Etiqueta: Shakespeare

¡Hablad!

¡Hablad! posted in Comentarios Eleison on diciembre 28, 2019

Si ha habido grandes mentes del pasado, es porque habrán estado pensando en grandes cuestiones, lo que significa, explícita o implícitamente, cuestiones de Dios, y si eran verdaderamente grandes mentes, su pensamiento no habrá sido sólo destructivo. Una de esas mentes fue ciertamente el Shakespeare de Inglaterra. Como católico, lidió con la apostasía de su país que se estaba cumpliendo justo cuando él estaba llegando a su mejor momento, alrededor de 1600. Pero ese giro de Inglaterra hacia el protestantismo significó que si él no quería ser colgado, arrastrado y descuartizado, tenía que disfrazar su mensaje católico, como lo demostró Clare Asquith en su libro de 2005, “Shadowplay”, donde llevó la literatura inglesa muy por encima de los “patriotas” ingleses y los enanos de la crítica literaria.

Para tomar sólo un ejemplo, en el Apéndice del libro acerca del Soneto 152 de Shakespeare, ella muestra cómo de principio a fin, debajo de la aplicación obvia a una mujer que Shakespeare ha conocido, hay un segundo significado completo de aplicación mucho más amplia para él mismo como escritor que no ha logrado advertir a sus compatriotas como debería haberlo hecho. Aquí están las 14 líneas del soneto junto con su obvio significado:—

In loving thee thou know’st I am forsworn
But thou art twice forsworn to me love swearing,
In act thy bed-vow broke and new faith torn,
In vowing new hate after new love bearing.
But why of two oaths’ breach do I accuse thee,
When I break twenty? I am perjured most,
For all my vows are oaths but to misuse thee,
And all my honest faith in thee is lost;
For I have sworn deep oaths of thy deep kindness,
Oaths of thy love, thy truth, thy constancy,
And, to enlighten thee, gave eyes to blindness,
Or made them swear against the thing they see.
    For I have sworn thee fair: more perjured eye,
    To swear against the truth so foul a lie

Sabes que rompo una promesa al amarte, pero
jurando que me amas, rompes dos promesas: tú
abandonaste la cama de tu marido, luego regresaste a él
(“nueva fe”, “nuevo amor”) sólo para abandonarlo de nuevo.
Pero ¿por qué te acuso de romper dos juramentos cuando
¿Yo rompo veinte? Soy yo el mayor perjurador, porque
Para tu propio daño he jurado sobre juramento acerca de
tu bondad cuando yo sabía que no eras buena.
Así que he estado jurando que eres muy gentil,
muy cariñosa, muy veraz, muy constante, y para ponerte
en una buena luz, me he hecho ver lo que yo
No vi, o, he jurado que no vi lo que el ojo vio.
    Porque he jurado que eras buena. ¡Qué terrible
    Perjurio por mi parte, cuando eso es tan falso!

Curiosamente, el texto del soneto tiene más sentido en su significado oculto, refiriéndose a la Inglaterra infiel, que en su significado aparente, refiriéndose a la amante infiel de Shakespeare. Así, “Merrie Englande” había sido una fiel esposa de la Iglesia Católica durante 900 años. Por el Acto de Supremacía de Enrique VIII (1534), (“In Act”) Inglaterra rompió su matrimonio (“bed-vow”) con la Iglesia Católica y tomó al protestantismo como su amante. Luego se volvió a casar con la Iglesia Católica bajo María Tudor (1553, “nueva fe”, “nuevo amor”), sólo para volver a caer en el adulterio con el protestantismo bajo Isabel I (1558, “regresaste ”, “nuevo odio” a la Iglesia Católica). Pero Shakespeare (1564–1616) se culpa de una infidelidad mucho peor, porque a lo largo de estos años ha glorificado repetidamente (“para ponerte en buena luz”) a Inglaterra con sus infieles gobernantes Tudor, por ejemplo en sus Dramas Historicas, glorificando para mal a Inglaterra (“para tu proprio daño”), porque como católico sabía muy bien que el protestantismo sería la ruina de Merrie Englande. ¡Claro que sí!

¿Y hoy? El patrón se repite: durante más de 1900 años los católicos del mundo estuvieron fielmente casados con la verdadera Iglesia, pero con el Vaticano II (1962–1965) la mayoría de ellos siguieron a los malos líderes hasta llegar más o menos al adulterio con el mundo moderno (“bed-vow broke”). Luego Mons. Lefebvre (1905–1991) llevó a muchos de vuelta a la Iglesia verdaderamente católica (“nueva fe”, “nuevo amor”, o renovación de la vieja fe y el viejo amor), sólo para ver a sus sucesores a la cabeza de la Sociedad de San Pío X, que fundó en 1970, caer de nuevo en un adulterino anhelo de un reencuentro con la Roma conciliar, por un “nuevo odio” a la verdad pre-conciliar.

¿Conclusión? Cualquier Shakespeare entre nosotros, o cualquier católico, debe decir fuerte y claro que, como tal, la Roma de la Pachamama no es otra cosa que una abominación que debe ser evitada.

Kyrie eleison.

Hamlet = Apostasia

Hamlet = Apostasia posted in Comentarios Eleison on enero 5, 2019

Si Hamlet es posiblemente la más desconcertante, probablemente la más interesante y sin duda la más moderna de las 37 obras de teatro de Shakespeare, es por la misma razón – hay un elefante en la sala, es decir, algo enorme pero no percibido. Ese elefante es la apostasía de Inglaterra de la fe católica que el gobierno inglés estaba triturando cuando Shakespeare escribió la obra, alrededor del año 1600 d.C., y que lo estaba llevando a la desesperación porque era un católico devoto. Así que (1) Hamlet es la más desconcertante de sus obras para la muchedumbre de lectores post-católicos o aficionados al teatro o críticos que no tienen ni idea de que la “Reforma” ha sido la mayor catástrofe de la historia que ha caído sobre Inglaterra. (2) Es la más interesante de las obras porque es crucial y es conflictual entre la Edad Media ya pasada y la Edad Moderna venidera. (3) Es la más moderna, porque en los últimos 400 años prácticamente todo el mundo ha venido a compartir la apostasía de Inglaterra.

(1) Pero, ¿a quién le importa la apostasía hoy en día? ¿Cuánta gente sabe lo que significa la palabra (un apartarse de la fe católica)? Hubo un tiempo, como en 1600 en Inglaterra, en el que el Diablo persiguió ferozmente a la Fe, de modo que Shakespeare tuvo que disfrazar la Fe en sus obras para no ser colgado, eviscerado y descuartizado. Pero hoy el Diablo arruina muchas más almas al hacerles dar por sentado que la religión es de tan poca importancia que cualquiera puede elegir cualquier religión que quiera, o ninguna. Y los viles medios de comunicación están tan saturados de errores e inmoralidad que la muchedumbre ya no se da cuenta de ellos. Ver el libro de Clare Asquith, Shadowplay, para la codificación católica en todas las obras de Shakespeare. Pero si la incestuosa madre de Hamlet, la reina Gertrudis, representa a Inglaterra cometiendo incesto con el protestantismo, su cuñado de ella, ¿es de extrañar que nuestros contemporáneos no puedan ver ninguna razón proporcionada para la melancolía del príncipe Hamlet?

(2) La obra es crucial y conflictual porque, como ninguna otra de las obras de Shakespeare, está suspendida entre el mundo medieval y el Nuevo Orden Mundial, porque el propio Shakespeare estaba siendo sacudido hasta la médula por el aparente éxito de la erradicación de la fe en su amado país, como puede leerse en la obra, desde la amargura del príncipe hacia casi todos los que le rodean, especialmente su verdadero amor, Ofelia. Ahora bien, un católico no es amargo, pero Shakespeare era amargo, al escribir Hamlet (la amargura no duró mucho). Lea el libro inmensamente valioso de John Vyvyan, The Shakespearean Ethic, si quiere discernir ese patrón moral que subyace en todas las obras de teatro, que fue la gloriosa herencia de Shakespeare de la Inglaterra medieval. Incluso está presente en Hamlet, sobre todo en el rechazo del Príncipe a Ofelia para abrir paso en su corazón a la venganza. Pero en Hamlet, como en ninguna otra obra, la corrupción de la sociedad – ni más ni menos que por apostasía – es tan terrible que el Príncipe antisocial se presenta como un héroe absoluto, el primero de una larga lista de héroes antiautoritarios (cf. Hollywood) que necesitan anular todo respeto natural por la autoridad social. La apostasía mata a la sociedad.

(3) Así pues, Hamlet es la más moderna de las obras de Shakespeare porque es la que más se aleja del modelo medieval o lo superpone. Shakespeare escribió muchas obras después de Hamlet, pero nunca más se sintió tentado a reemplazar el amor por la venganza, o a regresar del Nuevo al Antiguo Testamento. Recuperó la calma y el equilibrio mientras escribía obras de teatro magníficas, pero en 1611 abandonó el escenario y Londres para dejar a los puritanos y tomar el control de Inglaterra y llevar eventualmente a todo el mundo lejos de Dios. Hoy en día, generaciones de jóvenes amamantados por los antihéroes se han convertido en anti-hombres, con poco o nada de su herencia medieval. Pero la naturaleza humana no ha cambiado, y los seres humanos todavía necesitan que el hombre sea el que guíe, razón por la cual las niñas están tratando de convertirse en varones, y los dos sexos jóvenes se desprecian cada vez más el uno al otro. En una frase de Macbeth, “La confusión ha hecho su obra maestra.”

Si usted lee Hamlet, tenga cuidado entonces con el Fantasma en el Primer Acto. Si usted es católico, sabe que Dios nunca dejaría salir del Purgatorio a un alma para buscar venganza. Pues, ¿de dónde debe venir el Fantasma, si no del Infierno? En ese caso, ¿es el Príncipe realmente un héroe? La amargura de Shakespeare era comprensible, pero retorció su teología. Jóvenes, adoren y amen a Jesucristo, amen a su Madre, recen su Rosario y guíen a las muchachas. Para eso los necesitan.

Kyrie eleison.

¿El Shakespeare Norteamericano?

¿El Shakespeare Norteamericano? posted in Comentarios Eleison on marzo 17, 2012

Algunas personas encontrarán absurdo comparar cualquier personaje relacionado al mundo del cine moderno con uno de los mayores poetas y dramaturgos de todos los tiempos, pero la fiesta de San Patricio puede ser un momento apropiado para conmemorar a un gran hijo de Irlanda, el cineasta norteamericano John Ford (1895–1973), señalando algunas semejanzas entre su carrera y la de William Shakespeare (1564–1616). Un John Ford puede ser lo más cercano a un Shakespeare que nuestra pobre época moderna pueda producir – veamos pues:—

Para empezar, los dos hombres fueron enormemente exitosos como creadores de espectáculos populares. Shakespeare empezó no por escribir literatura inglesa sino piezas para la compañía del Globe Theatre, al cual le faltaban siempre nuevas obras para poner en escena. Entre 1592 y su exilio del teatro de Londres que ocurrió menos de 20 años después, escribió unas 35 piezas de todo género: piezas históricas, comedias, tragedias, romances. Todas fueron exitosas pues Shakespeare se había involucrado totalmente en el Globe Theatre y era muy cercano a su público. En cuanto a John Ford, para satisfacer la insaciable demanda de nuevas películas por parte del público norteamericano, entre 1917 y 1970 dirigió, con una compañía de actores que reaparecían a menudo, más de 140 películas, mezclando, como Shakespeare, la comicidad y la seriedad, la gran vida y la vida del pueblo. Muchas de sus películas tuvieron un gran éxito pues Ford como Shakespeare conocía bien su público.

Los dos hombres tuvieron tal éxito porque eran buenos cuentistas, siendo los cuentos el corazón de la distracción popular. Los dos hombres sabían enganchar a sus audiencias y mantenerlas en suspenso – ¿Que pasará ahora? Y, como los cuentistas pueden tener una influencia considerable, por ello estos dos hombres contribuyeron a moldear hasta el carácter de sus naciónes. Por sus piezas históricas que actuaban como propaganda para la dinastía Tudor recientemente establecida, Shakespeare influenció de una manera permanente como los ingleses se ven a si mismos, desde que salieron de la Edad Media. De la misma manera Ford era experto en la historia norteamericana (véase por ejemplo El último hurra, 1958) y, creando el mito del “Western” que dió lugar al “Far West” de Norteamérica, él definió de tal manera el carácter nacional norteamericano que todos desde entonces asociamos a los norteamericanos con los “cow-boys.”

Los dos hombres pasaron por un aprendizaje serio previo a sus artes, Shakespeare en las tablas del Globe Theatre, Ford como camarógrafo durante varios años antes de hacerse cineasta. Como poeta, Shakespeare es incomparable por su maestría de la palabra, mientras que la poesía de Ford podría ser su sentido de la imagen. Innumerables directores de cine han estudiado sus películas para aprender a usar la cámara pues Ford sabía muy bien componer los detalles de sus imágenes en movimiento (“movies”). Cuando preguntaron a otro famoso cineasta, Orson Wells, cuales eran los directores de cine que mas apreciaba, contestó: “Me gustan los viejos maestros, quiero decir John Ford, John Ford, y John Ford.” ¡Mientras que otro cineasta comparaba las películas de Ford por “la sencillez y la fuerza” de su estilo a las obras del período medio de Beethoven!

Para terminar los dos hombres eran Católicos. El drama mas profundo de las piezas de Shakespeare proviene seguramente del sentido Católico, necesariamente disfrazado, que él tenía de la tragedia que representaba la caída irreversible de la “Inglaterra alegre” en la apostasía. John Ford era el décimo de once hijos de dos inmigrantes a Estados Unidos, los dos nacidos en la Irlanda Católica. Sin lugar a dudas, la Fe de sus antepasados le permitió conmemorar la relativa inocencia y decencia de la América de ayer, con sus mujeres femeninas y sus héroes viriles y rectos, tipificados por John Wayne en las películas de Ford. Puede ser que un rey del cine moderno no entrará jamás en el Panteón de los grandes hombres de todos los tiempos al lado de un Shakespeare, pero ese rey moderno John Ford lo fue.

Gracias Irlanda y Norteamérica. ¡Feliz fiesta de San Patricio a ambas!

Kyrie eleison.

Enfrentando al Caos

Enfrentando al Caos posted in Comentarios Eleison on febrero 18, 2012

Perspicaces lectores de estos “Comentarios” pueden haber observado una aparente contradicción. Por una parte, los “Comentarios” han condenado a menudo cualquier modernidad en las artes (por ejemplo EC 114, 120, 144, 157, etc.). Por otra parte, la semana pasada el poeta anglo-americano T.S.Eliot fue llamado un archi-modernista y alabado por haber lanzado un nuevo estilo de poesía mas acorde con los tiempos modernos, caóticos por cierto.

Como los “Comentarios” lo han señalado muchas veces, la modernidad en las artes se caracteriza por una fealdad y una falta de armonía porque el hombre moderno elige cada vez más vivir sin o en contra de Dios que ha llenado su creación con orden y hermosura. Pero esta hermosura y orden están ahora tan enterrados bajo las pompas y obras del hombre sin Dios que es fácil para los artistas creer que esas cualidades ya han dejado de existir. Si entonces su arte debe corresponder a lo que perciben de su entorno y sociedad, únicamente un artista moderno excepcional podrá transmitir algo del orden divino subyacente bajo la superficie desordenada de la vida moderna. Al contrario la mayoría de los artistas modernos han renunciado al orden y, como sus clientes, se revuelcan en el desorden.

Pero Eliot nació y fue educado a finales del siglo 19 cuando la sociedad mantenía todavía un orden relativo, y recibió en Estados Unidos una buena educación clásica en la época en que sólo algunos pocos maleantes en secreto soñaban con reemplazar la educación por el entrenamiento en materias inhumanas. Así Eliot pudo haber tenido en su juventud poco o ningún acceso a la verdadera religión, pero fue bien instruido por los clásicos de la música y de la literatura occidental que esta religión estaba produciendo desde la Edad Media. Sintiendo y buscando en ellos el orden que faltaba alrededor de él, Eliot se hizo capaz de captar el profundo desorden del naciente siglo 20, un desorden que no hizo más que explotar en la primera guerra mundial (1914–1918). De allí, La Tierra Baldía de 1922.

Pero en este poema Eliot está lejos de revolcarse en el desorden. Al contrario, claramente él lo odia, mostrando cuán vacío se encuentra de calor y de valor humanos. Así, puede ser que en “La Tierra Baldía” se encuentren pocas trazas de la religión occidental, pero sí termina con fragmentos de la religión oriental, y como dice Scruton, Eliot estaba seguramente sondeando la dimensión religiosa del problema. De hecho, pocos años después Eliot casi se volvió Católico, pero fue desanimado por la condenación de la “Acción Francesa” por parte de Pío XI en 1926, la cual le pareció a él favorecer el desorden mas que frenarlo. Así, lleno de gratitud para una Inglaterra que le había dado tanto del orden tradicional, él optó por una solución menos que completa , una combinación de anglicanismo y cultura profunda con un Rosario siempre en su bolsillo. Sin embargo Dios escribe derecho en líneas torcidas. ¿Cuántas almas en busca de orden se alejarían de Shakespeare o Eliot si pensaran que cualquiera de los dos, por ser totalmente Católicos, no tienen más que respuestas pre-fabricadas que no corresponden a la vida real?

Eso es triste, pero así es. Ahora bien, las almas pueden muy bien estar engañándose de una manera o de otra si se alejan de los autores o artistas católicos con el pretexto de que ellos no encaran la vida real, pero corresponde a los Católicos no darles tal excusa. Demos nosotros los Católicos el ejemplo de no conformarnos con soluciones artificiales para los problemas modernos ya que éstas serán necesariamente falsas. No somos ángeles; somos criaturas terrenales invitadas al Cielo siempre y cuando nos decidamos a llevar nuestra Cruz moderna siguiendo a Nuestro Señor Jesucristo. ¡Solamente tales seguidores pueden reconstruir la Iglesia y el mundo!

Kyrie eleison.

Angelismo Mortal

Angelismo Mortal posted in Comentarios Eleison on febrero 11, 2012

Al discernir lo que hizo de T.S.Eliot (1888–1965) “indiscutiblemente el mayor poeta de lengua inglesa del siglo 20,” un escritor conservador inglés de nuestros días, Roger Scruton, tiene algunas cosas interesantes para sugerir a los Católicos cuya fe pende de un hilo en estos primeros años del siglo 21 –brevemente: ¡la solución está en el sufrimiento mismo! Si estamos crucificados por el mundo que nos rodea, aquí está la Cruz que debemos llevar.

Eliot era en poesía un ultra-modernista. Como lo dice Scruton, “El derribó el siglo 19 en la literatura e inauguró la edad de la versificación libre, la enajenación y la experimentación.” Uno se puede preguntar si la combinación final de Eliot compuesta de profunda cultura y de anglicanismo es una solución suficiente a los problemas que él abordaba, pero ¿quien puede negar que con su famoso poema La Tierra Baldía de 1922, abrió el camino a la poesía inglesa contemporánea? La influencia enorme de sus poemas demostró por lo menos que Eliot había puesto el dedo sobre la llaga de nuestra época. Es un hombre moderno y planteó frontalmente el problema de la época moderna, resumido por Scruton como “fragmentación, herejía e incredulidad.”

Sin embargo, La Tierra Baldía no hubiera sido la obra maestra que fue si no hubiera sacado algún sentido del caos. De hecho, es un brillante retrato en sólo 434 líneas de la “civilización” europea destrozada, tal como emergió de las ruinas de la primera guerra mundial (1914–1918). ¿Y cómo llegó Eliot a este resultado? Porque, como lo dice Scruton, el ultra-modernista Eliot era al mismo tiempo un ultra-conservador. Eliot se había empapado de los grandes poetas del pasado, en particular Dante y Shakespeare, pero también de maestros mas modernos como Baudelaire y Wagner y resulta claro en La Tierra Baldía que es por haberse aferrado al antiguo orden que Eliot pudo captar el desorden de la época actual.

Scruton comenta que cuando Eliot barrió de un soplo la gran tradición de la poesía romántica inglesa del siglo 19, fue porque el romanticismo ya no correspondía más a la realidad de su época. “El creía que el uso por parte de sus contemporáneos de la envejecida dicción poética y de los ritmos cadenciosos revelaba una grave debilidad moral: un rechazo de aprehender la vida tal como es realmente, un rechazo de sentir lo que debe sentirse frente a la experiencia que es ineludiblemente la nuestra. Y este rechazo no se limita, pensaba Eliot, a la literatura, sino que abarca la totalidad de la vida moderna.” La búsqueda de un nuevo lenguaje literario por parte de Eliot constituía por consiguiente una parte de una búsqueda mas amplia –”la de la realidad de la experiencia moderna.”

Ahora bien, ¿no hemos visto acaso y no vemos aun, la misma “grave debilidad moral” dentro de la Iglesia? Uno puede dar el nombre de “Cincuentismo” a esta debilidad de la Iglesia de los años 1950 que fue la causa directa del desastre del Vaticano II en los años 1960. Pues ¿que fue el “Cincuentismo” sino el rechazo de ver francamente al mundo moderno tal como es? ¿La ilusión de que todo era hermoso y de que todos eran buenos? ¿La ilusión de que si yo me escondo en un angelismo sentimental, entonces los problemas de la Iglesia en el mundo revolucionario sencillamente se esfumarán? ¿Y que significa ahora la ilusión de que Roma quiere realmente la Tradición Católica sino esencialmente el mismo rechazo de la realidad moderna? Así como Eliot nos enseña que el sentimentalismo es la muerte de la verdadera poesía, asimismo Monseñor Lefebvre nos ha demostrado que es la muerte del verdadero Catolicismo. Este Arzobispo ultra-conservador era el mas verdadero de los Católicos modernos.

Católicos, la realidad de hoy puede crucificarnos por cualquiera de sus numerosos caminos corruptos, pero alégrense, otra vez, dice San Pablo, alégrense, pues en nuestra aceptación de nuestra propia Cruz de hoy se encuentra nuestra única salvación y el único futuro para el Catolicismo.

Kyrie eleison.

¡No Pida Prestado!

¡No Pida Prestado! posted in Comentarios Eleison on julio 2, 2011

El último rescate financiero de Grecia, si se realiza, va a aplazar una vez más el día desastroso para la Unión Europea y tal vez para el sistema financiero mundial, pero el día únicamente se pospuso, no se canceló. El problema es sistémico. Si los políticos demócratas quieren ser re-elegidos, deben de pedir prestado para pagar la asistencia social gratuita a la que ellos mismos han acostumbrado a la gente a exigir, pero la locura para individuos, familias o naciones de sacar préstamos sobre préstamos no puede durar por siempre, y un día se suscita un paro estrepitoso. Esos pueblos y políticos han estado por un largo tiempo en el camino incorrecto, pues la decisión de acumular los préstamos es normalmente estúpida o criminal.

Es estúpido si se ha olvidado la sabiduría básica de estas tres líneas de Shakespeare, que superan muchísimos volúmenes escritos por “economistas” profesionales:— “Procura no dar ni pedir prestado a nadie / Porque el que presta suele perder a un tiempo el dinero y al amigo / Y el que se acostumbra a pedir prestado falta al espíritu de economía y buen orden.” En otras palabras el hábito de pedir prestado nos acostumbra a no utilizar racionalmente los recursos a los que tenemos acceso. Por ejemplo, el dinero prestado se obtiene fácilmente, por lo menos para empezar, y así disminuye el sentido del valor del dinero y el sentido de la realidad, por ejemplo lo difícil que puede ser ganar el dinero o eventualmente pagar la deuda. En cuanto a prestar, dice Polonio (Hamlet,I, 3), no solamente a menudo no se pagan las deudas, sino que también si he prestado a un amigo, quien no puede pagarme, puede tener demasiado miedo o estar avergonzado como para volver a acercarse a mí.

Sin embargo, no todos los prestamistas son estúpidos. Varios de ellos son criminales, porque saben que al prestar dinero a tasas de interés usurarias pueden someter a los individuos, a las familias y a las naciones a la pobreza y a la esclavitud – “El que toma prestado es siervo” (o esclavo) “del que presta” (Prov. XXII, 7). Algunas tarjetas de crédito hoy en día pagan tasas de entre el 20 y el 30% de interés, sin embargo la Iglesia Católica siempre ha condenado severamente la usura. Los usureros son criminales que destruyen la estructura de la sociedad empobreciendo y esclavizando a los hombres o a naciones enteras.

En los tiempos modernos la usura toma diferentes formas, dicen los Papas, y esta es la razón por la cual el mundo entero debería hoy en día darse cuenta de que él mismo se ha dejado esclavizar por los astutos maestros del dinero, que utilizan su riqueza para dominar a los medios y a los políticos en particular, así comprando el control de la sociedad entera que se entrega a Mamón. La pregunta entonces surge, ¿cómo pudo Dios permitir que se diera esa problemática y cómo es que puede ahora proponerse permitir el sufrimiento inmenso que vendrá con el inminente colapso financiero y/o la Guerra Mundial, ambos maquinados por sus enemigos para obtener, como esperan, la totalidad del poder mundial?

La respuesta es que les ha dado tanto poder a sus enemigos porque la crueldad e inhumanidad de los mismos le sirven como el azote que caerá sobre las espaldas de un mundo que se ha apartado de Él y que ha preferido tomar a Mamón como su maestro – no podéis servir a Dios y a Mamón, dice Nuestro Señor (Mateo VI, 24). Y Dios permitirá mucho más sufrimiento en el futuro inmediato, porque “En el sufrimiento se aprende” (Esquilo), y de hecho únicamente el sufrimiento severo será suficiente hoy en día para permitirle a un número significativo de almas alrededor del mundo aprender que su materialismo y adoración de Mamón son enemigos traicioneros de su único verdadero interés, la salvación de sus almas eternas.

Madre de Dios, ¡Obtén misericordia para nosotros, pobres pecadores!

Kyrie eleison.