Revolución francesa

Gira En Francia

Gira En Francia on abril 12, 2014

Aún más noticias buenas, esta vez desde Francia. Una vez más serán pequeñas en cantidad pero grandes en calidad. Un puñado de buenos sacerdotes se reúnen para actuar con vista a asegurar que la Fe continuará a ser defendida según la línea definida por Monseñor Lefebvre, situada entre el sedevacantismo a la derecha y el conciliarismo – de arriba. El Cuartel General de la FSPX continuará desarmando a sus seguidores al tiempo que un resto de sacerdotes alegres seguirán armandose a sí mismos con la verdadera religión, esperando la nueva etapa de su persecución.

Es lo que observé durante mi cuarta gira desde el pasado otoño en centros de Francia en los cuales los fieles se muestran interesados en la doctrina anti-liberal de los Papas católicos desde Pío VI (1717–1799) hasta Pío XII (1876–1958). Esta doctrina no era nueva, aún desde el principio del siglo y medio durante el cual ella fue expuesta. Se trata simplemente de esta parte particular de la enseñanza católica de siempre que necesitaba ser refrescada debido a que el orden social cristiano de 15 siglos se encontraba socavado y suplantado por la Revolución Francesa de 1789.

Esta Revolución no fue otra cosa que la Masonería en guerra contra Dios. Su propósito era derribar el trono y el altar. Desde entonces, los tronos católicos han sido prácticamente derribados por la “democracia,” mientras que los altares católicos han sido virtualmente derribados por la conversión a la religión del hombre operada por el Concilio Vaticano II. Al contrario, Monseñor Lefebvre, permaneciendo agarrado a la religión de Dios, deseaba que sus seminaristas estén perfectamente imbuidos de la doctrina contra-Revolucionaria de la Iglesia con el propósito de que sepan ejercer su resistencia Católica en medio de un mundo liberal. Por esta razón los fieles Católicos que se dan cuenta como la Fraternidad San Pio X de Monseñor Lefebvre está siendo, con artera astucia, transformada en una Neo-fraternidad, se interesan en las Cartas Encíclicas Papales de los 150 años anteriores al Concilio Vaticano II. La primera de mis cuatro giras de conferencias ha incluido cinco paradas, y la última gira realizada entre el fin de Marzo y el principio de Abril, nueve, y bien puede haber cada vez más invitaciones. De todas formas se encuentran siempre más fieles franceses que abren sus ojos sobre la manera en la cual se desvía la Fraternidad de su missión.

¡Ay! Son demasiados los sacerdotes de la Fraternidad todavía ilusionados por un maestro de la seducción, perdido en su sueño mundano. Encontré algunos de ellos en mi última gira. Sin lugar a dudas se trata de buena gente. Ellos han sido buenos sacerdotes , tienen los ojos abiertos y son muchas las cosas que ven, pero cuando vuelven a ser expuestos una vez más a este seductor, su visión se nubla y su voluntad se encuentra debilitada. El verbo griego “diaballein” de donde provienen las palabras castellanas “diabólico” y “diablo” significa poner al revés, lanzar en la confusión.

Esos sacerdotes confundidos hacen contraste con la media docena de los otros mencionados más arriba quienes han visto claro y actúan en consecuencia de lo que ellos ven. La tensión por la cual ellos fueron torturados mientras trataban de mantenerse leales a sus líderes diabólicos, pertenece al pasado. Ellos muestran una gran serenidad y hacen con alegría planes para asegurar la continuidad de la obra de Monseñor Lefebvre. El Padre de Mérode, ordenado hace varios años, ha dejado la Fraternidad por decisión propia. Ha comprado una casa en Lourdes y está comprando otra en el suroeste de Francia. Las dos servirán de base para el apostolado de las numerosas almas interesadas de la región, y como refugios para los sacerdotes que las podrían necesitar. Puedo añadir que encontré un alma venerable en Lyon que ofrece a todo sacerdote que busque un techo, uno de sus pequeños apartamentos en esta ciudad. Así mismo la Casa de la “Resistencia” de Broadstairs en Inglaterra está ahora abierta y puede recibir la visita de sacerdotes. Uno de ellos ya nos visitó. Discreción garantizada, en la medida en que depende de nosotros.

Kyrie eleison.

¿Liberales Inocentes?

¿Liberales Inocentes? on febrero 23, 2013

Hace cuatro semanas los “Comentarios Eleison” contestaron afirmativamente a la pregunta sobre si el liberalismo es tan horrible como se supone que es: implícitamente el liberalismo es la guerra contra Dios. Quedaba la pregunta sobre si los muchos liberales que niegan ser liberales están en lo cierto cuando lo niegan. La respuesta es seguramente que todos nosotros hoy estamos tan inmersos en el liberalismo que pocos de nosotros nos damos cuenta hasta que punto lo somos.

El liberalismo en su sentido más amplio es el hombre que se libera a sí mismo de la ley de Dios, lo que un hombre hace cada vez que comete un pecado. Luego en este sentido más amplio todo pecador es un liberal y así quienquiera admite que él es un pecador debe admitir que es un liberal en este sentido amplio. Sin embargo, una cosa es romper la ley de Dios mientras uno sigue admitiendo que Dios es Dios y que su ley es su ley. Tal pecador es solamente un liberal práctico. Es cosa muy diferente romper la ley de Dios a la par que uno va negando que Dios sea Dios o que su ley sea su ley. Tal liberal en principio encarna el liberalismo de los tiempos modernos.

Entra en escena con la Revolución Francesa de 1789. La carta magna de esa Revolución, la Declaración de los Derechos Humanos, fue efectivamente una declaración de la independencia del hombre frente a Dios. De ahora en más, aún cuando cualquier hombre obedeciese a la ley de Dios, lo haría sólo en virtud de su propia elección y no en virtud de la obediencia a cualquier mandato o mandamiento de Dios. En esa aparente obediencia él no estaría comportándose como un liberal en la práctica, pero en el fondo, en todo lo que él haría, sería un liberal en principio. Este es el liberalismo moderno del cual los Católicos de hoy acusan a menudo a sus adversarios. ¿Acaso estos adversarios tienen razón como para negar casi en todos los casos ser liberales? Subjetivamente, si. Objetivamente, no.

Subjetivamente, sí, porque desde 1789 los hombres han sido impregnados cada vez más profundamente de los falsos principios de la Revolución, al punto de que si se les acusa de liberarse de la ley de Dios, ellos pueden sinceramente replicar, “¿Que ley? ¿Qué Dios? ¿De que me está Usted hablando?” Hasta este extremo han sido aparentemente borrados de las mentes, Dios y su ley. Pero, objetivamente, no, porque Dios y su ley ciertamente no han dejado de existir, y profundamente en su interior aún los hombres modernos lo saben. Es “inexcusable” decir que El no existe (Rom.I,20), y Su ley está escrita en el corazón de todos los hombres (Rom.II,15), no importa lo que puedan decir con la boca para afuera. El “sinceramente” que se acaba de mencionar necesita las comillas – no vale mas que lo que vale frente al tribunal de Dios.

Entonces, ¿pueden estos líderes de la Fraternidad San Pío X que están actualmente tratando de mezclar la Fraternidad con la Iglesia Conciliar, negar que son liberales? Subjetivamente no hay duda de que están persuadidos que están haciendo lo mejor que pueden para la Iglesia, pero, objetivamente, están buscando sin arrepentimiento poner la obra contra-Revolucionaria de Mons. Lefebvre bajo el control del intento de los dirigentes de la Iglesia que se esfuerzan en hacer triunfar la Revolución liberal de una vez por todas. Estos líderes dicen que debemos reunirnos con la Iglesia visible porque ella es la Iglesia católica, pero no es la visibilidad lo que la hace católica, sino el hecho de tener la Fe apostólica. Así, la “iglesia” Anglicana también es visible en todo el territorio inglés, pero eso no la hace católica. Y los líderes actuales no pueden ignorar hasta que punto falsifican y suprimen las palabras del Arzobispo pretendiendo hacerlas corresponder a su propia visión de la Iglesia, fingiendo así que esa era la posición del Arzobispo.

La triste verdad es que estos liberales nunca entendieron cual era realmente el combate del Arzobispo. Mientras él estaba con vida, ellos estaban fascinados, como tantos de nosotros, por su carisma católico, pero nunca entendieron la Fe del Arzobispo, Fe que era para su carisma lo que la raíz es para el fruto. Ellos amaron el fruto – démosles el crédito por eso a ellos – pero a pocos años de su partida, el fruto sin la raíz empezó a marchitarse y morir. Era inevitable que, a menos de haber entendido la fe del Arzobispo, ellos iban a convertir la Fraternidad del Arzobispo en la suya propia que haría de los enemigos de la fe “nuestros nuevos amigos en Roma.” Eso es lo que hemos visto y que estamos viendo. ¡Que el Cielo venga en nuestra ayuda!

Kyrie eleison.

Contaminación Liberal

Contaminación Liberal on febrero 5, 2011

Si el liberalismo en su sentido más amplio se define como la liberación del hombre de Dios (hacer referencia a los “Comentarios Eleison” de la semana pasada), entonces el Catolicismo liberal del siglo XIX que surgió de la Revolución Francesa (1789) fue en términos generales la liberación exitosa de Dios por la política, mientras el Modernismo liberal de principios del siglo XX podemos considerarlo como el intento fallido de liberar a la Iglesia Católica de Dios, intento frustrado por San Pío X. Sin embargo, ese intento tuvo éxito, medio siglo después, más allá de los sueños de los liberales, con el Concilio Vaticano Segundo. Enseguida les presento otro testimonio reciente que recibí de Italia, que muestra cómo el Tradicionalismo liberal trabaja actualmente para liberar la Tradición Católica de Dios (¡si tan solo tuviésemos la mitad de la perseverancia del Demonio!):—

“Después de que el Motu Proprio de Benedicto XVI desencadenó la Misa Tridentina en el 2007, una gran cantidad de Católicos se acercaron más a la Tradición, pero su calidad varió ampliamente. Como era inevitable, el aumento en número atrajo hacia la Tradición muchos Católicos que nunca habían estado convencidos de su importancia y cuya idea de la Tradición era aún básicamente subjetiva, lo que quiere decir que para esos Católicos, la Tradición es opcional y no obligatoria. En este sentido, aún si Benedicto de hecho dijo algunas cosas provechosas en su discurso clave del 22 de Diciembre del 2005, su efecto fue desastroso.

“La confianza en el Papa hizo entonces que cualquier pensamiento crítico acerca de la liturgia, catequesis o doctrina modernas, tomara un segundo lugar. El establecer distinciones o el aclarar la confusión lo hacía a uno extremadamente impopular. Sin embargo, el anuncio de Asís III le dio un fuerte golpe a este espectro amplio y blando de la Tradición, y los Católicos tuvieron que decidirse. Los contrastes salieron a la luz y las primeras divisiones se esbozaron.

“Benedicto XVI ha tenido éxito al infectar el potencial prometedor de jóvenes Católicos conectados o cercanos a la Tradición, y ha logrado crear divisiones. Mucho de ese potencial ahora está arruinado, aún cuando uno pudiese depositar la esperanza en Dios de que muchos otros jóvenes terminaran hablando y comportándose en una manera propiamente Católica. Entonces ¿cuántos Católicos abrazarán al fin, de todo corazón, la causa justa de la Iglesia? Tendremos que esperar a que la polvareda se disipe y a que los hombres de buena fe y vigor fresco hagan su aparición.

“Ser testigo de la Tradición requiere más que nunca antes de declaraciones firmes y claras. Vacilar causa solamente daño. Mientras tanto, sigamos luchando, subiendo el tono en donde sea necesario y abiertamente resaltando los males de la Nueva Iglesia Conciliar de Benedicto XVI. La opinión pública en Italia está muy lejos de preocuparse de los verdaderos problemas de la Iglesia. Los Católicos aquí, practicantes o no, han aprendido por siglos a creer que lo que el Papa dice es palabra del Evangelio. Son hijos de nuestra era.”

Seguramente este testimonio sugiere que la marginalización de Econe por la Iglesia oficial en 1975 y su rotunda condenación con las “excomuniones” de 1988, ayudaron a salvar a la Tradición Católica de la contaminación liberal. ¿Necesitará permitir el Señor Dios por esa misma razón otra división y marginalización como la de entonces? ¡Fervientemente esperamos que no!

Kyrie eleison.

Arte de Seis Peniques

Arte de Seis Peniques on diciembre 4, 2010

El pintor Francés Paul Gauguin (1848–1903) repudia a la sociedad moderna por el bien del arte, sin embargo el arte que él mismo prefirió por encima de su esposa y de sus cinco niños parece no haberle traído paz (EC 175). El novelista Inglés Somerset Maugham (1874–1965) escribe una versión de la vida de Gauguin algunos años después que parece confirmar el repudio y la falta de paz (EC 176). Pero ¿por qué el artista moderno se encuentra en conflicto con la sociedad que el mismo refleja y quelo respalda? Y ¿por qué el arte moderno que el produce normalmente es tan feo? Y finalmente ¿Por qué la gente persiste en respaldar el arte feo?

El artista como rebelde retorna a los Románticos. El Romanticismo floreció junto con la Revolución Francesa, que no hizo más que estallar en 1789, porque sigue derribando trono y altar desde entonces. Los artistas modernos, reflejando la sociedad en donde viven – inevitable para los artistaspoco a poco repudian siempre más a Dios. Ahora si Dios no existe, entonces ¿no debieron los artistas haber florecido serenamente en su recién fundada libertad lejos de esa ilusión de Dios que ha dominado las mentes de los hombres desde tiempos inmemorables? ¿Pero que vemos? ¿Es el arte moderno sereno? ¿No inclina, por el contrario, al suicidio?

Por otra parte, si Dios existe y si el talento del artista es una regalo de Dios para ser usado para su gloria, como proclamaban incontables artistas en el pasado, entonces el artista sin Dios estará en lucha con su propio regalo, y su regalo estará en guerra con su sociedad, y la sociedad en guerra con su regalo. ¿No es esto lo que observamos a nuestro alrededor, por ejemplo el gran desprecio de los materialistas modernos por todas las artes, bajo la apariencia fingida de respeto?

Si Dios existe, de cualquier forma las preguntas presentadas anteriormente son fácilmente contestadas. Primeramente, el artista está en desacuerdo con la sociedad moderna porque el aliento de Dios dentro de sí mismo, que es su talento, sabe que su sociedad es despreciable entre más irreligiosa sea esta. El hecho de que la sociedad lo apoye aún, sin importar su desprecio, la hace simplemente más despreciable. Como comentó alguna vez Wagner cuando su crecida orquesta se traducía en tener que eliminar una fila de asientos en el teatro, “¿Menos oyentes? ¡Tanto mejor!” En segundo lugar, ¿cómo puede un regalo de Dios que se torna en contra de Él producir algo armonioso o bello? Para que cualquier persona pueda considerar el arte moderno como bello, esta debe de voltear el significado mismo de las palabras: “Bello es feo y feo es bello” (Macbeth) – sin embargo, ¿cuándo tan siquiera un artista moderno ha confundido la fealdad por la belleza en una mujer? Y en tercer lugar, la gente moderna persistirá en revertir el significado de las palabras porque le está haciendo la guerra a Dios y no tiene ninguna intención de dejar de hacerla. “Mejor el turbante turco que la tiara del papa,” decían los Griegos justo antes de la caída catastrófica de Constantinopla de 1453. “Mejor Comunismo que Catolicismo,” dijeron Senadores Americanos después de la Segunda Guerra Mundial, y se les concedió su deseo.

En resumen, Wagner, Gauguin y Maugham así como miles de artistas modernos de todo tipo tienen razón en despreciar nuestra Cristiandad de seis peniques, pero la respuesta no está en hacerle más la guerra a Dios con el arte moderno. La respuesta está en dejar de hacerle la guerra a Dios para darle nuevamente la gloria que se le debe, y colocar a Cristo de regreso en la Cristiandad. ¿Cuánta más fealdad se necesitará para que los hombres vuelvan a la tiara y escojan una vez más al Catolicismo? ¿Les bastara con la Tercera Guerra Mundial? Uno puede dudarlo . . .

Kyrie eleison.