GREC

Sacerdotes Valientes

Sacerdotes Valientes on junio 14, 2014

Como un número de ustedes sabrán, el Padre Fernando Altamira es un joven sacerdote argentino de la Fraternidad San Pío X, trabajando en Bogotá, la ciudad capital de Colombia en Sudamérica, quien hace varios meses tomó posición clara y pública contra la traición a la Fe y a la Fraternidad de Monseñor Lefebvre por parte de Monseñor Fellay y su equipo en Menzingen, Suiza. Yéndose del Priorato de la Fraternidad para fundar una parroquia alternativa cercana, el Padre Altamira fue seguido por la gran parte de sus previos parroquianos. Como pude observar a mediados de Abril, él es un sacerdote pío, inteligente y muy trabajador, muy popular entre la gente. Por sola recompensa, él está siendo “excluido” de la FSPX.

El Padre Altamira escribió a Monseñor Fellay para protestar porque su “exclusión” era inválida. Envió copia de su bien argumentada protesta a un sacerdote veterano de la FSPX que entiende demasiado bien como el mundo moderno opera para así ser engañado por Monseñor Fellay. Aquí están los sabios comentarios de ese sacerdote:

“Es obvio que existe un problema en la Fraternidad San Pío X. Los liberales tomaron el control y ellos quieren ser integrados en la estructura de la Roma modernista. Y, como ha dicho el Padre Pfluger, ellos quieren expulsar a todos los antiliberales que se oponen a esta Operación Suicidio. Una evidencia más del Reconocimiento progresivo de la FSPX por parte de Roma son las iglesias que algunos obispos de Francia ofrecen a Monseñor Fellay: Misa de Requiem del Padre Lagneau, Misa de Aniversario Sacerdotal del Padre Marziac, la Basílica de Lourdes en varias oportunidades, las Confirmaciones en Córcega, y así siguiendo.

“El secretismo es el modus operandi digno de un político liberal que quiere llevar a sus electores hacia una meta diametralmente opuesta a la cual se había comprometido para asegurar su elección. Por una serie de ambigüedades hábilmente escalonadas para progresar poco a poco, el político lleva a la gran mayoría de sus seguidores a aceptar la conclusión contraria de lo que estaban convencidos al principio. Es puro y simple engaño maquiavélico, mentira e hipocresía. Para el Superior General, el fin justifica los medios y para conseguir tal fin, él no duda en tomar repetidamente posiciones que Monseñor Lefebvre había condenado muchas veces. ¿Que diría Monseñor Lefebvre de él y de sus dos Asistentes? Que son unos idiotas, infantiles, ingenuos y desobedientes, que llevan a la Fraternidad a cometer suicidio y que están traicionando el combate por la Fe. Y que van a entregar a los modernistas en Roma los frutos de tantos sacrificios y de tanta generosidad ofrecidos por los fieles.

“Los modernistas en Roma nunca han cambiado sus exigencias que aceptemos el Concilio Vaticano II y la legitimidad de la Nueva Misa. En 1975 el Director y los profesores de Ecône aconsejaban a Monseñor Lefebvre que aceptemos el Concilio para salvar la Misa, y terminaron por rebelarse y abandonar el Seminario en Agosto de 1977. Hoy los tres cabecillas en Menzingen van hasta a aceptar la legitimidad de la misa de Lutero. Como dicen los tres, la reticencia de la Fraternidad para proseguir nos hace muy fastidiosos para nuestros “nuevos amigos en Roma”, mientras que esperar a la conversión de la Roma modernista es irrealista, en opinión de ellos. Es cierto y seguro que sólo un escobazo de Dios podrá limpiar esta situación que es totalmente diferente de la situación de la Iglesia que imperaba en la Reforma de San Pío V. Como el Capitán del Titanic, Monseñor Fellay y su cuartel general llevarán la Operación Suicidio de la Fraternidad a una conclusión exitosa. Ciegos guías de ciegos. Pero cualquiera que no sea ciego, debe resistir a este suicidio y guardar la Fe”.

¡Si solamente la Fraternidad tuviera más sacerdotes tan clarividentes y valientes como el Padre Altamira y el Padre Faure!

Kyrie eleison.

Daño Incesante – II

Daño Incesante – II on agosto 3, 2013

Además de argumentar que la Declaración Doctrinal de mediados de Abril del año pasado fue rechazada por Roma y por ende no tiene más interés, las personas que reclaman que no ha habido cambio significante en la Fraternidad San Pío X también recurren a la reciente Declaración del 27 de Junio de los tres obispos, la cual obviamente fue designada para reasegurar a las personas que el bote salvavidas de la FSPX permanece sin daños y todavía perfectamente en buen estado para navegar. Sin embargo, las almas que no desean ahogarse necesitan estudiar esta segunda Declaración con mayor detenimiento.

Es su 11mopárrafo el que ha devenido notorio. Breve, los obispos allí declaran que ellos tienen el propósito de seguir a la Providencia en el futuro, sea que Roma retorna pronto a la Tradición o que ella reconoce explícitamente el derecho y el deber de la FSPX para oponerse en público a los errores Conciliares. Ahora bien esta “sea” cláusula está fuera de cuestión porque nada menos que una intervención divina va a hacer que los enemigos de Dios, firmemente establecidos en el Vaticano, dejen de lado su Concilio. Llegamos a la “o” cláusula. ¿Qué pudieron los obispos haber querido decir con Roma “explícitamente reconociendo” el “derecho y el deber” de la FSPX de oponerse al Concilio?

El significado obvio es que Roma concedería a la FSPX algún estatus oficial dentro de la Iglesia oficial o alguna forma de regularización canónica. Cualquier tal reconocimiento es obviamente lo que los líderes de la FSPX se han estado esforzando por obtener desde que adoptaron las ideas del grupo de reflexión Parisino GREC, por bastante más de 10 años. Pero cuando tales líderes en Abril del año pasado aceptaron en gran parte los términos de Roma para tal reconocimiento, ellos crearon tal tormenta de protesta dentro de la FSPX que se vieron forzados a pretender que ellos no quieren ya más cualquier tal reconocimiento basado en los términos de mediados de Abril. Entonces, ¿qué puede significar la “o” cláusula del 27 de Junio?

A los pocos días, el Superior del Distrito de Francia les planteó a los líderes exactamente esa pregunta. Se le fue dicho que la “o” cláusula no acarrea necesariamente ningún reconocimiento oficial, sino meramente la eventualidad de un débil pero católico Papa que es, por una parte suficientemente católico como para reconocer el “derecho y el deber” de la FSPX, etc., pero, por otra parte es demasiado débil y está demasiado aislado dentro de Roma como para poder imponer a los Romanos cualquier reconocimiento oficial, etc. Y parece al menos que el Superior del Distrito se quedó contento con esta respuesta que él inmediatamente transmitió a los Sacerdotes de su Distrito.

Bueno, ¡casi me da un soponcio! Primero, ¿quien, simplemente leyendo el texto del 27 de Junio, pudo jamás haber adivinado que esto era lo que los tres obispos tenían en la mente? Y, segundo, ¿qué hay en el texto del 27 de Junio que excluya una gama de otras posibilidades que los obispos aceptarían en nombre de “seguir a la Providencia”? Dado que el 17 de Junio el Obispo Fellay escribió a Benedicto XVI que él continuaría haciendo todo lo que pudiera para proseguir una reconciliación entre Roma y la FSPX, ¿qué cosa en el texto del 27 de Junio excluye que los astutos Romanos eventualmente hagan a los obispos un ofrecimiento de reconciliación tal que – siempre en el nombre de la “Providencia” – ellos no puedan rechazarlo?

Buena suerte para cualquiera que acepta la interpretación de la cláusula “o” dada al Superior del Distrito de Francia. Sin embargo muchos de nosotros permaneceremos no convencidos que el liderazgo de la FSPX haya abandonado su loca ilusión de reconciliar los irreconciliables. Hasta clara prueba de lo contrario, asumiremos que esos líderes permanecen, aunque sea involuntariamente, en la intención de transformar el bote salvavidas de la FSPX en un bote quitavidas. Y por supuesto, quando se ahoguen, ¡la culpa será toda del océano!

Kyrie eleison.

Grec – IV

Grec – IV on abril 27, 2013

Una signora, habiendo leído el primer “Comentario Eleison” sobre el GREC (EC 294 del 2 de Marzo) escribió para quejarse de que yo malinterpretaba al GREC, el grupo parisino de católicos fundado hacia el fin de la década de 1990 para poner juntos a los Tradicionalistas y a los católicos oficiales, de manera que pudieran pensar y hablar pacíficamente unos con otros para el bien de la Madre Iglesia. Estoy feliz de corregir los errores de hecho que ella señaló. No tengo problema en admitir las faltas personales mías que ella resaltó. Sin embargo, en un punto, debo estar en desacuerdo con ella.

En cuanto a los errores de hecho, el Sr. Gilbert Pérol fue Embajador ante el gobierno italiano y no ante el Vaticano. Asimismo, él no fue un “colaborador laico” sino un amigo personal del Padre Michel Lelong, un Padre Blanco. Asimismo, el GREC no fue lanzado “en los salones de París” sino en el piso de la viuda del Embajador, la Sra. Huguette Pérol, quien, según me dijeron, asume completa responsabilidad por haber fundado el GREC, puramente para ayudar a la Iglesia, y con la ayuda de gente “competente y preocupada por ser fiel al Evangelio y a la Tradición.”

En cuanto a mis faltas, ella escribió que yo era un “pagado de mí mismo” e “ignorante,” que carecía de modestia y diplomacia, que demostraba un respeto insuficiente por los muertos, y que escribía con un tono sarcástico no propio de una persona educada ni de un Sacerdote. Señora, cuan feliz yo estaría si estas fueran las peores faltas por las cuales deberé responder ante Dios. En verdad, rece por mi juicio particular.

Sin embargo, en cuanto al sarcasmo, permítame alegar que, si me burlé de la nostalgia que los católicos tienen hoy por el catolicismo de los años 1950, no estaba pensando en el Embajador Pérol en persona sino en multitudes de católicos actuales. ¡Estas multitudes, no dándose cuenta porque Dios permitió ante todo al Vaticano II que separara a la Iglesia oficial de la Tradición católica, desean volver a esa fe sentimentalizada de la década previa que es justamente la que condujo directamente al Vaticano II! Señora, la cuestión crucial no tiene nada que ver con personas subjetivas; tiene todo que ver con doctrina objetiva.

Y es por ello que debo estar en desacuerdo con usted en cuanto a la competencia de la gente que ayudó a la Sra. Pérol a fundar el GREC. Que un diplomático profesional como el Embajador Pérol haya recurrido a la diplomacia para resolver problemas mayores de doctrina, es extraviado pero comprensible. Que un Sacerdote Conciliar como el Padre Lelong haya estimulado tal empresa diplomática es más grave pero aún comprensible, dado como el Vaticano II socavó toda doctrina, oficializando al subjetivismo dentro de la Iglesia. Lo que sí es mucho menos fácil de aceptar es la “competencia y preocupación por el Evangelio y la Tradición” por parte de Sacerdotes entrenados por Mons. Lefebvre para comprender el desastre doctrinal del Vaticano II. Tales Sacerdotes nunca debieron animar, menos aún jugar cualquier parte activa en, un esfuerzo esencialmente diplomático para solucionar un desastre esencialmente doctrinal, al margen de cuán bien intencionado tal esfuerzo pudo haber estado.

Sin embargo, aún así, incluso en el caso de estos Sacerdotes, se puede aplicar en alguna medida el proverbio francés: “Entender todo significa perdonar todo.” El Arzobispo pertenecía a una generación más anterior y más sana. Todos ellos son hijos de un mundo hecho añicos por dos Guerras Mundiales. Todo el crédito para ellos por haber recurrido a la persona del Arzobispo para su formación sacerdotal, y mientras él vivía nos elevó a todos. Pero ellos nunca absorbieron completamente su doctrina, así que una vez que él murió, en pocos años comenzaron a recaer. Pero él estaba en lo cierto, y ellos y el GREC – perdóneme, agraciada dama – están en el error. Quiera Dios que vuelvan a lo cierto.

Kyrie eleison.

Grec – III

Grec – III on abril 6, 2013

Deseando tomar él mismo el lugar de Dios, el hombre moderno se esfuerza en reemplazar el orden de Dios del mundo por el suyo propio. Pero el orden de Dios es real, exterior e independiente del espíritu del hombre. Es la razón por la cual el hombre moderno desengancha su espíritu de esta realidad, de la cual, sin embargo, conserva algunos elementos indispensables para la construcción irreal de su propio sueño. Ahora bien, el orden más elevado en la Creación de Dios encuentra su mejor expresión en la doctrina de la Iglesia. Por eso todos los hombres de Iglesia y los fieles sometidos hoy día a la influencia de todo lo que es “normal” en el mundo que los rodea, son víctimas de una profunda ignorancia (o rechazo) de la naturaleza y de la necesidad de la doctrina.

Es ahí donde reside el problema esencial del GREC, tal como fue presentado en dos números anteriores de los “Comentarios Eleison” (294 y 295). El Grupo de Reflexión Entre Católicos fue fundado en 1997 en los salones de París para promover amigables reuniones e intercambios entre los Católicos de Tradición y los Católicos de la corriente mayoritaria de la Iglesia, con el propósito de crear un clima de mutua confianza y respeto que facilite una reconciliación entre ellos y así poner fin a su inútil oposición. Un tal propósito socava gravemente la importancia de la doctrina, sin que sea necesario ver en ello una malicia premeditada, de la cual sólo Dios es juez. Pero sea cual fuere lo que uno pueda pensar de ella, la doctrina no puede ser abandonada como tampoco lo puede ser la realidad.

En el libro del Padre Lelong sobre el GREC, Para la Necesaria Reconciliación, él nos cuenta como dos sacerdotes de la Fraternidad San Pío X y su Superior General “contribuyeron de una manera decisiva al lanzamiento y continuación de la actividad del GREC.” Aún antes de que éste haya sido lanzado, el Padre du Chalard había ofrecido al Padre Lelong una amigable recepción en su priorato de la FSPX, y “en los años siguientes no dejó nunca de apoyar al GREC de una manera discreta y atenta.” En la época del lanzamiento del GREC, el Padre Lorans, entonces Rector del Instituto San Pío X de París que desde ese momento ha ejercido una influencia decisiva sobre las publicaciones de la FSPX desde París, aceptó gustosamente la idea de un “diálogo entre católicos,” y rápidamente obtuvo del Superior General de la FSPX en Suiza la aprobación para su participación en el GREC. A partir de este momento, el Padre Lorans tuvo un papel esencial en todas las actividades del GREC.

Estas actividades empezaron discretamente en pequeña escala y en privado. En mayo de 2000 tuvo lugar la primer reunión pública en la cual el Padre Lorans participó, con una asistencia de 150 personas. Las reuniones se hicieron cada vez mas frecuentes con la participación de sacerdotes de la FSPX. Las autoridades de la Iglesia, al más alto nivel, fueron regularmente consultadas y se las mantenía informadas. El Padre Lorans por su lado hizo posible “un contacto mantenido con una confianza siempre más profunda” e intercambios amigables con el Superior General. A partir del 2004, las reuniones del GREC fueron cada vez más abiertas al público y en septiembre de ese año un “grupo de trabajo teológico” fue organizado con la participación del Padre Lorans así como la de otro sacerdote de la FSPX y de un teólogo de Roma. Estos dos últimos iban a ser participantes de las Discusiones Doctrinales entre Roma y la FSPX de 2009 a 2011. El GREC pudo muy bien haber visto en estas Discusiones la realización de sus deseos más anhelados: al fin los teólogos se encontrarían en un clima que el GREC había contribuido tanto a establecer “para la necesaria reconciliación.”

Gracias a Dios, las Discusiones devolvieron a la doctrina su propia primacía. Demostraron que entre la doctrina católica y la Conciliar existe un abismo que ningún puente podrá jamás franquear. Pero, ¿acaso la manera de pensar del GREC fue bloqueada en el interior de la FSPX? ¡De ninguna manera! El Cuartel General de la FSPX transformó en un abrir y cerrar de ojos el “No habrá un acuerdo práctico sin un previo acuerdo doctrinal” en un ¡”Ya que el acuerdo doctrinal es imposible, vamos pues a buscar un acuerdo práctico”! Desgraciadamente, el clamor de la oposición de la primavera pasada en el interior de la FSPX fue desorientado y aplastado gracias al Capítulo General de julio, y el CG de la FSPX ha perseverado en su búsqueda de un acuerdo práctico sin que haya sido frenada.

“Nuestro socorro está en el nombre del Señor,” en particular en la Consagración de Rusia. En ningún otro lado.

Kyrie eleison.

Grec – II

Grec – II on marzo 9, 2013

Antes de continuar con la historia del GREC, este grupo parisino de laicos y sacerdotes que se reunían desde fines de los años 1990 en adelante para promover una reconciliación entre el Vaticano II y los católicos Tradicionalistas, debemos considerar la actitud fundamental de los participantes del GREC. El futuro de la Iglesia depende de los católicos que habrán entendido el error del GREC, es decir hasta que punto los espíritus modernos pierden su asimiento de la verdad. Para ilustrar esta actitud, tomemos al azar cuatro citas típicas entre docenas y docenas de otras que se encuentran en el libro “Para la Necesaria Reconciliación” del Padre Michel Lelong, sacerdote de la Iglesia Conciliar. En una carta que él escribió al Papa en julio de 2008 encontramos las dos primeras citas:

“Nosotros deseamos también que las excomuniones (de los cuatro obispos de la FSPX en 1988) puedan ser levantadas y que la FSPX encuentre su lugar en la Iglesia a la cual ella tiene tanto para dar. Es por eso que nosotros pedimos a las autoridades de la FSPX de poner fin a las declaraciones y artículos polémicos que critican la Santa Sede.” Comentario: (¿Acaso no es lo que hemos visto en la FSPX estos diez últimos años?). Pero, si las polémicas son tan malas, ¿Por qué entonces un buen número de los Padres de la Iglesia – y Mons. Lefebvre – fueron tan polémicos? Las polémicas son malas únicamente en la medida en que la unidad es buena. Pero la unidad es buena sólo en la medida en que la cosa alrededor de la cual se realiza la unidad, es buena.

“En nuestra sociedad tan tentada por el materialismo, el indiferentismo y los sectarismos, nosotros pensamos que en respuesta a vuestra petición, Santo Padre, todos los católicos deben esforzarse juntos en ser fieles a la recomendación de Cristo: ‘Permanezcan unidos para que el mundo entero crea’.” Comentario: “Unidos,” ¿Alrededor de qué? ¿Alrededor de la verdad católica, o alrededor de la mentira según la cual la verdad católica puede reconciliarse con el Vaticano II? Así pues la cuestión primera y crucial para la unidad católica es saber donde se encuentra la verdad católica. Sin embargo, el GREC deja las cuestiones que se refieren a la verdad a los “teólogos.” Pero, ¿Acaso los no-teólogos pueden ser salvados por mentiras?

Esta carta del Padre Lelong fue tan bien recibida por Benedicto XVI que los líderes y unos simpatizantes del GREC escribieron de nuevo algunos meses más tarde. He aquí dos citas más, esta vez de la segunda carta al Papa:—

“Ciertamente estuvimos muy contristados por el hecho de que las recientes proposiciones de la Santa Sede no hayan sido aceptadas por las autoridades de la FSPX, pero sabemos que sanar las heridas entre Católicos requiere siempre generosidad y paciencia para restaurar la confianza de los dos lados y permitir así la reconciliación.” Comentario: Todas las heridas, ¿Deben ser siempre solamente sanadas y jamás infligidas? ¿Acaso Nuestro Señor no se valió de un látigo sobre la espalda de los prestamistas de dinero en el Templo? Hay un Dios, su honor debe ser defendido por encima de todo, y los hombres pueden ser malos al punto de no entender otra cosa que el látigo, sea éste físico o verbal.

“Nosotros pensamos que el hecho de levantar las excomuniones pondría en marcha un proceso irresistible de aproximación, en vista de acuerdos entre la Santa Sede y la FSPX o, por lo menos, acuerdos con una gran parte de los sacerdotes y de los fieles de la FSPX.” Comentario: Es cierto que los contactos amigables entre Roma y la FSPX de hecho pusieron en marcha este proceso en el mes de enero de 2009 y que sólo una explosión desde el interior de la FSPX de la mas horrenda de las herejías de los tiempos modernos – “el antisemitismo” – bloqueó este proceso. Pero, o bien la reconciliación Católica con el Vaticano II no es más un problema, o bien debemos reconocer que esta explosión fue providencial, porque ella ha bloqueado, al menos por un tiempo, la falsa reconciliación.

En conclusión, como millones de Católicos modernos, el GREC busca por encima de todo la unidad, la reconciliación, los acuerdos, el fin de las polémicas, etc. Pero, ¿Dónde está pues el Dios de verdad en medio de todos estos dulces sentimientos? ¿Es El un papi bonachón que bendice todas las mentiras de los hombres con la única condición que ellos mientan al unísono?

Kyrie eleison.

Grec – I

Grec – I on marzo 2, 2013

Hace algo más de un año, un pequeño libro de unas 150 páginas fue publicado en Francia. Eso debe ser muy embarazoso para los dirigentes de una cierta Fraternidad religiosa pues él demuestra que los esfuerzos de ellos apuntando a la unión con la Nueva Iglesia se remontan de hecho a muchos años, al menos a los años 1990. Por supuesto, si esos dirigentes están orgullosos de sus esfuerzos, no sentirán ningún tipo de remordimiento, pero si ellos durante años han ocultado estos esfuerzos, hay que desear que, por lo menos a los lectores de este librito, se les abran los ojos.

“Para la Necesaria Reconciliación” fue escrito por un sacerdote de la Nueva Iglesia, el Padre Michel Lelong, sin duda porque él, por lo menos, se muestra abiertamente orgulloso del papel de primer plano que él ha tenido en la tentativa del GREC para llevar a buen término la “necesaria reconciliación” del Vaticano II con la Tradición, o sea de las autoridades Romanas con la Fraternidad San Pío X. Ordenado en 1948 y profundamente implicado en las relaciones interreligiosas incluso aún antes del Concilio Vaticano II, en particular con el Islam, saludó “con alegría y esperanza” (¿suena familiar? –¿Gaudium et Spes?) el Concilio que se esforzaría en adaptar la Iglesia a los tiempos modernos. Uno de sus colaboradores laicos en esta tarea fue un distinguido diplomático francés y alto funcionario gubernamental, Gilbert Pérol, Embajador de Francia en el Vaticano de 1988 a 1992.

Como diplomático profesional y católico practicante, Pérol creía profundamente en la necesidad de reconciliar la FSPX, verdaderamente católica, con el Vaticano, sin duda católico. ¿Cómo pues podría darse la menor oposición entre los dos? ¡Los dos eran Católicos! La oposición no tenía pues por que existir. Por ello en 1995 redactó el esquema de una solución en un texto corto que serviría de carta magna para lo que sería el GREC, un laboratorio parisino de ideas que recibió su nombre a partir de las iniciales del Grupo de Reflexión Entre Católicos. Haciéndose eco del drama de millones de Católicos desgarrados desde los años 1960 entre el Concilio y la Tradición, el texto de Pérol merece un momento de atención.

No siendo él un teólogo, según dice él mismo, él piensa que la situación actual de la Iglesia y del mundo requiere que el problema de las divisiones entre Católicos, después del Concilio, tendría que ser reformulado “en términos totalmente nuevos.” Es más bien como diplomático que él propone que, por un lado, Roma tiene que admitir que ha gravemente maltratado el rito Tridentino de la Misa y tiene que levantar las excomuniones de 1988, mientras que por el otro lado, la FSPX no tiene que rechazar totalmente el Concilio y debe reconocer que Roma es siempre la mas alta autoridad en la Iglesia.

En otras palabras, como diplomático, Pérol proponía que con sólo algunas pequeñas concesiones mutuas, de una parte y de otra, entonces la lucha encarnizada vería esfumarse su aspereza al desaparecer la oposición entre el Concilio y la Tradición, y todos los Católicos podrían de nuevo vivir felices para siempre. De tal manera que él mismo, como millones de otros Católicos, no se verían en la obligación de elegir entre abandonar Roma para salvar a la Tradición o abandonar la Tradición para salvar a Roma. ¡Maravilloso! ¡De vuelta a la zona confortable de los años 1950! Pero los años 1950 se han ido para siempre. Entonces, ¿Dónde está el error en su razonamiento?

Se encuentra justo en el principio cuando él dice que no es teólogo. Es cierto, puede no haber sido un teólogo profesional, pero todo Católico debe ser un teólogo amateur, o, mejor dicho, debe conocer su catecismo, porque es solamente a la luz de su doctrina que él puede juzgar cuestiones de Fe. Cuando Nuestro Señor nos advirtió que hay que discernir entre los corderos y los lobos (Mt.VII,15–20) ¡no se dirigía solamente a los teólogos profesionales! Así, Pérol renunciando a la “teología” en favor de la diplomacia, constituye un ejemplo más de la incapacidad del hombre moderno de aprehender la importancia de la doctrina. Esta incapacidad es la lección más importante que hay que sacar de este librito sobre el GREC.

Kyrie eleison.