obediencia

Fe Socavada

Fe Socavada on abril 11, 2015

El editorial en un boletín reciente de un Priorato por un honorable colega de la Fraternidad San Pío X muestra una razón mayor del porqué los sacerdotes de la Fraternidad no están aún uniéndose a la “Resistencia” – ellos no creen aún que la Fe está en juego. Nos preguntamos que se necesitará para persuadirlos. Podemos estar seguros que los líderes en el Cuartel General de la XSPX están convencidos que ellos mismos no están cambiando la Fe y que ellos lo encuentran así tanto más fácil para continuar persuadiendo a los sacerdotes y laicos de la Fraternidad que ellos no están cambiando la Fe. Pero, si ellos tuvieran la verdadera Fe, ¿cómo podrían soñar con poner su defensa Lefebvriana bajo el control de los neo-modernistas en Roma?

El editorial se titula “Obedeciendo a Superiores Falibles”. Reconoce que la resistencia a Superiores falibles es legítima cuando la Fe está en juego, pero el énfasis del editorial está más bien en los límites a ser fijados para tal resistencia: la anarquía y falta de respeto a la autoridad nunca son legítimos; la obediencia a Superiores legítimos es esencial en cualquier sociedad; los Superiores tienen gracias especiales de estado; debe tenerse cuidado al advertir al rebaño que no puede hacer las distinciones necesarias; hay un peligroso espíritu de independencia en el mundo hoy en día (Benedicto XV); las apelaciones divisivas deben ser evitadas, etc. – los principios son impecables, el problema yace en su aplicación.

Por ejemplo, si bien huyendo de tales apelaciones, el editorial sin embargo reconoce que Pío IX denominó a los “Católicos liberales” como siendo los “peores enemigos” de la Iglesia. Ciertamente en cualquier crisis de la Iglesia, identificar y nombrar a los enemigos de la Iglesia, por ejemplo “Protestantes” en la Reforma, es un primer paso mayor para poder luchar contra ellos. Sin duda, el autor del editorial otorgaría eso donde la Fe está en juego, solamente él negaría que haya actualmente cualquier crisis de Fe dentro de la Fraternidad. Pero, Padre, ¿piensa usted que los liberales Católicos del siglo 19no que fueron objeto de la condenación de Pío IX hubieran negado un único Artículo de la Fe? Por el contrario, ellos hubieran vigorosamente afirmado su creencia en cada uno de tales Artículos. Y, sin embargo, ¿no hubieran ellos condenado con igual vigor el Syllabus de Errores de Pío IX? El problema para que una mente moderna sea católica yace no en el hecho que acepte o rechaze una u otra verdad de la Fe sino en su subversión instintiva de todas las verdades cualesquiera, y esta espantosa disolución de la mente es, sin un milagro divino, un problema prácticamente insoluble para y de la Fe.

Y ha llegado a la cúpula de la Fraternidad. Padre, ¿reconoce usted que la “hermenéutica de la continuidad” de Benedicto XVI es equivalente a la suspensión de la ley de la no contradicción? Y, ¿ha estudiado usted el párrafo III.5 de la Declaración Doctrinal de Monseñor Fellay de Abril de 2012, un documento que él circunstancialmente “retiró” pero del cual nunca sustancialmente se retractó? Declara que las declaraciones no Tradicionales del Vaticano II deben ser interpretadas como Tradicionales. ¿No es eso un perfecto ejemplo de la “hermenéutica de la continuidad”, de la interpretación sobrepasando a la realidad? Entonces, ¿cree usted realmente que la Fraternidad no tiene problema de Fe, siendo que su Superior se une a Roma para suspender la ley de la no contradicción, y que tan felizmente como un pez nada en el agua, nada en contradicciones y en lo que Churchill graciosamente llamó “inexactitudes terminológicas”?

Por cierto, usted también dice que cualquiera que “duda que la jerarquía puede todavía existir en los comienzos del siglo 21ero se excluye a sí mismo de toda vida católica”. Distingamos. Si él lo duda por principio, uno puede estar de acuerdo con usted, pero si él está meramente relatando lo que observa en la práctica, ¿ no puede ser que él está meramente observando la extensión un siglo más tarde de lo que usted cita a Benedicto XV ya entonces en 1914 observando como “el peligroso espíritu de independencia en el exterior”?

Kyrie eleison.

¿Quienes Dividen y Se Rebelan?

¿Quienes Dividen y Se Rebelan? on septiembre 15, 2012

El Capítulo VII del Evangelio según San Juan contiene una lección especial para hoy día: ¿quiénes son los verdaderos rebeldes contra la autoridad, y quienes los que no son más que aparentes rebeldes? ¿Quién aparenta estar dividiendo al pueblo de Dios y quien está realmente dividiéndolo? Las cosas no son siempre lo que aparentan. Es necesario siempre “Juzgar no según las apariencias, sino juzgar según un justo juicio” (Jn.VII,24).

Este capítulo VII de San Juan está cercano al fin de la vida de Nuestro Señor en la tierra. Los judíos están tratando de matar a Jesús (versículo 1), pero aún así Nuestro Señor sube a Jerusalén y enseña en el Templo (14). El pueblo está ya dividido (12) y así el resultado de la enseñanza de Jesús es que algunos del pueblo (40) reconocen en El al Profeta (cf.Deut.XVIII, 15–19) mientras que otros (41–42) le rechazan tal reconocimiento porque El es de Galilea. Por consiguiente, hay división y disensión. Ahora bien, la división, como tal, merece reprobación, luego ¿de quien es la culpa? Ciertamente no de Nuestro Señor quien no hacía más que predicar la doctrina de su Padre en el Cielo (16–17). Tampoco puede culparse a esa parte del pueblo que aceptó su divina enseñanza. Claramente la culpa de la división yace en las autoridades del Templo y en aquella parte del pueblo que estaba rechazando la Verdad.

Del mismo modo en las décadas de 1970 y 1980, el Arzobispo Lefebvre dividió a los Católicos al enseñar y practicar la verdad de la Tradición Católica, pero ¿cuál será el Católico que ahora alardee de ser Tradicional, que lo culpe por esta división? Claramente la culpa por la división en la Iglesia no recae ni sobre el Arzobispo ni sobre los que lo siguieron, sino principalmente sobre aquellas autoridades de la Iglesia que estaban torciendo la verdadera religión tal como lo hacían las autoridades del Templo en los días de Nuestro Señor. Una y otra vez el Arzobispo les pidió a ellas “juzgar un justo juicio,” para que enfrentasen el problema central creado por su adulterio Conciliar con el mundo moderno. Hasta el día de hoy, las autoridades de la Iglesia rechazan tal confrontación. Una y otra vez la única respuesta de ellos ha sido: “¡Obediencia!” “¡Unidad!.” ¿No es evidente que su carencia de argumentos con respecto a las cuestiones básicas de la verdad sugiere que son ellos los verdaderos rebeldes y responsables de la división en la Iglesia?

Sin embargo la disensión como tal no es una buena cosa, y ambos, Nuestro Señor y el Arzobispo Lefebvre, sabían de antemano que a causa de sus enseñanzas resultaría la disensión. ¿Porqué entonces continuaron a pesar de ello? Porque las almas pueden ser salvadas con la disensión (cf.Lc.XII,51–53), pero no pueden ser salvadas sin la Verdad. Si las autoridades religiosas están extraviando al pueblo – y el Diablo trabaja particularmente duro sobre ellas, debido al poder que ellas tienen para llevar a muchas otras almas por el mal camino – entonces es cuando la Verdad debe ser afirmada para traer al pueblo de vuelta al camino del Cielo, aún cuando eso sea causa de disensión. Aquí se ve como la Verdad está por encima de la autoridad como de la unidad.

Y, ¿dónde está esta verdad en el año 2012? El Vaticano II fue un desastre para la Iglesia – ¿cierto o falso? Las autoridades de la Iglesia que efectuaron Asís III y la “beatificación” de Juan Pablo II están siempre aferradas al Vaticano II – ¿cierto o falso? Y, entonces, si la Fraternidad San Pío X se coloca ella misma bajo aquellas mismas autoridades, éstas usarán todo su prestigio, y el poder sobre la FSPX que la misma Fraternidad les habrá dado, para disolver su resistencia al Vaticano II – ¿cierto o falso? Luego, la FSPX corre el grave riesgo de perder progresivamente la fuerza que todavía le puede quedar para resistir a este prestigio y poder – ¿cierto o falso? ¡Como lo dicen los Romanos, “Roma puede esperar”!

Entonces, en la FSPX, hoy, si uno “juzga no según las apariencias sino según un justo juicio,” ¿quién es el verdadero responsable de la “división”? ¿Quiénes son los reales “rebeldes contra la autoridad”? ¿Aquellos que critican el riesgo de tal mezcolanza de la Verdad Católica con el error Conciliar, o bien aquellos que promueven esa mezcolanza?

Kyrie eleison.

Roma Insiste

Roma Insiste on diciembre 17, 2011

Casi al mismo tiempo que Monseñor Fellay dejaba saber que la FSSPX pedirá esclarecimientos sobre el Preámbulo Doctrinal, la reacción de Roma a las discusiones doctrinales que tuvieron lugar desde 2009 hasta la primavera de este año, uno de los cuatro teólogos que tomaron parte en estas discusiones, Monseñor Fernando Ocariz, publicó un estudio “Acerca de la adhesión al Concilio Vaticano II.” El momento que eligió muestra que todavía no hemos salido del túnel, al contrario! Pero veamos sus argumentos, que al menos son claros.

En su introducción declara que el Concilio “pastoral” fue sin embargo doctrinal. Lo pastoral se basa en la doctrina. Lo pastoral busca salvar las almas, lo que implica doctrina. Los documentos del Concilio contienen mucha doctrina. Bien! El Monseñor al menos no va a esquivar las acusaciones doctrinales presentadas contra el Concilio pretendiendo que no era doctrinal, como lo han hecho muchos defensores del Concilio.

Luego, acerca del Magisterio de la Iglesia en general, dice que el Concilio Vaticano II estaba compuesto de los obispos Católicos que tienen “el carisma de la verdad, la autoridad de Cristo y la luz del Espíritu Santo.” Negarlo, dice, es negar algo que pertenece a la esencia misma de la Iglesia. Pero, Monseñor, ¿que me dice del conjunto de los obispos Católicos que siguieron la herejía Ariana bajo el Papa Liberio? Excepcionalmente, aún la casi unanimidad de los obispos puede desviarse doctrinalmente. Si esto ha ocurrido una vez, puede ocurrir nuevamente. Ocurrió en el Concilio Vaticano II, como lo demuestran sus documentos.

Continúa declarando que las enseñanzas no dogmáticas y no definidas del Concilio requieren, sin embargo, por parte de los Católicos, su asentimiento, llamado “sumisión religiosa de la voluntad y del intelecto,” lo cual es “un acto de obediencia bien enraizado en la confianza en la asistencia divina dada al Magisterio.” Monseñor, tanto a los obispos Arianos como a los Conciliares, no existe duda de que Dios les ofreció toda la asistencia que ellos necesitaban, pero que la rehusaron, como está demostrado en el caso de Vaticano II por la oposición a la Tradición en sus documentos.

Finalmente Monseñor Ocariz supone aquello que debe probar cuando arguye que el Magisterio Católico es continuo y que el Concilio Vaticano II es el Magisterio, luego sus enseñanzas no pueden estar mas que en continuidad con el pasado. Y si aparecen como una ruptura con el pasado, entonces la actitud Católica ha de ser interpretarlos de tal manera que tal ruptura no exista, como lo hace por ejemplo la “hermenéutica de la continuidad” de Benedicto XVI. Pero Monseñor, estos argumentos pueden revertirse. De hecho hay una ruptura doctrinal, como resulta claro al examinar los documentos Conciliares en si mismos. (Por ejemplo, hay (Vaticano II) o no hay (Tradición), un derecho humano que permita propagar el error?). Por consiguiente, el Vaticano II no fue el verdadero Magisterio de la Iglesia y la actitud Católica es mostrar que existe realmente esta ruptura con la Tradición, como lo hizo el Arzobispo Lefebvre, y no pretender que tal ruptura no existe.

Las últimas palabras de Monseñor son para afirmar que sólo el Magisterio puede interpretar el Magisterio. Lo que nos hace volver justo al punto de partida.

Estimados lectores, Roma de ninguna manera ha salido del túnel. Que el Cielo nos ayude.

Kyrie eleison.