teología

Grec – III

Grec – III on abril 6, 2013

Deseando tomar él mismo el lugar de Dios, el hombre moderno se esfuerza en reemplazar el orden de Dios del mundo por el suyo propio. Pero el orden de Dios es real, exterior e independiente del espíritu del hombre. Es la razón por la cual el hombre moderno desengancha su espíritu de esta realidad, de la cual, sin embargo, conserva algunos elementos indispensables para la construcción irreal de su propio sueño. Ahora bien, el orden más elevado en la Creación de Dios encuentra su mejor expresión en la doctrina de la Iglesia. Por eso todos los hombres de Iglesia y los fieles sometidos hoy día a la influencia de todo lo que es “normal” en el mundo que los rodea, son víctimas de una profunda ignorancia (o rechazo) de la naturaleza y de la necesidad de la doctrina.

Es ahí donde reside el problema esencial del GREC, tal como fue presentado en dos números anteriores de los “Comentarios Eleison” (294 y 295). El Grupo de Reflexión Entre Católicos fue fundado en 1997 en los salones de París para promover amigables reuniones e intercambios entre los Católicos de Tradición y los Católicos de la corriente mayoritaria de la Iglesia, con el propósito de crear un clima de mutua confianza y respeto que facilite una reconciliación entre ellos y así poner fin a su inútil oposición. Un tal propósito socava gravemente la importancia de la doctrina, sin que sea necesario ver en ello una malicia premeditada, de la cual sólo Dios es juez. Pero sea cual fuere lo que uno pueda pensar de ella, la doctrina no puede ser abandonada como tampoco lo puede ser la realidad.

En el libro del Padre Lelong sobre el GREC, Para la Necesaria Reconciliación, él nos cuenta como dos sacerdotes de la Fraternidad San Pío X y su Superior General “contribuyeron de una manera decisiva al lanzamiento y continuación de la actividad del GREC.” Aún antes de que éste haya sido lanzado, el Padre du Chalard había ofrecido al Padre Lelong una amigable recepción en su priorato de la FSPX, y “en los años siguientes no dejó nunca de apoyar al GREC de una manera discreta y atenta.” En la época del lanzamiento del GREC, el Padre Lorans, entonces Rector del Instituto San Pío X de París que desde ese momento ha ejercido una influencia decisiva sobre las publicaciones de la FSPX desde París, aceptó gustosamente la idea de un “diálogo entre católicos,” y rápidamente obtuvo del Superior General de la FSPX en Suiza la aprobación para su participación en el GREC. A partir de este momento, el Padre Lorans tuvo un papel esencial en todas las actividades del GREC.

Estas actividades empezaron discretamente en pequeña escala y en privado. En mayo de 2000 tuvo lugar la primer reunión pública en la cual el Padre Lorans participó, con una asistencia de 150 personas. Las reuniones se hicieron cada vez mas frecuentes con la participación de sacerdotes de la FSPX. Las autoridades de la Iglesia, al más alto nivel, fueron regularmente consultadas y se las mantenía informadas. El Padre Lorans por su lado hizo posible “un contacto mantenido con una confianza siempre más profunda” e intercambios amigables con el Superior General. A partir del 2004, las reuniones del GREC fueron cada vez más abiertas al público y en septiembre de ese año un “grupo de trabajo teológico” fue organizado con la participación del Padre Lorans así como la de otro sacerdote de la FSPX y de un teólogo de Roma. Estos dos últimos iban a ser participantes de las Discusiones Doctrinales entre Roma y la FSPX de 2009 a 2011. El GREC pudo muy bien haber visto en estas Discusiones la realización de sus deseos más anhelados: al fin los teólogos se encontrarían en un clima que el GREC había contribuido tanto a establecer “para la necesaria reconciliación.”

Gracias a Dios, las Discusiones devolvieron a la doctrina su propia primacía. Demostraron que entre la doctrina católica y la Conciliar existe un abismo que ningún puente podrá jamás franquear. Pero, ¿acaso la manera de pensar del GREC fue bloqueada en el interior de la FSPX? ¡De ninguna manera! El Cuartel General de la FSPX transformó en un abrir y cerrar de ojos el “No habrá un acuerdo práctico sin un previo acuerdo doctrinal” en un ¡”Ya que el acuerdo doctrinal es imposible, vamos pues a buscar un acuerdo práctico”! Desgraciadamente, el clamor de la oposición de la primavera pasada en el interior de la FSPX fue desorientado y aplastado gracias al Capítulo General de julio, y el CG de la FSPX ha perseverado en su búsqueda de un acuerdo práctico sin que haya sido frenada.

“Nuestro socorro está en el nombre del Señor,” en particular en la Consagración de Rusia. En ningún otro lado.

Kyrie eleison.

Grec – II

Grec – II on marzo 9, 2013

Antes de continuar con la historia del GREC, este grupo parisino de laicos y sacerdotes que se reunían desde fines de los años 1990 en adelante para promover una reconciliación entre el Vaticano II y los católicos Tradicionalistas, debemos considerar la actitud fundamental de los participantes del GREC. El futuro de la Iglesia depende de los católicos que habrán entendido el error del GREC, es decir hasta que punto los espíritus modernos pierden su asimiento de la verdad. Para ilustrar esta actitud, tomemos al azar cuatro citas típicas entre docenas y docenas de otras que se encuentran en el libro “Para la Necesaria Reconciliación” del Padre Michel Lelong, sacerdote de la Iglesia Conciliar. En una carta que él escribió al Papa en julio de 2008 encontramos las dos primeras citas:

“Nosotros deseamos también que las excomuniones (de los cuatro obispos de la FSPX en 1988) puedan ser levantadas y que la FSPX encuentre su lugar en la Iglesia a la cual ella tiene tanto para dar. Es por eso que nosotros pedimos a las autoridades de la FSPX de poner fin a las declaraciones y artículos polémicos que critican la Santa Sede.” Comentario: (¿Acaso no es lo que hemos visto en la FSPX estos diez últimos años?). Pero, si las polémicas son tan malas, ¿Por qué entonces un buen número de los Padres de la Iglesia – y Mons. Lefebvre – fueron tan polémicos? Las polémicas son malas únicamente en la medida en que la unidad es buena. Pero la unidad es buena sólo en la medida en que la cosa alrededor de la cual se realiza la unidad, es buena.

“En nuestra sociedad tan tentada por el materialismo, el indiferentismo y los sectarismos, nosotros pensamos que en respuesta a vuestra petición, Santo Padre, todos los católicos deben esforzarse juntos en ser fieles a la recomendación de Cristo: ‘Permanezcan unidos para que el mundo entero crea’.” Comentario: “Unidos,” ¿Alrededor de qué? ¿Alrededor de la verdad católica, o alrededor de la mentira según la cual la verdad católica puede reconciliarse con el Vaticano II? Así pues la cuestión primera y crucial para la unidad católica es saber donde se encuentra la verdad católica. Sin embargo, el GREC deja las cuestiones que se refieren a la verdad a los “teólogos.” Pero, ¿Acaso los no-teólogos pueden ser salvados por mentiras?

Esta carta del Padre Lelong fue tan bien recibida por Benedicto XVI que los líderes y unos simpatizantes del GREC escribieron de nuevo algunos meses más tarde. He aquí dos citas más, esta vez de la segunda carta al Papa:—

“Ciertamente estuvimos muy contristados por el hecho de que las recientes proposiciones de la Santa Sede no hayan sido aceptadas por las autoridades de la FSPX, pero sabemos que sanar las heridas entre Católicos requiere siempre generosidad y paciencia para restaurar la confianza de los dos lados y permitir así la reconciliación.” Comentario: Todas las heridas, ¿Deben ser siempre solamente sanadas y jamás infligidas? ¿Acaso Nuestro Señor no se valió de un látigo sobre la espalda de los prestamistas de dinero en el Templo? Hay un Dios, su honor debe ser defendido por encima de todo, y los hombres pueden ser malos al punto de no entender otra cosa que el látigo, sea éste físico o verbal.

“Nosotros pensamos que el hecho de levantar las excomuniones pondría en marcha un proceso irresistible de aproximación, en vista de acuerdos entre la Santa Sede y la FSPX o, por lo menos, acuerdos con una gran parte de los sacerdotes y de los fieles de la FSPX.” Comentario: Es cierto que los contactos amigables entre Roma y la FSPX de hecho pusieron en marcha este proceso en el mes de enero de 2009 y que sólo una explosión desde el interior de la FSPX de la mas horrenda de las herejías de los tiempos modernos – “el antisemitismo” – bloqueó este proceso. Pero, o bien la reconciliación Católica con el Vaticano II no es más un problema, o bien debemos reconocer que esta explosión fue providencial, porque ella ha bloqueado, al menos por un tiempo, la falsa reconciliación.

En conclusión, como millones de Católicos modernos, el GREC busca por encima de todo la unidad, la reconciliación, los acuerdos, el fin de las polémicas, etc. Pero, ¿Dónde está pues el Dios de verdad en medio de todos estos dulces sentimientos? ¿Es El un papi bonachón que bendice todas las mentiras de los hombres con la única condición que ellos mientan al unísono?

Kyrie eleison.

Grec – I

Grec – I on marzo 2, 2013

Hace algo más de un año, un pequeño libro de unas 150 páginas fue publicado en Francia. Eso debe ser muy embarazoso para los dirigentes de una cierta Fraternidad religiosa pues él demuestra que los esfuerzos de ellos apuntando a la unión con la Nueva Iglesia se remontan de hecho a muchos años, al menos a los años 1990. Por supuesto, si esos dirigentes están orgullosos de sus esfuerzos, no sentirán ningún tipo de remordimiento, pero si ellos durante años han ocultado estos esfuerzos, hay que desear que, por lo menos a los lectores de este librito, se les abran los ojos.

“Para la Necesaria Reconciliación” fue escrito por un sacerdote de la Nueva Iglesia, el Padre Michel Lelong, sin duda porque él, por lo menos, se muestra abiertamente orgulloso del papel de primer plano que él ha tenido en la tentativa del GREC para llevar a buen término la “necesaria reconciliación” del Vaticano II con la Tradición, o sea de las autoridades Romanas con la Fraternidad San Pío X. Ordenado en 1948 y profundamente implicado en las relaciones interreligiosas incluso aún antes del Concilio Vaticano II, en particular con el Islam, saludó “con alegría y esperanza” (¿suena familiar? –¿Gaudium et Spes?) el Concilio que se esforzaría en adaptar la Iglesia a los tiempos modernos. Uno de sus colaboradores laicos en esta tarea fue un distinguido diplomático francés y alto funcionario gubernamental, Gilbert Pérol, Embajador de Francia en el Vaticano de 1988 a 1992.

Como diplomático profesional y católico practicante, Pérol creía profundamente en la necesidad de reconciliar la FSPX, verdaderamente católica, con el Vaticano, sin duda católico. ¿Cómo pues podría darse la menor oposición entre los dos? ¡Los dos eran Católicos! La oposición no tenía pues por que existir. Por ello en 1995 redactó el esquema de una solución en un texto corto que serviría de carta magna para lo que sería el GREC, un laboratorio parisino de ideas que recibió su nombre a partir de las iniciales del Grupo de Reflexión Entre Católicos. Haciéndose eco del drama de millones de Católicos desgarrados desde los años 1960 entre el Concilio y la Tradición, el texto de Pérol merece un momento de atención.

No siendo él un teólogo, según dice él mismo, él piensa que la situación actual de la Iglesia y del mundo requiere que el problema de las divisiones entre Católicos, después del Concilio, tendría que ser reformulado “en términos totalmente nuevos.” Es más bien como diplomático que él propone que, por un lado, Roma tiene que admitir que ha gravemente maltratado el rito Tridentino de la Misa y tiene que levantar las excomuniones de 1988, mientras que por el otro lado, la FSPX no tiene que rechazar totalmente el Concilio y debe reconocer que Roma es siempre la mas alta autoridad en la Iglesia.

En otras palabras, como diplomático, Pérol proponía que con sólo algunas pequeñas concesiones mutuas, de una parte y de otra, entonces la lucha encarnizada vería esfumarse su aspereza al desaparecer la oposición entre el Concilio y la Tradición, y todos los Católicos podrían de nuevo vivir felices para siempre. De tal manera que él mismo, como millones de otros Católicos, no se verían en la obligación de elegir entre abandonar Roma para salvar a la Tradición o abandonar la Tradición para salvar a Roma. ¡Maravilloso! ¡De vuelta a la zona confortable de los años 1950! Pero los años 1950 se han ido para siempre. Entonces, ¿Dónde está el error en su razonamiento?

Se encuentra justo en el principio cuando él dice que no es teólogo. Es cierto, puede no haber sido un teólogo profesional, pero todo Católico debe ser un teólogo amateur, o, mejor dicho, debe conocer su catecismo, porque es solamente a la luz de su doctrina que él puede juzgar cuestiones de Fe. Cuando Nuestro Señor nos advirtió que hay que discernir entre los corderos y los lobos (Mt.VII,15–20) ¡no se dirigía solamente a los teólogos profesionales! Así, Pérol renunciando a la “teología” en favor de la diplomacia, constituye un ejemplo más de la incapacidad del hombre moderno de aprehender la importancia de la doctrina. Esta incapacidad es la lección más importante que hay que sacar de este librito sobre el GREC.

Kyrie eleison.

Dos Errores

Dos Errores on junio 30, 2012

Sea que la Fraternidad San Pío X sobreviva o no a su actual severa prueba, los liberales seguirán volviendo una y otra vez con falsos argumentos para persuadirla a cometer suicidio. Miremos dos más de ellos.

El primero se ha presentado constantemente en discusiones recientes sobre si la Fraternidad San Pío X debería aceptar algún acuerdo práctico (no-doctrinal) con la Roma Conciliar. Es simple: puesto que un líder (o líderes) católico tiene gracias de estado de Dios, entonces él no debe ser criticado sino que automáticamente se debe confiar en él. Respuesta: por supuesto Dios nos ofrece a cada uno de nosotros en cada momento, y no solamente a los líderes, la ayuda natural y/o la gracia sobrenatural que todos precisamos para empezar a cumplir con nuestro deber de estado, pero tenemos el libre albedrío para cooperar con esa gracia o rechazarla. Si todos los líderes de la Iglesia cooperaron siempre con sus gracias de estado, entonces ¿cómo es que pudo jamás haber un Judas Iscariote? ¿Y cómo pudimos haber tenido jamás un Vaticano II? El argumento de las gracias de estado es tan tonto como simple.

El segundo argumento es mas serio. Fue expuesto el mes pasado en un artículo de 10 páginas por un J.L. en un periódico conservador católico en Inglaterra. Favorecía un acuerdo práctico Roma-Fraternidad San Pío X. Aquí sigue, abreviado por supuesto, pero no distorsionado. La Iglesia católica está hoy bajo un fuerte ataque desde afuera (por ejemplo por el gobierno de Estados Unidos) y desde dentro (por ejemplo por obispos que aman la buena vida pero no conocen su teología) y al nivel más alto de la administración del Vaticano acribillada por escándalos y luchas intestinas. El Papa está sitiado por todos lados y él está mirando hacia la Fraternidad San Pío X como ayuda para reestablecer dentro de la Iglesia la sana influencia de la Iglesia del pasado, en la cual él cree, aunque también crea en el Vaticano II. Monseñor Bux expresó este llamado del Papa: si solamente la Fraternidad San Pío X respondiera aceptando un acuerdo práctico, se beneficiaría inmensamente no solamente toda la Iglesia, sino también la propia Fraternidad. El Padre Aulagnier, quien fu un sacerdote de alto rango en la Fraternidad San Pío X, claramente ve esto.

Estimado J.L., máxima calificación por su amor a la Iglesia y el reconocimiento de sus problemas, por su preocupación por el Papa y su deseo de ayudarle, pero baja calificación por su comprensión del origen de esos problemas y de lo que significa la Fraternidad San Pío X. Tal como a muchísimas almas en la Iglesia de hoy y en el mundo, incluyendo al Padre Aulagnier, austed se le escapa la importancia absolutamente básica de la doctrina de la Fe.

El gobierno de Estados Unidos ataca porque la Iglesia es débil. La Iglesia es débil porque el comportamiento lamentable de los obispos es consecuencia de su lamentable comprensión de la doctrina del Cielo, Infierno, pecado, condenación, redención, gracia salvífica y sacrificio del Redentor siempre presente en cada Misa verdadera. Los obispos tienen tan lamentable comprensión de estas verdades salvíficas porque, entre otras cosas, el Obispo de los obispos solamente cree en ellas a medias. El Papa solamente cree en ellas a medias porque la otra mitad de él cree en el Vaticano II. El Vaticano II socava toda la verdadera religión de Dios por sus ambigüedades mortales sembradas en todas partes de sus documentos (como usted reconoce), y diseñadas para poner al hombre en el lugar de Dios.

Estimado J.L., el problema básico es la doctrina falsa. Por la gracia de Dios, la Fraternidad San Pío X ha defendido hasta ahora las verdaderas enseñanzas de Jesucristo, pero si ella misma se pusiera bajo autoridades de la Iglesia que creen solamente a medias en esas verdades, muy pronto dejaría de atacar al error (como ya está pasando) y terminaría por promover al error, y con el error todos los horrores que usted menciona. ¡Dios no lo permita!

Kyrie eleison.

El Pensamiento de Benedicto – II

El Pensamiento de Benedicto – II on julio 16, 2011

Si se divide en cuatro partes el estudio de Mons. Tissier acerca del pensamiento de Benedicto XVI, entonces la segunda parte presenta sus raíces filosóficas y teológicas. Al analizar la filosofía primeramente, Mons. está siguiendo la gran Encíclica “Pascendi” de Pío X. Si una botella de vino está sucia por dentro, el mejor de los vinos que se vierta dentro de esta se echará a perder. Si la mente de un hombre se desconecta de la realidad, como sucede con la filosofía moderna, entonces aún la Fe Católica filtrada a través de esta mente estará desorientada, porque ya no se dejará orientar por la realidad. He aquí el problema de Benedicto.

Así como su antecesor, Pío X, el Obispo atribuye la responsabilidad principal de este desastre de las mentes modernas al filósofo Alemán de la Ilustración, Immanuel KANT (1724 – – 1804), quien finalizó el sistema de anti-pensamiento, prevaleciente hoy en día en todos lados, el cual excluye a Dios del discurso racional. Porque si, como lo aseveraba Kant, la mente no puede saber nada del objeto excepto lo que pueda ser percibido por los sentidos, entonces la mente es libre de reconstruir la realidad detrás de las apariencias sensibles tal como le guste, la realidad objetiva se desprecia como imposible de conocer, y el subjetivismo reina supremo. Si el sujeto necesita de Dios y postula su existencia, muy bien. De otra manera, por así decirlo, ¡Dios no tiene suerte!

Mons. Tissier presenta entonces a cinco filósofos modernos, todos lidiando con las consecuencias de la locura subjetivista de Kant que pone las ideas por encima de las realidad y lo subjetivo sobre lo objetivo. Los dos más importantes para el pensamiento de este Papa pueden ser Heidegger (1889–1976), uno de los padres del existencialismo, y Martin Buber (1878–1965), uno de los principales exponentes del personalismo. Si las esencias son desconocidas (Kant), entonces solamente queda la existencia. Ahora el ente existente más importante es la persona, constituido para Buber por el intersubjetivismo, o la relación “Yo-Tu” entre personas subjetivas, que para Buber abre la vía hacia Dios. Por lo tanto el conocimiento del Dios objetivo dependerá del involucramiento subjetivo de la persona humana. ¡Vaya cimientos más inseguros para ese conocimiento!

Sin embargo este involucramiento del sujeto humano será la clave para el pensamiento teológico de Benedicto, influenciado primeramente, escribe Mons., por la célebre Escuela de Tubinga en Alemania. Fundada por J.S. von Drey (1777–1853), esta escuela sostenía que la historia se mueve por el espíritu de la era en constante movimiento, y este espíritu es el Espíritu de Cristo. Por lo tanto la Revelación de Dios ya no es el Depósito de la Fe terminada a la muerte del último Apóstol, y hecha simplemente más explícita a medida que pasa el tiempo. Por el contrario, tiene un contenido en constante evolución al cual contribuye el sujeto receptor. Así es que la Iglesia de cada era juega un papel activo y no solo pasivo en la Revelación, y le da a la Tradición pasada su significado actual. ¿Empieza a sonar esto conocido? ¿Como la hermenéutica del Dilthey? Ver CE 208.

Así es que para Benedicto XVI Dios no es un objeto aparte, ni meramente objetivo, él es personal, un “Yo” que intercambia con cada “Tu” humano. La Escritura y la Tradición si vienen objetivamente del divino “Yo,” pero por otro lado el “Tu” viviente y móvil debe constantemente reinterpretar la Escritura, y ya que la Escritura es muy importante para la Tradición, entonces la Tradición debe también tornarse dinámica por el involucramiento del sujeto, y no quedarse solamente estática, como la Tradición “fijista” de Arzobispo Lefebvre. Similarmente la teología debe de ser subjetivizada. La Fe debe de ser una “experiencia” personal de Dios, y aún el Magisterio debe dejar de ser meramente estático.

“Maldito el hombre que confía en el hombre” dice Jeremías (XVII, 5).

Kyrie eleison.

El Pensamiento de Benedicto – I

El Pensamiento de Benedicto – I on julio 9, 2011

El “Comentario Eleison” del 18 de Junio prometió cuatro números del “Comentario” que mostrarían lo “desorientado” que está el Papa Benedicto XVI en su “manera de pensar.” De hecho presentan un resumen del precioso tratado acerca de su pensamiento, escrito hace dos años por Mons. Tissier de Mallerais, uno de los cuatro obispos de la Fraternidad de San Pío X. El tracto del obispo, La Fe Puesta en Peligro por la Razón, le llama “sin pretensiones,” pero de hecho expone bien el problema fundamental del Papa – como creer en la Fe Católica de manera tal que no se necesiten excluir los valores del mundo moderno -. El tracto muestra que esa manera de creer necesariamente está desorientada, aún si el Papa de alguna manera aún cree.

Se divide en cuatro partes. Después de una importante Introducción a la “Hermenéutica de la Continuidad” de Benedicto XVI, Mons. Tissier revisa brevemente las raíces filosóficas y teológicas del pensamiento del Papa. En tercer lugar expone sus frutos para el Evangelio, para el dogma, para la Iglesia y la sociedad, para el Reinado de Cristo y para los Novísimos. Concluye con un juicio moderado de la Fe “renovada” del Papa, bastante crítico pero en su totalidad respetuoso. Empecemos con una síntesis de la Introducción:

El problema básico para Benedicto XVI, como para todos nosotros, es el choque entre la Fe Católica y el mundo moderno. Por ejemplo, el ve que la ciencia moderna es amoral, que la sociedad moderna es secular y la cultura moderna multi-religiosa. El especifica que este choque se da entre la Fe y la Razón, entre la Fe de la Iglesia, y la Razón tal como se concibió a partir de la Ilustración del siglo XVIII. Sin embargo, el está convencido de que estas pueden y deben ser interpretadas de manera que se puedan unir armoniosamente. De ahí su participación intensa en el Vaticano II, un Concilio que también intentó reconciliar la Fe con el mundo actual. Mas los Tradicionalistas dicen que el Concilio falló debido a que sus mismos principios son irreconciliables con la Fe. De ahí la “Hermenéutica de la Continuidad” del Papa Benedicto, un sistema de interpretación para demostrar que no existe ruptura entre la Tradición Católica y el Vaticano II.

Los principios de la “hermenéutica” de Benedicto se remontan a un historiador Alemán del siglo XIX, Wilhelm Dilthey (1833–1911). Dilthey sostenía que debido a que las verdades se presentan en la historia, pueden ser entendidas únicamente en su historia, y las verdades humanas no pueden ser entendidas sin el involucramiento del sujeto humano contemporáneo en esa historia. Así es que para trasladar la esencia de las verdades pasadas al presente, uno necesita quitarle todos los elementos que pertenezcan al pasado, hoy en día irrelevantes, y reemplazarlos con elementos de importancia para el presente que se vive. Benedicto aplica a la Iglesia este doble proceso de purificación y enriquecimiento. Por una parte la Razón necesita purificar a la Fe de sus errores pasados, por ejemplo su absolutismo, mientras por otra parte la Fe necesita lograr que la Razón modere sus ataques a la religión y recuerde que sus valores humanos, libertad, igualdad y fraternidad, se originaron todos en la Iglesia.

El gran error del Papa en esto es que las verdades de la Fe Católica, sobre las cuales se fundó la civilización Cristiana y sobre las cuales sus restos débiles aún descansan, tienen sus orígenes de ninguna manera en la historia humana sino en el seno del Dios inmutable. Son verdades eternas, desde la eternidad, para la eternidad. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán,” dice Nuestro Señor (Mateo XXIV,35). Ni Dilthey ni, aparentemente, Benedicto XVI puede concebir verdades más allá de la historia humana y por encima de todo su condicionamiento.

Si el Papa piensa que al hacer dichas concesiones a la Razón sin fe, atraerá a sus adeptos hacia la Fe, que lo piense de nuevo. ¡Simplemente despreciaran a la Fe aún más! En el próximo número, las raíces filosóficas y teológicas del pensamiento de Benedicto.

Kyrie eleison.