Comentarios Eleison

Niños Asediados

Niños Asediados on mayo 29, 2010

El CE 146 habló de la dificultad con la que se enfrentan las Hermanas maestras con las niñas de la actualidad. El CE 147 rastreó la raíz del problema a los hogares. Ahora, algunos de ustedes se preguntarán, ¿qué hay de los niños? Los Católicos saben que los niños y niñas, en cuanto a la salvación de sus almas para la vida siguiente, son iguales, por lo que ambos deben de preparase de igual manera, primeramente y ante todo, para llegar al Cielo. Pero es ahí en donde la similitud termina. Dios ha designado al hombre y a la mujer para muy diferentes roles en la vida, razón por la cual la Iglesia siempre ha condenado la educación mixta. Por lo tanto, ¿qué es lo que los niños específicamente necesitan?

Así como una mujer tiene dones del corazón para cuidar de su hogar y de los hijos, así también el hombre tiene dones de la razón para guiarlos y proveer para ellos siempre, desde que se cometió el pecado original, con el “sudor de su frente” (Gen. III, 19). Por lo tanto, mientras la formación de una niña se debe de centrar en lo que se refiere a servir a su esposo y a sus hijos dentro del hogar, la formación del niño debe de capacitarlo para (1) el trabajo y (2) la responsabilidad fuera de éste, lo que usualmente significará en el mundo grande y perverso. Es ahí en donde él necesitará de (3) juicio, (4) auto-disciplina y (5) hombría. ¡De antemano tenemos ya un gran programa!

En este programa, ¡el ejemplo que le da al niño su padre es sumamente importante! Padres de la actualidad, ustedes debieron de haberse formado hace 20 o 30 años, después de los años revolucionarios de 1960. ¿Se dan cuenta de lo que eso significa? Tengan la humildad para reconocer que su propia formación, en la escuela y/o en su hogar, probablemente no los preparó lo suficiente para educar a sus niños para vivir en el mundo de manera que puedan llegar al Cielo. ¡Padres, ocúpense de corregir su propia indolencia, irresponsabilidad, tontería, auto-indulgencia y falta de hombría, y entonces estarán haciendo lo mejor que pueden por sus niños!

EL TRABAJO fuera, en la naturaleza, es el mejor. Permítanle a un niño utilizar un hacha, talar un árbol, plantar un jardín, montar un caballo, construir una cabaña. El deporte en sus mejores términos es ejercicio de varones, pero no tiene más que un fin recreativo. Una necesidad genuina de la familia enseña al mejor la RESPONSABILIDAD, también aprendida por el sufrimiento que experimenta un niño como consecuencia de sus propios errores – ¡no protegiéndolos de ellos! El JUICIO lo aprenderá al animarlo a que utilice su mente, por las discusiones en la mesa familiar, por la compañía e instrucción de su padre a quien él naturalmente admira y sigue como a su héroe, pero que debe darse tiempo para escuchar a su niño y aconsejarlo, especialmente en la adolescencia. La DISCIPLINA la aprenderá levantándose temprano por la mañana, a través de una rutina diaria a la que debe acatarse, acostándose temprano y sin establecer relaciones de noviazgo hasta el tiempo en que, más o menos, esté pensando en casarse. Lo menos que él les dé a las niñas con las que no se va a casar, lo más que él tendrá por dar a la muchacha con la que se casará. La HOMBRÍA será la recompensa de seguir fielmente un programa semejante.

Finalmente, padres, dense cuenta como la electrónica como una regla hace a un niño 1 ocioso, 2 irresponsable, 3 tonto, 4 sentimental y 5 frustrado.

¡En casa eliminen el hechizo de la electrónica, si no quieren que sus hijos caigan al infierno!

Kyrie eleison.

Restaurando la Paternidad

Restaurando la Paternidad on mayo 22, 2010

Es fácil culpar a los padres hoy en día por no saber cómo educar a sus hijos. Será más útil ayudar a todos aquellos que desean recibir ayuda para ver en de dónde proviene ese problema que tienen con sus hijos. El problema es, en cierta forma, tan majestuoso como Dios, porque se deriva del rechazo y negación generalizado del mundo moderno hacia Dios.

La familia humana (por lo menos según el diseño de Dios) es una pequeña sociedad, que consiste básicamente de padre, madre e hijos. Pues bien, el sentido común nos dice que cada sociedad humana necesita una cabeza para poder funcionar. Si no hay una cabeza que dirija o mande, la sociedad pierde su dirección, y se desquebraja. Un equipo de fútbol necesita un capitán, un corporativo necesita un presidente, un país necesita un rey o un presidente de la nación, un pueblo necesita un alcalde, un cuerpo de bomberos necesita un jefe, un ejército necesita un general, una universidad necesita un rector, un tribunal necesita un juez, y así sucesivamente.

Ante todo, una familia necesita a un padre, porque la familia humana no es únicamente una sociedad humana, es la más básica y natural de todas las sociedades humanas, de hecho es el modelo básico de todas las demás sociedades. Esto es debido a que en ninguna otra sociedad pueden los lazos que unen a sus miembros ser tan arraigados o naturales como los lazos que atan al esposo a su esposa y a los padres a sus hijos. También es cierto que en ninguna otra sociedad se puede apreciar tan claramente como la cabeza, además de dirigir a sus miembros, debe de cuidar de ellos. Si un padre dirige sin cariño, la familia sufre de su dureza. Si cuida sin dirigir – lo que se ve más a menudo hoy en día – la familia sufre de su debilidad. Por lo tanto, la paternidad familiar es el modelo para toda autoridad humana. Es la razón por la cual (como se vio en el CE 145), el Cuarto Mandamiento que obliga a honrar a padre y madre se establece a la cabeza de los siete Mandamientos que gobiernan las relaciones en la sociedad humana.

Ahora bien, la paternidad familiar, como toda paternidad o autoridad, se deriva de Dios Padre. San Pablo dice “doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda paternidad” (Efe. III, 14, 15). En otras palabras, dice la Palabra de Dios, de la paternidad de Dios Padre es que toda la paternidad en la familia humana y toda cabeza en la sociedad humana deriva su naturaleza, porque el “nombre” o palabra significa la naturaleza de la cosa. Por lo tanto es evidente que en cualquier mundo de donde Dios Padre es arrojado, como en la actualidad nuestro mundo lo hace, el nombre y la naturaleza de la paternidad serán sacados de nuestras mentes, y toda paternidad y autoridad serán despreciadas en nuestras vidas.

Padres de familia, ¡dirijan a sus familias hacia Dios! Pónganse ustedes mismos debajo de Dios, y sus esposas e hijos se pondrán más fácilmente por voluntad propia debajo de ustedes. “La cabeza de cada hombre es Cristo; la cabeza de la mujer es el hombre; la cabeza de Cristo es Dios,” dice San Pablo (I Cor. XI,3). Denle a su esposa y a sus hijos el ejemplo de poner varonilmente a Dios por encima, con una piedad tan natural como sobrenatural, y lo que sea que sobrevenga de nuestro mundo demente, por lo menos ustedes estarán haciendo lo mejor que puedan por la familia que Dios les ha encomendado.

Cuestiones más específicas para los niños se presentarán, si Dios quiere, en otro “Comentarios Eleison.”

Kyrie eleison.

Papa en Vela

Papa en Vela on mayo 15, 2010

La falta de comprensión radical de la Roma Conciliar acerca de lo que es verdaderamente el movimiento Católico Tradicionalista fue ilustrada una vez más en Paris el miércoles pasado cuando el Cardenal Kasper, cabeza del departamento del Vaticano para las relaciones con otras iglesias Cristianas y con los Judíos, dictó una rueda de prensa. Del informe de Reuters permítanme citar, tan fielmente como me sea posible, lo que el Cardenal piensa, resumido en cinco propuestas, para posteriormente comentarlo.

1) Las discusiones doctrinales que actualmente se están llevando a cabo cada dos meses entre cuatro teólogos de Roma y por otro lado un obispo y tres sacerdotes de la Fraternidad Sacerdotal de San Pio X, no resultan fáciles. 2) El principal problema es el concepto de tradición. “¿Queremos una tradición viviente o una tradición petrificada?,” preguntó el Cardenal. 3) El dijo que está de acuerdo con este diálogo con la FSSPX, pero que tiene que darse bajo las condiciones de Roma y no bajo aquellas de la FSSPX. 4) Si hay que llegar a un arreglo, la FSSPX deberá hacer concesiones y deberá de aceptar las reformas Conciliares. 5) Sin un arreglo, la FSSPX no tendrá un estatus oficial, sus sacerdotes no serán reconocidos como sacerdotes Católicos, ni se les permitirá ejercer su ministerio.

Claro que no está siendo fácil el poder reconciliar el que 2+2=4 (La Tradición y la FSSPX) con el 2+2=4 ó 5 (Vaticano II y la Roma Conciliar). Estamos en presencia de dos conceptos de la aritmética profundamente diferentes, como de dos concepciones aun más diferentes de lo que es la Verdad Católica.

El que 2+2 e igual a 4 es verdad, no cambiante e inmutable, por lo tanto “tradicional.” El que 2+2= 4 ó 5 es una manera completamente nueva de hacer aritmética, manera tan “viviente” como a uno le gusta, pero completamente irreal, y por lo tanto para nada tradicional.

Si uno está discutiendo aritmética verdadera, será bajo las condiciones de la verdadera aritmética y no bajo las de cualquiera de las partes que conforman la discusión, aún cuando una de estas tome partido de estas verdaderas condiciones.

¿Quién quiere, o necesita, llegar a un arreglo en el que 2+2=4 ó 5 (El Vaticano II)? ¡Únicamente aquellos comerciantes de fantasía a quienes ya no les importa la aritmética verdadera!

Si el “estatus oficial,” “reconocimiento como sacerdotes” y el “tener permiso para ejercer el ministerio” todo depende de aceptar que 2+2 puede ser 4 ó 5, entonces ese “estatus,” ese “reconocimiento” y ese “permiso” están siendo comprados al precio de la Verdad. Pero si vendo la Verdad, ¿cómo puedo aún poseerla para predicarla? Y si ya no puedo predicar la Verdad, ¿qué clase de sacerdote puedo ser?, ¿con qué clase de ministerio?

Por lo tanto, en conclusión, no es solamente la “tradición” sino la misma naturaleza de la verdad que separa a estos Romanos y a la FSSPX. Cambiando la verdad, estos Romanos han perdido la Verdad; de hecho, hablando por lo menos objetivamente, están asesinándola, como Macbeth “asesina al sueño” (II,2). De hecho, en el mismo artículo de Reuters el Papa es citado por haber dicho que el problema de la FSSPX “le roba el sueño.” Santo Padre, crea que la Verdad está mucho más arriba que la FSSPX, quien no es más que una de sus diminutas defensoras momentáneas. Cada uno de nosotros en la FSSPX le desea a Ud. toda clase de bien, especialmente un buen sueño. No es la FSSPX, sino la Verdad asesinada, la que le mantiene a Ud. en vela por las noches.

Kyrie eleison.

Padres Asediados

Padres Asediados on mayo 8, 2010

Las palabras de la Hermana, que comenté con ustedes en los “Comentarios Eleison” de la semana pasada, aún permanecen en mi mente: “El mundo agarra a nuestras niñas fuertemente.” En un escaso lapso de tres años, “el cambio en su mentalidad es perceptible. Tenemos que luchar por mantener principios y buenas costumbres.” Hoy en día, difícilmente el mundo dejará de ejercer esta presión sobre las niñas, por el contrario. Por lo tanto, o nuestra Fe Católica ha dejado de ser “nuestra victoria sobre el mundo” ((I Jn.V,4), o las palabras de la Hermana pueden ser una luz roja que parpadea para hacernos ver a todos que nuestra Fe necesita activarse, o ¿acaso la Tradición Católica necesitará ser filtrada nuevamente?

Porque entre el hogar y la escuela, si la escuela es responsable de, digamos, dos séptimas partes de la formación de un niño, el hogar es responsable de por lo menos cinco séptimos. Esa es la razón por la cual, como lo sugerimos aquí la semana pasada, es un grave error que los padres piensen que si ellos le han confiado su hijo a una buena escuela, su deber está cumplido. La principal responsabilidad de la formación de los niños siempre ha recaído sobre el hogar. Ciertamente la Hermana no le achacaría al hogar lo que es su propia responsabilidad, pero por otro lado su principal esperanza, después de la misericordia de Dios, debe ser los hogares buenos.

Hoy en día, ninguna persona razonable puede no tener compasión de los padres. Por ejemplo, el padre puede estar agotado por ir y venir cada día para cumplir con un trabajo completamente insatisfactorio, en un ambiente siempre más anticatólico, mientras que la madre puede estar exhausta por todos los hijos que Dios tal vez le envía si ella y su esposo son obedientes de las leyes del matrimonio Católico, por la necesidad de enseñarles en casa si las escuelas afuera están demasiado corruptas, por la necesidad de trabajar también fuera de casa si, por ejemplo, una escuela incorrupta es cara, y por el rechazo de la gente si se queda en casa. En cualquiera de estos peores casos, Dios no espera de ninguno de nosotros que hagamos lo imposible. Pero si espera que carguemos nuestra Cruz y que hagamos lo posible.

Entonces, padres, ¿están Vds actuando como varoniles cabezas de familia (no como tiranos)? ¿Ponen a la familia por encima del dinero, o el dinero antes que a la familia? ¿Están dando a sus hijas el ejemplo de amar y apoyar a su madre? ¿Acaso la escuchan? ¿La propicias a que se vista o se comporte para satisfacer tu propio placer de manera que solamente se puede dar a tus hijas un mal ejemplo? Harán mucho más lo que ella hace que lo que ella dice. ¿Les das tiempo a tus niñas? ¿Les das esa atención prudente y el cuidado que tanto necesitan de su padre? Madres, solamente una pregunta: ¿les dan a sus hijas el ejemplo de respeto y obediencia a su padre (aunque a veces pueda no merecerlo), o utilizan sus lenguas para hacerlo parecer pequeño frente a ellas? ¿Ambos les dan ejemplo de respeto por el sacerdote?

Una última pregunta para los padres y madres: ¿han escuchado alguna vez a esos padres Católicos de los niños alrededor de la época del Vaticano II que estaban adormilados al momento del cambio en la formación de sus hijos, que despertaron demasiado tarde y ahora no tienen más que lágrimas que derramar por sus hijos que viven, y se preparan para morir, fuera de la Fe? ¡Echen fuera esa televisión! Compañeros sacerdotes y Hermanas, ¡no tengamos miedo de volvernos poco populares! ¡Además, cuidemos que nuestra Tradición Católica no se vuelva demasiado acogedora, a tal punto que el Señor Dios, por nuestro propio bien, esté obligado a permitir algo como la repetición del desastre de Vaticano II!

Kyrie eleison.

Hermanas Asediadas

Hermanas Asediadas on mayo 1, 2010

Dos Hermanas que dan clases en la misma escuela para niñas me escribieron recientemente, una de ellas casi intimidada, la otra esperanzada. No hay duda de que la Hermana Intimidada también tiene esperanza, mientras que la Hermana Esperanzada también está intimidada, esto debido a que los Católicos deben cerrar sus ojos para no quedar intimidados por la suave apostasía que sigilosamente nos aprieta cada vez más y más, mientras que tienen que estar perdiendo su Fe para perder la Esperanza que la acompaña.

La Hermana Intimidada escribe, “El mundo agarra a nuestras niñas fuertemente.” Habiendo estado ausente de su propio país durante tres años, cuando volvió encontró que “El cambio en la mentalidad de nuestras niñas es perceptible. Luchamos por mantener principios y buenas costumbres.” Créanme, esta escuela está rodeada y apoyada por padres de familia Católicos adheridos a la Tradición, tiene una inscripción en constante aumento y muchos padres realizan serios sacrificios para asegurar que sus hijas recibirán su enseñanza en ella. Sin embargo, he aquí una Hermana que nos habla desde adentro de algo otro que está en constante aumento, y es la mentalidad problemática de las niñas.

Esto se debe a que toda nuestra sociedad Occidental se está apartando de Dios y porque el hombre, como decía Aristóteles, es un animal social y no solamente individuo o familiar. Por lo tanto un niño o una niña puede tener padres buenos, una familia buena, hasta una escuela buena, pero si la sociedad fuera de casa y de la escuela no comparte los valores Católicos por los que se lucha en el interior, entonces los niños y las niñas, especialmente a partir de la adolescencia, sentirán el empuje anti-Católico y estarán sometidos a una mayor o menor presión para “dejarse llevar por la corriente.” Hoy en día esa presión es severa, hasta el punto de intimidar a la Hermana buena, porque cualquier buen educador actualmente se siente como si estuviera parado a la orilla del mar, intentando impedir que la marea suba. Pero por lo menos la Hermana tiene sus ojos bien abiertos y no se engaña a sí misma al pensar que la educación de las niñas solucionará todos sus problemas, así como los padres pueden estar tentados a pensar.

Sin embargo, no hay duda que también comparte el optimismo relativo de la Hermana Esperanzada, quien me cuenta en su carta que cuando las niñas montan una obra de teatro en la escuela, la gente que viene de afuera “se admira de que las niñas puedan memorizar líneas y líneas, y también de que el resto de las alumnas que asisten al espectáculo miran y escuchan, en lugar de jugar con sus teléfonos celulares.” Continúa diciendo que “Cuando escuchas comentarios de ese tipo, te das cuenta de lo que se ha podido lograr, sin saber cómo, y puedes dar las gracias por ello.”

En pocas palabras, como Santa Juana de Arco decía, corresponde a nosotros dar la batalla y a Dios dar la victoria. La Providencia nos reparte una mano de cartas que puede no siempre gustarnos, pero depende de nosotros el jugar lo mejor que podamos. Me recuerda también de la respuesta intrépida que le dio Evelyn Waugh a una mujer que se quejaba de que él era muy malo aún siendo Católico. “Señora,” respondió, “Usted no tiene idea de lo inmensamente más malo que yo sería si no fuese Católico. Sin la ayuda sobrenatural, difícilmente sería un ser humano.”

Kyrie eleison.

Marco Moral

Marco Moral on abril 24, 2010

Por su brevedad comprehensiva y su promulgación divina, los diez Mandamientos de la Ley de Dios (Deut. V, 6–21) son la presentación insigne de esa ley natural conocida por cada hombre a través de su conciencia natural, la cual él niega o desafía bajo su propio riesgo. Los “Comentarios Eleison” de la semana pasada afirmaban que esta ley hace sencillo un diagnóstico de los males del arte moderno. De hecho diagnostica una multitud de problemas modernos; más permitámonos esta semana observar la estructura de los diez Mandamientos, como fueron analizados por Sto. Tomás de Aquino en su Suma Teológica 1a 2ae, 100, artículos 6 y 7.

La ley es el ordenamiento de una comunidad por su líder. La ley natural es el ordenamiento que Dios otorga a la comunidad de los hombres con Él mismo, de Él mismo con los hombres. Dios per sé es el centro y objetivo principal de esta comunidad, así es que la “primera tabla de la Ley” presenta los deberes de los hombres para con Dios (1er Mand., no ídolos, 2do Mand. no blasfemias, 3er Mand. Santificarás las Fiestas), mientras que la segunda tabla (Mandamientos 4 al 10) detalla los deberes del hombre para con sus semejantes.

Los primeros tres Mandamientos representan los deberes de lealtad, respeto y servicio en ese mismo orden. Porque así como para un soldado en el ejército, dice Sto. Tomás, la falta de lealtad a su general, o la traición, es peor que la falta de respeto, que a su vez es peor que el fracaso para servirlo, así un hombre hacia Dios debe primeramente no tener otros dioses (1er Mand.), en segundo lugar no deberá de ninguna manera insultarlo a Él o a su nombre (2do Mand.) y en tercer lugar tendra que rendirle el servicio que Él requiere (3er Mand.).

En cuanto a los deberes de un hombre para con sus semejantes (Mandamientos 4 al 10), de importancia primera están sus relaciones con el padre y la madre que le dieron la vida . . . Por lo tanto, la segunda tabla de la Ley está encabezada con el deber de honrar a nuestros padres (4to Mand.). Es tan básico este honor para toda la sociedad humana que sin este la sociedad se desmorona en pedazos, tal y como vemos que está sucediendo a nuestro alrededor hoy en dúa con la “Civilización Occidental” (que sería mejor denominada como “Desintegración Occidental”).

Sto. Tomás continua analizando los seis Mandamientos restantes como se encuentran en un orden descendiente de importancia. El dañar a tu prójimo con tus acciones (Mand. 5 al 7) es peor que dañarlo solamente de palabra (8vo Mand.) que a su vez es peor que únicamente dañarlo de pensamiento (Mand. 9 al 10). Cuando hablamos de dañarlo con acciones, el daño a su persona (5to Mand.) es más grave que dañar a su familia (6to Mand, no adulterio), que a su vez es más grave que el dañar únicamente a su propiedad (7to Mand., no robar). Las acciones dañinas en palabras (8vo Mand., no mentir) son peores que el daño por el solo pensamiento, donde nuevamente la codicia de su matrimonio o familia (9no Mand., no a la concupiscencia de carne) es más grave que la envidia únicamente de su propiedad (10mo Mand., no a la concupiscencia de los ojos).

Sin embargo, el violar todos los diez Mandamientos supone soberbia – los antiguos Griegos lo llamaban “hubris” – a través de la cual me levanto contra el orden de Dios, contra Dios mismo. Para los Griegos, el hubris era la llave de la ruina del hombre. Para nosotros hoy en día, la soberbia universal es la llave de todos los problemas espantosos del mundo, problemas que no tienen solución alguna sin Dios; lo que significa que, desde la Encarnación, sin Nuestro Señor Jesucristo son insolubles. Sagrado Corazón de Jesús, ¡Sálvanos!

Kyrie eleison.