liberalismo

¿Religion de Estado? – III

¿Religion de Estado? – III on enero 14, 2012

Proclamar que los Estados no necesitan profesar o proteger la religión Católica es un error liberal clásico y, uno de los mayores errores del Vaticano II. El liberalismo ha dicho, por así decir, “No ataquemos al Catolicismo frontalmente, pero dividamos para reinar. Dividamos al hombre individual de la sociedad aduciendo que el hombre no es un animal social, y entonces podremos pretender que la religión es un asunto puramente individual. Esto nos permitirá adueñarnos de la sociedad y una vez que la hayamos vuelto liberal, haremos de ella un arma poderosa contra el individuo para volverle a él también liberal, porque claro, ¡el hombre es un animal social! Y entonces si algún individuo no quiere ser liberal, tendrá grandes dificultades para resistir a su sociedad que nosotros habremos vuelto liberal.” ¿No es así? ¡Miren a su alrededor! Contestemos entonces a tres nuevas objeciones a la doctrina según la cual, para la salvación de las almas, cada Estado tendría que ser Católico.

Excelencia, Nuestro Señor El mismo ha dicho “Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt.XXII, 21). Aquí Nuestro Señor separa claramente la Iglesia del Estado. Así que ningún Estado debería involucrarse en el Catolicismo o en cualquier otra religión.

Respuesta: No, ¡Nuestro Señor aquí no está separando la Iglesia del Estado! Hace la distinción de sentido común entre lo que el individuo debe al Estado (impuestos, etc.) y lo que debe a Dios (culto). De ninguna manera Nuestro Señor dice que el Estado temporal no le debe nada al Dios eterno. De hecho, el Estado, siendo la autoridad colectiva temporal de un conjunto de seres humanos, le debe a Dios en sus actos de autoridad lo que estos seres humanos deben a Dios por ser seres sociales, es decir la observancia de su ley natural y, en lo que se refiere a la Iglesia que la razón natural por si misma puede dar por verdadera, el Estado le debe reconocimiento social y promoción, en la medida que actuando así no enajene las almas en lugar de ajudar a salvarlas.

Pero discernir cual es la verdadera religión es algo que le toca hacer al individuo, ¿Como entonces el Estado como Estado puede estar obligado por principio a ser Católico?

Respuesta: El Estado no es más que la asociación moral (es decir inmaterial) en cuerpo político de un mayor o menor número de seres humanos físicos (es decir materiales). Pero cada uno de estos seres humanos, con el solo uso correcto de su razón natural, tenga o no tenga la virtud sobrenatural de la Fe, es capaz de discernir que Dios existe, que Jesucristo es Dios y que la Iglesia Católica es la única Iglesia fundada por Jesucristo. Si entonces un Estado dado no discierne que ella es la verdadera religión, no es porque sus ciudadanos no pueden discernirla, sino porque por diversas razones no lo hacen o no lo quieren hacer, negándose así a hacer buen uso de la razón natural que Dios les ha dado. En realidad ellos si que podrían discernirla, y delante de Dios todos tendrán una mayor o menor responsabilidad, perfectamente medida por El según las condiciones que les son propias, por no haberlo hecho.

Pero, Excelencia, si usted insiste en la obligación de cada Estado de ser Católico, usted solamente generará una reacción de muchas almas contra la buena doctrina.

Respuesta: Es por la gloria de Dios y la salvación de las almas por lo que cada Estado tendría que ser Católico. Así, a los hombres demasiado ignorantes o corrompidos a quienes esta verdad no hará más que alienarlos, uno puede, sin menoscabo del principio, dudar de proclamarlo, pero esto no lo hace menos verdadero. Los verdaderos principios no son menos verdaderos cuando a veces en la práctica se requiere una cierta medida de prudencia en la manera con la cual deben ser afirmados ¡Seguro que a los lectores de este “Comentario” se les puede decir toda la verdad!

Kyrie eleison.

Año Nuevo

Año Nuevo on diciembre 31, 2011

Y asi otro año termina sin que el cielo haya caído. Por décadas he estado diciendo que iba a caer, por ejemplo a un pequeño grupo de personas en Francia hace unos cinco o siete años. Entre ellos había un sacerdote de la Fraternidad SPX quien había sido seminarista en Ecône cuando yo era profesor allí al final de la década del ‘70 y principios de la del ‘80. “Su Excelencia,” dijo, “¿No estaba usted diciendo esto hace 25 años?” Pero lo dijo con una sonrisita, por eso tal vez pensaba que algún día yo podría tener razón.

¿Entonces será 2012 el año en que caiga el cielo? Un gran número de comentaristas piensan que bien podría ser el año en que la economía mundial se derrumbe. Seguramente la deuda no puede seguir apilándose en la manera que se está apilando desde hace décadas. Por ejemplo, los gastos de las obras sociales son una carga insoportable sobre el presupuesto de muchas democracias occidentales, pero casi por definición un político democrático es incapaz de tomar las decisiones drásticas necesarias para restaurar el equilibrio fiscal, porque si quiere ser reelecto no los puede tocar. Ha sido bien dicho que una democracia puede durar solamente hasta que el pueblo se de cuenta que el dinero del Estado le pertenece a él.

Entonces ¿es 2012 el año en el cual las democracias occidentales finalmente se derrumben? Tal vez. Pero tal vez no. Muchos hoy presienten que algún desastre se está preparando. Seguramente no tardará otros 30 años para ocurrir, uno dice. Pero uno ha venido diciendo esto por muchos años. Tal vez la gente está tan embriagada de liberalismo que aún las dosis de caos cada vez mayores los dejan sin preocupación. Sin embargo, mientras las ruedas del molino de Dios trituran lentamente, dice el proverbio, ellas trituran excesivamente fino. En otras palabras todas las facturas de Dios tendrán que ser pagadas, y el día de rendir cuentas vendrá, y sobre cuentas mucho mas serias que aquellas de las meras obras sociales.

¿Será este año, el año próximo, en algún momento, nunca? Nunca, seguro que no. Vendrá en la buena hora de Dios. Relativamente el año importa poco. Como lo dice Hamlet (Act V,2), “Hay una providencia en la caída de un gorrión. Si es ahora, no es por venir; si no es por venir, será ahora; si no debe ser ahora, sin embargo vendrá: el hecho de estar preparado lo es todo.” Hay una Providencia. Hay un Dios, y su momento es el mejor de todos. “La hora de Dios es la mejor hora,” dice el proverbio alemán.

Y Dios no requiere de la mayor parte de nosotros emprender una acción para tratar de frenar el presente curso de la destrucción de la Iglesia y del mundo. Apostaría yo que muchos líderes públicos del mundo se sienten en privado sin posibilidad de hacer algo, y me pregunto si aún los maestros secretos del mundo, empujados por el infierno a dominar el globo, se sienten en todo momento seguros de que tienen su juego en la mano. “Ahora soy la Unica que puedo ayudaros,” ha dicho la Madre de Dios.

Lo que Dios nos pide es de vivir en su gracia y de confiar en El. Cuando el derrumbe venga, en 2012 o en cualquier momento, desde un punto de vista humano sin duda será más bien doloroso, pero desde el punto de vista de Dios sus castigos son actos de misericordia. San Pablo cita el Libro de los Proverbios (III, 11–12): “No deseches, hijo mío, la corrección del Señor, ni tengas aversión cuando El te reprenda. Pues el Señor castiga a aquel a quien ama.” Y San Pablo continúa (Heb.XII, 7–8): “Soportad, pues la corrección. Dios os trata como a hijos. ¿Hay hijo a quien su padre no corrija? Si quedáis fuera de la corrección, de la cual han participado todos, en realidad sois bastardos y no hijos.”

Estar preparado lo es todo, como se ve en la parábola de las vírgenes sabias (Mt.XXV, 1–13).

¡Feliz año nuevo!

Kyrie eleison.

¿Religion de Estado? – II

¿Religion de Estado? – II on diciembre 10, 2011

Según la religión del liberalismo – no se puede repetir lo suficiente que el liberalismo sirve de un sucedáneo de religión – es una absoluta herejía declarar que cada Estado sobre la tierra tendría que apoyar y proteger la religión Católica. Sin embargo, si Dios existe, si Jesucristo es Dios, si cualquier sociedad natural de seres humanos, como el Estado, es una criatura de Dios, y si Jesucristo fundó la Iglesia Católica como su único y sólo instrumento para salvar a los hombres de los fuegos eternos del Infierno, entonces a menos que un Estado quiera ser un enemigo de la especie humana, está obligado a favorecer y proteger la Iglesia Católica. Pero existen objeciones a esta conclusión. Consideremos tres entre las mas habituales:—

Primera objeción: Nuestro Señor El mismo dijo a Poncio Pilato (Jn. XVIII,36) que su Reino no era de este mundo. Pero el Estado es de este mundo. Por consiguiente el Estado no tendría nada que hacer con su Reino o con su Iglesia.

Solución: Nuestro Señor le estaba diciendo a Pilato que su Reino y el Estado son distintos pero no estaba diciendo que tendrían que estar separados. El alma de un hombre es distinta de su cuerpo, pero separarlos es la muerte del hombre. Los padres son distintos de sus niños, pero separarlos (como las Agencias de la Niñez están hoy alentadas a hacerlo) es la muerte de la familia. La Iglesia y el Estado son tan distintos uno de otro como la vida sobre la tierra es distinta de la vida eterna, pero separarlos es poner un abismo entre la primera y la segunda, y es aumentar mucho el número de los ciudadanos que caerán en el Infierno.

Segunda objeción: La religión Católica es verdadera. Pero la Verdad es lo bastante fuerte como para hacer su propio camino. Por consiguiente la religión Católica no necesita de un poder coercitivo del Estado para ayudarla, tal como la supresión de la practica publica de las otras religiones.

Solución: En sí misma, en verdad “La verdad es poderosa y prevalecerá,” como decían los Latinos, pero entre nosotros los hombres no prevalecerá fácilmente, a causa del pecado original. Si todos los seres humanos (con la excepción de Nuestro Señor y de Nuestra Señora) no hubieren sufrido jamás, desde la Caída, de las cuatro heridas de Ignorancia, Malicia, Debilidad e Concupiscencia, entonces le hubiera costado mucho menos a la Verdad prevalecer, y Thomas Jefferson hubiera tenido razón al proclamar que la verdad necesita únicamente ser expuesta en la plaza del mercado para prevalecer. Pero los Católicos saben lo que la Iglesia enseña, a saber que el hombre permanece sujeto, aún despues del bautismo, a ser arrastrado hacia abajo por el pecado original, de tal manera que para encontrar esta verdad, sin la cual él no puede salvar su alma, necesita toda la ayuda razonable de su Estado. Esta ayuda razonable excluye todo esfuerzo del Estado para obligar a cualquiera a ser Católico, pero incluye que el Estado mantenga las peligrosas anti-verdades afuera de la plaza del mercado de Jefferson.

Tercera objeción: Un gran poder puede ser grandemente mal usado. Ahora la unión de la Iglesia y del Estado es muy poderosa para los dos. Por consiguiente puede provocar un gran daño –véase a que punto la Iglesia Conciliar y el Nuevo Orden Mundia secular se están potencializando mutuamente!

Solución: “El mal uso no puede parar el uso,” decían los Latinos. ¿Acaso Nuestro Señor no hubiera tenido que darnos la Santa Eucaristía por el hecho de que puede ser gravemente mal usada? La Iglesia Conciliar reuniéndose con el Estado liberal es un poderoso mal uso de la unión de la Iglesia y del Estado, pero prueba el error del liberalismo, no el error de la unión del Estado Católico con la Iglesia Católica.

Kyrie eleison.

Desventurados Liberales

Desventurados Liberales on diciembre 3, 2011

El liberalismo es una enfermedad espantosa, que lleva millones y millones de almas al Infierno eterno. “Libera” la mente de la verdad objetiva y el corazón (voluntad y afectos) del bien objetivo. El sujeto reina supremamente. Es el hombre en lugar de Dios, con el hombre permitiéndole a Dios solamente la importancia que el hombre elige permitirle, y esa normalmente no es mucha. Dios Todopoderoso está atado con una correa, por así decir, como un cachorrito obediente! De hecho el “Dios” de los liberales es una burla del verdadero Dios. Pero “Dios no se deja burlar” (Gal.VI,7). Los liberales están castigados en esta vida volviéndose falsos cruzados, verdaderos tiranos, y hombres afeminados.

Un ejemplo clásico del falso cruzado lo dan los sacerdotes revolucionarios de la Teología de la liberación, según el Arzobispo Lefebvre en una conferencia que pronunció en América del Sur. El acostumbraba decir de los sacerdotes perdiendo la Fe bajo la influencia del movimiento modernizante en la Iglesia, que ellos se habían convertido en los mas temibles revolucionarios porque traían a la falsa cruzada del Comunismo toda la fuerza de la verdadera cruzada para la salvación de las almas en la cual habían sido entrenados pero en la cual no creían mas.

Siendo la verdadera cruzada para Dios, para Jesucristo, para la salvación eterna, entonces cuando ya no se cree en ella deja correspondientemente un vacío enorme en la vida de la gente, el cual ellos tratan de llenar lanzándose a la cruzada por cualquier cosa: por la prohibición del tabaco (pero libertad para la marihuana y la heroína); por la prohibición de la pena capital (pero libertad para ejecutar derechistas eficaces); por la prohibición de tiranos (pero libertad para bombardear cualquier país para llevarlo a la “democracia”); por la sacralidad del hombre (pero libertad para abortar el bebé humano en el seno de la madre) – la lista puede seguir indefinidamente. Estas contradicciones así resaltadas están perfectamente en consonancia con la cruzada de los liberales para reemplazar el orden Cristiano del mundo por el nuevo orden del mundo. Ellos pretenden que no están combatiendo a Cristo, pero tal fábula resulta cada vez menos creíble.

Los liberales se vuelven también “lógicamente” verdaderos tiranos. Ya que ellos mismos se han “liberado” de cualquier Dios o Verdad o Ley por encima de ellos, entonces permanece solamente la autoridad de sus propios espíritus y voluntades para imponer a sus contemporáneos lo que sea. Por ejemplo, habiendo perdido todo sentido de cualquier Tradición que limite su autoridad, Pablo VI impuso a la Iglesia Católica en 1969 su Nuevo Orden de la Misa, para encajar con el Nuevo Orden Mundial, a pesar de que apenas dos años antes un número importante de obispos había rechazado un rito experimental de la Misa substancialmente parecido. Qué le importó las opiniones de cualquier subordinado, a menos que fueran liberales como él mismo? Ellos no sabían lo que era bueno para ellos. El sí.

Lógicamente de nuevo, los liberales se vuelven afeminados porque no pueden evitar tomar todo a título personal. Sin embargo, cualquier oposición sana a su autoritarismo está fundada sobre la Verdad o la Ley por encima de todos los seres humanos, de las cuales los liberales se mofan. Es asi como el Arzobispo Lefebvre resistió al liberalismo de Pablo VI, pero Pablo VI no pudo pensar otra cosa que el Arzobispo quería tomar su lugar como Papa, como él mismo se lo dijo personalmente. Estaba incapacitado para entender que había una autoridad muy por encima de la suya propia, en la cual el Arzobispo se apoyaba con toda tranquilidad. Quién necesita preocuparse de que el Señor Dios nos falle una sola vez?

Sagrado Corazón de Jesús, concédenos el merecer los buenos jefes que sólo pueden venir de Ti.

Kyrie eleison.

¿Religion de Estado? – I

¿Religion de Estado? – I on noviembre 26, 2011

¿Que papel tendría que jugar el Estado para proteger o promover la religión Católica? Cualquier Católico que sabe que el Catolicismo es la única verdadera religión del único verdadero Dios puede contestar únicamente que el Estado, siendo también una criatura de ese Dios, está obligado a servir lo mejor que pueda a Su única verdadera religión. Por otro lado cualquier liberal que cree que no le incumbe al Estado decir cual es la verdadera religión porque, por ejemplo, la religión es en todo caso asunto de cada individuo, contestará que el Estado debe proteger el derecho de todos sus ciudadanos a practicar la religión de su elección, o ninguna. Veamos los argumentos Católicos.

El hombre viene de Dios. Su naturaleza viene de Dios. El hombre es por naturaleza un ser social, por eso su carácter sociable viene de Dios. Pero el hombre en su totalidad, y no solamente una parte de él (Primer Mandamiento), debe rendir culto a Dios. La sociabilidad del hombre, pues, debe rendir culto a Dios. Pero el Estado no es otra cosa que la sociedad formada por la sociabilidad de todos sus ciudadanos que se reúnen juntos en su cuerpo político. Por consiguiente, el Estado debe rendir culto a Dios. Pero entre todos los diferentes cultos que necesariamente se contradicen el uno al otro (de otra manera no serían diferentes), todos pueden ser mas o menos falsos, pero no puede haber mas que uno que sea totalmente verdadero. De tal manera que si existe tal culto, totalmente verdadero y reconocible como tal, entonces ese es el culto que cada Estado, como Estado, le debe a Dios. Ahora bien, el Catolicismo es tal culto. Por consiguiente todo Estado, como Estado, debe rendir el culto Católico a Dios, ¡incluyendo aún la Inglaterra de hoy, o Israel o Arabia Saudita!

Pero una parte esencial del culto es rendirle a Dios el servicio del cual uno es capaz. ¿De qué servicio es capaz el Estado? ¡De un gran servicio! El hombre siendo social por naturaleza, su sociedad tiene una gran influencia sobre la manera como él siente, piensa y cree. Y las leyes de un Estado tienen una influencia decisiva para moldear la sociedad de sus ciudadanos. Por ejemplo, si el aborto o la pornografía están legalizados, muchos ciudadanos terminarán por pensar que tienen poco o nada de malo. Por consiguiente cada Estado tiene en principio el deber de proteger y promover por sus leyes la fe y la moral Católicas.

Así de claro está el principio. Pero, ¿será que ese principio significa que todos los no-Católicos deberían ser arriados por la policía y quemados en la hoguera? Claro que no, porque el objetivo del culto y del servicio a Dios es darle gloria y salvar las almas. Ahora bien, una acción desconsiderada por parte del Estado tendrá el efecto contrario, expresamente de desacreditar al Catolicismo y de alejar a las almas. Por ello la Iglesia enseña que incluso un Estado Católico tiene el derecho de abstenerse en la práctica de actuar contra una falsa religión cuando tal acción pueda causar un mal mayor o impedir un bien mayor. Pero el principio del deber de cada Estado de proteger la fe y la moral Católicas permanece intacto.

¿Significa eso imponer el Catolicismo a los ciudadanos? No, en absoluto, porque la creencia Católica no es algo que pueda ser forzado –”Nadie cree contra su voluntad” (San Agustín). Lo que sí significa es que en un Estado Católico la práctica pública de todas las religiones que no sean el Catolicismo puede o tendría que ser prohibida ahí donde tal acción puede o tendría que no ser contra-producente. Esta conclusión lógica fue denegada por el Vaticano II, porque aquel Concilio fue liberal. Sin embargo ha sido una práctica común en los Estados Católicos antes del Concilio, y habrá ayudado a salvar muchisimas almas.

Kyrie eleison.

Regalos Griegos – II

Regalos Griegos – II on agosto 27, 2011

“Pero, su Excelencia, ¿cómo pudo en el “Comentarios Eleison” (214) de la semana pasada poner en duda, como lo hizo, la sinceridad y buena fe de los oficiales Romanos que únicamente están intentando dar fin a la alienación de la Sociedad de San Pío X de la Iglesia oficial? Los comparó con los Griegos que deliberadamente engañaron a los Troyanos utilizando al Caballo de Troya. ¡Pero sitodo lo que quieren es superar la larga y dolorosa división entre los Católicos de la Tradición y la Autoridad de la Iglesia!”

Respuesta, uno no necesita poner en duda la sinceridad y buena fe de estos Romanos. ¡Ahí, precisamente, está el problema! Después de casi 500 años de Protestantismo y Liberalismo nuestra era está tan confundida y perversa que el mundo está hoy en día lleno de personas que hacen el mal aún cuando están convencidas de que están haciendo el bien. Y entre más convencidas están estas personas de que están haciendo el bien, más peligrosas pueden llegar a ser porque con una mayor fuerza de la sinceridad subjetiva y buenas intenciones empujan hacia obrar mal objetivamente, y arrastran a otros consigo.Entre más sinceramente convencidos estén los Romanos de hoy en día de que su Nuevaiglesia está en lo correcto, más eficazmente destruirán la verdadera Iglesia.

“Pero, su Excelencia, ¡sólo Dios juzga las intenciones de ellos!”

Cuando está en juego la defensa de la Fe, las intenciones subjetivas son comparativamente poco importantes. Si es con buena intención que los Romanos tratan de jalar a la FSSPX a la corriente de la Iglesia oficial, pueden agradarme personalmente pero aborreceré sus errores. Si sus intenciones no son buenas porque saben que están intentando destruir la Fe verdadera, entonces no serán de mi agrado e igualmente aborreceré sus errores. El que sean agradables o no, así como el que sean o no de mi agrado, es de poca o nula importancia comparado con esos errores a través de los cuales están, objetivamente, destruyendo a la Iglesia.

Cuando hombres agradables están haciendo proselitismo basándose en errores terribles, es demasiado fácil decir o que sus errores son tan agradables como ellos, en cuyo caso los hombres nos inclinan hacia el liberalismo; o que los hombres son tan terribles como sus errores, en cuyo caso los errores de los Papas Conciliares nos inclinan al sedevacantismo. Pero la realidad actual es que nunca en toda la historia de la humanidad ha sido tan sencillo para los hombres ser al mismo tiempo tan agradables como sus errores horribles. Esa es nuestra era. Lo veremos peor únicamente bajo el Anticristo, pero son sus precursores que ya están dirigiendo al mundo hacia su ruina.

Mientras tanto, los Romanos que el 14 de Septiembre van a reunirse con los líderes de la FSSPX están ciertamente convencidos de que había que remodelar la Iglesia según el Vaticano II, yen ese caso están en un grave error, pero pueden ser escogidos por su encanto personal para ayudar a acercar a la FSSPX a la Roma oficial. Entonces no se sorprendan, queridos lectores, si a la FSSPX se le hará ver como si estuviese rechazando las nobles ofertas y buenas intenciones de Roma, pero ese no será el caso. Cualquier rechazo de la FSSPX será únicamente con respecto a los terribles errores. ¡Que viva la Roma verdadera! ¡Que vivan los Romanos encantadores! ¡Pero que mueran sus errores!

“Su Excelencia, ¿cuál es su error esencial?”

El poner al hombre en el lugar de Dios.

Están cayendo en la apostasía y llevándose consigo a un sinfín de almas.

Kyrie eleison.