Comentarios Eleison

Delincuencia sin Semejanza – II

Delincuencia sin Semejanza – II on noviembre 28, 2009

“Comentarios Eleison” de la semana pasada se comprometió a demostrar que el Vaticano II fue diseñado para invalidar los sacramentos de la Iglesia introduciendo Ritos sacramentales cuya deliberada ambigüedad corrompería, en el largo plazo (“después de 50 años,” comentaba el Cardenal Lienart en su lecho de muerte), la Intención sacramental indispensable de los Ministros. Pero el Vaticano II tendrá que esperar hasta la próxima semana. Esta semana necesitamos analizar con detenimiento el mecanismo de la intención humana para poder entender que el Ministro sacramental necesita tener en su cabeza una idea fundamentalmente sana de lo que la Iglesia es y hace.

Cuando un ser humano tiene la intención de algo, o pretende lograr alguna meta, necesita primero tener en su cabeza la idea de la meta que quiere alcanzar. De hecho, nadie puede perseguir una meta sin tener en principio la idea de ésta en su cabeza, y se puede perseguir esta meta solamente a través de la idea que se tiene de la misma. Pero las ideas dentro de la cabeza de una persona pueden o no corresponder a la realidad que impera fuera de su cabeza. Si su idea corresponde a la realidad, puede entonces alcanzar su meta. Si no corresponde, puede alcanzar su idea pero no alcanzará su meta.

Tomemos por ejemplo un padre de familia que tiene la intención de hacer felices a sus hijos, pero cuya idea de cómo lograr esto es a través de relajar toda clase de disciplina en su casa. ¡Dios mío!, la indisciplina hace a los niños infelices, no felices, así es que cuando el papá relaja la disciplina, logra dicha relajación pero no la felicidad de los pequeños. Él alcanzó su idea pero no alcanzó la realidad, porque su idea estaba desconectada de la realidad.

Ahora, para que un sacramento sea válido, el Ministro (obispo, sacerdote o laico) debe tener la intención de “hacer lo que la Iglesia hace,” como fue explicado la semana pasada, para lograr poner su acción instrumental debajo de la acción primordial de Dios, única fuente de toda gracia sacramental. Así es que antes de que él administre el sacramento, tiene que tener una idea de lo que “la Iglesia hace,” lo que requiere una idea previa de lo que la Iglesia es. Por lo tanto, si sus ideas de lo que la Iglesia es y hace no corresponden a las realidades Católicas, ¿cómo puede tener la intención de hacer lo que la Iglesia verdadera hace, y por lo tanto, cómo puede administrar sacramentos verdaderos? Si por ejemplo este Ministro cree verdaderamente que la Iglesia es una clase de “Club para Creyentes Sentimentalistas,” o que la Misa es el picnic de esa comunidad y el Bautismo el rito de iniciación para pertenecer a este Club, puede entonces alcanzar su objetivo de realizar el picnic o la iniciación, pero lo que realizará nunca podrá ser una Misa o un Bautismo Católico.

Ahora bien uno podria objectar que tiene un ministro semejante la intención implícita de “hacer lo que la Iglesia hace y siempre ha hecho,” pero su Intencion sacramental no sale necessariamente valida. Por ejemplo, de acuerdo a la “hermenéutica (interpretación) de la continuidad” que reina desde ahora dentro de la Nueva Iglesia, no tiene que verse ninguna ruptura entre la Iglesia Católica y la Nueva Iglesia, ni entre la Santa Misa y el picnic; sólo tiene que existir ¡un desarrollo armónico! Así es que la intención de celebrar la Santa Misa excluyendo el picnic, o la de disfrutar del picnic excluyendo a la Santa Misa, serían la misma intención, supuestamente de realizar ¡”Misapicnics”! Dicha “hermenéutica” puede reconciliar cosas que son, en realidad, ¡irreconciliables! Pero, ¿puede alguien que tenga esta “hermenéutica” en su cabeza, realizar sacramentos en realidad válidos? Como dicen los Norteamericanos “¡Ve tu a saber!” Sólo Dios sabe.

Esta manera de pensar es la razón por la cual existe una confusión casi sin esperanza en la Iglesia de hoy. ¿Qué se necesitará para que los sacerdotes vuelvan a ver a los gatos como gatos y no como perros, y a reconocer a los perros como perros y no como gatos? ¡O un milagro sobrenatural o un cataclismo natural!

Kyrie eleison.

Delincuencia sin Semejanza – I

Delincuencia sin Semejanza – I on noviembre 21, 2009

Para hacer resaltar una vez más la delincuencia sin semejanza del Concilio Vaticano Segundo (1962–1965), dos semanas no serán demasiadas para responder a la objeción razonable de un lector al argumento de “Comentarios Eleison” de hace tres semanas (31 de octubre). Dicho argumento sostenía que los Ritos sacramentales de la Iglesia Conciliar, introducidos por el post-Concilio, son de tal naturaleza que a largo plazo invalidarán los sacramentos de la misma, debido a que fueron diseñados para que a través de su ambigüedad puedan erogar la Intención sacramental del Ministro (sea obispo, sacerdote o laico), sin la cual no puede haber sacramento.

El lector se objetó tomando como base la enseñanza clásica de la Iglesia que dice que las fallas personales del Ministro sacramental, aún su falta de Fe, pueden ser compensados por la Fe de la Iglesia en cuyo nombre él está suministrando el sacramento (cf. Summa Theologiae, 3a, LXIV, 9 ad 1). Siendo así – un ejemplo clásico – un Judío que no posee en lo más mínimo la Fe Católica puede, sin embargo, válidamente bautizar a un amigo en su lecho de muerte siempre y cuando el Judío sepa que la Iglesia Católica realiza algo cuando bautiza, y tenga la intención de realizar esa misma cosa que la Iglesia realiza. Esta Intención de hacer lo que la Iglesia hace lo demuestra al pronunciar las palabras y al hacer las acciones establecidas en el Rito de la Iglesia para el sacramento del bautismo.

Por lo tanto, argumentaba nuestro lector, la Iglesia Conciliar puede haber corrompido la fe del Ministro Católico, pero la Iglesia Eterna compensará cualquier falta de su fe, y los sacramentos que él administre seguirán siendo válidos. Para lo cual, la primera parte de la respuesta a la objeción es que si los Ritos sacramentales de la Iglesia Conciliar atacaran únicamente la fe del Ministro, la objeción sería válida, pero si también socavan su Intención sacramental, entonces no habrá sacramento alguno.

Otro ejemplo clásico debería de dejar este asunto muy en claro. Para que el agua fluya a través de una tubería de metal, sin importar si la tubería está hecha de oro o de plomo, ésta necesita estar conectada a la llave del agua, cualquiera que sea el caso. El agua es la gracia sacramental. La llave es la fuente principal de esa gracia, Dios per se. La tubería es el instrumento, llamado el Ministro sacramental, a través de cuyas acciones la gracia del sacramento fluye de Dios. El oro o el plomo representan la santidad o falta de santidad del Ministro. Por lo tanto, la validez del sacramento no depende de la fe personal o de la falta de fe del Ministro, pero si depende de que él se conecte a la fuente principal de la gracia sacramental que es Dios.

Esta conexión la realiza precisamente con la Intención de hacer lo que la Iglesia hace. Por medio de esa Intención se pone como instrumento en las manos de Dios para que Dios vierta la gracia sacramental a través de él. Sin esa Intención Sacramental él y su fe pueden ser de oro o de plomo, pero estara desconectado de la llave. Falta por demostrar la semana que entra cómo el Vaticano II fue diseñado para poder corromper no solo la fe del Ministro, sino también cualquier Intención sacramental que éste pudiera tener.

Kyrie eleison.

La Femineidad Redescubierta

La Femineidad Redescubierta on noviembre 14, 2009

Cuando un pueblo amurallado está siendo asediado, y el enemigo está continuamente atacando una parte de sus muros, los habitantes deben continuar defendiendo ese sector de la muralla. Hoy en día el enemigo de la humanidad, Satanás, está permanentemente atacando a la verdadera femineidad, porque sin verdaderas mujeres no pueden existir verdaderas madres, ni una vida de familia verdadera, ni niños verdaderamente felices y por ende tampoco seres humanos verdaderos. Quisiera citar el testimonio completo de otra ex feminista, quien me escribió hace algunos meses para agradecerme por “afirmar y sostener nuestra naturaleza verdadera como mujeres,” de acuerdo a cómo ahora ella lo percibe. Lo que sigue es un escueto resumen de su carta, que debe ser considerada un clásico por su contenido:

Nacida a mediados de los años 60?, tuve un padre violento y abusivo, y he carecido de una figura paterna desde entonces. Después de que el murió, cuando yo tenía 14 años, rechacé mi fe Católica y me alejé de la Iglesia . . . es difícil creer en un Dios de amor cuando no eres amada por tus propios padres. Lejos de la Iglesia abracé al feminismo radical y al paganismo, y terminé odiando los vestidos porque estos eran retratados como una forma inferior de vestir a la que usaban los varones. Me pregunto ¿de dónde saqué la idea de que las mujeres son débiles? Ahora entiendo que las mujeres no son para nada débiles, sino que somos fuertes en aspectos diferentes a los de los hombres.

Fui a la Universidad determinada a demostrar que podía hacer cualquier cosa que un hombre hiciera, pero en mis próximos siete años como oficial de policía, me di cuenta de que la agresividad y el dominio requeridos por aquel trabajo no se me daban naturalmente, y que nunca podría ser tan fuerte físicamente como los hombres. Así es que equiparé cualquier signo de femineidad en mí, con una debilidad. Al mismo tiempo, como feminista radical, odiaba a los varones y deseaba no necesitar a ninguno de ellos; y debido a toda esa basura feminista, casi no llegué a casarme. Pero al promediar los treinta años, me di cuenta de que corría el riesgo de quedarme sola por el resto de mi vida, así es que decidí comenzar a salir con muchachos. Poco tiempo después conocí a mi futuro esposo.

Cuando él me pidió que usara un vestido porque era más atractivo, ¡exploté! Sin embargo, me lo probé únicamente para darle gusto. Fue entonces que mi comportamiento empezó a cambiar lentamente, y a medida que empecé a actuar y a sentirme más femenina, descubrí que me gustaba sentirme así porque lo sentía natural para mí. Cuando después de algún tiempo nos casamos, mis prioridades cambiaron, y deseaba intensamente quedarme en casa. En el trabajo puedo ser positiva, pero no es algo que disfrute. Entiendo perfectamente ahora que es normal para mí, como mujer, preferir no ser el líder, porque esa es la manera en que Dios me diseñó. He pasado toda mi vida de trabajo tratando de competir con hombres e intentando ser como ellos, y esto me ha hecho infeliz y sentirme fracasada, porque por más que lo intentaba, no soy como los hombres ni nunca podré serlo, porque no soy un hombre.

Fue el amor de mi esposo que me permitió, después de 26 años, volver a la Iglesia a regañadientes; ¡pero Dios me llamaba! Allí encontré todo algo diferente de lo que recordaba, y para empezar no estuve de acuerdo con la postura de la Iglesia en todas las cuestiones que involucran a las mujeres. Pero a medida de que leía más, mis ojos se abrieron y me di cuenta, entre otras cosas, de cómo la manera en que visto da forma a mis sentimientos e inclusive a mi personalidad. Cuando me pongo vestidos o faldas me siento gentil y femenina, más natural. Mi educación continua en las enseñanzas de la Iglesia, que incluye las «Cartas del Rector,” me ha ayudado a respetarme a mí misma como mujer y no como un pseudo-varón. Es en detrimento de todos que el feminismo haya echado raíces en nuestra cultura.” (Fin del testimonio).

Madre de Dios, por favor consigue para nosotros hombres viriles, sin los cuales difícilmente tendremos mujeres femeninas.

Kyrie eleison.

La “Escuela de Frankfurt”

La “Escuela de Frankfurt” on noviembre 7, 2009

Lecciones valiosísimas para todos los amigos y amantes de la “Civilización Occidental” pueden obtenerse de un análisis de la desviacion a izquierda en los Estado Unidos de los 1960’s realizado por un Profesor en Psicología de California, Kevin MacDonald, mismo que puede ser consultado en http://www.theoccidentalobserver.net/articles/MacDonald-WheatlandII.html. En éste analiza la crítica de la cultura de masa que se presenta en un libro acerca de “La Escuela de Frankfurt en Exilio.”

La “Escuela de Frankfurt” necesita ser mejor conocida. Era un pequeño grupo de intelectuales no-Cristianos muy influyentes quienes, cuando Hitler subió al poder, emigro de Alemania hacia los Estados Unidos de Norteamérica en donde, junto con un grupo de Trotskistas de Nueva York que comulgaba con sus ideas, siguió ejerciendo una influencia completamente desproporcionada al número de sus integrantes. Experimentando una profunda enajenación de la “cultura tradicional Anglo-Americana,” dice MacDonald, le hicieron la guerra, fomentando al individuo contra la familia, propiciando una multi-cultura contra el liderazgo de la raza blanca, e incitando el modernismo en contra de la tradición en todos los ámbitos, especialmente en las artes. “El deseo de Theodor Adorno de una revolución socialista lo inclinó a favorecer la música Modernista, la cual dejaba al que la escuchaba con un sentimiento de insatisfacción y totalmente desubicado, música que consciente e intencionalmente evitaba la armonía y la predictibilidad.” La “Escuela de Frankfurt” quería “el fin del orden en el cual tomo su origen la sonata.”

El profesor dice que la “Escuela de Frankfurt” desdeñaba la falta de deseo de la gente Americana por la Revolución, y culpaban a la “pasividad, escapismo y conformismo” de esta gente, y al control de la cultura en general por el “capitalismo tardío” a través, por ejemplo, de organizaciones conservadoras que imponían estándardes morales en Hollywood. Sin embargo, cuando en los 1960’s ellos mismos obtuvieron control de los medios de comunicación, de las universidades y de la política, explotaron al máximo la cultura de las masas y Hollywood, y la condición de conformismo y adormecimiento de la gente, para sesgarlos hacía la izquierda. El Profesor lamenta el vicioso ataque resultante en contra de los “intereses de la raza blanca,” de la “identidad blanca” y de la “cultura y gente tradicional del Occidente.”

El Profesor tiene razón en varios aspectos. Por ejemplo, la guerra no es principalmente entre capitalismo y comunismo, como los izquierdistas originalmente pensaban y como muchos norteamericanos aún creen. El confort materialista ha arrullado a los Americanos hasta dejarlos dormidos, después como antes de los 1960’s. Es verdadero también que Hollywood y la cultura juegan un papel muy importante en moldear las mentes y las masas (razón por la cual “Comentarios Eleison” no raramente aborda temas culturales). Además, en efecto existe un pequeño grupo, consciente y resuelto, de enemigos de la “cultura tradicional del Occidente,” que tiene una gran influencia.

Sin embargo, para defender “los intereses de la raza blanca,” el Profesor necesita ir más allá de los blancos en sí. El problema real es religioso. ¿Por qué los Europeos de raza blanca siempre tenían tanto para dar? Porque por siglos y siglos co-obraron con la gracia para beneficiarse mucho más por la Fe Católica. ¿Por qué es que este pequeño grupo de izquierdistas aborrecen tanto a la “cultura Occidental”? Porque en esta se encuentra lo que resta todavia de esa Fe. Y ¿por qué es que dicho grupo, siendo tan pequeño, se tornó tan poderoso de los 1960’s en adelante? Porque en el Vaticano II (1962–1965) los mismos Blancos fueron principalmente responsables de la traición de la Fe que aconteció en ese Concilio. El triunfo actual de los izquierdistas es, ni más ni menos, un castigo justo de Dios.

Profesor, no está usted adormecido. ¡Ahora ande y tome su Rosario¡

Kyrie eleison.

¿Obispos Válidos?

¿Obispos Válidos? on octubre 31, 2009

La semana pasada apareció una confirmación sorprendente de la posición balanceada de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X, acerca de la validez de los sacramentos de la Nueva Iglesia, en una “fuente fidedigna.” Parece ser que la Francmasonería, vieja enemiga de la Iglesia, planeo el invalidar los sacramentos Católicos a través de la Revolución Conciliar, no buscando la alteración de su Forma en sí, resultando inmediatamente inválidos, sino a través de la ambigüedad de su Rito como un todo, debilitando a largo plazo la Intención sacramental necesaria del Ministro.

Esta “fuente fidedigna” se trata de un francés quien lo escucho en persona de un viejo y venerable sacerdote que le comentó algo de lo que el Cardenal Lienart, en su lecho de muerte, le había confesado. Sin duda temiendo las llamas del Infierno, el Cardenal le suplicó al sacerdote que lo revelara al mundo, liberándolo así del secreto de Confesión. De hecho, desde entonces el sacerdote actuó discretamente en público, pero en privado comunicaba más abiertamente lo que el Cardenal le había revelado acerca del plan de tres puntos de la Francmasonería para la destrucción de la Iglesia. Sea que el Cardenal se había integrado o no a la Francmasonería a la edad muy precoz de 17 años, de todas formas le había servido muy fielmente cuando a los dos días después de la inauguración del Vaticano II desvió el rumbo del Concilio, demandando sin derecho alguno que todos los documentos Tradicionales que fueron cuidadosamente preparados fuesen desechados.

Según revelo el Cardenal, el primer objetivo de la Francmasonería en el Concilio era el de deshacer la Misa al alterar el Rito de tal manera que a largo plazo la Intención del celebrante de “hacer lo que la Iglesia siempre ha hecho” se fuera debilitando. Gradualmente el nuevo Rito induciría a los sacerdotes y a los fieles a ver la Misa como una “remembranza” o una “cena sagrada” en lugar de reconocer su sacrificio propiciatorio. El segundo objetivo era el de romper la Sucesión Apostólica a través de un nuevo Rito de Consagración que eventualmente desharía el poder de Ordenación de los obispos. Esto lo haría con una Forma que no automáticamente invalidaría dicho poder pero sería suficientemente ambigua para sembrar la duda, y sobre todo con un nuevo Rito que como un todo, otra vez mas, acabaría por disolver la Intención sacramental del obispo que consagra. Esto tendría la ventaja de romper la Sucesión Apostólica tan delicadamente que nadie siquiera lo notaría. ¿No es a esto exactamente a lo que muchos Católicos creyentes le temen hoy en día?

Sea como sea lo que la “fuente fidedigna” ha revelado, en cualquier caso, los Ritos de la Santa Misa y de la Consagración Episcopal de la Nueva Iglesia corresponden exactamente a los planes Masónicos tal como fueron confesados por el Cardenal. Desde que estos nuevos Ritos fueron introducidos a finales de los 1960’s y principios de los 1970’s, muchos Católicos serios se han negado a creer que puedan ser usados válidamente. ¡Ay! no se invalidan automáticamente (sería mucho más simple si así fuese). ¡Es peor! Su Forma sacramental es lo suficientemente Católica como para persuadir a los celebrantes de que puede ser válidamente utilizada, pero estos nuevos Ritos como un todo son diseñados a ser tan ambiguos y tan sugestivos de interpretaciones no-Católicas como para invalidar al sacramento con el tiempo, por el hecho de corromper la Intención de cualquier celebrante ya sea “obediente” en demasía, o que no vigile y rece lo suficiente.

Tales Ritos suficientemente válidos como para ser aceptados por casi todos los Católicos en el corto plazo, pero también suficientemente ambiguos como para invalidar los sacramentos al largo plazo, constituyen una trampa de una sutileza propiamente satánica. Para evitarlo, los Católicos deben por un lado evitar todo contacto con estos Ritos, pero por el otro lado no deben restarle crédito a sus buenos instintos Católicos por hacer acusaciones teológicas exageradas que distan de la buena Doctrina Católica. No resulta siempre un balance fácil de mantener.

Kyrie eleison.

El Acorde de Tristán

El Acorde de Tristán on octubre 24, 2009

A una estructura objetiva del alma humana, corresponde una estructura objetiva musical. Ambas pueden ser perturbadas por elecciones discordantes de los hombres, pero el libre albedrío subjetivo no puede cambiar estas estructuras ni su correspondencia mutua. ¿No es acaso por sentido común el que se tenga música suave en los supermercados para estimular a las mujeres a comprar, así como se ejecuta música vigorosa en el ejército para incitar a los hombres a marchar? La mercadotécnica y la milicia son actividades demasiado reales para permitir que las interfieran las fantasías del liberalismo.

Aun así, los liberales fantasean. De aquí la actual producción de “Tristán e Isolda” en el Covent Garden, esforzándose en deformar la obra maestra de Wagner, como se describió en los Comentarios Eleison de la semana anterior. Sin embargo, un artículo de dos páginas en las notas del programa para la misma producción, ilustra la correspondencia objetiva entre clases de música y clases de reacciones humanas. Quisiera poder citarlo todo, pero no se asusten de los detalles técnicos, lectores, porque estos son precisamente los que prueban el punto.

El artículo está tomado del libro “Vorhang Auf!” (“Arriba el telón”), de un director alemán que aun vive: Ingo Metzmacher. Se centra en el famoso “Acorde Tristán,” que aparece por primera vez en el tercero compás del preludio. El acorde consiste en un tritono (o cuarta aumentada), fa y si abajo de do central (do4) y arriba de él, una cuarta: re sostenido y sol sostenido. En este acorde, él dice, hay una tremenda tensión interna en busca de una resolución, pero cada una de las cuatro veces que este acorde aparece en los primeros 14 compases del Preludio, sólo se resuelve en la dominante 7a, un acorde irresoluto de por sí y que clama por una resolución. Y cuando al final se alcanza un acorde estable en fa mayor en el compás 18, inmediatamente es desestabilizado por una nota baja elevándose un semitono medio compás adelante, y así sucesivamente.

Los semitonos son de hecho la clave, dice Metzmacher, del nuevo sistema harmónico inventado por Wagner en “Tristán” para expresar el libre anhelo del amor romántico. Los semitonos “actúan como un virus – no hay sonido que esté a salvo de ellos y no hay nota que pueda estar cierta de que no variará hacia arriba o hacia abajo.” Los acordes así fraccionados contínuamente, reparados e inmediatamente fraccionados otra vez, constituyen una procesión indeterminada de estados de tensión irresoluta, que corresponde perfectamente en música al deseo mutuo de los amantes, “creciendo inmensurablemente como un resultado de la imposibilidad de hallarse plenamente.”

Pero Metzmacher señala el precio que se ha de pagar: la música basada en el sistema de claves, una mezcla estructurada de semitonos con tonos naturales, “toma su fuerza vital de una habilidad de darnos con una clave particular, la sensación de estar en casa.” Por el contrario, con el sistema de Tristán, “nunca podemos estar ciertos de que un sentimiento seguro no es en realidad un engaño.” Así, el acorde de Tristán “marca un punto de inflexión en la historia no sólo de música, sino de toda la humanidad.” Metzmacher entendería bien el viejo proverbio chino: “cuando el modo de la música cambia, los muros de la ciudad tiemblan.”

Quizá como la música tonal subvertida de “Tristán,” así este productor del Convent Garden intentó subvertir “Tristán.” Entonces ¿dónde se detiene la deformación de la vida y la música? Respuesta no wagneriana: ¡En las verdaderas celebraciones de la Misa! Con la Nueva Misa Masónica, los verdaderos cristianos nunca se sentirán en casa.

Kyrie eleison.