Diablo – Satanás

Otra Vez, la Doctrina

Otra Vez, la Doctrina on agosto 18, 2012

El desprecio de la “doctrina” es hoy un inmenso problema. Los “mejores” de los católicos en nuestro siglo XXI reconocen de la boca para afuera la importancia de la “doctrina,” pero en su fuero interno sienten instintivamente que aún la doctrina católica es una especie de cárcel para sus espíritus, y los espíritus no deben ser encarcelados. En Washington DC., alrededor del domo interior del Memorial de Jefferson, este templo casi religioso del campeón norteamericano de la libertad, está escrita su cita casi religiosa: He jurado sobre el altar de Dios hostilidad eterna contra toda forma de tiranía sobre el espíritu del hombre. Seguramente él tenía en mente la doctrina Católica entre otras. La casi-religión del hombre moderno incluye no tener ninguna doctrina fija.

Sin embargo, una frase del “Comentario Eleison” de hace dos semanas (EC 263, del 28 de Julio) da un punto de vista diferente de la naturaleza y de la importancia de la “doctrina.” Decía así: Mientras Roma cree en su doctrina Conciliar, está obligada a usar cualquier acuerdo(“no doctrinal”) para arrastrar a la Fraternidad SPX en la dirección del Concilio (Vaticano II). En otras palabras lo que lleva a Roma supuestamente a desestimar la “doctrina” y a toda costa a Conciliarizar a la Hermandad SPX es su propia creencia en su propia doctrina Conciliar. Así como la doctrina católica Tradicional es – eso esperamos – la fuerza impulsora de la Fraternidad SPX, así la doctrina Conciliar es la fuerza impulsora de Roma. Las dos doctrinas chocan, pero cada una de ellas es una fuerza impulsora.

En otras palabras, la “doctrina” no es simplemente un conjunto de ideas en la cabeza de un hombre, o una cárcel mental. Cuales quieran fueran las ideas que un hombre elija tener en su cabeza, su doctrina real es este conjunto de ideas las que impulsan su vida. Ahora bien, un hombre puede cambiar este conjunto de ideas, pero no puede dejar de tener uno. He aquí como Aristóteles lo escribe: “Si usted quiere filosofar, entonces tiene que filosofar. Si no quiere filosofar, igual tiene que filosofar. De todas maneras un hombre tiene que filosofar.” De un modo similar, los liberales pueden despreciar cualquier conjunto de ideas como si eso fuera una tiranía, pero pretender que todo conjunto de ideas sea una tiranía, es todavía una idea mayor, y es la idea que impulsa las vidas de millones de liberales hoy, y también de demasiados católicos. Estos últimos tendrían que ser más sensatos, pero todos nosotros los modernos tenemos el culto de la libertad en nuestra sangre.

Así la doctrina en su sentido real no es sólo un conjunto de ideas que nos encierra en una cárcel, sino que esesa concepción de Dios, del hombre y de la vida la que impulsa la vida de cada hombre viviente. Aún cuando un hombre está cometiendo el suicidio, está siendo impulsado a hacerlo por la idea que la vida es demasiado miserable para que valga la pena ser continuada. Una concepción de la vida centrada en el dinero puede llevar a un hombre a volverse rico; en el placer a volverse disoluto; en la notoriedad a volverse famoso, yasí sucesivamente. Así como un hombre conciba su vida, así esa concepción será su doctrina real.

Siendo el Concilio Vaticano II la concepción central de los Romanos conciliares, esa concepción los impulsa a disolver la Fraternidad SPX, puesto que ella rechaza al Vaticano II y, hasta que lo logren, o que ellos cambien su concepción central, ellos seguirán siendo llevados a disolver la Fraternidad SPX de Mons. Lefebvre. Al contrario, la meta central del clero y de los fieles de la Fraternidad es llegar al Cielo según la concepción de que el Cielo y el Infierno existen y que Jesucristo y su verdadera Iglesia proveen el único y solo camino seguro para llegar al Cielo. Ellos saben que esta doctrina directriz no es una invención caprichosa propia, y es por eso que ellos no la quieren ver socavada o subvertida o corrompida por los desgraciados neo-modernistas de la Nueva Iglesia, impulsados por su falsa concepción conciliar de Dios, del hombre y de la vida. El choque es total.

Y tampoco puede ser evitado, como los liberales sueñan que lo podría ser. Si la falsedad triunfa, hasta las piedras de la calle gritarán (Lc.XIX, 40). Si la Verdad triunfa, aún Satanás promoverá un error tras otro, hasta que el mundo acabe. Pero “El que persevere hasta el fin, éste será salvado,” dice Nuestro Señor (Mt.XXIV,13).

Kyrie eleison.

Mas Alegre

Mas Alegre on enero 28, 2012

Su Excelencia, ¡Por favor díganos algo más alegre!

Dios existe. El es todopoderoso, omnisciente, perfectamente justo, aunque su misericordia tambien es sin límite. El controla perfectamente todo lo que sucede en el mundo. Ni el Diablo ni sus servidores humanos, incluyendo a los criminales que hoy en día conducen el mundo, pueden levantar el dedo meñique sin su permiso. El conoce cada detalle de sus planes diabólicos y El utiliza a cada uno de ellos para cumplir con su propio designio Providencial.

Pero ¿Cómo puede entonces El permitir tanto mal en nuestro mundo?

Porque si bien El nunca quiere el mal, El quiere permitirlo de manera que un bien mayor se saque de ese mal. Numerosas profecías indican que de la corrupción global de hoy día, saldrá mañana el triunfo mas grande jamás alcanzado por la Iglesia Católica, como lo ha dicho Nuestra Señora de Fátima: “Al final mi Corazón Inmaculado triunfará.” Lo que está sucediendo en este momento preciso es que Nuestro Señor está utilizando a sus enemigos para purificar su Iglesia.

Pero ¿No podía haber encontrado una manera menos desagradable de purificar su Iglesia que la de hacernos atravesar por la increíble corrupción de hoy día?

Si ello dependiera únicamente de El, sin ninguna duda hubiera podido encontrar otras maneras de purificar su Iglesia, pero si usted y yo supiéramos todo lo que El sabe – pensamiento tonto – y si, sobre todo, usted y yo quisiéramos, como El lo hace, respetar la libre elección que El da a todos los seres humanos, entonces es muy verosímil que usted y yo viéramos que la manera que El elige de hacer las cosas es la mejor.

Y, por favor ¿que tiene que ver la libre elección del hombre con esta cuestión?

Dios no quiere robots o simplemente animales irracionales para compartir con El su beatitud. Ahora bien, aún El no puede dar a sus criaturas una felicidad merecida que ellas no hubieran hecho nada por merecer, puesto que eso es contradictorio y si bien tiene poder sobre todo lo que es, sin embargo no tiene poder sobre lo que no es, como es el caso de las cosas contradictorias. Pero si sus criaturas deben, al menos en parte, merecer su felicidad, entonces El debe darles libre elección, la cual si es verdaderamente real, debe ser capaz de elegir lo opuesto de lo que Dios quiere para esa criatura, y si ella es realmente capaz de elegir el mal, entonces eso es lo que sucederá, más o menos a menudo.

Pero usted dice que la verdadera Iglesia sigue a Nuestro Señor cuando ella enseña hasta que punto el camino que lleva al Cielo es estrecho y pocos los que lo encuentran (Mt.VII,14). ¿Cómo puede valer la pena para Dios el haber creado, hoy día mismo por ejemplo, una masa de seres humanos si solamente un número relativamente reducido alcanza el Cielo?¿Cómo es posible que un número tan grande cayendo en los horrores del Infierno no sea un precio demasiado elevado que paga Dios por el pequeño número de los que llegan al Cielo?

Porque Dios obra según la calidad, y no según la cantidad. Que sólo diez hombres justos hubieran podido salvar a toda la ciudad de Sodoma (Gen.XVIII,32) prueba cuán preciada es a Dios una sola alma que responde a su amor, mucho mas que un gran número que por su propia libre elección rechazan su amor. “Yo hubiera sufrido toda la Pasión solo por ti” dijo una vez Nuestro Señor a un alma. El diría lo mismo a toda alma.

¿Quiere usted decir que si, aún cuando el mundo me hace sufrir y me atormenta, simplemente me adhiero tanto mas estrechamente a Dios, entonces El tiene eso en cuenta a mi favor y para los que me rodean? ¡Yo casi quisiera que el mundo fuera aún peor!

¡Ahora usted comienza a comprender!

Kyrie eleison.

Peligro Eterno

Peligro Eterno on septiembre 17, 2011

“¿Porqué nosotros seres humanos estamos aquí en la tierra?” me preguntó hace poco un viejo amigo. Por supuesto contesté “Para alabar, amar y servir a Dios, y mediante ello salvar . . .” El me interrumpió –”No, esa no es la respuesta que deseo,” dijo. “Lo que quiero decir es que antes de venir a la existencia, yo no era, y yo no corría ningún peligro. Ahora que existo estoy seriamente expuesto al peligro de perder mi alma. ¿Por qué me fue dada, sin mi consentimiento, esta existencia peligrosa la cual, una vez dada, ya no puedo rechazar?”

Expresada de esta manera, la pregunta es seria porque echa una duda sobre la bondad de Dios. Ciertamente es Dios quien da la vida a cada uno y de ese modo nos coloca frente a la elección de la cual no nos podemos librar, entre el escarpado y estrecho camino al Cielo y la ancha y fácil ruta al Infierno (Mt.VII, 13–14). Ciertamente los enemigos de la salvación de nuestras almas, el mundo y la carne y el Diablo, son peligrosos porque el triste hecho es que la mayoría de las almas caen al Infierno al final de sus vidas en la tierra (Mt. XX, 16). ¿Entonces como puede ser justo para mi encontrarme en tal peligro sin ninguna elección de parte mía?

La respuesta es ciertamente que si el peligro no fuere de ninguna manera por mi propia culpa, entonces verdaderamente la vida podría ser un regalo envenenado. Pero si, a menudo, el peligro es en buena medida por mi propia culpa, y si el mismísimo libre albedrío que cuando mal usado me puede hacer caer en el Infierno, también cuando bien usado me puede llevar a una eternidad de felicidad inimaginable, entonces no sólo la vida no es un regalo envenenado, sino que es la magnífica oferta de una gloriosa recompensa fuera de toda proporción en comparación con el esfuerzo relativamente liviano que me habrá costado en la tierra el haber evitado el peligro haciendo buen uso de mi libre albedrío (Is.LXIV,4).

Pero el interrogador podría objetar que no es culpable por la existencia de ninguno de estos tres enemigos de su salvación:— “El mundo que nos incita a la mundanalidad y a la concupiscencia de los ojos nos rodea totalmente de la cuna a la tumba, y sólo se puede escapar de él a la muerte. La debilidad de la carneva con el pecado original y se remonta a Adán y Eva ¡Ahí no estaba yo entonces! ¡El Diablo también existía mucho antes de que yo naciera, y está desenfrenado en estos tiempos modernos!”

A lo cual uno puede responder que los tres enemigos están totalmente ligados a nuestra propia culpa. En cuanto al mundo, tenemos que estar en él, pero no tenemos que ser deel mundo (Jn.XVII,14–16). Depende de nosotros amar las cosas de este mundo o preferir antes que a ellas las cosas del Cielo ¡Cuántas oraciones en el Misal piden por la gracia de preferir las cosas del Cielo! En cuanto a la carne, cuanto más huyamos de su concupiscencia dentro nuestro, más desaparece su aguijón, pero ¿quién de nosotros puede decir que por ninguno de sus propios pecados personales no ha reforzado la concupiscencia y el peligro en lugar de disminuirlos? Y en cuanto al Diablo, su poder para tentar está estrictamente controlado por Dios Todopoderoso y las propias Escrituras de Dios nos garantizan que Dios nos da la gracia necesaria para vencer las tentaciones que permite (I Cor.X,13). En breve, lo que San Agustín dice del Diablo aplica también al mundo y a la carne –son como un perro encadenado que puede ladrar pero no morder a menos que uno elija acercarse demasiado.

Así es que hay verdaderamente un grado ineludible de peligro espiritual en la vida humana, pero depende de nosotros, con la gracia de Dios, controlar ese peligro, y la recompensa que tiene Dios preparada para los que le aman está más alla de lo que este mundo pueda imaginar (I Cor.II,9).

Kyrie eleison.

La Femineidad Redescubierta

La Femineidad Redescubierta on noviembre 14, 2009

Cuando un pueblo amurallado está siendo asediado, y el enemigo está continuamente atacando una parte de sus muros, los habitantes deben continuar defendiendo ese sector de la muralla. Hoy en día el enemigo de la humanidad, Satanás, está permanentemente atacando a la verdadera femineidad, porque sin verdaderas mujeres no pueden existir verdaderas madres, ni una vida de familia verdadera, ni niños verdaderamente felices y por ende tampoco seres humanos verdaderos. Quisiera citar el testimonio completo de otra ex feminista, quien me escribió hace algunos meses para agradecerme por “afirmar y sostener nuestra naturaleza verdadera como mujeres,” de acuerdo a cómo ahora ella lo percibe. Lo que sigue es un escueto resumen de su carta, que debe ser considerada un clásico por su contenido:

Nacida a mediados de los años 60?, tuve un padre violento y abusivo, y he carecido de una figura paterna desde entonces. Después de que el murió, cuando yo tenía 14 años, rechacé mi fe Católica y me alejé de la Iglesia . . . es difícil creer en un Dios de amor cuando no eres amada por tus propios padres. Lejos de la Iglesia abracé al feminismo radical y al paganismo, y terminé odiando los vestidos porque estos eran retratados como una forma inferior de vestir a la que usaban los varones. Me pregunto ¿de dónde saqué la idea de que las mujeres son débiles? Ahora entiendo que las mujeres no son para nada débiles, sino que somos fuertes en aspectos diferentes a los de los hombres.

Fui a la Universidad determinada a demostrar que podía hacer cualquier cosa que un hombre hiciera, pero en mis próximos siete años como oficial de policía, me di cuenta de que la agresividad y el dominio requeridos por aquel trabajo no se me daban naturalmente, y que nunca podría ser tan fuerte físicamente como los hombres. Así es que equiparé cualquier signo de femineidad en mí, con una debilidad. Al mismo tiempo, como feminista radical, odiaba a los varones y deseaba no necesitar a ninguno de ellos; y debido a toda esa basura feminista, casi no llegué a casarme. Pero al promediar los treinta años, me di cuenta de que corría el riesgo de quedarme sola por el resto de mi vida, así es que decidí comenzar a salir con muchachos. Poco tiempo después conocí a mi futuro esposo.

Cuando él me pidió que usara un vestido porque era más atractivo, ¡exploté! Sin embargo, me lo probé únicamente para darle gusto. Fue entonces que mi comportamiento empezó a cambiar lentamente, y a medida que empecé a actuar y a sentirme más femenina, descubrí que me gustaba sentirme así porque lo sentía natural para mí. Cuando después de algún tiempo nos casamos, mis prioridades cambiaron, y deseaba intensamente quedarme en casa. En el trabajo puedo ser positiva, pero no es algo que disfrute. Entiendo perfectamente ahora que es normal para mí, como mujer, preferir no ser el líder, porque esa es la manera en que Dios me diseñó. He pasado toda mi vida de trabajo tratando de competir con hombres e intentando ser como ellos, y esto me ha hecho infeliz y sentirme fracasada, porque por más que lo intentaba, no soy como los hombres ni nunca podré serlo, porque no soy un hombre.

Fue el amor de mi esposo que me permitió, después de 26 años, volver a la Iglesia a regañadientes; ¡pero Dios me llamaba! Allí encontré todo algo diferente de lo que recordaba, y para empezar no estuve de acuerdo con la postura de la Iglesia en todas las cuestiones que involucran a las mujeres. Pero a medida de que leía más, mis ojos se abrieron y me di cuenta, entre otras cosas, de cómo la manera en que visto da forma a mis sentimientos e inclusive a mi personalidad. Cuando me pongo vestidos o faldas me siento gentil y femenina, más natural. Mi educación continua en las enseñanzas de la Iglesia, que incluye las «Cartas del Rector,” me ha ayudado a respetarme a mí misma como mujer y no como un pseudo-varón. Es en detrimento de todos que el feminismo haya echado raíces en nuestra cultura.” (Fin del testimonio).

Madre de Dios, por favor consigue para nosotros hombres viriles, sin los cuales difícilmente tendremos mujeres femeninas.

Kyrie eleison.