maridos

Tutores de Tomate – II

Tutores de Tomate – II on noviembre 12, 2011

Cuando el “Comentario Eleison” citó (10 de Septiembre, 217) el proverbio Ruso asemejando la mujer y el hombre a una planta de tomate y al tutor alrededor del cual esa planta se apoya y trepa para llevar frutos, usó la comparación para exponer la naturaleza y el papel de la mujer. Una lectora preguntó entonces como se aplica ello a los hombres. ¡Ay! nuestra época loca está tratando de borrar todas estos fundamentos de la naturaleza humana.

Acerca del designio de Dios para el hombre y la mujer, profundamente diferentes pero sublimemente complementarios, hay por supuesto mucho mas para decir de lo que una mera comparación con la huerta puede decir. En cada Misa Católica de esponsales la Epístola compara las relaciones entre esposo y esposa a aquellas entre Cristo y su Iglesia. Digno de mención en este pasaje (Efesios V, 22–33) es como San Pablo delinea extensamente los deberes consiguientes del esposo y brevemente aquellos de la esposa. Podemos ya sospechar que los hombres de hoy día son en gran parte responsables por la pérdida de cordura entre el hombre y la mujer contemporáneos, pero dejemos el misterio sobrenatural para otra ocasión y retornemos a la huerta, porque por encima de todo, los fundamentos naturales son los que están siendo atacados hoy por los enemigos de Dios y del hombre.

Para que un tutor de tomate sirva a la planta de tomate precisa dos cosas: debe mantenerse elevado y debe mantenerse firme. Si no se mantiene elevado la planta no puede trepar, y si no se mantiene firme la planta no puede apoyarse o enrollarse alrededor del tutor. La firmeza, uno puede decir, depende del hombre enrollándose alrededor de su trabajo, mientras que la estatura depende de que alcance a Dios, nada menos.

En cuanto a la firmeza, en todos los tiempos y lugares donde la naturaleza humana no ha sido retorcida fuera de todo reconocimiento, la vida del hombre gira alrededor de su trabajo mientras que la vida de la mujer gira alrededor de su familia, comenzando por su hombre. Si el hombre hace de la mujer el centro de su vida, es como si dos plantas de tomate se apoyaran entre sí – ambas terminarán en el barro a no ser que la mujer tome el papel del hombre, para el cual no fue hecha y que, al menos, ella nunca debería desear hacer. Una mujer sabia elige por marido precisamente a un hombre que ya ha encontrado su trabajo y lo ama, de manera que mientras él está firmemente enrollado alrededor del mismo, ella puede enrollarse alededor de él.

En cuanto a la estatura, asi como el tutor debe apuntar al cielo, asi un hombre debe estar dirigido hacia el Cielo. Los líderes precisan de una visión con la cual inspirar y dirigir. El Arzobispo Lefebvre tenía una visión de la restauración de la Iglesia verdadera. Del mismo modo cuando la fe del Cardenal Pie (1815–1880) vió todo alrededor de él falta de hombría en los hombres del siglo XIX, lo atribuyó a la falta de fe en ellos. Donde no hay fe, dijo, no hay convicciones. Sin convicciones no hay firmeza de carácter. Sin firmeza de carácter, no hay hombres. San Pablo estaba pensando en lo mismo cuando dijo: “La cabeza de todo varón es Cristo, y el varón, cabeza de la mujer, y Dios, cabeza de Cristo” (I Cor.XI,3). Por consiguiente para recobrar su hombría, vuélvase el hombre a Dios ordenándose por debajo de El, y será así mucho mas fácil para una esposa ordenarse por debajo de su hombre, y para los niños por debajo de ambos.

Pero “debajo” no debe entenderse como una especie de tiranía, sea del esposo sobre la esposa o de los padres sobre los niños. El tutor está alli para la planta de tomate. Fue un sabio Jesuita que dijo que lo mejor que un hombre pueda hacer por sus niños es amar a la madre de ellos. Los hombres no amor como lo hacen las mujeres, asi es que fácilmente pueden dejar de entender como las mujeres necesitan amar y ser amadas. Una cucharita de afecto, y ella puede andar otros cien kilometros! El Espíritu Santo lo dice mas elegantemente: “Maridos, amad a vuestras mujeres, y no las tratéis con aspereza” (Col.III,19).

Kyrie eleison.

Tutores para Tomates

Tutores para Tomates on septiembre 10, 2011

Hace poco tiempo, una esposa y madre me dijo que estaba teniendo muchas dificultades en hablar con su esposo. Casi no podían conversar sobre lo que andaba mal sin terminar muy enojados entre sí. Acertadamente o no, percibí que el problema de ella radicaba en la negación universal, deliberada y diabólica del papel maravillosamente complementario concebido por Dios para el hombre y la mujer en el matrimonio. Lo que sigue es lo que escribí para ella. Me dijo que le ayudó. Ojalá pueda ayudar a otras ¡Entre paréntesis, señoras, yo NO pienso que todo el problema esté del lado de ustedes!

Lamento que su matrimonio pase por momentos asperos. Regla número Uno: nunca discuta con su esposo frente a, o al alcance de, los niños. Ellos vienen primero. Usted no puede ayudar a la familia degradando a su esposo o discutiendo con él delante de ellos. Al contrario.

Regla número Dos: RESPETE a su esposo, aunque él no siempre lo merezca. Las mujeres se mueven por el amor, los hombres por el ego – una enorme diferencia. Es por ello que San Pablo – PALABRA DE DIOS – dice “Esposas obedezcan a sus esposos; esposos amen a sus esposas” ¡Enorme diferencia! En todo matrimonio donde el esposo demuestra amor por su esposa y donde la esposa respeta a su esposo, normalmente la esencia de un matrimonio feliz se halla allí. Y si él no demuestra amor por usted, al menos hágase digna de ser amada, lo cual nunca logrará peleándose con él.

Le cueste lo que le cueste, respete a su marido. El necesita de su respeto más de lo que él necesita su amor. Usted necesita su amor más de lo que usted necesita su respeto. Obedézcale. Nunca demuestre que le está diciendo lo que tiene que hacer. Haga que él decida hacer lo que usted quiere que él haga. Y para la esposa, trabajar fuera del hogar no es bueno, especialmente si ella gana más que él. Si usted necesita ganar dinero, y de hecho gana más, NUNCA lo demuestre. Disfrace el hecho. Un hombre necesita verse a sí mismo como siendo él el que gana el pan, como cabeza de la casa. Usted es el corazón, exactamente tan necesario para la familia como lo es la cabeza, o tal vez más, pero usted no es la cabeza. Y si, a veces, se ve obligada a actuar como la cabeza, no lo demuestre, SINO DISFRACELO.

Me sorprendería si usted no logra hacer funcionar su matrimonio. Habitualmente depende de la mujer adaptarse al hombre y no al revés. Proverbio ruso– “Como la planta de tomate es al tutor (alrededor del cual trepa),así la mujer es al hombre.” Si él no es un tutor, haga todo lo que pueda para que él lo sea. Y si no puede, entonces, nuevamente, disfrace el hecho. Dios hace que el adaptarse le sea mas fácil a las mujeres que a los hombres, de manera tal que ellas se adapten a su hombre.

Usted dijo una vez que la familia necesitaba dinero para educar a las niñas ¿Se le ha ocurrido que la mejor educación de las niñas y la más importante, la reciben en la cocina de su madre? Asumiendo que la madre esté en la casa. Tiene mucho más para brindarle a sus niñas con su ejemplo que cualquier escuela fuera del hogar pueda darles. Y deles a ellas el preciado ejemplode una esposa y madre que obedece y respeta a su esposo a pesar de todo. Los niños son muy observadores. El ejemplo que usted les dé es de crucial importancia para la felicidad de sus futuros matrimonios y hogares.

Discuta con su esposo si quiere, pero tranquilamente, respetuosamente, y lejos de los niños. Y no diga “También yo he estado trabajando afuera todo el día, también yo necesito comprensión en el hogar.” Puesto que no es normal que las madres trabajen fuera de la casa, y los hombres lo perciben, aún cuando sea por su propia culpa. Los hombres son lo que son. Este es el hombre que Dios designó para que usted se case con él. Deles a sus niños el ejemplo de respetarlo. Este es un preciado regalo, especialmente para sus niñas.

Todas las familias hoy día precisan de muchas oraciones. Madre de Dios ¡Ayuda!

Kyrie eleison.

Niños Asediados

Niños Asediados on mayo 29, 2010

El CE 146 habló de la dificultad con la que se enfrentan las Hermanas maestras con las niñas de la actualidad. El CE 147 rastreó la raíz del problema a los hogares. Ahora, algunos de ustedes se preguntarán, ¿qué hay de los niños? Los Católicos saben que los niños y niñas, en cuanto a la salvación de sus almas para la vida siguiente, son iguales, por lo que ambos deben de preparase de igual manera, primeramente y ante todo, para llegar al Cielo. Pero es ahí en donde la similitud termina. Dios ha designado al hombre y a la mujer para muy diferentes roles en la vida, razón por la cual la Iglesia siempre ha condenado la educación mixta. Por lo tanto, ¿qué es lo que los niños específicamente necesitan?

Así como una mujer tiene dones del corazón para cuidar de su hogar y de los hijos, así también el hombre tiene dones de la razón para guiarlos y proveer para ellos siempre, desde que se cometió el pecado original, con el “sudor de su frente” (Gen. III, 19). Por lo tanto, mientras la formación de una niña se debe de centrar en lo que se refiere a servir a su esposo y a sus hijos dentro del hogar, la formación del niño debe de capacitarlo para (1) el trabajo y (2) la responsabilidad fuera de éste, lo que usualmente significará en el mundo grande y perverso. Es ahí en donde él necesitará de (3) juicio, (4) auto-disciplina y (5) hombría. ¡De antemano tenemos ya un gran programa!

En este programa, ¡el ejemplo que le da al niño su padre es sumamente importante! Padres de la actualidad, ustedes debieron de haberse formado hace 20 o 30 años, después de los años revolucionarios de 1960. ¿Se dan cuenta de lo que eso significa? Tengan la humildad para reconocer que su propia formación, en la escuela y/o en su hogar, probablemente no los preparó lo suficiente para educar a sus niños para vivir en el mundo de manera que puedan llegar al Cielo. ¡Padres, ocúpense de corregir su propia indolencia, irresponsabilidad, tontería, auto-indulgencia y falta de hombría, y entonces estarán haciendo lo mejor que pueden por sus niños!

EL TRABAJO fuera, en la naturaleza, es el mejor. Permítanle a un niño utilizar un hacha, talar un árbol, plantar un jardín, montar un caballo, construir una cabaña. El deporte en sus mejores términos es ejercicio de varones, pero no tiene más que un fin recreativo. Una necesidad genuina de la familia enseña al mejor la RESPONSABILIDAD, también aprendida por el sufrimiento que experimenta un niño como consecuencia de sus propios errores – ¡no protegiéndolos de ellos! El JUICIO lo aprenderá al animarlo a que utilice su mente, por las discusiones en la mesa familiar, por la compañía e instrucción de su padre a quien él naturalmente admira y sigue como a su héroe, pero que debe darse tiempo para escuchar a su niño y aconsejarlo, especialmente en la adolescencia. La DISCIPLINA la aprenderá levantándose temprano por la mañana, a través de una rutina diaria a la que debe acatarse, acostándose temprano y sin establecer relaciones de noviazgo hasta el tiempo en que, más o menos, esté pensando en casarse. Lo menos que él les dé a las niñas con las que no se va a casar, lo más que él tendrá por dar a la muchacha con la que se casará. La HOMBRÍA será la recompensa de seguir fielmente un programa semejante.

Finalmente, padres, dense cuenta como la electrónica como una regla hace a un niño 1 ocioso, 2 irresponsable, 3 tonto, 4 sentimental y 5 frustrado.

¡En casa eliminen el hechizo de la electrónica, si no quieren que sus hijos caigan al infierno!

Kyrie eleison.

Restaurando la Paternidad

Restaurando la Paternidad on mayo 22, 2010

Es fácil culpar a los padres hoy en día por no saber cómo educar a sus hijos. Será más útil ayudar a todos aquellos que desean recibir ayuda para ver en de dónde proviene ese problema que tienen con sus hijos. El problema es, en cierta forma, tan majestuoso como Dios, porque se deriva del rechazo y negación generalizado del mundo moderno hacia Dios.

La familia humana (por lo menos según el diseño de Dios) es una pequeña sociedad, que consiste básicamente de padre, madre e hijos. Pues bien, el sentido común nos dice que cada sociedad humana necesita una cabeza para poder funcionar. Si no hay una cabeza que dirija o mande, la sociedad pierde su dirección, y se desquebraja. Un equipo de fútbol necesita un capitán, un corporativo necesita un presidente, un país necesita un rey o un presidente de la nación, un pueblo necesita un alcalde, un cuerpo de bomberos necesita un jefe, un ejército necesita un general, una universidad necesita un rector, un tribunal necesita un juez, y así sucesivamente.

Ante todo, una familia necesita a un padre, porque la familia humana no es únicamente una sociedad humana, es la más básica y natural de todas las sociedades humanas, de hecho es el modelo básico de todas las demás sociedades. Esto es debido a que en ninguna otra sociedad pueden los lazos que unen a sus miembros ser tan arraigados o naturales como los lazos que atan al esposo a su esposa y a los padres a sus hijos. También es cierto que en ninguna otra sociedad se puede apreciar tan claramente como la cabeza, además de dirigir a sus miembros, debe de cuidar de ellos. Si un padre dirige sin cariño, la familia sufre de su dureza. Si cuida sin dirigir – lo que se ve más a menudo hoy en día – la familia sufre de su debilidad. Por lo tanto, la paternidad familiar es el modelo para toda autoridad humana. Es la razón por la cual (como se vio en el CE 145), el Cuarto Mandamiento que obliga a honrar a padre y madre se establece a la cabeza de los siete Mandamientos que gobiernan las relaciones en la sociedad humana.

Ahora bien, la paternidad familiar, como toda paternidad o autoridad, se deriva de Dios Padre. San Pablo dice “doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda paternidad” (Efe. III, 14, 15). En otras palabras, dice la Palabra de Dios, de la paternidad de Dios Padre es que toda la paternidad en la familia humana y toda cabeza en la sociedad humana deriva su naturaleza, porque el “nombre” o palabra significa la naturaleza de la cosa. Por lo tanto es evidente que en cualquier mundo de donde Dios Padre es arrojado, como en la actualidad nuestro mundo lo hace, el nombre y la naturaleza de la paternidad serán sacados de nuestras mentes, y toda paternidad y autoridad serán despreciadas en nuestras vidas.

Padres de familia, ¡dirijan a sus familias hacia Dios! Pónganse ustedes mismos debajo de Dios, y sus esposas e hijos se pondrán más fácilmente por voluntad propia debajo de ustedes. “La cabeza de cada hombre es Cristo; la cabeza de la mujer es el hombre; la cabeza de Cristo es Dios,” dice San Pablo (I Cor. XI,3). Denle a su esposa y a sus hijos el ejemplo de poner varonilmente a Dios por encima, con una piedad tan natural como sobrenatural, y lo que sea que sobrevenga de nuestro mundo demente, por lo menos ustedes estarán haciendo lo mejor que puedan por la familia que Dios les ha encomendado.

Cuestiones más específicas para los niños se presentarán, si Dios quiere, en otro “Comentarios Eleison.”

Kyrie eleison.

Celibato Indeseado

Celibato Indeseado on enero 16, 2010

La Fiesta de la Sagrada Familia celebrada el domingo pasado puede ser un momento propicio para citar la pregunta de un lector, la cual surgió de lo que se dijo en el “Comentarios Eleison” de hace tres semanas referente a que, en términos generales, un hombre soltero es un “cero a la izquierda” mientras que una mujer soltera es “aún menos, un cero incompleto, una U.” ¿Qué decir entonces de un hombre o una mujer que hubieran deseado casarse pero que, por cualquier razón, no pudieron hacerlo o simplemente no lo hicieron? No todo el que no contrae matrimonio tiene vocación religiosa, comentó el lector.

Comencé por comentarle que la soledad antinatural es demasiado normal hoy en día. La vida moderna, especialmente en las grandes ciudades, no solamente orilla a la gente a que no se den los matrimonios que deben realizarse, sino que también da pie para que muchos matrimonios realizados terminen por separarse. Este es uno de los castigos, entre muchos otros, del liberalismo el cual al glorificar el individualismo engendra una falta de aptitud para vivir en matrimonio. El liberalismo también glorifica la libertad de todas las ataduras, y atadura es exactamente lo que es la unión matrimonial. “De ahí las tasas de nacimiento colapsadas de las naciones Occidentales y el suicidio de la Europa que alguna vez fue Católica. Todo esto es inmensamente triste e inmensamente serio.”

Continué: “Obviamente el llamar a todos los hombres ‘ceros’ es una manera folclórica de decir que en primer lugar, todos somos ante Dios criaturas diminutas yque en segundo lugar, los hombres no son, ni por error, los grandiosos que piensan que son. (Dos proverbios Rusos dicen que un hombre sin una mujer es como un jardín sin una cerca (que lo rodee), o como un hombre que sale de su casa en el mes de enero (en Rusia) ¡sin una gorra de piel!) El decir a continuación que las mujeres son ‘aún menos que cero’ es de igual manera una manera provocativa de decir que primeramente, y contrario a lo que hoy en día aseveran despectivamente los enemigos de Dios acerca de su complementariedad, las mujeres no son como los hombres, y que en segundo lugar, son profundamente más dependientes de los hombres que los hombres de las mujeres – observen el castigo de Eva en el Génesis III, 16: ‘ . . .y estarás bajo el poder de tu marido, y él tendrá domino sobre ti.’ Pero el clasificar varón y mujer como ‘cero’ y ‘aún menos que cero, una U’ no tiene como fin primario el provocar una contienda, sino que al unir al hombre y a la mujer para formar un ocho, se demuestra gráficamente el poder natural de la unión del matrimonio.”

Pero ¡desgraciadamente!, hoy en día muchos sacerdotes conocen a mujeres jóvenes a las que les hubiera encantado casarse, pero que no han podido encontrar un hombre que les parezca adecuado para fungir como esposo. Los hombres jóvenes en general son como estropajos, deslavados por el liberalismo que disuelve sus mentes, aquellas mentes con las cuales Dios quería que guiaran a sus familias. Por otro lado, el liberalismo no deshace tan fácilmente los instintos y emociones que Dios otorga por naturaleza a las mujeres, aunque cuando lo logra, los resultados pueden ser aún más fatales.

En conclusión, me referí a la Octava Estación del Viacrucis, en donde Nuestro Señor consuela a las mujeres de Jerusalén que estaban llorando (Lc. XXIII, 27–31): les advirtió que pronto estaba por caer sobre el Jerusalén deicida un castigo tan grave, que llegarían a envidiar a las mujeres que nunca tuvieron esposo ni familia. En nuestro tiempo, esa no es razón suficiente como para no casarse, pero bien podría ser un consuelo para cualquier persona a la cual la Providencia no le ha otorgado en matrimonio aún cuando lo hubiese deseado, ya que en un futuro no muy lejano, está para caer sobre nosotros . . . . una razón tremenda para disponernos a confiar más que nunca en esa Providencia Divina que jamás nos defrauda . . .

Kyrie eleison.

Una Razon de Alegria para la Navidad

Una Razon de Alegria para la Navidad on diciembre 19, 2009

He aquí una buena noticia para esta época Navideña, tomada del “Heraldo Católico” de Inglaterra publicado el 11 de diciembre: un informe de los Estados Unidos muestra que la recesión económica actual, lejos de perjudicar a los matrimonios, los está ayudando. La recesión inicio a finales del 2007. En ese año, la tasa de divorcio en los Estados Unidos de América fue del 17.5 por cada mil mujeres casadas. En el año subsiguiente fue de 16.9. Las lecciones que se viven en “La Escuela de los Golpes Duros” (o “escuela de la vida”), como es bien llamada por los Americanos, cuestan mucho, pero ¡seguro enseñan!

“El Matrimonio en América: El Estado de Nuestras Uniones 2009” es el título del Informe publicado conjuntamente en el Instituto de Valores de América, Universidad de Virginia, por el Centro para el Matrimonio y las Familias y por el Proyecto Nacional de Matrimonio, cuyo Informe fue escrito por su director, Brian Wilcox. El comenta que millones de Americanos han adoptado la “estrategia hogareña de rescate” y están “dependiendo de sus propios matrimonios y familias para soportar esta temporada.” Mientras el mundo moderno se colapsa, los viejos proverbios retoman su fuerza: “La mayor oscuridad viene antes del amanecer,” “La sangre es más pesada que el agua” y “Hogar dulce hogar.”

Otra parte de la evidencia que se sustenta por Wilcox para probar que la crisis económica está ayudando a los matrimonios es la decisión de muchas parejas casadas de acabar con sus deudas en las tarjetas de crédito. De acuerdo a lo presentado por la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, los Americanos han reducido su deuda colectiva revolvente en 90 billones de dólares durante el último año. Wilcox dice que la recesión ha revivido a la “economía casera” a medida que más y más Americanos cosechan su propia comida, hacen y arreglan su propia ropa y salen a comer menos seguido. “Muchas parejas parecen estar desarrollando una nueva apreciación del soporte económico y social que el matrimonio puede proporcionar en tiempos difíciles.”

Esposos, compórtense como varones, y sepan sacar provecho del apoyo que sus esposas pueden brindarles. Esposas, alégrense en sus dones femeninos que hacen falta en gran medida a los varones, y respáldense en la fortaleza de sus esposos. Un varón sin una mujer es normalmente un cero a la izquierda (¡sí, un cero!). Una mujer sin un varón es aún menos, un cero incompleto, una U abierta. Pero, si ponemos esa U como apoyo de bajo del cero, ¡mágicamente obtendremos un 8! En la Medalla Milagrosa, ¿acaso no se encuentra la Cruz de Nuestro Señor recostada en la M de María? Para sobrellevar su Pasión Nuestro Señor eligió renunciar a toda su Fuerza divina, pero ¿acaso hubiera podido su humanidad, por si sola, realizar nuestra Redención sin el apoyo humano de su Madre? ¡Nunca!

Muchos economistas tienen casi ningún sentido común, pero los pocos que no viven en el País de la Maravillas ven que la recesión está por empeorarse. Madres, aprendan de nuevo los quehaceres domésticos. Padres, aprendan de nuevo a cosechar sus vegetales en el jardín de su casa. Todos los amantes de la verdad y de la realidad, pónganse a fortalecer no solamente los lazos familiares, sino también los lazos comunitarios. Será una cuestión de supervivencia, y nuestros gobiernos y medios de comunicación no van a ayudar, sino todo lo contrario, a menos que seriamente cambien su dirección. “Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,” – que en esta temporada del año aparece en forma de una criatura humana, recién nacida, indefensa y sin poder. Sin embargo, este bebé es – ¡El Todopoderoso!

Kyrie eleison.