conciliarismo

Sedevacantismo, Nuevamente – II

Sedevacantismo, Nuevamente – II on octubre 8, 2016

Para cualquier alma Católica que se da cuenta hoy de la gravedad de la crisis en la Iglesia y que agoniza por ello, la simplicidad del sedevacantismo desechando como inválidos a la Iglesia y a los Papas del Vaticano II puede volverse una seria tentación. Peor aún, la aparente lógica de los argumentos eclesiavacantistas y sedevacantistas puede tornar esa tentación en una trampa mental que en el peor de los casos conduce a un Católico a perder completamente su fe. Es por eso que estos “Comentarios” retornarán con más detalle al principal argumento de la variedad de argumentos expuestos por MonsS en su artículo de 1991 mencionado aquí la semana pasada. He aquí nuevamente ese argumento:—

Mayor: la Iglesia Católica es absolutamente indefectible (tiene la garantía de Dios mismo de que Ella durará hasta el fin del mundo – cf. Mat. XXVIII,20). Menor: Pero la Iglesia Conciliar o Novus Ordo, abrumada por el neo-modernismo y liberalismo, representa una absoluta defección. Conclusión: la Iglesia Novus Ordo es absolutamente no Católica y sus Papas son absolutamente no Papas. En otras palabras, la Iglesia es absolutamente blanca mientras que la Neo-Iglesia es absolutamente negra, así que la Iglesia y la Neo-Iglesia son absolutamente diferentes. Para mentes que gustan de pensar en blanco y negro sin nada entre los dos, este argumento posee mucha atracción. Pero para mentes que se dan cuenta que en la vida real las cosas son a menudo grises o una mezcla de negro y blanco (sin que el negro deje de ser negro o el blanco deje de ser blanco), el argumento es demasiado absoluto para ser verdad. Así, en la Mayor hay una exageración de la indefectibilidad de la Iglesia y en la Menor hay una exageración de la defección de la Neo-Iglesia. La teoría puede ser absoluta pero la realidad raramente es absoluta. Miremos a la indefectibilidad y a la defección Conciliar, como ellas son en la realidad.

En cuanto a la Mayor, los sedevacantistas frecuentemente exageran la indefectibilidad de la Iglesia tanto como ellos frecuentemente exageran la infalibilidad del Papa, porque eso es lo que ellos precisan para apoyar su horror emocional sobre lo que ha devenido la Iglesia Católica desde el Concilio. Pero en la realidad así como esa infalibilidad no excluye grandes errores de algunos Papas en la historia de la Iglesia, y solamente aplica cuando el Papa está, sea Ordinariamente diciendo lo que la Iglesia siempre ha dicho, o Extraordinariamente, está involucrando todas las cuatro condiciones de la definición de 1870, así la indefectibilidad de la Iglesia no excluye absolutamente algunas enormes defecciones en momentos dados de la historia de la Iglesia tales como los triunfos del Islam o del Protestantismo o del Anticristo (Luc. XVIII,8), sino que sólo excluye de modo absoluto una defección total, o un fracaso total (Mat. XXVIII,20). Así, la indefectibilidad no es tan absoluta como MonS lo pretende.

En cuanto a la Menor, es verdad que la defección del Conciliarismo es considerablemente más grave que la del Islam o la del Protestantismo, porque ésta golpea a la cabeza y al corazón de la Iglesia en Roma, que éstos no hicieron. Sin embargo, aún medio siglo de Conciliarismo (1965 a 2016) no ha hecho que la Iglesia defeccione o falle totalmente. Por ejemplo, Monseñor Lefebvre – y él no estaba solo – mantuvo la Fe en alto desde 1970 hasta 1991, sus sucesores hicieron lo mismo, más o menos, desde 1991 hasta 2012, y la asediada “Resistencia” sostiene todavía la línea de Monseñor, y antes de que la Iglesia humanamente colapse en un futuro no muy lejano, incuestionablemente su indefectibilidad será divinamente salvada, justo como antes del fin del mundo –Mat. XXIV, 21–22. Así, el Conciliarismo como una defección de la Iglesia tampoco es tan absoluta como MonsS lo pretende.

Entonces este silogismo necesita ser reestructurado – Mayor: la indefectibilidad de la Iglesia no excluye enormes defecciones sino solamente una total defección. Menor: el Vaticano II fue una defección enorme de la Iglesia pero no total (aún si Católicos conscientes de su peligro deben totalmente evitarlo por miedo de contaminación). Conclusión: la indefectibilidad de la Iglesia no excluye al Vaticano II. En breve, la Iglesia de Dios es más grande que todas las maldades de Diablo o del hombre, incluso el Vaticano II. La defección Conciliar puede muy bien ser de una gravedad sin precedente en toda la historia de la Iglesia, pero la indefectibilidad de la Iglesia y la infalibilidad de los Papas vienen de Dios y no de los hombres. Como los liberales, los sedevacantistas están pensando humanamente, demasiado humanamente.

Kyrie eleison.

Contra el N.O.M.

Contra el N.O.M. on agosto 27, 2016

El principio es claro en teoría: para seguir a Nuestro Señor precisamos, en la palabras inmortales de San Agustín, “matar a los errores, amar al que yerra”. Eso significa que nunca debemos matar a los errores de manera a matar tambien a los que yerran (es decir, a aquellos que están en el error, a menos que sean peligrosos e incorregibles), y que nunca debemos amar a los que yerran de manera a amar tambien sus errores. En la práctica puede ser muy fácil el deslizarse desde matando al error hacia matando al que yerra, o deslizarse desde amando al que yerra hacia amando el error de ellos. En palabras diferentes: “La Iglesia es intransigente en principios porque Ella cree, Ella es tolerante en la práctica porque Ella ama. Los enemigos de la Iglesia son tolerantes en principios porque no creen e intransigentes en la práctica porque no aman”. Eso está bien dicho.

En caso que cualquiera piense todavía que el autor de estos “Comentarios” se desliza desde la compasión por el rebaño descarriado dentro del Novus Ordo hacia el amor por los errores de la Nueva Misa de Pablo VI, he aquí extractos de una carta de un lector ya mayor cuya propia amarga experiencia le llevó a él a la conclusión que a los Católicos Novus Ordo no se les debe conceder demasiado el beneficio de la duda. Obviamente, él se ha topado con algo de lo peor de la Neo-Iglesia. Por sus frutos . . .

Yo era un niño típico de escuela primaria en una parroquia de 2500 familias en un barrio que era casi 60% Católico. Todos nosotros fuimos formados en la antigua religión, y cuando la Revolución Conciliar comenzó a destruir la Iglesia en los 1970, todos tuvimos que detectar que algo estaba mal. Ahora bien, todo Católico tiene el deber de ser fiel a la Tradición y de encontrar donde ella yace, por ejemplo en los materiales de lectura disponibles para todos. Por 50 años yo mismo he alegado, rogado y rezado para que mis amigos y familia Católicos leyeran las cosas que yo he leído, pero simplemente no quieren hacerlo. La gran mayoría disfruta la religión Conciliar: divorcio y fáciles anulaciones, predicadores acomodaticios, feminismo, democracia, adulterio, homosexualidad y amor meloso los aferran al Novus Ordo, de ningún modo un amor a la verdad.

Diría que conozco la mentalidad Novus Ordo porque por más de dos años me puse en contacto cercano con jueces y sacerdotes y laicos Novus Ordo. Le puedo asegurar a usted que no es el amor a la verdad el que les motiva a ellos. Se puede confiar en estas autoridades de la Neo-iglesia que harán exactamente lo que casi todos, sino todos, los Católicos Novus Ordo quieren que hagan, lo cual es ignorar sus vidas pecadoras. Pareciera como que los únicos ‘pecadores’ que ellas se atreven a amonestar, instruir o aconsejar, son los fumadores, contaminadores, Católicos Tradicionalistas insensibles y sobrepobladores. Recuerde; más del 90% de los Católicos casados usan control de la natalidad, y enseñan a sus hijos a hacer lo mismo. El Novus Ordo ha devenido una organización global de aplacamiento de conciencias, y fuente de novedades a gran escala. Los Católicos Novus Ordo realmente sí creen que todo el mundo va al Cielo. ‘Obrar su salvación con temor y temblor’ (Fil.II.12) no es un pensamiento que abriguen.

El control de la natalidad fue en tiempos modernos un punto de inflexión de la voluntad de Dios a la voluntad del hombre. No usar control de la natalidad para aquellos que viven en una gran ciudad puede parecer casi imposible, pero, ¿quién se equivocó? ¿Dios, o la ciudad moderna? Dios dio a Su Iglesia en 1968 una gran oportunidad para permanecer en curso cuando Él inspiró al reacio Pablo VI a permanecer fiel a la doctrina inmutable de la Iglesia, pero una masa de hombres de Iglesia fueron prontamente infieles al Papa. Y el resultado fue esa “organización de aplacamiento de conciencias” denunciada arriba. Y, ¿quién puede negar que el reemplazo del verdadero sacrificio de la Misa contribuyó desde 1969 enormemente al que los Católicos renunciaron a sus vidas sacrificatorias que conducen al Cielo para disfrutar de la vida fácil e ir al Infierno? ¡Qué responsabilidad la de los sacerdotes!

Kyrie eleison.

Sentimientos Doctrinales

Sentimientos Doctrinales on mayo 21, 2016

El “Comentario” de la semana pasada (CE 461) no habrá sido del gusto de todos. Los lectores pudieron haber adivinado que la autora no nombrada de la larga cita era del mismo sexo que las también citadas Santa Teresa de Ávila (“sufrir o morir”) y Santa María Magdalena de Pazzi (“sufrir y no morir”), y la cita anónima pudo haber parecido excesivamente emocional. Pero el contraste con los sentimientos del Papa Benedicto citados la semana anterior (CE 460) fue deliberado. Mientras que el texto del varón mostró a los sentimientos gobernando a la doctrina, el texto de la mujer mostró la doctrina gobernando a los sentimientos. Es mejor, obviamente, la mujer poniendo a Dios primero, como Cristo en el Huerto de Getsemaní (“Padre mío, si es posible, pase este cáliz lejos de Mí; más no como Yo quiero, sino como Tú”), que el varon poniendo a los sentimientos primero y cambiando la doctrina y religión católicas a la religión Conciliar.

El sorprendente contraste destaca que la primacía de Dios significa que la doctrina viene primero, mientras que la primacía de los sentimientos significa que el hombre viene primero. Pero la vida no se trata de evitar el sufrimiento, se trata de alcanzar el Cielo. Si entonces yo descreo en Dios y adoro a Mammón en su lugar (Mt. VI,24), yo no creeré en la vida del más allá y pagaré por drogas más y más caras para evitar el sufrimiento en esta vida, porque no hay otra vida. Y así, las “democracias” Occidentales crean, uno tras otro, ruinosos Estados de bienestar porque la manera más segura para un político “democrático” de ser elegido o no es la de tomar una posición a favor o en contra de medicina gratis. El cuidado del cuerpo es todo lo que queda en la vida de muchos hombres que no tienen Dios. Así el secularismo arruina al Estado: “Si Yahvé no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen” (Sal. CXXVI,1), mientras que “Dichoso el pueblo cuyo Dios es Yahvé” (Sal. CXLIII,15). La Religión gobierna a la política y a la economía por igual, la religión falsa para su mal, la religión verdadera para su verdadero bien.

En base a su entrevista de Octubre (CE 460), Benedicto podría responder: “Sí, pero ¿qué utilidad tiene una religión en la cual creen cada vez menos personas? En el hombre moderno la religión católica de todos los tiempos ha perdido su afianzamiento. La doctrina de ayer puede ser tan verdadera como pueda serlo, pero ¿qué utilidad tiene si ya no habla al hombre como él es hoy, donde él está hoy? La doctrina es para las almas pero, ¿cómo puedo hablar al hombre contemporáneo sobre el sufrimiento redentor o sobre la Redención cuando el sufrimiento no tiene sentido para él? El Concilio fue absolutamente necesario para refundir la doctrina en una forma inteligible para los hombres tal como ellos son hoy”.

Y para esta posición implícita en la entrevista de Benedicto, aquí podría haber una respuesta: “Su Santidad, la doctrina es para almas, sí, pero lo es para salvarlas del castigo eterno y no para prepararlas para éste. La doctrina consiste en palabras, las palabras expresan conceptos, los conceptos vienen en última instancia de cosas reales siendo concebidas. Su Santidad, Dios, el alma inmortal del hombre, la muerte, el Juicio, y la inevitabilidad de la salvación o condenación eterna, ¿son realidades externas a mi mente? Si son realidades independientes de mí, ¿ha cambiado cualquiera de ellas desde los tiempos modernos? Y, si estas realidades no han cambiado en lo absoluto, entonces las doctrinas que las expresan ¿no expresan también, junto con la doctrina del pecado original, un peligro real para todo hombre viviente de caer en el Infierno? En cuyo caso, por más desagradable que puedan sentirse estas realidades, ¿qué posible servicio hago yo por mi prójimo al hacer que las doctrinas se sientan más agradables de manera que oculten el peligro eterno en lugar de advertirle sobre él? ¿Qué tanta importancia tienen sus sentimientos comparado con la importancia de que comprenda, y asimile, las verdaderas doctrinas para ser plenamente feliz y no completamente atormentado por toda la eternidad – por toda la eternidad?

Pero en nuestro mundo apóstata la masa de hombres sólo quiere que se le digan fábulas (II Tim. IV,4) para amortiguar sus pecados. El resultado es que para mantener el universo moral en balance debe haber un cierto número de almas místicas, conocidas sólo por Dios, que tomen sobre sí mismas agudos sufrimientos por Cristo y por su prójimo, y es muy probable que la mayoría de ellas sean mujeres.

Kyrie eleison.

Legado de Monseñor – II

Legado de Monseñor – II on abril 2, 2016

En el 2012 los sucesores de Monseñor a la cabeza de su Fraternidad de San Pío X, habiendo fallado en comprender su postura fundamental de anteponer la Verdad católica a la Autoridad católica, afirmaron falsamente estar siguiendo su ejemplo cuando en el Capítulo General de la Fraternidad de ese verano, se dispusieron a poner de vuelta la Autoridad encima de la Verdad al abrir la puerta a algún acuerdo político y no doctrinal con los mentirosos de Roma – “El Catolicismo es Revolucionario” es una monstruosa mentira. Por años ya estos sucesores han difundido rumores de que el acuerdo es inminente, pero Roma los tiene donde quiere tenerlos, por su propia culpa, y se exponen a que les continúen extrayendo concesiones tales como, posiblemente, la desastrosa entrevista del 2 de Marzo concedida por el Superior General a un depredador profesional. La Roma Conciliar nunca se olvida de lo que la FSPX parece no querer recordar más – la Tradición católica y el Vaticano II son absolutamente irreconciliables.

Sin embargo, Monseñor tuvo discípulos que no han olvidado esto. Ellos van bajo el nombre de la “Resistencia”, el cual es un movimiento más que una organización, lo cual es lógico. Aferrándose a la Verdad contra la falsa Autoridad tanto de Roma como ahora de la FSPX, cualquier autoridad interna entre ellos puede cuando mucho ser de suplencia, es decir, una autoridad anormal suplida invisiblemente por la Iglesia en caso de emergencia para la salvación de las almas. Pero tal autoridad, por la invisibilidad de su transmisión (en contraste con las ceremonias visibles por las cuales muchos tipos de autoridad entre los hombres son transmitidas), es tanto más débil y más contestable que la autoridad normal en la Iglesia, la cual desciende siempre, en última instancia, del Papa. Por consiguiente, la “Resistencia” tiene la fuerza de la Verdad pero una debilidad de Autoridad normalmente esencial para proteger la Verdad católica.

Seguramente, los Católicos resistentes, dentro o fuera de la Tradición, deben tomar en consideración las muchas consecuencias de esta división entre Verdad y Autoridad impuesta por el Vaticano II sobre la Iglesia entera. Estando el Pastor Supremo de Dios supremamente herido por la locura Conciliar, ¿cómo pueden las ovejas de Dios no estar supremamente dispersas (cf. Zac.XIII,7; Mt.XXVI,31)? Para no estar sufriendo, los Católicos tendrían que dejar de pertenecer a la Iglesia católica. ¿Es eso lo que quieren? Entonces los Católicos durante estos tiempos no deberían estar ni sorprendidos por traiciones ni decepcionados por divisiones. Por el momento, al Diablo le está siendo dada casi la vía libre para causar divisiones (“diabolein” en griego) y cuando todos los Católicos están luchando por la salvación eterna, las divisiones son frecuentemente amargas. Paciencia.

Luego, de los Papas Conciliares ya no puede haber sangre vital de la verdadera Autoridad Católica fluyendo hacia las instituciones católicas, y entonces las personas católicas ya no pueden depender más de las instituciones católicas como normalmente deberían poder hacerlo. Antes bien, cualquiera de tales instituciones tiene que depender de las personas para la Verdad, como hemos visto a la FSPX dependiendo de Monseñor Lefebvre. Pero las personas sin respaldo o control institucional están siempre expuestas a ser falibles, y entonces parece imprudente esperar que cualquier agrupamiento de Católicos hoy para la Verdad vaya a atraer grandes números. Los Católicos pueden naturalmente añorar estructura, jerarquía, Superiores y obediencia, pero éstos no pueden ser fabricados de la nada. Ciertamente los remanentes son el orden del día. Paciencia.

En conclusión, los Católicos luchando para mantener la Fe deben asumir su bien merecido castigo, renunciar a todas las ilusiones y fabricaciones humanas y rogarle en oración a Dios Todopoderoso que intervenga. Cuando suficientes almas se vuelvan a Él para Su solución en lugar de la de ellas, reconocerán que Su Providencia se las proveyó en la forma de la Devoción de los Primeros Sábados del mes para hacer reparación a Su Madre. Pues, cuando suficiente reparación sea hecha, entonces Él dará a su Vicario en la tierra la gracia de Consagrar Rusia a Su Corazón Inmaculado y entonces el orden comienza a ser restituido como Él lo prometió. Para la práctica de esa Devoción, no se pierdan el “Comentario” de la semana próxima.

Kyrie eleison.

Argumento Emocional

Argumento Emocional on marzo 21, 2015

Una comparación del ayer tiene la ventaja de ser muy clara: en el lomo de una mula una carga pesada puede ser difícil de balancear. Si se desplaza a la izquierda, uno debe empujarla a la derecha. Si se inclina a la derecha, debe ser empujada a la izquierda. Pero ese doble empuje no es contrario – tiene el único propósito de mantener la carga balanceada. De modo semejante, el que estos “Comentarios” argumenten repetidamente contra el sedevacantismo no significa empujar hacia el liberalismo, ni tampoco sugieren que el sedevacantismo sea tan malo como el liberalismo. Meramente es reconocer que las ultrajantes palabras y actos del presente ocupante de la Santa Sede están tentando a muchos buenos Católicos a renunciar a su razón y a juzgar la realidad por sus emociones. Esa es una práctica muy común hoy en día, pero no es católica.

Por ejemplo, los argumentos sedevacantistas, al examinarse, no son nunca tan fuertes como pudieran parecerlo. Miremos a dos que cruzaron recientemente a mi atención, ambos de Católicos devotos fuertes en la Fe. Aquí está el primero: los Papas Conciliares, especialmente Francisco, no han confirmado a su rebaño en la Fe. Pero, es a la esencia de un Papa hacerlo. Por consiguiente los Papas Conciliares no son esencialmente Papas. En respuesta, uno debe distinguir un Papa en su serlo de un Papa en su acción. Un Papa deviene esencialmente Papa en su serlo por su elección válida en un Cónclave de Cardenales o por su elección, si ella hubiera sido inválida en sí, siendo convalidada por su subsiguiente aceptación como Papa por la Iglesia Universal (que puede haber sido el caso para más de un Papa Conciliar, Dios sólo lo sabe). Por el contrario, confirmando a su rebaño en la Fe, un Papa es esencialmente Papa en su acción. Las dos cosas, serlo y acción, son diferentes y pueden ser separadas. Por consiguiente, un Papa puede fallar en acción sin necesariamente dejar de ser Papa en su serlo. Ese es seguramente el caso de varios, sino todos, los Papas Conciliares.

Y aquí está el segundo argumento: para el Católico individual y falible ponerse a sí mismo como juez de error del Magisterio infalible de la Iglesia, es ridículo. Enfrentado entonces al error obvio (por ejemplo el Conciliarismo) de ese Magisterio (por ejemplo los Papas Conciliares), este Católico puede sólo concluir que ellos no han sido Papas verdaderos. Pero, en respuesta, el Papa no es necesariamente el Magisterio infalible de la Iglesia. Si él no compromete todas las cuatro estrictas condiciones del Magisterio Extraordinario, ni enseña de acuerdo con el Magisterio Ordinario de la Iglesia, entonces es falible, y si por añadidura contradice ese Magisterio Ordinario, entonces está ciertamente en el error, y puede ser juzgado de ser tal por cualquier Católico (¡o no-Católico!) que esté haciendo el correcto uso de su mente que Dios le dio. De otra manera, ¿cómo pudo Nuestro Señor habernos prevenido todos para que nos guardáramos de los falsos profetas y de los lobos disfrazados de ovejas (Mt.VII,15–20)?

De hecho, ambos argumentos pueden provenir de un rechazo emocional a los Papas Conciliares: “¡Ellos han maltratado a la Iglesia de tal manera que yo simplemente no puedo aceptar que hayan sido Papas!” Pero ¿qué tal si yo hubiera sido un espectador observando el Via Crucis original? – “¡Este es maltrato tal de Jesús que yo simplemente no puedo aceptar ya más que Él es el Hijo de Dios!” ¿No es que mi rechazo emocional al maltrato hubiera sido correcto y, sin embargo, mi conclusión equivocada? Hay un misterio involucrado en los Papas Conciliares que es vaciado o anulado por el sedevacantismo.

Ahora bien, puede ser que, cuando la Iglesia un día recobre sus sentidos, la sola autoridad competente declarará que los Papas Conciliares no eran Papas, pero entre ahora y ese momento los argumentos hasta ahora presentados para probar que la Sede de Roma esté vacante no son tan contundentes como se pueden presentar para parecerlo.

Kyrie eleison.

Arzobispo, Comentado – I

Arzobispo, Comentado – I on enero 3, 2015

Para las autoridades de la Iglesia hoy en día “no hay verdad fija, no hay dogma. Todo está evolucionando”. Así dijo Monseñor Lefebvre (1905–1991) en 1991 (ver el “Comentario Eleison” de la última semana). Pues, al final de su vida, Monseñor vio más claramente que nunca a lo que él se había estado enfrentando en su heroica defensa de la Fe. Desde su muerte, los liberales (¿desconocidos como tales por si mismos?) que tomaron posesión de su Fraternidad San Pío X tan pronto como él se hubo ido, no han aún comprendido la gravedad del problema tal como lo identificó Monseñor. Por consiguiente, que estos “Comentarios” abran el Nuevo Año intentando una vez más poner al descubierto la herida mortal en la Iglesia y el mundo de hoy en día.

Cuando Emanuel Kant (1724–1804) erigió en un sistema filosófico el rechazo del hombre a la realidad de Dios, sistema basado en su proclamación absolutamente falsa que la mente humana no puede conocer al objeto tal como éste es en sí mismo, entonces el departamento de filosofía de las universidades de todo el mundo empezaron a derramar locura en las calles porque la gente quería hacer de la libertad, su dios, y Kant les ofreció la liberación suprema, aquella de la mente con respecto a su objeto.

Ahora bien, los Católicos aún no contaminados por la fantasía Kantiana saben que Dios y Su Cielo existen bien fuera de, e independientemente de, sus mentecitas y, entonces, si quieren ser felices por la eternidad, más les vale que sus mentes traten con la realidad objetiva y no con la fantasía subjetiva. Por consiguiente, por un siglo y medio, Dios dio una serie de Papas anti-liberales que se levantaron contra el mundo liberal que se hacía constantemente más loco todo alrededor, y éstos protegieron a la Iglesia del prestigioso y popular subjetivismo. Pero, por los años 1950, los Cardenales y obispos de la Iglesia no estaban rezando lo suficiente para mantener esta protección de sus mentes y corazones, de la locura conocida dentro de la Iglesia como “modernismo” y, así, en el cónclave de 1958 eligieron a uno de ellos mismos, el supuestamente “bueno” Juan XXIII, un liberal (¿desconocido como tal por si mismo? – Dios lo sabe) quien debidamente lanzó en 1962 el desastroso Concilio Vaticano Segundo.

¿Por qué desastroso? Porque la locura del subjetivismo (el rechazo de la realidad objetiva) en lugar de ser todavía absolutamente condenado por las autoridades más elevadas de la Iglesia, fue ahora adoptada por ellas, y fue hecha (¿consciente o inconscientemente? Dios lo sabe) la base oficial de la doctrina y acción de la Iglesia. El problema no podía ser más grave. Los oficiales de la verdadera Iglesia de Dios, nombrados para proclamar y defender las verdades objetivas de Dios para la salvación, de aquí en adelante las fueron filtrando a través de sus mentes subjetivistas. Imaginen no tener más que botellas mugrientas en las cuales almacenar el mejor de los vinos. Sólo puede ser arruinado. Los oficiales de la Iglesia Conciliar de hoy en día sólo pueden arruinar la verdad de Dios.

He aquí por que Monseñor dijo en 1991, “ Estamos tratando con personas (en la cúpula de la Iglesia) que tienen una filosofía diferente a la nuestra, una manera de ver diferente, que están influenciados por todos los filósofos modernos subjetivistas. Para ellos no hay verdad fija, no hay dogma fijo. Todo está evolucionando. Esto es realmente la destrucción Masónica de la Fe. Afortunadamente, nosotros (Tradicionalistas) tenemos la Tradición para apoyarnos en ella”.

Pero, ¿qué le ha pasado a la Tradición sin Monseñor que la guíe? ¡Ay!, las autoridades en la cúpula de su Fraternidad San Pío X, la cual por algunos 40 años encabezó la defensa de la Fe objetiva, no pueden haber estado rezando seriamente lo suficiente para proteger sus mentes y sus corazones de ser a su vez infectados por el subjetivismo. Ellos también han perdido la primacía de la verdad objetiva, y así ellos están haciéndose juguete de los Romanos como un pez es juguete de un pescador. Monseñor Lefebvre, ¡reza por nosotros!

Kyrie eleison.