Etiqueta: Civilización occidental

Enfrentando al Caos

Enfrentando al Caos posted in Comentarios Eleison on febrero 18, 2012

Perspicaces lectores de estos “Comentarios” pueden haber observado una aparente contradicción. Por una parte, los “Comentarios” han condenado a menudo cualquier modernidad en las artes (por ejemplo EC 114, 120, 144, 157, etc.). Por otra parte, la semana pasada el poeta anglo-americano T.S.Eliot fue llamado un archi-modernista y alabado por haber lanzado un nuevo estilo de poesía mas acorde con los tiempos modernos, caóticos por cierto.

Como los “Comentarios” lo han señalado muchas veces, la modernidad en las artes se caracteriza por una fealdad y una falta de armonía porque el hombre moderno elige cada vez más vivir sin o en contra de Dios que ha llenado su creación con orden y hermosura. Pero esta hermosura y orden están ahora tan enterrados bajo las pompas y obras del hombre sin Dios que es fácil para los artistas creer que esas cualidades ya han dejado de existir. Si entonces su arte debe corresponder a lo que perciben de su entorno y sociedad, únicamente un artista moderno excepcional podrá transmitir algo del orden divino subyacente bajo la superficie desordenada de la vida moderna. Al contrario la mayoría de los artistas modernos han renunciado al orden y, como sus clientes, se revuelcan en el desorden.

Pero Eliot nació y fue educado a finales del siglo 19 cuando la sociedad mantenía todavía un orden relativo, y recibió en Estados Unidos una buena educación clásica en la época en que sólo algunos pocos maleantes en secreto soñaban con reemplazar la educación por el entrenamiento en materias inhumanas. Así Eliot pudo haber tenido en su juventud poco o ningún acceso a la verdadera religión, pero fue bien instruido por los clásicos de la música y de la literatura occidental que esta religión estaba produciendo desde la Edad Media. Sintiendo y buscando en ellos el orden que faltaba alrededor de él, Eliot se hizo capaz de captar el profundo desorden del naciente siglo 20, un desorden que no hizo más que explotar en la primera guerra mundial (1914–1918). De allí, La Tierra Baldía de 1922.

Pero en este poema Eliot está lejos de revolcarse en el desorden. Al contrario, claramente él lo odia, mostrando cuán vacío se encuentra de calor y de valor humanos. Así, puede ser que en “La Tierra Baldía” se encuentren pocas trazas de la religión occidental, pero sí termina con fragmentos de la religión oriental, y como dice Scruton, Eliot estaba seguramente sondeando la dimensión religiosa del problema. De hecho, pocos años después Eliot casi se volvió Católico, pero fue desanimado por la condenación de la “Acción Francesa” por parte de Pío XI en 1926, la cual le pareció a él favorecer el desorden mas que frenarlo. Así, lleno de gratitud para una Inglaterra que le había dado tanto del orden tradicional, él optó por una solución menos que completa , una combinación de anglicanismo y cultura profunda con un Rosario siempre en su bolsillo. Sin embargo Dios escribe derecho en líneas torcidas. ¿Cuántas almas en busca de orden se alejarían de Shakespeare o Eliot si pensaran que cualquiera de los dos, por ser totalmente Católicos, no tienen más que respuestas pre-fabricadas que no corresponden a la vida real?

Eso es triste, pero así es. Ahora bien, las almas pueden muy bien estar engañándose de una manera o de otra si se alejan de los autores o artistas católicos con el pretexto de que ellos no encaran la vida real, pero corresponde a los Católicos no darles tal excusa. Demos nosotros los Católicos el ejemplo de no conformarnos con soluciones artificiales para los problemas modernos ya que éstas serán necesariamente falsas. No somos ángeles; somos criaturas terrenales invitadas al Cielo siempre y cuando nos decidamos a llevar nuestra Cruz moderna siguiendo a Nuestro Señor Jesucristo. ¡Solamente tales seguidores pueden reconstruir la Iglesia y el mundo!

Kyrie eleison.

Peliculas Sobre la Crisis

Peliculas Sobre la Crisis posted in Comentarios Eleison on septiembre 24, 2011

Dos películas interesantes ya han aparecido sobre el advenimiento en Estados Unidos de la crisis financiera y económica, que desde el 2008 ha estado amenazando con arruinar subrepticiamente todo el modo de vida de Occidente. Ambas películas están bien hechas. Ambas son persuasivas. Sin embargo una dice

que los banqueros son héroes mientras que la otra dice que son villanos. Si la sociedad occidental debe tener algún futuro, la contradicción amerita reflexión.

La película documental Inside Job consiste en una serie de entrevistas con banqueros, políticos, economistas, hombres de negocio, periodistas, intelectuales, consejeros financieros, etc. Emerge de esto un panorama aterrador de codicia y confabulación para el fraude en la cima de la sociedad americana en todos esos campos. La libre empresa fue la justificación para abolir el control sobre actividades financieras durante las décadas de 1980 y 1990, que otorgó a los hombres de dinero constantemente mas poder hasta que

lograron poner bajo su control a todos los políticos o periodistas o académicos influyentes. De tal modo que todavía está en marcha el despiadado proceso de saqueo de las clases media y trabajadora. La ira de las víctimas va creciendo hacia una explosión, pero, al menos por el momento, los hombres de dinero no pueden dejar de saciarse del bebedero que ellos mismos tan bien han planeado para su propio provecho. “La codicia es buena. Hace que el mundo funcione,” dicen los banksters (banqueros-gangsters).

En la segunda película Too Big to Fail, se reproducen los eventos dramáticos del otoño 2008 nucleados en el colapso de Lehmann Brothers, uno de los principales bancos de inversión en Nueva York. Hank Paulson, entonces Secretario del Tesoro de Estados Unidos, aparece haciendo una clásica decisión de libre empresa,

rechazando el salvataje gubernamental dejando así caer en bancarrota a Lehman Brothers. Pero el resultado es una sacudida tan fuerte para la comunidad financiera global, amenazando derrumbar el comercio y las finanzas mundiales, a punto tal que Paulson y sus camaradas del gobierno con la ayuda de todos los

banqueros principales de Nueva York, tienen que persuadir al Congreso de Estados Unidos para que apruebe un salvataje por parte de los contribuyentes a favor de los grandes bancos a los cuales no se les puede permitir caer. Y, justo a tiempo, él lo logra. El sistema está salvado. El gobierno y los

banqueros son los héroes del día. Una vez más se comprueba que el capitalismo es la maravilla que siempre

sabíamos que era – ¡Gracias a la intervención socialista!

Entonces, los banqueros, ¿son héroes o villanos? Respuesta, héroes a corto plazo, lo cual es mucho decir, ciertamente villanos a largo plazo porque se necesita muy poco sentido común para comprender que debido a que toda sociedad necesita del altruismo, ninguna sociedad puede construirse sobre la codicia, es

decir el egoísmo. En toda sociedad siempre habrá los que tienen y los que no tienen (ver Jn.XII, 8). Los dirigentes de la sociedad que tienen el dinero y el poder absolutamente deben cuidar a las masas que no tienen ni el uno ni el otro, de otra manera habrá revolución y caos. Naturalmente, los globalistas están contando con el caos de mañana para que les dé el poder mundial al día siguiente, pero, aunque ellos pueden proponer, es Dios quien dispone.

Mientras tanto, los Católicos y cualquiera a quien le importe el futuro, tendrían que ver estas dos películas y entonces proponerse a sí mismos algunas preguntas incómodas acerca del capitalismo y la libre empresa. ¿Por cual prodigio el capitalismo podía ser salvado esta vez solamente por el socialismo? ¿Es el gobierno entonces realmente tan malo? ¿Es el capitalismo realmente tan bueno? ¿Cómo una sociedad puede depender de hombres codiciosos para sobrevivir? ¿Como pudo la sociedad haber caído en tal dependencia? Y, ¿hay alguna señal en este momento de que alguien se esté haciendo tales preguntas? O, ¿es que el culto de todos al becerro de oro – llamemos a las cosas por su nombre – prosigue desenfrenado?

A menos que Jesucristo absuelva a los hombres de sus pecados por medio de sus sacerdotes, ningún sistema de sociedad posterior a la Encarnación puede en última instancia funcionar. El capitalismo solamente se mantuvo como parásito del Catolicismo de siglos precedentes. El Catolicismo, ¿está agotado? ¡El

capitalismo esta muriendo!

Kyrie eleison.

¿Porqué Sufrimiento?

¿Porqué Sufrimiento? posted in Comentarios Eleison on marzo 19, 2011

El reciente movimiento de las placas tectónicas en la costa este de Japón, el cual causó en tierra el más grande terremoto que Japón ha vivido en años y a lo largo de su costa con un maremoto completamente devastador, debe estar planteando en muchas mentes la clásica pregunta: si Dios existe, si es todopoderoso y bondadoso, ¿cómo puede permitir tanto sufrimiento humano? La respuesta clásica no es muy difícil en teoría, ¡por lo menos cuando uno no lo está sufriendo en carne propia!

Primeramente, el sufrimiento es en general un castigo por el pecado. Dios si existe, el pecado si lo ofende. El pecado lleva a las almas al Infierno mientras Dios las creó para el Cielo. Si el sufrimiento en la tierra pone freno al pecado y ayuda a las almas a escoger el Cielo, entonces Dios, que ciertamente tiene control sobre las placas tectónicas puede, no gustosamente, utilizarlas para castigar el pecado. Entonces ¿era la gente de Japón especialmente pecadora? Nuestro Señor nos dice que no debemos hacer esa pregunta, sino pensar en nuestros propios pecados y hacer penitencia, de otra manera “todos pereceréis igualmente” (Lucas XIII, 4). Muy probablemente hay Japoneses que hoy en día se preguntan si el materialismo y el confort al estilo Occidental son realmente de lo que se trata la vida.

En segundo lugar, el sufrimiento humano puede bien ser una advertencia para alejar a los hombres del mal y preservarlos del orgullo. En este momento todo el impío Oeste debería estar cuestionando su propio materialismo y bienestar. Por el cada día creciente porcentaje de terremotos y otros desastres naturales en todo el mundo durante los últimos años, el Señor Dios ciertamente está intentando atraer nuestra atención, tal vez en la esperanza de que no tenga que infligir sobre nosotros la “lluvia de fuego” mundial de la que fuimos prevenidos por su Madre en Akita (Japón) en 1973. Pero en estos momentos, ¿acaso no es muy probable que debido al sufrimiento por el que están pasando, los Japoneses se estén beneficiando más a partir de este desastre que el lejano Oeste? De hecho los países pueden considerarse suertudos que pasan hoy en día por una muestra del Castigo que amenaza con venir.

En tercer lugar, Dios puede utilizar el sufrimiento humano para resaltar la virtud de sus siervos. Ese fue el caso con Job y con los mártires Cristianos de todos los tiempos. Puede ser que pocas personas Japonesas tienen hoy en día fe sobrenatural, pero si ellos se humillan ahora debajo de lo que pueden reconocer como la mano todopoderosa de Dios, ganarán méritos naturales y por lo menos en el plano natural le darán gloria. ¿A caso no están edificando al mundo entero?

Finalmente, tenemos la respuesta que Dios da a Job, quien hasta el Capítulo 36 de su Libro aún no está satisfecho con ninguna explicación que él ni cualquier miembro de su familia o amigos han podido dar acerca de su sufrimiento. Parafraseo: “¿En dónde estabas, Job, cuando establecí las bases de la tierra? ¿Acaso diseñaste tú las placas tectónicas? ¿Quién crees que mantiene al océano normalmente dentro de sus límites y lo previene de inundar la tierra firme? ¿Realmente piensas que no tenía yo buenas razones para permitirle ahora inundar la costa noreste de Japón?” Ver el Libro de Job, Capítulos 38 y 39. Y Job por fin se rinde. El se encuentra satisfecho con la respuesta y confiesa que estaba equivocado al dudar de la sabiduría y bondad de Dios (Job 42, 1–7).

Hagamos nosotros mismos penitencia, estemos prevenidos por el desastre de Japón, y esperemos dar gloria a Dios en las pruebas por venir, reconociendo ante todo que ¡Dios solo es Dios!

Kyrie eleison.

Civilización de Seis Peniques

Civilización de Seis Peniques posted in Comentarios Eleison on noviembre 27, 2010

La vida del pintor Francés, Paul Gauguin (1848–1903), se ha plasmado en una película, una serie de televisión, una ópera y por lo menos en dos novelas. Algo en esa vida debe de hablarle al hombre moderno: el agente de bolsa que pone pan en la mesa para una esposa y cinco pequeños hijos y que lo despilfarra todo para convertirse en un artista revolucionario, rechazando a toda la civilización Occidental en una isla distante en el Pacífico Sur. Pero ¿acaso el final agitado de Gauguin no sugiere que pudo no haber encontrado la solución con la que muchas almas sueñan allí?

Una presentación ficticia de la vida de Gauguin se escribió unos 16 años después de su muerte por un conocido escritor Inglés de la primera mitad del siglo XX, W. Somerset Maugham, quien visitó el Pacífico Sur para reunir de primera mano material para el libro titulado “La Luna y Seis Peniques.” Este título para su novela corta basada en Gauguin suena un poco extraño, pero de hecho va directo a la materia. En 1915 había aparecido la obra maestra de Maugham, “Servidumbre Humana,” una novela básicamente autobiográfica. Una crítica acusaba al héroe del libro de estar “tan ocupado anhelando la luna que nunca vio los seis peniques (pequeña moneda Británica de aquellos tiempos en color plateado) a sus pies.” En otras palabras, Maugham deseaba tanto un ideal inalcanzable que se perdía de una menor pero práctica felicidad al alcance de la mano. Maugham replicó, “Si uno busca en el suelo la pequeña moneda, nunca verá hacia arriba y así se perderá de la luna.” En otras palabras, existen cosas superiores en la vida a las monedas de seis peniques.

El uso del contraste entre la luna y la pequeña moneda para el título de su novela muestra claramente lo que pensaba Maugham de Gauguin. La felicidad normal del agente de bolsa de la clase media y padre de familia es la moneda. El despilfarrarla toda para convertirse en artista es la luna. Ahora que nadie suponga que Maugham aprueba el tirar a la basura la vida y la familia. Maugham presenta al artista Strickland, su Gauguin, como un ser horrorosamente egoísta, de corazón duro y cruel. Sin embargo Maugham también lo presenta como un genio que básicamente estaba en lo correcto al tratar de perseguir su vocación artística, cualquiera que fuese el costo en la felicidad de seis peniques del artista mismo o de aquellos a su alrededor.

En otras palabras, dice Maugham, la vida de la mayoría de las personas en la civilización Occidental de la actualidad es una vida de seis peniques. Pero la vida misma vale de hecho mucho más que seis peniques. En el breve tiempo en que a los hombres se les permite vivir en la tierra existe algo mucho más valioso, a tal punto que en su búsqueda un hombre tiene razón, si así fuese necesario, de arrojar cualquier cantidad de peniques al lodo.

En la vida real Gauguin murió, por lo menos póstumamente, siendo un artista famoso y realizado, pero humanamente murió aún inquieto y rebelde. Maugham reproduce ambos, el genio validado y la humanidad frustrada. Pero ¿ha solucionado Maugham el problema sin resolver de Gauguin? ¿Cómo puede la genialidad y la vida oponerse entre sí, y ambas ser humanas? El problema parece haberse esparcido y arraigado. ¿Existe una solución? Espere el “Comentarios Eleison” de la próxima semana.

Kyrie eleison.

Escape Desesperado

Escape Desesperado posted in Comentarios Eleison on noviembre 20, 2010

Actualmente en exposición en Londres (Tate Modern) se encuentra una exhibición de otro de los grandes maestros del arte moderno – si no existe una contradicción entre los términos “grande” y “moderno” – el Francés Paul Gauguin (1848–1903). Los hombres necesitan de imágenes así como necesitan de una visión, de lo que se trata la vida. Hoy en día, la electrónica ampliamente provee las imágenes, pero en los tiempos de Gauguin los pintores aún tenían un impacto enorme.

Nacido en París en 1848, Gauguin, después de múltiples viajes y ocupaciones, se convirtió a la edad de 23 años en agente de Bolsa, y dos años más tarde se casó con una mujer Danesa que le dio cinco hijos en un periodo de diez años. En ese tiempo la pintura era para él únicamente un hobby para el cual tenía talento, pero después de un intento fallido en 1884 de hacer negocio en la capital de Dinamarca, Copenhague, abandonó a su joven familia durante el año siguiente y regresó a Paris para convertirse en artista de tiempo completo.

En 1888 pasó nueve semanas pintando junto con Van Gogh en Arlés, pero esto terminó tempestuosamente. De regreso en París no estaba ganando dinero suficiente ni reconocimiento, así es que en 1891 zarpó hacia la región de los trópicos, “para escapar de todo lo artificial y convencional.” El resto de su vida, a excepción de un regreso prolongado a París, la pasó en Tahití y las Islas Marquesas, entonces colonias de la Polinesia Francesa en el Pacífico Sur. Ahí es donde produjo la mayoría de las pinturas que le han dado la fama, pero aún continuaba combatiendo a la Iglesia y al Estado, y únicamente su muerte en 1903 previno que tuviera que cumplir una condena de 3 meses en prisión.

Así como Van Gogh, Gauguin comenzó a pintar en el estilo sombrío y convencional propio del arte hacia el fin del siglo 19. Sin embargo, a similitud de Van Gogh y casi al mismo tiempo, los colores se tornaron mucho más brillantes y el estilo mucho menos convencional. De hecho Gauguin fue el fundador del movimiento Primitivista en el arte, y poco tiempo después de su muerte tuvo una influencia considerable en Picasso, artista brillante pero rebelde también. El Primitivismo significaba el retroceder a las fuentes primitivas porque Europa se sentía desgastada. De ahí el retorno a modelos Africanos y Asiáticos, teniendo como ejemplo notable la obra “Les Demoiselles d’Avignon” de Picasso. Fue también por búsqueda del primitivo que Gauguin huyó a Polinesia en 1891, en donde lamentó la intrusión de los misioneros Católicos, y en donde estudio e incluyó en su arte dioses paganos de la mitología que precedió al Catolicismo, inclusive algunas figuras cuasi-demoníacas.

Pero ¿acaso la visión de las pinturas Tahitianas de Gauguin, que seguramente son sus mejores obras, representan una solución viable a los problemas del decadente Occidente que rechazó y dejó atrás? Uno pudiera pensar que no. Aquellas que hoy en día se exhiben en la muestra del Tate Modern son creativas y coloridas, pero los Tahitianos que pinta, en su mayoría mujeres jóvenes, permanecen un tanto aletargados y aburridos. El Tahití de Gauguin puede ser un escape, pero no es una esperanza. Puede ser que Gauguin haya estado en lo correcto acerca del Occidente en decadencia, pero el paraíso terrenal que fabricó en su arte Polinesio lo dejó inquieto y murió aún en rebeldía. Persiste aún un problema que no ha podido resolver.

Es interesante la versión ficticia de su vida relatada por Somerset Maugham, escritor Inglés bien conocido del Siglo XX. Vea el “Comentarios Eleison” de la próxima semana.

Kyrie eleison.

Cueva Bendita

Cueva Bendita posted in Comentarios Eleison on octubre 16, 2010

¡Cuán absurdo es el separar la gracia de la naturaleza! ¡Las dos están hechas una para la otra! ¡Mucho más absurdo es el concebir a la gracia como si esta le hiciera la guerra a la naturaleza! Le hace la guerra al abatimiento de nuestra naturaleza caída, pero no a la naturaleza misma que proviene de Dios, que subyace en ese abatimiento. Por el contrario, la gracia existe para sanar esa naturaleza subyacente a su abatimiento y caídas, para elevarla a alturas divinas para tomar parte de la naturaleza misma de Dios (II Pedro I, 4)

Ahora, la naturaleza sin la gracia puede conducir a la Revolución, pero la naturaleza desdeñosa de la gracia dirige a una falsa “espiritualidad,” por ejemplo al Jansenismo, que también conduce a la Revolución. La gravedad de este error Protestante, el cual sitúa a la gracia en contra de la naturaleza en lugar de en contra del pecado, se me vino a la mente después de un paseo de siete días a Italia en el cual tuve la oportunidad de visitar cuatro sitios montañosos a los cuales cuatro grandes Santos medievales, todos en el Breviario y el Misal, huyeron para estar cerca de Dios – en la naturaleza. Ellos fueron, en orden cronológico, San Benedicto (fiesta el22 de Marzo, Subiaco), San Romualdo (7 de Febrero, Camaldolo), San Juan Gualberto (12 de Julio, Vallombrosa) y San Francisco de Asís (4 de Octubre, la Verna).

De Camaldoli y Vallombrosa, en las alturas de las montañas alrededor de Florencia, dos Órdenes monásticas recibieron su nombre y origen en el siglo XI. En la Verna, en las alturas de los Apeninos Toscanos, San Francisco recibió los estigmas en 1224. Las tres ubicaciones tienen hoy en día un relativamente fácil acceso en autobús o en auto, pero aún están rodeadas por bosque salvaje y están lo suficientemente sobre el nivel del mar que seguramente son tremendamente fríos durante el invierno. Ahí es donde estos Santos huyeron para estar en comunión con Dios, lejos del confort de las ciudades con sus “masas locas,” bastante locas aún en las pequeñas ciudades de esos días.

Tal vez el sitio que más me impacto fue Subiaco, a una hora de viaje en auto al este de Roma, en donde San Benedicto, siendo un joven, paso tres años en una cueva ubicada en un lado de la montaña. Nacido en el 580 A.C., siendo estudiante dejó la corrupción de Roma y huyó a las montañas a la edad de 20 años, algunos dicen que ¡a los 14! – si así fue, ¡vaya adolescente! A partir de los años 1200 A.C., un monasterio a gran escala comenzó a anidarse a unlado de la montaña, alrededor del sitio que este joven convirtió en sagrado. Aún al día de hoy uno puede adivinar lo que encontró ahí en su búsqueda de Dios: nubes y cielo arriba, el torrente susurrando en el valle mucho más bajo, nada más que bosque salvaje en la parte opuesta de la montaña al frente, y por compañía a nadie sino a las aves revoloteando de aquí para allá en el empinado precipicio . . . solo con la Naturaleza . . . la Naturaleza de Dios . . ., ¡sólo con Dios!

Tres años, solo con Dios . . . esos tres años le permitieron a un joven Católico apoderarse de su alma, con Cristo, en la Naturaleza, de tal manera que su famosa Regla Benedictina hizo que el colapsado imperio Romano mutara a una Cristiandad floreciente, hoy en día colapsándose como “civilización Occidental.” ¿En dónde están los jóvenes Católicos de hoy en día que apoderándose nuevamente de sus propias almas, con poseer de nuevo, con Cristo, su naturaleza,salvarán la Cristiandad?

Madre de Dios, ¡inspira a nuestros jóvenes!

Kyrie eleison.