Sacerdotes Valientes
Sacerdotes Valientes on junio 14, 2014
Como un número de ustedes sabrán, el Padre Fernando Altamira es un joven sacerdote argentino de la Fraternidad San Pío X, trabajando en Bogotá, la ciudad capital de Colombia en Sudamérica, quien hace varios meses tomó posición clara y pública contra la traición a la Fe y a la Fraternidad de Monseñor Lefebvre por parte de Monseñor Fellay y su equipo en Menzingen, Suiza. Yéndose del Priorato de la Fraternidad para fundar una parroquia alternativa cercana, el Padre Altamira fue seguido por la gran parte de sus previos parroquianos. Como pude observar a mediados de Abril, él es un sacerdote pío, inteligente y muy trabajador, muy popular entre la gente. Por sola recompensa, él está siendo “excluido” de la FSPX.
El Padre Altamira escribió a Monseñor Fellay para protestar porque su “exclusión” era inválida. Envió copia de su bien argumentada protesta a un sacerdote veterano de la FSPX que entiende demasiado bien como el mundo moderno opera para así ser engañado por Monseñor Fellay. Aquí están los sabios comentarios de ese sacerdote:
“Es obvio que existe un problema en la Fraternidad San Pío X. Los liberales tomaron el control y ellos quieren ser integrados en la estructura de la Roma modernista. Y, como ha dicho el Padre Pfluger, ellos quieren expulsar a todos los antiliberales que se oponen a esta Operación Suicidio. Una evidencia más del Reconocimiento progresivo de la FSPX por parte de Roma son las iglesias que algunos obispos de Francia ofrecen a Monseñor Fellay: Misa de Requiem del Padre Lagneau, Misa de Aniversario Sacerdotal del Padre Marziac, la Basílica de Lourdes en varias oportunidades, las Confirmaciones en Córcega, y así siguiendo.
“El secretismo es el modus operandi digno de un político liberal que quiere llevar a sus electores hacia una meta diametralmente opuesta a la cual se había comprometido para asegurar su elección. Por una serie de ambigüedades hábilmente escalonadas para progresar poco a poco, el político lleva a la gran mayoría de sus seguidores a aceptar la conclusión contraria de lo que estaban convencidos al principio. Es puro y simple engaño maquiavélico, mentira e hipocresía. Para el Superior General, el fin justifica los medios y para conseguir tal fin, él no duda en tomar repetidamente posiciones que Monseñor Lefebvre había condenado muchas veces. ¿Que diría Monseñor Lefebvre de él y de sus dos Asistentes? Que son unos idiotas, infantiles, ingenuos y desobedientes, que llevan a la Fraternidad a cometer suicidio y que están traicionando el combate por la Fe. Y que van a entregar a los modernistas en Roma los frutos de tantos sacrificios y de tanta generosidad ofrecidos por los fieles.
“Los modernistas en Roma nunca han cambiado sus exigencias que aceptemos el Concilio Vaticano II y la legitimidad de la Nueva Misa. En 1975 el Director y los profesores de Ecône aconsejaban a Monseñor Lefebvre que aceptemos el Concilio para salvar la Misa, y terminaron por rebelarse y abandonar el Seminario en Agosto de 1977. Hoy los tres cabecillas en Menzingen van hasta a aceptar la legitimidad de la misa de Lutero. Como dicen los tres, la reticencia de la Fraternidad para proseguir nos hace muy fastidiosos para nuestros “nuevos amigos en Roma”, mientras que esperar a la conversión de la Roma modernista es irrealista, en opinión de ellos. Es cierto y seguro que sólo un escobazo de Dios podrá limpiar esta situación que es totalmente diferente de la situación de la Iglesia que imperaba en la Reforma de San Pío V. Como el Capitán del Titanic, Monseñor Fellay y su cuartel general llevarán la Operación Suicidio de la Fraternidad a una conclusión exitosa. Ciegos guías de ciegos. Pero cualquiera que no sea ciego, debe resistir a este suicidio y guardar la Fe”.
¡Si solamente la Fraternidad tuviera más sacerdotes tan clarividentes y valientes como el Padre Altamira y el Padre Faure!
Kyrie eleison.