hermenéutica de la continuidad

Regalos Griegos – III

Regalos Griegos – III on septiembre 3, 2011

Un periodista Italiano afirmó el mes pasado que él tenía la autoridad de “una persona de dentro del Vaticano” para escribir que en la reunión del 14 de Septiembre entre los oficiales de Roma y el Superior General de la Sociedad de San Pio X con sus dos Asistentes, se podría hablar acerca de una posible regularización canónica de la FSSPX. Aquí un resumen de los punto principales de Andrea Tornielli (ver http://​vaticaninsider.​lastampa.​it/​en/​homepage/​inquiries-and-interviews/​detail/​articolo/​lefebvriani-vaticano-tradizione-fellay-7423/​):—

Los oficiales del Vaticano presentarán a la FSSPX (1) una aclaración de la “hermenéutica de la continuidad” de Benedicto XVI para mostrar como es la interpretación más auténtica de los textos del Vaticano II. “Solo si,” dice Tornielli, esta aclaración supera las dificultades doctrinales entonces se les presentará (2) una solución a la irregularidad canónica en donde aún se encuentran los obispos y sacerdotes de la FSSPX: un Ordinariato como el que les fue otorgado a los Anglicanos en Mayo, por medio del cual la FSSPX dependería directamente de la Santa Sede a través de la Comisión Ecclesia Dei. Este acuerdo le otorgaría a la FSSPX la capacidad de “retener sus características sin tener que dar cuentas a los obispos diocesanos.” Pero (3) dicho acuerdo no se da por cierto ya que “dentro de la FSSPX coexisten diferentes sensibilidades.”

De lo que sabemos públicamente acerca de las relaciones Vaticano-FSSPX, el pronóstico de Tornielli para la reunión del 14 de Septiembre es probable; pero cada uno de sus tres puntos principales merece ser comentado:—

Primeramente, en relación al abismo doctrinal entre el Vaticano de hoy en día y la FSSPX de Monseñor Lefebvre, no se puede decir que la “hermenéutica de la continuidad” de Benedicto XVI es una solución (ver CE 208–211). Si Tornielli está en lo cierto, será interesante (aunque no edificante) ver cómo Roma intenta nuevamente probar que 2 + 2 puede ser 4 ó 5, 5 ó 4. La doctrina Católica es tan rígida, acaso no siempre tan clara para los humanos, como 2 + 2 = 4.

En segundo lugar, con respecto al acuerdo canónico suscitado por Tornielli, si – inimaginablemente – la FSSPX aceptase cualquier tipo de compromiso doctrinal, de ninguna manera podría entonces situarse debajo de la Santa Sede (2 + 2 = 4 ó 5) y aún “retener sus características” (basadas en que 2 + 2 = exclusivamente 4). El acuerdo práctico ejercería una presión constante y finalmente irresistible de hacer que la doctrina Católica no excluya mássino incluya el error, lo que sería igual a adoptar la ideología Francmasona y a abandonar la razón principal de existencia de la FSSPX del Arzobispo Lefebvre.

Y en tercer lugar, Tornielli puede bien estar en lo cierto al decir que un acuerdo no es seguro, pero él y su “informante del Vaticano” están absolutamente equivocados si piensan que el problema es que existen “diferentes sensibilidades.” Las sensibilidades son subjetivas. El problema central entre el Vaticano y la FSSPX de Monseñor Lefevbre es tan objetivo como 2 + 2 = 4. En ningún momento en la historia, ya sea mirando hacia atrás o hacia adelante en la eternidad, en ningún planeta o estrella creada o por ser creada, podría 2 + 2 ser algo diferente que cuatro, exclusivamente.

¿Acaso no es esa la razón por la cual, cuando todos los esfuerzos tácticos de Mons. Lefebvre habían fracasado en las negociaciones de Mayo de 1988 para obtener del Cardenal Ratzinger un lugar seguro para la Fe dentro de la corriente oficial de la Iglesia, él dijo sus famosas palabras? – “Su Eminencia, aún cuando usted nos diera todo lo que queremos, aún así tendríamos que rechazarlo porque nosotros estamos trabajando para cristianizar la sociedad, mientras que ustedes están trabajando para des-cristianizarla. La colaboración entre nosotros no es posible.”

Kyrie eleison.

El Pensamiento de Benedicto – I

El Pensamiento de Benedicto – I on julio 9, 2011

El “Comentario Eleison” del 18 de Junio prometió cuatro números del “Comentario” que mostrarían lo “desorientado” que está el Papa Benedicto XVI en su “manera de pensar.” De hecho presentan un resumen del precioso tratado acerca de su pensamiento, escrito hace dos años por Mons. Tissier de Mallerais, uno de los cuatro obispos de la Fraternidad de San Pío X. El tracto del obispo, La Fe Puesta en Peligro por la Razón, le llama “sin pretensiones,” pero de hecho expone bien el problema fundamental del Papa – como creer en la Fe Católica de manera tal que no se necesiten excluir los valores del mundo moderno -. El tracto muestra que esa manera de creer necesariamente está desorientada, aún si el Papa de alguna manera aún cree.

Se divide en cuatro partes. Después de una importante Introducción a la “Hermenéutica de la Continuidad” de Benedicto XVI, Mons. Tissier revisa brevemente las raíces filosóficas y teológicas del pensamiento del Papa. En tercer lugar expone sus frutos para el Evangelio, para el dogma, para la Iglesia y la sociedad, para el Reinado de Cristo y para los Novísimos. Concluye con un juicio moderado de la Fe “renovada” del Papa, bastante crítico pero en su totalidad respetuoso. Empecemos con una síntesis de la Introducción:

El problema básico para Benedicto XVI, como para todos nosotros, es el choque entre la Fe Católica y el mundo moderno. Por ejemplo, el ve que la ciencia moderna es amoral, que la sociedad moderna es secular y la cultura moderna multi-religiosa. El especifica que este choque se da entre la Fe y la Razón, entre la Fe de la Iglesia, y la Razón tal como se concibió a partir de la Ilustración del siglo XVIII. Sin embargo, el está convencido de que estas pueden y deben ser interpretadas de manera que se puedan unir armoniosamente. De ahí su participación intensa en el Vaticano II, un Concilio que también intentó reconciliar la Fe con el mundo actual. Mas los Tradicionalistas dicen que el Concilio falló debido a que sus mismos principios son irreconciliables con la Fe. De ahí la “Hermenéutica de la Continuidad” del Papa Benedicto, un sistema de interpretación para demostrar que no existe ruptura entre la Tradición Católica y el Vaticano II.

Los principios de la “hermenéutica” de Benedicto se remontan a un historiador Alemán del siglo XIX, Wilhelm Dilthey (1833–1911). Dilthey sostenía que debido a que las verdades se presentan en la historia, pueden ser entendidas únicamente en su historia, y las verdades humanas no pueden ser entendidas sin el involucramiento del sujeto humano contemporáneo en esa historia. Así es que para trasladar la esencia de las verdades pasadas al presente, uno necesita quitarle todos los elementos que pertenezcan al pasado, hoy en día irrelevantes, y reemplazarlos con elementos de importancia para el presente que se vive. Benedicto aplica a la Iglesia este doble proceso de purificación y enriquecimiento. Por una parte la Razón necesita purificar a la Fe de sus errores pasados, por ejemplo su absolutismo, mientras por otra parte la Fe necesita lograr que la Razón modere sus ataques a la religión y recuerde que sus valores humanos, libertad, igualdad y fraternidad, se originaron todos en la Iglesia.

El gran error del Papa en esto es que las verdades de la Fe Católica, sobre las cuales se fundó la civilización Cristiana y sobre las cuales sus restos débiles aún descansan, tienen sus orígenes de ninguna manera en la historia humana sino en el seno del Dios inmutable. Son verdades eternas, desde la eternidad, para la eternidad. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán,” dice Nuestro Señor (Mateo XXIV,35). Ni Dilthey ni, aparentemente, Benedicto XVI puede concebir verdades más allá de la historia humana y por encima de todo su condicionamiento.

Si el Papa piensa que al hacer dichas concesiones a la Razón sin fe, atraerá a sus adeptos hacia la Fe, que lo piense de nuevo. ¡Simplemente despreciaran a la Fe aún más! En el próximo número, las raíces filosóficas y teológicas del pensamiento de Benedicto.

Kyrie eleison.

Utilidad de las Discusiones – II

Utilidad de las Discusiones – II on julio 31, 2010

Algunas personas se han preguntado si el escritor de “Comentarios Eleison” se encontraba bajo alguna clase de presión para citar hace tres semanas (CE 156) los argumentos del Obispo de Galarreta a favor de las discusiones doctrinales que actualmente se llevan a cabo entre Roma y la Fraternidad de San Pio X. La respuesta es que no existió en ningún momento ese tipo de presión. Luego entonces ¿podríamos decir que al escritor de Comentarios Eleison se le botó un tornillo? La respuesta es, ¡no más que de costumbre!

La razón por la cual los lectores tuvieron esta duda es por supuesto debido a que en los “Comentarios” se ha argumentado más de una vez que existe poca esperanza de que algún acuerdo pueda resultar de las discusiones por la misma razón por la que el agua y el aceite no se mezclan. Si usted agita vigorosamente una botella que contenga ambos ingredientes, el agua y el aceite se mezclarán mientras que se siga agitando la botella, pero en el momento en que no se agite más, el aceite se separará del agua nuevamente. Está en su naturaleza. Al ser más liviano, el aceite está obligado a flotar por encima del agua.

Es similar con la naturaleza de la divina doctrina de la verdadera Iglesia y la doctrina humanista neo-modernista, podrán confundirse pero no mezclarse. La “carta” o los documentos del Vaticano II las hizo confundirse, pero ni siquiera las obras maestras de la confusión del Vaticano II, por ejemplo la “Dignitatis Humanae” sobre la libertad religiosa, podría lograr que las dos queden mezcladas. Las repercusiones del Vaticano II, de acuerdo a su “espíritu,” demostraron esto. Ese “espíritu del Concilio” aún sigue desgarrando a la Iglesia. La “hermenéutica de la continuidad” de Benedicto XVI es una receta para seguir agitando furiosamente, o deberíamos decir resueltamente, pero aún así la religión de Dios y la religión de los hombres no podrán mezclarse. Aún tienden a separarse.

Entonces ¿cuál es la razón por la cual los “Comentarios” citaron a Mons. de Galarreta favoreciendo las discusiones? Por dos razones. Primeramente, en ninguno de sus argumentos – favor de leerlos cuidadosamente – espera o tiene la esperanza de que se puedan mezclar el aceite y el agua. Por el contrario, cuando dijo que él anhelaba que las discusiones lleguen a su término en la primavera del año que viene, seguramente está implícito que piensa que no hay que agitar la botella indefinidamente, especialmente cuando podría albergar en alguien la ilusión de que el agua y el aceite pueden eventualmente quedar mezclados. En segundo lugar, todos sus argumentos mencionaron efectos secundarios de las discusiones, a través de los cuales los contactos que se suscitan entre Roma y la FSSPX actúan como anticongelantes, tanto en el radiador de los Romanos que desean congelar a la FSSPX, como en el radiador de los seguidores de la FSSPX deseando congelar a Roma.

El comentarista de “Comentarios Eleison” tiene el honor de estar de acuerdo con su colega que los contactos Roma-FSSPX son buenos para la Iglesia Universal siempre y cuando no exista peligro de que la FSSPX esté fallando a su misión Providencial de ayudar a salvaguardar de la Roma de hoy en día el Depósito de la Fe para aquel momento en que la Roma del mañana regrese a su sentido Católico. “El cielo y la tierra pasarán” dice Nuestro señor, “pero mis palabras no pasarán” (San Lucas XXI, 33). ¡Que Dios no permita que la FSSPX se una jamás a esa Roma que está intentando mezclar el aceite de Dios con el agua del hombre!

¡Madre de Dios, consérvanos fieles a nuestra misión!

Kyrie eleison.

Error Papal – II

Error Papal – II on febrero 6, 2010

Recientemente publicado en Inglés (ver truerestoration.blogspot.com) encontramos el valiosísimo tratado de 100 páginas escrito originalmente en Francés por el Obispo Tissier de Mallerais de la Sociedad de San Pío X acerca de la doctrina del Papa Benedicto XVI: “La Fe puesta en peligro por la Razón.” El título lo dice todo. La tesis del Obispo Tissier se basa en que Benedicto XVI permite que el razonamiento humano adultere la Fe Católica. Permítanme parafrasear un párrafo de la conclusión del Obispo que va justo a la esencia del problema:—

“Benedicto XVI frecuentemente llama a la “hermenéutica de la continuidad,” refiriéndose a una interpretación del Vaticano II y de la Tradición Católica la cual muestra que no existe una ruptura sino continuidad entre éstos. Después de estudiar las enseñanzas del Papa, ahora me doy cuenta que esta “hermenéutica” va más allá de lo que yo originalmente pensaba. Significa no solamente una nueva interpretación de Fe y Razón, sino un nuevo nacimiento de ambas, con una aplicación universal. Primeramente, cada una está para purificar a la otra: La Razón prevendrá a la Fe de caer en la intolerancia, mientras que la Fe curará la independencia ciega de la Razón. En segundo lugar, cada una regenerará a la otra: La Razón enriquecerá a la Fe con los valores liberales del pensamiento Iluminista, mientras que la Fe, adecuadamente re-expresada para los tiempos modernos, se impondrá a la Razón. Y este proceso debe ser aplicado globalmente a todas las religiones y razonamientos. Esos valores que permiten que el mundo siga girando serán fortalecidos sin que un mismo sistema de valores sea impuesto a todos.”

Observen primeramente como el Obispo Tissier, según reconoce él mismo, originalmente sub-estimó lo largo y ancho de la visión del Papa. Los Católicos que siguen la Tradición saben bien que la reconciliación Conciliar de la Fe con la modernidad (especialmente la frase que subrayé anteriormente) no está bien y que está destruyendo la Iglesia, pero también necesitan darse cuenta de que esta reconciliación ha sido planeada con inteligencia, por más equivocada que esté, y se sostiene con convicción. Benedicto XVI cree profundamente tanto en la manera antigua de creer como en la nueva manera de pensar, y está seguro de que resolviendo cualquier problema aparente entre la Fe y la modernidad a su manera, todos los hombres pueden ser reunidos. Esta “solución” impulsa su Papado.

¡Dios mío!, no se puede conciliar el que 2+2=4 con 2+2=5 diciendo que cuatro es “más o menos que cuatro y medio,” mientras que cinco es “más o menos que cuatro y medio,” porque cuatro manzanas seguirán siendo obstinadamente cuatro, mientras cinco naranjas insistirán en ser cinco. Así es que la Fe verdadera puede tolerar el equivocarse, pero obstinadamente no puede tolerar el error, mientras que la Razón moderna puede desear ver, pero mientras siga siendo moderna insiste efectivamente en arrancar sus propios ojos, los ojos de la mente (Kant). A cada instante el Obispo Tissier demuestra que la Fe eterna, revelada por Dios, no puede recostarse con el razonamiento moderno, fabricado por el hombre y diseñado para excluir a Dios o por lo menos a las exigencias que Él hace a los hombres (Libertad Religiosa).

¡Gracias, Monseñor! Ya que por más encantadora que parezca la perspectiva del Papa de “paz en nuestro tiempo,” será la verdad en la caridad y no el encanto lo que nos llevará al Cielo.

Kyrie eleison.