realidad

¡Esfuércese Más!

¡Esfuércese Más! on noviembre 13, 2010

Un amigo mío que no es Católico y que conozco ya hace más de 50 años me comento recientemente, “¡Como lo envidio, su certeza!” Por ese comentario creo que lo que él quería decirme es que quisiera poder creer lo que los Católicos creen, pero siente que no puede. Me vi tentado a contestarle “¡Se esfuércese más!” pero por las circunstancias opté por quedarme callado.

Sin embargo, mientras que el creer es un acto de la mente y no de la voluntad, para que la mente humana llegue a creer las verdades sobrenaturales de la Fe las cuales están intrínsecamente por arriba de su alcance natural, la mente si necesita ser impulsada por la voluntad. Por lo tanto mientras creer en lo sobrenatural no es un acto de la voluntad, no es posible sin un acto de la voluntad. “Nadie cree en contra de su voluntad,” dice San Agustín. Por eso es que “Esfuércese más” con la voluntad, como consejo para alguien cuya mente no cree, no es tan irracional como pudiera parecer. Tampoco, si las creencias hacia las que la voluntad está apuntando son objetivamente verdaderas, tendremos como resultado de ese consejo el tomar los deseos para la realidad.

Primeramente sin embargo, si un hombre verdaderamente envidia la certidumbre de los creyentes Católicos, debería aplicar su mente a estudiar qué tan razonables son las creencias Católicas. Estas pueden estar por encima de la razón humana, pero no en contra de ella. ¿Cómo podrían estarlo? ¿Cómo podría Dios ser tanto el creador de nuestra razón humana y luego abusar de esta, imponiéndole creencias que le desacatan? Se estaría contradiciendo a sí mismo. Santo Tomás de Aquino en su “Summa Theologiae” muestra constantemente como la fe y la razón son muy distintas, pero están en perfecta armonía la una con la otra.

Entonces lo que la razón humana puede hacer, y lo que mi amigo debería hacer, es construir una rampa natural hacia la Fe sobrenatural, estudiando por ejemplo los argumentos perfectamente razonables que prueban la existencia de Dios, la divinidad del hombre Jesucristo y la divina institución de su Iglesia Católica Romana. Estos argumentos caben perfectamente dentro del alcance de la razón natural, siempre y cuando la voluntad no luche contra de estos, porque la mente aplicada indebidamente nunca reconocerá la verdad enfrente de ella. La voluntad debe de desear la realidad, de otra manera la mente nunca encontrará la verdad. La verdad para nosotros los hombres yace en la conformidad de nuestras mentes con la realidad.

Una vez que el hombre haya hecho todo lo que puede con recta razón y justa voluntad para captar la sensatez de la Fe, aún no tiene la fe sobrenatural que sigue siendo un regalo de Dios. Sin embargo, ¿cómo puede Dios exigir que creamos (bajo la pena de condenación eterna – Marcos.XVI, 16) y aún negarse a darle el regalo de la fe a un alma que ha hecho todo lo que puede con sus poderes naturales – cuidado, a Dios no se le engaña – para prepararse para ese regalo, especialmente si, como es razonable, después de hacer lo que puede hacer, humildemente le solicita a Dios este regalo a través de la oración? Dios se resiste a los orgullosos pero les otorga sus regalos a los humildes (Santiago IV, 6), y deja que le encuentren aquellos que lo buscan con un corazón recto (Deut.IV, 29; Jer.XXIX, 13; Lam.III, 25, y muchas otras citas del Antiguo Testamento).

Querido amigo, lea y ruegue. Es muy probable que la certidumbre sea suya si se esfuerza.

Kyrie eleison.

Una Razon de Alegria para la Navidad

Una Razon de Alegria para la Navidad on diciembre 19, 2009

He aquí una buena noticia para esta época Navideña, tomada del “Heraldo Católico” de Inglaterra publicado el 11 de diciembre: un informe de los Estados Unidos muestra que la recesión económica actual, lejos de perjudicar a los matrimonios, los está ayudando. La recesión inicio a finales del 2007. En ese año, la tasa de divorcio en los Estados Unidos de América fue del 17.5 por cada mil mujeres casadas. En el año subsiguiente fue de 16.9. Las lecciones que se viven en “La Escuela de los Golpes Duros” (o “escuela de la vida”), como es bien llamada por los Americanos, cuestan mucho, pero ¡seguro enseñan!

“El Matrimonio en América: El Estado de Nuestras Uniones 2009” es el título del Informe publicado conjuntamente en el Instituto de Valores de América, Universidad de Virginia, por el Centro para el Matrimonio y las Familias y por el Proyecto Nacional de Matrimonio, cuyo Informe fue escrito por su director, Brian Wilcox. El comenta que millones de Americanos han adoptado la “estrategia hogareña de rescate” y están “dependiendo de sus propios matrimonios y familias para soportar esta temporada.” Mientras el mundo moderno se colapsa, los viejos proverbios retoman su fuerza: “La mayor oscuridad viene antes del amanecer,” “La sangre es más pesada que el agua” y “Hogar dulce hogar.”

Otra parte de la evidencia que se sustenta por Wilcox para probar que la crisis económica está ayudando a los matrimonios es la decisión de muchas parejas casadas de acabar con sus deudas en las tarjetas de crédito. De acuerdo a lo presentado por la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, los Americanos han reducido su deuda colectiva revolvente en 90 billones de dólares durante el último año. Wilcox dice que la recesión ha revivido a la “economía casera” a medida que más y más Americanos cosechan su propia comida, hacen y arreglan su propia ropa y salen a comer menos seguido. “Muchas parejas parecen estar desarrollando una nueva apreciación del soporte económico y social que el matrimonio puede proporcionar en tiempos difíciles.”

Esposos, compórtense como varones, y sepan sacar provecho del apoyo que sus esposas pueden brindarles. Esposas, alégrense en sus dones femeninos que hacen falta en gran medida a los varones, y respáldense en la fortaleza de sus esposos. Un varón sin una mujer es normalmente un cero a la izquierda (¡sí, un cero!). Una mujer sin un varón es aún menos, un cero incompleto, una U abierta. Pero, si ponemos esa U como apoyo de bajo del cero, ¡mágicamente obtendremos un 8! En la Medalla Milagrosa, ¿acaso no se encuentra la Cruz de Nuestro Señor recostada en la M de María? Para sobrellevar su Pasión Nuestro Señor eligió renunciar a toda su Fuerza divina, pero ¿acaso hubiera podido su humanidad, por si sola, realizar nuestra Redención sin el apoyo humano de su Madre? ¡Nunca!

Muchos economistas tienen casi ningún sentido común, pero los pocos que no viven en el País de la Maravillas ven que la recesión está por empeorarse. Madres, aprendan de nuevo los quehaceres domésticos. Padres, aprendan de nuevo a cosechar sus vegetales en el jardín de su casa. Todos los amantes de la verdad y de la realidad, pónganse a fortalecer no solamente los lazos familiares, sino también los lazos comunitarios. Será una cuestión de supervivencia, y nuestros gobiernos y medios de comunicación no van a ayudar, sino todo lo contrario, a menos que seriamente cambien su dirección. “Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,” – que en esta temporada del año aparece en forma de una criatura humana, recién nacida, indefensa y sin poder. Sin embargo, este bebé es – ¡El Todopoderoso!

Kyrie eleison.

Para Mitigar la Confusion

Para Mitigar la Confusion on diciembre 12, 2009

Nos ha tomado tres ediciones de los “Comentarios Eleison” el poder desenmarañar por qué el presunto testimonio del Cardenal Lienart en su lecho de muerte (“Comentario Eleison” 121) podría fácilmente considerarse verdadero, dado que corresponde exactamente a la manera por la cual la validez de los sacramentos Católicos ha sido puesta en peligro por los ritos sacramentales conciliares que fueron introducidos después del Vaticano II (“Comentarios Eleison” 124, 125 y 126). Un amable crítico piensa que me he preocupado demasiado por defender la validez de los sacramentos conciliares, pero no quiero más exagerar su validez, tanto como su invalidez.

Es evidente que ninguna persona razonable que ame la verdad, quiere hacer otra cosa que alinear su mente con la realidad, porque la verdad se define como “la adecuación entre la mente y la realidad.” Si una situación es negra, quiero llamarla negra. Si es blanca, diré que es blanca. Y si está conformada por una variada gama de grises, quiero que tome esa exacta tonalidad de gris en mi mente; ni un gris más oscuro ni más blanquecino que el que es en realidad.

Ahora, es cierto que cualquier sacramento que se haya administrado en la vida real habrá sido válido ó inválido. No existen más matices entre válido e inválido, que las que hay entre estar embarazada o no estarlo. Pero si consideramos en su totalidad los sacramentos conciliares que se administran a través de la Nueva Iglesia, sólo podemos decir que algunos son válidos y algunos inválidos; todos ellos han sido puestos en una pendiente hacia la invalidez por la idea básica de los ritos conciliares de reemplazar la religión de Dios con la religión del hombre. Esta es la razón por la cual la Nueva Iglesia está en camino de desaparecer completamente y la razón por la que la FSSPX no puede, de ninguna manera, permitirse ser absorbida por aquella.

Pero ¿en qué punto exactamente de ese declive, un determinado sacerdote o grupo de sacerdotes, por ejemplo, ha perdido la idea de lo que la Iglesia es, a tal grado que ya no pueden tener más la intención de hacer lo que la Iglesia hace? Solo Dios sabe. Bien podría ser que llegar a ese punto pueda exigir más que lo que sugerí en el “Comentario Eleison” 125; quizás tome menos, como sugiere nuestro crítico. Cualquiera que sea el caso, ya que solamente Dios puede tener la certeza de ello, yo no necesito saberlo. Solamente necesito tener en mi mente bien claro que los ritos conciliares han puesto a los Divinos Sacramentos en una pendiente que los aleja de Dios, y una vez que me sea evidente que están ayudando a destruir la Iglesia —porque para eso fueron diseñados— debo mantenerme alejado de tales ritos.

Mientras tanto, en cuanto a en qué punto exacto en la caída de la pendiente se encuentra éste o aquel sacerdote, o inclusive la Nueva Iglesia como un todo, aplicaré el gran principio de San Agustín: “En las cosas ciertas, la unidad; en las dudosas, la libertad; y en todas, la caridad.” Y como en un marco de certidumbres tal, dentro de la Nueva Iglesia no todo es Católico, ni todavía todo ha dejado de serlo, quiero otorgar a mis compañeros Católicos la misma libertad de juzgar las cosas inciertas como espero que ellos me lo permitan también. Madre de Dios, ¡obtén el rescate de la Iglesia!

Kyrie eleison.

Tristan

Tristan on octubre 17, 2009

Después de ausentarme por aproximadamente 40 años del Royal Opera House de Londres, fue un gusto recibir de unos amigos, la semana pasada, un boleto para asistir a la presentación de “Tristán e Isolda” de Wagner. Fue una tarde muy agradable, pero ¡oh queridos amigos!, ¡la producción moderna! Los clásicos del ayer son una cosa; su puesta en escena hoy en día, ¡puede llegar a ser completamente distinta!

Un clásico como “Tristán e Isolda,” que fue puesto en escena por primera vez en 1865, se convirtió en un clásico por su éxito al expresar los problemas humanos y las soluciones que pertenecen a todos los tiempos. Nunca, por ejemplo, habían sido expresadas tan hábil y poderosamente las pasiones del amor romántico entre el hombre y la mujer que en el drama musical de “Tristán.” Pero cada vez que un drama clásico es escenificado, su producción puede obviamente pertenecer sólo a la época de su puesta en escena. De tal modo, el clásico depende en sí mismo del autor, pero la producción depende del productor y de cómo él entiende el clásico que está produciendo.

Wagner puede ser llamado el padre de la música clásica, especialmente debido a la revolución causada por las armonías cromáticas de “Tristán,” en constante cambio. Nadie puede decir que Wagner no es moderno. Sin embargo, lo que la producción actual de “Tristán” en el Covent Garden muestra, es la distancia abismal que existe aún entre el tiempo de Wagner y el nuestro. Puede ser que este productor no haya entendido el texto de Wagner o simplemente no lo tomó en cuenta, lo que podemos ver a través de dos ejemplos: En el Tercer Acto, cuando Kuwenal debería estar buscando el barco de Isolda en el mar, se le muestra observando a Tristán todo el tiempo. Por el contrario, en el texto de Wagner, cuando finalmente Isolda se apresura y encuentra a Tristán en su lecho de muerte, ella se encuentra observándolo para poder percibir tan siquiera una señal de vida, ¡pero este productor la coloca en el piso dándole la espalda! Esta violación flagrante del texto original, y del sentido común, se hizo presente a través de toda la obra, de principio a fin.

¿Qué es lo que el productor pensó que estaba haciendo? Me gustaría saberlo. O no tenía sentido común o, si lo tenía, se propuso desafiarlo deliberadamente. Peor aún, la Royal Opera House probablemente le pagó una gran cantidad para que lo hiciera, debido a que a su juicio la audiencia de hoy en día disfrutaría el reto. A uno se le viene a la mente Picasso cuando decía que sabía que su arte no tenía sentido, pero también sabía que era lo que la gente quería. En efecto, el público de la semana pasada, que debería haber abucheado las tonterías que sucedían en el escenario, en lugar de eso atendió a la obra con docilidad y aplaudió calurosamente. En el país natal de Wagner, hoy en día, a menos que esté equivocado, las producciones clásicas de sus operas son raras.

Uno está obligado a preguntarse, ¿qué es lo que está pasando con el sentido común? ¿Hacia dónde se dirige la audiencia de hoy en día? ¿Cómo podrá la gente sobrevivir por un largo tiempo si encuentra placer, por ejemplo, en amantes que se dan la espalda al momento de morir? Objeción: esto es solamente teatro. Contestación: el teatro refleja como un espejo a la sociedad. Conclusión: la sociedad hoy en día, o no tiene sentido común, o está pisoteando el poco que le queda. Ya que el sentido común es el sentido de la realidad, esta clase de sociedad no puede sobrevivir.

Kyrie eleison.

Cartas del Rector

Cartas del Rector on agosto 8, 2009

Les suplico me disculpen por sugerir la razón por la cual los lectores de “Comentarios Eleison” podrían estar interesados en revisar ya sea uno o a los cuatro volúmenes de las “Cartas del Rector,” impresos y disponibles a través de la editorial Norteamericana “True Restoration Press.” En pocas palabras, estos libros presentan una combinación poco usual de la Fe verdadera con un toque de nuestro falso mundo moderno.

Era lógico que mientras el mundo moderno caía en la apostasía y se distanciaba más y más de Dios, las mentes Católicas eran tentadas (a menos que estuvieran dispuestas a ser forzadas) a aferrarse al mundo y a abandonar a Dios, como en el Vaticano II, o a aferrarse a Dios y a abandonar el mundo moderno, como lo hicieron muchos Católicos de los 50’s que no se esforzaron más por vivir con la modernidad, retirándose a un refugio imaginario y sentimentalista de un supuesto Catolicismo pre-Conciliar.

Pero el Catolicismo no puede ser irreal si este debe de llevarnos al Cielo, el cual ¡es real! Los 50’s son ya pasado. Se han terminado. No existen más. Es evidente que no todos los Católicos de los 1950’s vivían en la irrealidad. El Arzobispo Lefebvre es un ejemplo sobresaliente de la negación de la fantasía. Pero muchos de ellos habían ya desconectado su Fe de la realidad que los rodeaba, razón por la cual cuando ésta los envolvió dramáticamente en los 60’s, su Fe fue doblegada, y sin mucho pensarlo se lanzaron confiadamente al Vaticano II; Vaticano II, la religión del hombre, una religión verdaderamente moderna pero falsamente Católica, aunque inteligentemente disfrazada. ¡La realidad no podía ignorarse!

Por lo tanto, lo que probablemente caracterice las “Cartas del Rector” es que mientras estas proclaman la verdadera Fe de la Iglesia inmutable, al mismo tiempo abordan, a la luz de la Fe, una variedad de problemas modernos que, aunque existían ya antes del Concilio, se han agravado enormemente desde entonces: La Fe se ha torcido, los hombres perdieron su masculinidad, las mujeres visten pantalones, las familias se desintegran, existe un sentimentalismo desenfrenado, los medios de comunicación esparcen la mentira, los políticos traicionan, etc., etc. y aún peor que todo esto, hombres de la iglesia Católica que han extraviado su camino. ¡Claro! Era lógico que ellos también finalmente perdieran su ancla debido a la presión que ejercía sobre ellos la realidad que los rodeaba, la realidad que no se habían preocupado por manejar.

Las “Cartas” ofrecen un análisis de muchos de estos problemas. Su autor no clama infalibilidad en las soluciones que él presenta, pero si afirma que a menos que los Católicos enfrenten los problemas que él plantea, se arriesgan más pronto de lo pensado a lanzarse gustosamente al Vaticano II.

Kyrie eleison.