los seguidores fieles de la línea tomada por Monseñor Lefebvre, lo cual no necesariamente significa que Pablo VI no era Papa.

3 Lo que los obispos del mundo enseñan, en unión con el Papa, es el Magisterio Ordinario Universal de la Iglesia, el cual es infalible. Ahora bien, durante los últimos 50 años los obispos del mundo en unión con los Papas Conciliares han enseñado el disparate Conciliar. Por consiguiente estos Papas no pueden haber sido verdaderos Papas. Si el Magisterio Ordinario de la Iglesia fuera a apartarse de la Tradición y oponerse a ésta, no sería ya más “Ordinario” sino, más bien, de lo más extraordinario, porque la doctrina de la Iglesia no admite novedades, siendo el “Universal” tanto en el tiempo como en el espacio. Ahora bien, la doctrina Conciliar sale de lejos afuera de la Tradición (por ejemplo la libertad religiosa y el ecumenismo). Por consiguiente la doctrina propia del Concilio no cae bajo el Magisterio Ordinario Universal y ella no puede servir para probar que los Papas Conciliares no eran Papas.

4 El Modernismo es “la síntesis de todas las herejías” (San Pío X). Los Papas Conciliares han sido todos modernistas “públicos y manifiestos,” es decir herejes de una naturaleza tal que San Roberto Belarmino declaró que no podían ser miembros de la Iglesia, menos aún su cabeza. Vean el “Comentario” de la semana pasada. Las cosas eran mucho más claras, o sea “públicas y manifiestas,” en los días de San Belarmino, que lo son hoy en día en medio de la reinante confusión de mentes y corazones. La herejía objetiva de los Papas Conciliares (es decir lo que dicen y hacen) es pública y manifiesta pero no lo es su herejía subjetiva o formal (es decir su intención consciente y resuelta de negar lo que ellos reconocen como siendo el inmutable dogma católico). Y probar su herejía formal solamente puede ser hecho por una confrontación con la autoridad doctrinal de la Iglesia, por ejemplo la Inquisición o Santo Oficio, llámese como se quiera (“Con cualquier nombre, una rosa olería igualmente dulce,” dice Shakespeare). Pero el Papa es él mismo la autoridad doctrinal más alta de la Iglesia, por encima y por detrás de la Congregación para la Doctrina de la Fe. ¿Cómo entonces puede él probarse a sí mismo y acusarse de pertenecer a tal clase de hereje que lo vuelve incapaz de ser jefe de la Iglesia?

5 ¡Pero en ese caso la Iglesia está en un barullo sin salida!De nuevo, vean el “Comentario” de la semana pasada. Las mentes humanas están hoy en día tan universalmente embarulladas que solamente Dios puede desenmarañar tal barullo. En todo caso esta objeción puede más bien tener el mérito de probar que solo El debe intervenir (¡y pronto!) más que tratar de probar que los embarullados Papas no son Papas. Paciencia. Dios nos está poniendo a todos a prueba y El tiene perfectamente todo el derecho de hacerlo.

Kyrie eleison.

Declaración Doctrinal – II

Declaración Doctrinal – II on mayo 4, 2013

Perdónenme queridos lectores si vuelvo al séptimo párrafo de la Declaración Doctrinal del 15 de Abril de hace un año. La Declaración iba a servir ni más ni menos, como fundamento para todas las relaciones futuras entre la Fraternidad San Pío X y Roma. El 13 de Junio (no el 11) Roma la rechazó, así es que el Cuartel General de la FSPX puede ahora repudiarla, pero sirve para demostrar de lo que es capaz el actual CG de la FSPX. En cuanto a este séptimo párrafo, él es una obra maestra de confusión. Este “Comentario” de hace tres semanas (EC 300 del 13 de Abril) lo explicó en parte con una distinción doble, pero, para hacerle justicia, la confusión requiere una distinción cuádruple. Aquí está el párrafo completo:

Declaración III, 5: “Las afirmaciones del Vaticano II y el Magisterio post-conciliar, en lo que respecta a la relación entre la Iglesia católica y las confesiones no-católicas y al deber social de la religión y al derecho a la libertad religiosa, (1) la formulación de las cuales es difícil de reconciliar con las afirmaciones doctrinales previas del Magisterio, (2) deben ser comprendidas a la luz de la Tradición entera e ininterrumpida, (3) de una manera coherente con las verdades previamente enseñadas por el Magisterio de la Iglesia, (4) no aceptando ninguna interpretación de esas afirmaciones que pueda permitir que la doctrina Católica se exhiba en oposición a, o rompiendo con, la Tradición y ese Magisterio.”

El subrayado es mío para resaltar el engaño del párrafo. Noten (1) como no son las afirmaciones del Vaticano II las que son problemáticas, sino sólo su “formulación.” Ya ahí nos estamos alejando de las palabras que significan lo que ellas objetivamente dicen. Ahora en cambio las palabras nadan por aquí, por allá, según como ellas sean subjetivamente “comprendidas” (2), o “interpretadas” (4). Nuestras mentes están siendo licuadas para que pierdan aquel anclaje que es llamar a una espada, una espada. En ese párrafo se sugiere que no existe imposibilidad objetiva de reconciliar la insensatez Conciliar con la sensatez Católica, sino que meramente existe una dificultad subjetiva de reconciliarlas (es decir, en las mentes oscurecidas de los retrógrados Católicos Tradicionales).

Sobre todo noten en (2) y (3) el sutil pero crucial resbalón desde “a la luz de” a “de una manera coherente con.” Comprendiendo según la verdad las novedades del Vaticano II “a la luz de” la Tradición es comprender que son completamente irreconciliables. Comprendiéndolas “de una manera coherente con” la Tradición es comprenderlas como si fueran reconciliables. Nuestras mentes están siendo licuadas para que resbalen de vuelta, porque “a la luz de” y “de una manera coherente con” no significan la misma cosa. Como era de esperarse, (4) cualquier comprensión de las novedades que las haga chocar con la Tradición y con el Magisterio de todos los tiempos, debe ser absolutamente rechazada.

Así, la clausula (2) puede sacarle el sombrero a la “Tradición completa e ininterrumpida,” y entonces (2) puede ser alineada con la sensatez Católica, pero (3) sugiere la insensatez modernista, y (4) conduce la insensatez a casa. Así, el párrafo en su totalidad constituye un habilísimo movimiento paso a paso desde un vestigio de la verdad al cabal error de la “hermenéutica de la continuidad,” lo cual es puro Alicia en el País de las Maravillas – “Las palabras significan lo que yo digo que significan” truena Humpty Dumpty, el huevo antropomorfo.

Dios sabe quienquiera escribió este párrafo. Pudo no haber sido el Superior General de la FSPX. Pero, ¿puede cualquiera que lo estudie cuidadosamente negar que, tal como se yergue, está diseñado para conducir las mentes desde la Tradición Católica al error Conciliar? Hace bailar a las palabras como los herejes las hacen bailar, y los herejes que hacen bailar a las palabras hacen que las almas pierdan su Fe y caigan en el Infierno.Quienquiera fue responsable de este séptimo párrafo, ¡que sea él anatema!

Kyrie eleison.

Declaracion Doctrinal – I

Declaracion Doctrinal – I on abril 13, 2013

La Declaración Doctrinal del 15 de Abril del año pasado, redactada por el Superior General (SG) de la Fraternidad San Pío X como fundamento para la reintegración de la Fraternidad a la Iglesia oficial, ha emergido a la vista pública casi un año mas tarde. Fue diseñada por el SG para complacer a ambos, a la Roma Conciliar así como a los Tradicionalistas (“Puede ser leída con anteojos oscuros o rosados,” dijo él en público). Complació en verdad a los Romanos que declararon que una tal Declaración Doctrinal representaba un “avance” en la dirección de ellos. No complació a los Tradicionalistas que vieron en ella (o en lo que conocían de ella) una ambigüedad tal que ella representaba una traición a la lucha de Mons. Lefebvre por la Fe católica, al punto que ellos consideraron que hubiera bastado que los Romanos la aceptaran, para destruir la Fraternidad del Arzobispo.

De hecho, cuando el SG se reunió con los Romanos el 11 de Junio en Roma para recibir la decisión de ellos, él realmente esperaba que los Romanos la aceptarían. Numerosos observadores especularon que la razón por la cual los Romanos no aceptaron la Declaración Doctrinalfue únicamente porque se interpuso la publicación de la Carta del 7 de Abril de los Tres Obispos al SG. Esta carta advirtió a los Romanos que el SG no podría acarrear a toda la Fraternidad con él al seno de la Roma Conciliar de ellos, contrariamente a lo que él les hubiera podido hacer creer, y tal como ellos querían que él lo hiciera. Ellos no querían, y no quieren, una nueva división que permita a la Tradición un nuevo desarrollo.

Sea como fuere, el corto espacio aquí disponible permite desarrollar solamente un argumento principal: que, de haber sido aceptada por Roma, la propuesta de la Declaración Doctrinal hubiera destruido a la FSPX. El Arzobispo Lefebvre declaró y probó que el Vaticano II era un rompimiento o ruptura con la enseñanza previa de la Iglesia. En esa premisa se originó y reposa el movimiento Católico Tradicional. Entonces, para enfrentar la resistencia en marcha de ese movimiento contra su amado Vaticano II, Benedicto XVI proclamó al estrenar su pontificado en el 2005, la “hermenéutica de la continuidad.” Con ella, el Concilio contradiciendo (objetivamente) a la Tradición tenía que ser interpretado (subjetivamente) de tal manera como para no contradecirla. Así no habría ningún rompimiento o ruptura entre el Concilio y la Tradición Católica.

Ahora bien, vean el séptimo párrafo (III, 5) de la Declaración Doctrinal. Declara que las afirmaciones del Vaticano II que sean difíciles de reconciliar con toda la enseñanza previa de la Iglesia, (1) “deben ser comprendidas a la luz de la Tradición entera e ininterrumpida, de acuerdo con las verdades enseñadas por el Magisterio precedente de la Iglesia, (2) no aceptando ninguna interpretación de esas afirmaciones que pueda permitir que la doctrina Católica se exponga como si estuviera en oposición o en ruptura con la Tradición y con ese Magisterio.”

La primer parte aquí (1) es perfectamente verdadera siempre y cuando signifique que cualquier novedad Conciliar “difícil de reconciliar” será rechazada de plano si objetivamente contradice la enseñanza previa de la Iglesia. Pero (1) está directamente contradicho por (2) cuando (2) dice que ninguna novedad Conciliar puede ser “interpretada” como estando en ruptura con la Tradición. ¡Es como si uno dijera que todos los equipos de fútbol deben usar camisetas azules, pero que todas las camisetas de cualquier otro color deben ser interpretadas como siendo únicamente azules! ¡Qué insensatez! Pero tal es la pura “hermenéutica de la continuidad.”

Ahora bien, los soldados que defienden la última fortaleza de la Fe que esté mundialmente organizada, ¿Se dan cuenta de lo que su Comandante está pensando? ¿Se dan cuenta que su solemne declaración de la doctrina de la FSPX lo muestra pensando como lo haría un líder enemigo? ¿Acaso están contentos de verse llevados a pensar como los enemigos de la Fe? Todas las ideas deben ser católicas así que las ideas no-católicas serán “interpretadas” como siendo católicas. ¡Despierten compañeros! El pensamiento enemigo está en el Cuartel General.

Kyrie eleison.

Indigna Dignidad

Indigna Dignidad on marzo 16, 2013

Una lectora presentó argumentos a favor de la enseñanza del Vaticano II sobre la libertad religiosa. Aún cuando el tema ha sido varias veces enfocado en los “Comentarios Eleison,” sus razones merecen seguramente ser consideradas porque es vital para los católicos de hoy asir exhaustivamente la falsedad de esta enseñanza. Lo que el Concilio enseñó en el párrafo 2 de su Declaración sobre la Libertad Religiosa (Dignitatis Humanae) es que todos los hombres, cuando se trata de actuar en privado o en público según sus creencias, deben estar libres de toda coacción ejercida por cualesquiera otros hombres o grupos de hombres. Mas aún todo Estado humano debe hacer de este derecho humano un derecho constitucional o civil.

Por el contrario, a lo largo de toda la historia de la Iglesia antes del Concilio Vaticano II, la Iglesia católica ha enseñado sistemáticamente que todo Estado, en tanto que él encarna la autoridad civil de Dios sobre las criaturas humanas de Dios, está obligado como tal de utilizar esta autoridad para proteger y favorecer la única verdadera Iglesia de Dios, la Iglesia católica del Dios Encarnado, Nuestro Señor Jesucristo. Evidentemente, los Estados no-católicos serán condenados más por su falta de Fe que por no haber dado protección civil a esta Fe. Igualmente los Estados católicos pueden abstenerse de prohibir la práctica pública de las falsas religiones ahí donde tal prohibición provocaría mas daño que bien para la salvación eterna de los ciudadanos. Sin embargo el principio permanece intacto: los Estados de Dios deben proteger la verdadera religión de Dios.

De hecho, la enseñanza Conciliar implica o bien que los Estados no son de Dios, o bien que no existe una verdadera religión de Dios. En los dos casos, esta enseñanza al Estado le libera implícitamente de Dios y por este mismo hecho coloca la libertad del hombre por encima de los derechos de Dios o, mássimplemente, al hombre por encima de Dios. Es la razón por la cual Mons. Lefebvre decía que la enseñanza Conciliar constituye una blasfemia. Y no nos digan que los otros párrafos de DH contienen una buena enseñanza católica. Una sola rajadura provocada por el témpano fue suficiente para hacer zozobrar al Titanic. DH #2 por sí solo basta para hacer zozobrar la doctrina católica. Pero veamos los argumentos que pretenden defender la enseñanza del Concilio.

1 DH es parte del Magisterio Ordinario, el cual debe ser tomado muy en serio.

DH proviene de los que tienen el deber de enseñar dentro de la Iglesia, es cierto, pero no proviene del Magisterio ordinario infalible, ya que DH contradice la enseñanza tradicional de la Iglesia, como acabamos de demostrarlo arriba.

2 DH no hace más que manifestar derechos humanos que están garantizados por la ley natural.

La ley natural coloca los derechos del hombre abajo y no por encima, de los derechos de Dios.

3 DH no reniega del modelo católico en las relaciones Iglesia-Estado.

¡Pero por supuesto que sí lo hace! El párrafo #2 libera al Estado de su obligación esencial para con la única verdadera Iglesia.

4 DH está escrita en el contexto del mundo moderno donde todo el mundo cree en los derechos del hombre.

Y, ¿desde cuando la Iglesia debe adaptarse al mundo y no el mundo a la Iglesia?

5 DH no enseña que el hombre tiene un derecho al error.

Si el Estado de Dios debe garantizar un derecho civil a practicar en público religiones falsas, entonces se deduce que uno obliga a Dios a otorgar un derecho al error.

6 DH es una llamada a los gobiernos modernos para que garanticen la mitad de una rebanada de pan, lo que es mejor que nada de pan.

La verdadera doctrina católica es tan lógica y tan coherente que al abandonar una parte, se la abandona enteramente. Y, ¿qué oveja se salvó ofreciéndose ella misma al lobo?

7 Los católicos no deben retirarse del mundo moderno encerrándose en un ghetto doctrinal.

Los católicos deben hacer lo que tienen que hacer, ir a cualquier lugar donde deben ir, para que no abandonen los derechos de Dios ni comprometan Su honor. Si esto significa el martirio, ¡que así sea!

Kyrie eleison.

Di Noia, Ilusionista

Di Noia, Ilusionista on febrero 16, 2013

Hace dos meses el Vice-presidente de la Comisión Pontifical Ecclesia Dei de Roma, dirigió al Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X y a todos sus sacerdotes una carta de varias páginas accesible en el Internet que el Padre Lombardi, vocero de la Santa Sede, designó como una “llamada personal.” Desde entonces dicha carta ha suscitado comentarios diversos. Claramente se trata de la última movida de la campaña de Roma para poner a la FSPX de rodillas, y poner fin a su resistencia de 40 años a la Revolución Conciliar. Como lo dijo Monseñor de Galarreta en Octubre del 2011, aún si la FSPX sigue rechazando los ofrecimientos de Roma, Roma volverá siempre a la carga para seducir a los sacerdotes de la FSPX. Lo vemos. Pero veamos brevemente lo que el Arzobispo Di Noia escribe a “Su Excelencia y queridos Hermanos Sacerdotes de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X”:—

Empieza por amonestar a los líderes de la Fraternidad, notablemente al Padre Schmidberger, al Padre Pfluger y a Monseñor Fellay (en ese orden) por haber dado entrevistas tan críticas acerca de Roma como para poner en duda si la FSPX quiere realmente la reconciliación con Roma. Más aún, las diferencias doctrinales entre la FSPX y Roma son tan insuperables como siempre. De tal manera que se precisa un nuevo enfoque basado ahora sobre la unidad.

La unidad de la Iglesia, recuerda Mons. Di Noia, está impedida por cuatro vicios y favorecida por las cuatro virtudes opuestas de humildad, mansedumbre, paciencia y caridad. Los que dividen la Iglesia son enemigos de Dios. Lo que nos hace falta es el amor. Lejos pues de nosotros una “retórica áspera e improductiva.” Que la FSPX cumpla con su carisma de formar sacerdotes, pero sacerdotes que sean dóciles al Magisterio oficial, que prediquen la Fe y no las cuestiones polémicas, y que no traten los problemas teológicos frente a laicos, ignorantes de estas cuestiones, sino con las autoridades competentes en Roma. El Papa es el juez supremo en cuestiones tan difíciles. En conclusión, Benedicto XVI quiere realmente la reconciliación. La amargura debe ser olvidada. Según las palabras de Nuestro Señor, “Que sean uno” (Fin de la carta del Arzobispo).

Noten de paso como, según la manera típica del hombre moderno y del modernista, el Arzobispo escamotea la cuestión esencial de la doctrina. Pero el principal interés de su carta radica en otra parte: ¿Cómo pudo el Arzobispo osar dirigirse a todos los sacerdotes de la FSPX sin previa connivencia con el Cuartel General de la FSPX? ¡Es el CG que le permitió que la carta les llegue a los sacerdotes! He aquí una indicación entre muchas otras que hay contactos entre Roma y el CG de la FSPX que se ocultan a la vista pública. Pero entonces se presenta la cuestión, ¿Qué motivo pudo haber tenido el CG de la FSPX para dar al Arzobispo modernista un acceso tan privilegiado y peligroso a todos los sacerdotes de la FSPX? ¿Quiere acaso que ellos también se vuelvan modernistas? ¡Hay que suponer que no! Pero puede muy bien querer ayudar a Roma en vista a la “reconciliación.”

Al transmitir el llamamiento al amor del Arzobispo, el CG de la FSPX hace pasar el dulce mensaje a todos los sacerdotes de la FSPX sin que nadie pueda acusar al propio CG de ser tan blando. Al contrario, la carta Romana les hace ver a todos ellos cuán bondadosos son los Romanos. ¡Si bien es cierto que se encuentra allí también un reproche moderado a los líderes de la FSPX por no ser bondadosos, ¡eso servirá para mostrar cómo ellos se mantienen firmes en la defensa de la Fe! Sobre todo, la carta habrá servido de balón de ensayo para probar las reacciones de los sacerdotes. ¿Qué piensan ellos? Tanto Roma como Menzingen necesitan calcular en que momento preciso se puede seguir adelante con la “reconciliación” para llevarse una amplia mayoría de sacerdotes y sin perder demasiados de ellos, impidiendo asi que continúe la resistencia organizada a la religión del Nuevo Orden Mundial.

Queridos sacerdotes de la FSPX, si vosotros no queréis ser tragados vivos por la Roma del Nuevo Orden, yo les aconsejaría gentilmente reaccionar. Hagan saber a sus Superiores, tan discretamente como quieran pero en términos claros que vosotros no queréis nada, pero nada que ver con la Roma Conciliar, hasta que ella claramente abandone el mortífero Concilio.

Kyrie eleison.