Papado

¿Verdadero Papa? – I

¿Verdadero Papa? – I on abril 30, 2011

Debido a que comenté hace tres semanas (CE 195, 9 de abril) que la próxima “beatificación” de Juan Pablo II únicamente lo hará un Nuevobeato de la Nueviglesia, con toda razón me han preguntado si soy un “sedevacantista.” Después de todo, si virtualmente declaro a Benedicto XVI como un Nuevopapa, ¿cómo puedo aún creer que sea un Papa verdadero? Actualmente, creo que es ambos, Nuevo Papa de la Iglesia Conciliar y Papa verdadero de la Iglesia Católica, porque los dos no son todavía completamente excluyentes uno del otro, por lo tanto no soy lo que llaman un sedevacantista. He aquí la primera parte de mi razonamiento:

Por un lado considero que Benedicto XVI es un Papa válido, porque fue válidamente elegido como Obispo de Roma por los curas de Roma, es decir por los Cardenales, en el cónclave del 2005, y si por alguna falla oculta la elección per se no fue válida, ésta fue convalidada, como lo enseña la Iglesia, cuando él fue subsecuentemente aceptado como Papa por la Iglesia mundial. Como tal, hacia Benedicto XVI quiero mostrar todo el respeto, reverencia y apoyo que se deben al Vicario de Cristo.

Por el otro lado es obvio, partiendo de las palabras y acciones del Pontífice, que él es un Papa “Conciliar” y cabeza de la Iglesia Conciliar. Simplemente las últimas pruebas claras de esto son la próxima Nuevabeatificacion de Juan Pablo II, gran promotor del Vaticano II, y la próxima conmemoración en Octubre del evento desastroso de Juan Pablo II en Asís en 1986, en donde se violó el Primer Mandamiento de Dios en nombre del ecumenismo Conciliar del hombre. Porque así como ese Mandamiento excluye todas las falsas religiones (Deut. V, 7–9), así el Vaticano II virtualmente las abraza (Unitatis Redintegratio, Nostra Aetate). Por lo tanto, además de que Benedicto XVI es el Vicario de Cristo, también pienso que está traicionando su sagrada función de confirmar a sus hermanos en la Fe (Luc. XXII, 32), así es que además de respetarlo debidamente como Pedro, también no pienso seguirlo u obedecerlo (Hechos V, 29) cuando no se comporte como Pedro. Esta fue la distinción del Arzobispo Lefebvre.

Pero dense cuenta de que aún cuando esté traicionando – por lo menos objetivamente – la religión verdadera, ¡Benedicto XVI también se aferra a ella! Por ejemplo, al intentar prevenir que Asís III sea acusada de mezclar religiones como en Asís I, está programando que la procesión pública de todas las religiones juntas se lleve a cabo en silencio. En otras palabras, aún cuando Benedicto XVI promueve el error, ¡no tiene la intención de abandonar la verdad! Y en este sentido él se asemeja constantemente a un matemático que dice que 2 y 2 pueden ser 4 ¡o 5! Viniendo de un Papa, esta es la receta para la confusión desde la cabeza hasta los pies de la Iglesia, porque si cualquiera sigue al Papa en esta “aritmética” de 4 ó 5, ¡tendrá en su cabeza pura contradicción y confusión!

Además sepan que Benedicto XVI, como aritmético, absolutamente declara que cree que 2 y 2 son 4. Y mientras que su declaración sea sincera, y yo diría que parece ser sincera – solo Dios sabe a ciencia cierta – Benedicto XVI no está deliberadamente negando las verdades que él sabe que son artículos definidos de la Fe Católica. Por el contrario parece convencido, como muestra el Obispo Tissier, ¡que él los está “regenerando” con la ayuda del pensamiento moderno! Esto hace muy difícil el probar en su caso la acusación de una adhesión formal a la herejía, razón por la cual aún su amor y promoción del 2+2=5 no me torna todavía personalmente en un sedevacantista.

Madre de Dios, Trono de Sabiduría, ¡protégenos de la confusión!

Kyrie eleison.

Error Papal – II

Error Papal – II on febrero 6, 2010

Recientemente publicado en Inglés (ver truerestoration.blogspot.com) encontramos el valiosísimo tratado de 100 páginas escrito originalmente en Francés por el Obispo Tissier de Mallerais de la Sociedad de San Pío X acerca de la doctrina del Papa Benedicto XVI: “La Fe puesta en peligro por la Razón.” El título lo dice todo. La tesis del Obispo Tissier se basa en que Benedicto XVI permite que el razonamiento humano adultere la Fe Católica. Permítanme parafrasear un párrafo de la conclusión del Obispo que va justo a la esencia del problema:—

“Benedicto XVI frecuentemente llama a la “hermenéutica de la continuidad,” refiriéndose a una interpretación del Vaticano II y de la Tradición Católica la cual muestra que no existe una ruptura sino continuidad entre éstos. Después de estudiar las enseñanzas del Papa, ahora me doy cuenta que esta “hermenéutica” va más allá de lo que yo originalmente pensaba. Significa no solamente una nueva interpretación de Fe y Razón, sino un nuevo nacimiento de ambas, con una aplicación universal. Primeramente, cada una está para purificar a la otra: La Razón prevendrá a la Fe de caer en la intolerancia, mientras que la Fe curará la independencia ciega de la Razón. En segundo lugar, cada una regenerará a la otra: La Razón enriquecerá a la Fe con los valores liberales del pensamiento Iluminista, mientras que la Fe, adecuadamente re-expresada para los tiempos modernos, se impondrá a la Razón. Y este proceso debe ser aplicado globalmente a todas las religiones y razonamientos. Esos valores que permiten que el mundo siga girando serán fortalecidos sin que un mismo sistema de valores sea impuesto a todos.”

Observen primeramente como el Obispo Tissier, según reconoce él mismo, originalmente sub-estimó lo largo y ancho de la visión del Papa. Los Católicos que siguen la Tradición saben bien que la reconciliación Conciliar de la Fe con la modernidad (especialmente la frase que subrayé anteriormente) no está bien y que está destruyendo la Iglesia, pero también necesitan darse cuenta de que esta reconciliación ha sido planeada con inteligencia, por más equivocada que esté, y se sostiene con convicción. Benedicto XVI cree profundamente tanto en la manera antigua de creer como en la nueva manera de pensar, y está seguro de que resolviendo cualquier problema aparente entre la Fe y la modernidad a su manera, todos los hombres pueden ser reunidos. Esta “solución” impulsa su Papado.

¡Dios mío!, no se puede conciliar el que 2+2=4 con 2+2=5 diciendo que cuatro es “más o menos que cuatro y medio,” mientras que cinco es “más o menos que cuatro y medio,” porque cuatro manzanas seguirán siendo obstinadamente cuatro, mientras cinco naranjas insistirán en ser cinco. Así es que la Fe verdadera puede tolerar el equivocarse, pero obstinadamente no puede tolerar el error, mientras que la Razón moderna puede desear ver, pero mientras siga siendo moderna insiste efectivamente en arrancar sus propios ojos, los ojos de la mente (Kant). A cada instante el Obispo Tissier demuestra que la Fe eterna, revelada por Dios, no puede recostarse con el razonamiento moderno, fabricado por el hombre y diseñado para excluir a Dios o por lo menos a las exigencias que Él hace a los hombres (Libertad Religiosa).

¡Gracias, Monseñor! Ya que por más encantadora que parezca la perspectiva del Papa de “paz en nuestro tiempo,” será la verdad en la caridad y no el encanto lo que nos llevará al Cielo.

Kyrie eleison.

Error Papal – I

Error Papal – I on enero 30, 2010

Cuando hace dos semanas el Papa Benedicto XVI hablaba acerca de las relaciones entre la Roma del Vaticano II y la Sociedad de San Pío X (FSSPX), mostró una vez más lo sutil y poderoso que es el error Conciliar. El 15 de enero El introducía una sesión plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe (anteriormente conocida como el Santo Oficio). Los primeros tres párrafos de su discurso, conformado en total de doce párrafos, necesitarían citarse en su totalidad, pero tendremos que conformarnos con un resumen, tan fiel como sea posible.

1. Su Congregación participa del ministerio especial del Papa que, a través su cuida de la doctrina Católica, asegura la unidad de la Iglesia. Esa unidad depende de la unidad en la Fe, de la que el Sucesor de Pedro es el primer custodio y defensor. Confirmar a los hermanos en la fe, manteniéndoles unidos, constituye su primer y fundamental deber.

2. Su autoridad para enseñar, al igual que la del papa, involucra a la obediencia de la Fe, para que haya un solo rebaño, debajo del único Pastor.

3. En todo momento la Iglesia debe alcanzar el testimonio común de la fe de todos los cristianos, “En este espíritu confío en particular en su compromiso para que se superen los problemas doctrinales que aún permanecen, para alcanzar la plena comunión con la Iglesia, por parte de la Fraternidad San Pío X.”

El problema aquí va mucho más allá de si la FSSPX está o no en “plena comunión con la Iglesia.” El problema es la totalidad de la relación que se hace entre la unidad y la Fe. En realidad, la unidad Católica depende esencialmente de la Fe Católica. A un Católico se le define primeramente por lo que cree, por lo tanto ahí donde no hay Fe Católica tampoco puede haber Católicos por unir, y ahí donde existe esa Fe, ahí se encuentra la base esencial de la unidad Católica. Ahora, el Papa ciertamente dice (1) que en efecto “la Unidad es de hecho primordialmente unidad en la Fe,” pero generalmente (1, 2, 3), conecta a la unidad y a la Fe como si estuviesen en el mismo plano, casi como si fueran interdependientes una de la otra, cuando sabemos que la unidad verdadera depende por completo de la Fe verdadera. ¿De qué otra manera podría llegar a su conclusión del punto (3), citada anteriormente en su totalidad, donde da la impresión de que le ordenó a su Congregación que se superen los problemas doctrinales para alcanzar la unidad entre Roma y la FSSPX.?

Sin embargo el deber del Vicario de Cristo no es el de unir a Roma y a la FSSPX a cualquier costo, por decirlo así, sino el unirlas en la Fe Católica como nos fue dada por Cristo. Si existe entonces una diferencia doctrinal entre Roma y la FSSPX (¡la hay, y es enorme!), en consecuencia su problema primordial es el de definir cuál de las dos tiene la Fe Católica, y cuál no la tiene. Y entonces deberá de reunir a toda la Iglesia en torno de la que tenga la Fe, ¡aún cuando ésta resulte ser la pobrecita FSSPX! “Pobrecita,” porque es insignificante, ¡a excepción de su Fe!

¡Señor! Benedicto XVI es más Conciliar que Católico. Ahora bien, el Concilio al poner al hombre delante de Dios, constantemente socavaba la doctrina Revelada de Dios, o la Fe, en nombre de la unidad ecuménica de los hombres. Esa es la razón por la cual Benedicto XVI es incapaz de entender, a excepción de un milagro, el significado de la postura doctrinal tomada por la FSSPX. Mientras tanto, ¿cuántos Católicos no corren el riesgo de ser engañados por la suavidad de Su transición, de tanta Verdad (en los puntos 1 y 2) a su perdición (en el punto 3)? ¡Muy pocos! ¡El error es tan poderoso como es sutilmente concebido y expresado! Debemos orar por el milagro.

Kyrie eleison.

Discusiones Difíciles – III

Discusiones Difíciles – III on septiembre 19, 2009

Dos objeciones al principio mismo de que la Fraternidad de San Pio X ingrese en las discusiones doctrinales que probablemente se suscitarán pronto con las autoridades de la Iglesia en Roma, ayudarán a enmarcar la naturaleza, objetivo y limitaciones de dichas discusiones. La primera objeción dice que la Doctrina Católica no está sujeta a discusión. La segunda dice que ningún católico debe atreverse a discutir con representantes del Papa, como si estuviera con él en pie de igualdad Ambas objeciones aplican en circunstancias normales, pero las circunstancias actuales no son normales.

En lo que se refiere a la primera objeción, es claro que la doctrina Católica que no se cambia y no se puede cambiar no está sujeta a discusión. El problema es que el Vaticano II emprendió exactamente el cambio de dicha doctrina. Por ejemplo ¿puede, o debe un Estado católico tolerar la práctica pública de religiones falsas? La Tradición Católica dice que “puede,” pero únicamente para evitar un mal mayor o lograr un bien mayor. El Vaticano II dice “debe,” bajo toda circunstancia. Pero si Jesucristo es evidentemente el Verbo encarnado, nada más que el “puede” es verdad. Por el contrario, si el “debe” es verdad, entonces Jesucristo no es más necesariamente reconocido como Dios. El “puede” y el “debe” están tan distantes de sí como Jesucristo siendo Dios por naturaleza divina o por elección humana, es decir, entre que Jesús sea, o no sea, objetivamente, ¡Dios!

Sin embargo las autoridades Romanas de hoy en día claman que la doctrina del Vaticano II no representa ruptura alguna con el dogma Católico, sino su evolución continua. A no ser que – ¡Dios no lo permita! – la FSSPX también esté abandonando el dogma Católico, no pretende discutir con estas autoridades si Jesús es Dios, tampoco someter a discusión la doctrina Católica, por el contrario, espera persuadir a cualquier Romano que quiera escuchar que la doctrina del Vaticano II se opone gravemente a la Doctrina Católica. Con respecto a esto, aún cuando el éxito de la FSSPX resulte mínimo, ésta consideraría aún que era su deber dar testimonio de la Verdad.

Pero los Romanos pueden responder diciendo “Nosotros representamos al Papa. ¿Cómo es que se atreven a discutir con nosotros?” Esta es la segunda objeción, y para todos aquellos que piensan que la Roma Conciliar está en la Verdad, esta objeción parece válida Pero es la Verdad la que hace a Roma y no Roma la que hace la Verdad. Nuestro Señor en repetidas ocasiones declara en el Evangelio de San Juan que su doctrina no es de él, sino de su Padre (Juan VII, 16). Y si Jesús no tiene la facultad de cambiar la Doctrina Católica, mucho menos está en el poder de su Vicario el cambiarla, es decir ¡en la capacidad del Papa! Si entonces el Papa, por el libre albedrío que Dios le dio, decide apartarse de la Doctrina Católica, hasta ese punto ha abandonado su estatus Papal, y únicamente hasta ese punto – sigue siendo Papa – él y/o sus representantes se colocan por debajo de quienquiera permanezca fiel a la Doctrina del divino Maestro.

Por lo tanto, cualquier católico que se adhiera a la Verdad adquiere el mismo estatus que el Papa habrá puesto de lado, en la medida en que se separe de la Verdad. Así como dijo el Arzobispo Lefebvre cuando estaba ante las autoridades Romanas que lo interrogaban por su desacuerdo con el papa Paulo VI, “¡Soy yo el que debería estar interrogándolos a ustedes!” El defender la Verdad de Dios Padre es el orgullo y la humildad, la vocación y la gloria de la pequeña FSSPX del Arzobispo. Si las discusiones con Roma significaran el más mínimo peligro de la FSSPX de ser infieles a esta vocación, es ahí cuando no deberían de haber discusiones.

Kyrie eleison.