T.S. Eliot

¡La Cultura Importa!

¡La Cultura Importa! on abril 25, 2015

Desde el Viernes 1ero de Mayo a la tarde hasta el Domingo 3 de Mayo al mediodía, tendrá lugar aquí, en la Casa Reina de los Mártires en Broadstairs, otra Sesión a cargo del Dr. David White, tal como el año pasado sobre Charles Dickens, así este año sobre T.S. Eliot (1888–1965), otro gigante de la literatura inglesa con una conexión directa a este rincón de Inglaterra. Fue en un pabellón al aire libre con vista sobre la playa de Margate, cerca de 8 kms. al norte de Broadstairs, que entre Octubre y Noviembre de 1921 el mundialmente famoso poeta anglo-americano logró de nuevo escribir, y compuso unas 50 líneas de la tercera de las cinco partes del poema más influyente del siglo 20mo, al menos en el idioma inglés, La Tierra Baldía (1922).

El poema es un retrato brillante del vacío en los corazones y mentes de los hombres inmediatamente después de la Primer Guerra Mundial (1914–1918). En La Tierra Baldía Eliot fragua una manera nueva, fragmentaria, de escribir poesía, manera que capturó la condición espiritual rota del hombre moderno. Por su amplio y profundo asidero de las obras maestras artísticas del pasado, notablemente Dante y Shakespeare, Eliot pudo dar forma a la pobreza espiritual de hoy en día. Por ejemplo, en las seis líneas del poema que están claramente conectadas a Margate, una de tres niñas de la clase trabajadora cuenta como ella dio su honor por nada, y para resaltar el vacío en las vidas de las tres doncellas, las palabras de ellas están enmarcadas dentro de fragmentos de la canción de las tres doncellas del Rin que abre y cierra la visión cósmica de la épica El Anillo de los Nibelungos de Wagner.

El vacío y la nada. ¿Por qué diantres deben los Católicos ocuparse con autores tan deprimentes? La salvación es por Nuestro Señor Jesucristo, no por la cultura, especialmente no por cultura nihilista. Una respuesta particular concierne a T.S. Eliot. Una respuesta general concierne a toda la “cultura”, definida como aquellas novelas, pinturas y música con las cuales todos los hombres de todas las épocas necesariamente alimentan y forman sus corazones y sus mentes.

En cuanto a T.S. Eliot, él mismo pronto descartó La Tierra Baldía como “refunfuño rítmico”, y unos años más tarde él se hico un miembro de la Iglesia Anglicana. El había otorgado brillante expresión a la nada moderna, pero no se había revolcado en ella. Continuó escribiendo un número de piezas de teatro y especialmente el largo poema de los Cuatro Cuartetos, que bajo ningún concepto son nihilistas, y sobre los cuales también el Dr. White, que ama mucho a Eliot, hablará en Broadstairs dentro de unos pocos días. Habiendo asido el problema honestamente, Eliot no se refugió en ninguna solución de avestruz como lo han hecho muchos Católicos que se han dejado engañar por el Vaticano II.

Pues, ciertamente, la cultura en general es a la religión (o irreligión) como los suburbios de una ciudad son al centro de la ciudad. Y, así como un general militar que tiene que defender a una ciudad sería de lo más tonto al dejar que los suburbios sean ocupados por el enemigo, así cualquier Católico que ama su religión no puede ser indiferente a las novelas, pinturas y música que están moldeando a las almas todo alrededor de él. Por supuesto que la religión (o irreligión) es central a la vida de un hombre, comparada con la cual la “cultura” es periférica, porque la cultura de los hombres es, en el fondo, un producto derivado de su relación con su Dios. Sin embargo la cultura y la religión interactúan. Por ejemplo, ¿si no se hubieran dejado encantar muchos Católicos por la racha de “La novicia rebelde”, hubieran sido tan fácilmente engañados por el Vaticano II? O, ¿si los líderes actuales de la Fraternidad San Pío X, contrastando cultura católica con anti-cultura moderna, hubieran asido la profundidad del problema moderno, estarían ahora tan empeñados en volver bajo los perpetradores del Vaticano II? ¡La cultura puede importar, tanto como el Cielo y el Infierno!

Kyrie eleison.

La Broadstairs de Dickens

La Broadstairs de Dickens on junio 21, 2014

Varios amigos me han preguntado si me agrada la casa para la “Resistencia” recientemente comprada en Kent, Inglaterra. Me agrada. Es espaciosa y está siendo hermosamente arreglada con gusto por un compañero de exilio de la Fraternidad San Pío X, el Padre Stephen Abraham. Solamente el Cielo sabe como esta casa será utilizada en el futuro cercano y lejano, pero mientras tanto es un refugio delicioso, a cinco minutos de caminata del mar que Dios creó, y que los liberales no pueden tocar.

Varios famosos artistas y escritores ingleses del pasado han encontrado también refugio en este delicioso rincón del Noreste de Kent. El más famoso de los artistas es J.M.W. TURNER (1775–1851). Nacido en Londres donde pasó la mayor parte de su vida laboral, desde la edad de 11 años él pasó unos años formativos en Margate, a seis kms costa arriba de Broadstairs. Aquí él descubrió el mar, el cual con sus efectos luminosos fue una inspiración de toda la vida para sus pinturas, y entonces a Margate retornó frecuentemente más tarde en su vida.

También en Margate el poeta anglofono más famoso del siglo 20mo , T.S.ELIOT (1888–1965), compuso en un pabellón al aire libre aún en pie en la playa de Margate, una sección sustancial de la tercer parte de su poema más famoso, El país devastado (1922). Se había refugiado en esta villa costera venido desde Londres a causa de un matrimonio infeliz que le había afectado seriamente su salud. No permaneció mucho tiempo y continuó a Lausana, Suiza, donde, gracias al cuidado de un buen doctor, completó su recuperación así como El país devastado. Pero no cabe duda que el panorama del mar en Margate le ayudó.

Otro famoso poeta, al menos en Inglaterra, fue un visitante frecuente de Ramsgate, tres kms costa abajo de Broadstairs. Samuel Taylor COLERIDGE, uno de los cinco poetas románticos más destacados de Inglaterra, es mejor conocido por su largo poema Balada del viejo marinero. Amaba bañarse en el mar de Ramsgate, tal vez también por razones de salud. De cualquier manera, cuanto más frío el mar, más le agradaba.

El más famoso de todos, sin embargo, fue un visitante frecuente a Broadstairs mismo, el novelista Charles DICKENS (1812–1870). Acudió por primera vez a Broadstairs en 1837, por ser un lugar tranquilo donde completar su primer novela, Los papeles póstumos del club Pickwick, pero de tal manera se enamoró de la pequeña y anticuada villa costera que a menudo retornó con su familia durante las décadas de 1840 y 1850 para escribir o para descansar de escribir. Su nombre y nombres de sus novelas o de caracteres en sus novelas, se encuentran por todos lados en la vieja villa que él conoció. Ahora está rodeada, por no decir asfixiada, por suburbios de la era victoriana y modernos, pero Broadstairs todavía celebra cada año su más famoso visitante con un Festival de Dickens en junio.

El Dr. David Allen White, un profesor católico de literatura y de música bien conocido por muchos Católicos que se esfuerzan por mantener la Fe en todo el mundo de habla inglesa, es un gran aficionado de Dickens. Debido a que él está pasando por Londres este verano, aceptó visitar Broadstairs para asegurar los días 2 y 3 de Agosto un seminario de 24 horas de fin de semana sobre Dickens, abierto al público e incluyendo tres conferencias y Misa Dominical así como una visita guiada por él al Museo Dickens en la villa, organizado en una pequeña antigua casa conocida y visitada por Dickens mismo. Si usted está interesado en asistir, déjenos saber pronto (a través de info@dinoscopus.org) porque si el número de asistentes tiene que ser limitado, los primeros a presentarse serán los primeros servidos. Las comidas serán provistas en la casa, pero los visitantes tendrán que encontrar su propio alojamiento fuera. Atención, será el pico de la época de vacaciones.

Dickens no era Católico pero Dostoiewski lo llamaba “un gran Cristiano”. Dickens ciertamente tenía un corazón efusivo y abierto así como una pluma brillante.

Kyrie eleison.

Enfrentando al Caos

Enfrentando al Caos on febrero 18, 2012

Perspicaces lectores de estos “Comentarios” pueden haber observado una aparente contradicción. Por una parte, los “Comentarios” han condenado a menudo cualquier modernidad en las artes (por ejemplo EC 114, 120, 144, 157, etc.). Por otra parte, la semana pasada el poeta anglo-americano T.S.Eliot fue llamado un archi-modernista y alabado por haber lanzado un nuevo estilo de poesía mas acorde con los tiempos modernos, caóticos por cierto.

Como los “Comentarios” lo han señalado muchas veces, la modernidad en las artes se caracteriza por una fealdad y una falta de armonía porque el hombre moderno elige cada vez más vivir sin o en contra de Dios que ha llenado su creación con orden y hermosura. Pero esta hermosura y orden están ahora tan enterrados bajo las pompas y obras del hombre sin Dios que es fácil para los artistas creer que esas cualidades ya han dejado de existir. Si entonces su arte debe corresponder a lo que perciben de su entorno y sociedad, únicamente un artista moderno excepcional podrá transmitir algo del orden divino subyacente bajo la superficie desordenada de la vida moderna. Al contrario la mayoría de los artistas modernos han renunciado al orden y, como sus clientes, se revuelcan en el desorden.

Pero Eliot nació y fue educado a finales del siglo 19 cuando la sociedad mantenía todavía un orden relativo, y recibió en Estados Unidos una buena educación clásica en la época en que sólo algunos pocos maleantes en secreto soñaban con reemplazar la educación por el entrenamiento en materias inhumanas. Así Eliot pudo haber tenido en su juventud poco o ningún acceso a la verdadera religión, pero fue bien instruido por los clásicos de la música y de la literatura occidental que esta religión estaba produciendo desde la Edad Media. Sintiendo y buscando en ellos el orden que faltaba alrededor de él, Eliot se hizo capaz de captar el profundo desorden del naciente siglo 20, un desorden que no hizo más que explotar en la primera guerra mundial (1914–1918). De allí, La Tierra Baldía de 1922.

Pero en este poema Eliot está lejos de revolcarse en el desorden. Al contrario, claramente él lo odia, mostrando cuán vacío se encuentra de calor y de valor humanos. Así, puede ser que en “La Tierra Baldía” se encuentren pocas trazas de la religión occidental, pero sí termina con fragmentos de la religión oriental, y como dice Scruton, Eliot estaba seguramente sondeando la dimensión religiosa del problema. De hecho, pocos años después Eliot casi se volvió Católico, pero fue desanimado por la condenación de la “Acción Francesa” por parte de Pío XI en 1926, la cual le pareció a él favorecer el desorden mas que frenarlo. Así, lleno de gratitud para una Inglaterra que le había dado tanto del orden tradicional, él optó por una solución menos que completa , una combinación de anglicanismo y cultura profunda con un Rosario siempre en su bolsillo. Sin embargo Dios escribe derecho en líneas torcidas. ¿Cuántas almas en busca de orden se alejarían de Shakespeare o Eliot si pensaran que cualquiera de los dos, por ser totalmente Católicos, no tienen más que respuestas pre-fabricadas que no corresponden a la vida real?

Eso es triste, pero así es. Ahora bien, las almas pueden muy bien estar engañándose de una manera o de otra si se alejan de los autores o artistas católicos con el pretexto de que ellos no encaran la vida real, pero corresponde a los Católicos no darles tal excusa. Demos nosotros los Católicos el ejemplo de no conformarnos con soluciones artificiales para los problemas modernos ya que éstas serán necesariamente falsas. No somos ángeles; somos criaturas terrenales invitadas al Cielo siempre y cuando nos decidamos a llevar nuestra Cruz moderna siguiendo a Nuestro Señor Jesucristo. ¡Solamente tales seguidores pueden reconstruir la Iglesia y el mundo!

Kyrie eleison.

Angelismo Mortal

Angelismo Mortal on febrero 11, 2012

Al discernir lo que hizo de T.S.Eliot (1888–1965) “indiscutiblemente el mayor poeta de lengua inglesa del siglo 20,” un escritor conservador inglés de nuestros días, Roger Scruton, tiene algunas cosas interesantes para sugerir a los Católicos cuya fe pende de un hilo en estos primeros años del siglo 21 –brevemente: ¡la solución está en el sufrimiento mismo! Si estamos crucificados por el mundo que nos rodea, aquí está la Cruz que debemos llevar.

Eliot era en poesía un ultra-modernista. Como lo dice Scruton, “El derribó el siglo 19 en la literatura e inauguró la edad de la versificación libre, la enajenación y la experimentación.” Uno se puede preguntar si la combinación final de Eliot compuesta de profunda cultura y de anglicanismo es una solución suficiente a los problemas que él abordaba, pero ¿quien puede negar que con su famoso poema La Tierra Baldía de 1922, abrió el camino a la poesía inglesa contemporánea? La influencia enorme de sus poemas demostró por lo menos que Eliot había puesto el dedo sobre la llaga de nuestra época. Es un hombre moderno y planteó frontalmente el problema de la época moderna, resumido por Scruton como “fragmentación, herejía e incredulidad.”

Sin embargo, La Tierra Baldía no hubiera sido la obra maestra que fue si no hubiera sacado algún sentido del caos. De hecho, es un brillante retrato en sólo 434 líneas de la “civilización” europea destrozada, tal como emergió de las ruinas de la primera guerra mundial (1914–1918). ¿Y cómo llegó Eliot a este resultado? Porque, como lo dice Scruton, el ultra-modernista Eliot era al mismo tiempo un ultra-conservador. Eliot se había empapado de los grandes poetas del pasado, en particular Dante y Shakespeare, pero también de maestros mas modernos como Baudelaire y Wagner y resulta claro en La Tierra Baldía que es por haberse aferrado al antiguo orden que Eliot pudo captar el desorden de la época actual.

Scruton comenta que cuando Eliot barrió de un soplo la gran tradición de la poesía romántica inglesa del siglo 19, fue porque el romanticismo ya no correspondía más a la realidad de su época. “El creía que el uso por parte de sus contemporáneos de la envejecida dicción poética y de los ritmos cadenciosos revelaba una grave debilidad moral: un rechazo de aprehender la vida tal como es realmente, un rechazo de sentir lo que debe sentirse frente a la experiencia que es ineludiblemente la nuestra. Y este rechazo no se limita, pensaba Eliot, a la literatura, sino que abarca la totalidad de la vida moderna.” La búsqueda de un nuevo lenguaje literario por parte de Eliot constituía por consiguiente una parte de una búsqueda mas amplia –”la de la realidad de la experiencia moderna.”

Ahora bien, ¿no hemos visto acaso y no vemos aun, la misma “grave debilidad moral” dentro de la Iglesia? Uno puede dar el nombre de “Cincuentismo” a esta debilidad de la Iglesia de los años 1950 que fue la causa directa del desastre del Vaticano II en los años 1960. Pues ¿que fue el “Cincuentismo” sino el rechazo de ver francamente al mundo moderno tal como es? ¿La ilusión de que todo era hermoso y de que todos eran buenos? ¿La ilusión de que si yo me escondo en un angelismo sentimental, entonces los problemas de la Iglesia en el mundo revolucionario sencillamente se esfumarán? ¿Y que significa ahora la ilusión de que Roma quiere realmente la Tradición Católica sino esencialmente el mismo rechazo de la realidad moderna? Así como Eliot nos enseña que el sentimentalismo es la muerte de la verdadera poesía, asimismo Monseñor Lefebvre nos ha demostrado que es la muerte del verdadero Catolicismo. Este Arzobispo ultra-conservador era el mas verdadero de los Católicos modernos.

Católicos, la realidad de hoy puede crucificarnos por cualquiera de sus numerosos caminos corruptos, pero alégrense, otra vez, dice San Pablo, alégrense, pues en nuestra aceptación de nuestra propia Cruz de hoy se encuentra nuestra única salvación y el único futuro para el Catolicismo.

Kyrie eleison.