Protestantismo

Elmer Gantry

Elmer Gantry on octubre 13, 2012

En el sistema de entretenimiento individual de los pasajeros durante un vuelo intercontinental, encontré hace poco entre las películas “clásicas,” una que recordaba haber visto hace unos 50 años. Se trataba de la versión rodada en 1960 de la novela de Sinclair Lewis, Elmer Gantry. Me acordaba de la película a causa de dos temas de un diálogo que se me quedaron grabados desde entonces. El primero es el de un hombre viejo que compara la conversión religiosa con la embriaguez. El otro es el de una mujer joven suplicando que le mientan. Es así que miré la película otra vez . . .

Elmer Gantry es un charlatán norteamericano de los años 1920 que cae enamorado de una predicadora evangelista fundamentalista, la “Hermana” Falconer, mientras ella está llevando una cruzada de conversión a través del país, en una gran tienda itinerante. Por falta de religión verdadera, la película es algo confusa, pero pinta con mucho realismo la genuina necesidad que las almas tienen de la religión y la falsedad de la “religión” Protestante fundamentalista. La necesidad verdadera y la satisfacción falsa son puestas de relieve, las dos juntas, cuando Elmer hace preguntas a un viejo hombre que está haciendo la limpieza de la tienda: “Señor,” contesta éste, apoyado sobre su escoba, “yo he sido convertido cinco veces. Por Billy Sunday, el Reverendo Biederwolf, Gypsy Smith y dos veces por la Predicadora Falconer. Me embriago tremendamente y entonces me convierto y estoy salvado. Volviéndome ebrio y volviéndome salvado, las dos cosas me hacen un gran bien.”

Claro que la respuesta tiene su lado cómico, pero es trágica cuando uno piensa en todas las almas para las cuales se ha vuelto casi normal poner la conversión religiosa al nivel de la embriaguez. Así, acercarse a Dios se reduce al solo hecho de sobrevivir en la tierra, muy cerca de terminar por ridiculizar del todo a la religión. ¡Cuantas almas debe haber para las cuales el Santo Nombre de Jesús seha vuelto casi trivial por haber sido asociado al sentimentalismo a flor de piel de los predicadores protestantes fundamentalistas! Lean Sangre Sabia y otros cuentos de Flannery O’Connor (1925–1964), una escritora católica que choca pero que no está en absoluto confundida, y que pinta muy bien hasta que punto el instinto religioso del hombre puede llegar a ser torcido por el Protestantismo del Sur de los Estados Unidos. ¡Dios puede hacer crecer rosas en una alcantarilla, pero que tremendo daño provocan las herejías!

La segunda observación de la película que recordaba yo, está enmarcada en un contexto privado, pero uno le puede encontrar una aplicación que va mucho mas allá. Mientras va detrás de la Predicadora Falconer, Elmer se encuentra por casualidad con otra mujer que había maltratado y abandonado años antes. Cuando esta mujer se entera de su aventura con la predicadora, procura vengarse, pero incluso mientras ella prepara una trampa para desacreditar totalmente a Elmer en la prensa, al mismo tiempo no puede evitar desear que él le diga que él la quiere. Ella le dice: “Dime una mentira gorda que yo pueda creer, siempre y cuando me abraces fuertemente.” Por amarlo tanto como todavía lo hace, todo lo que ella quiere es ser engañada.

Así está el mundo a nuestro alrededor. Todo lo que pide es ser engañado. Por eso estamos viviendo en un mundo de las mentiras de Satanás. No queremos Dios. Ahora bien, la vida sin El no puede funcionar – ver Sal.126, vers.1, y mire simplemente a su alrededor – pero nosotros queremos desesperadamente creer que la vida funciona de la mejor manera sin El. En efecto, decimos a nuestros líderes, “Nosotros os hemos elegido para que nos digáis mentiras gordas y para que nos abracéis fuertemente en nuestro ateísmo. Por favor, haced un 9/11, un 7/7 (el 9/11 inglés), o lo que vosotros queráis, siempre y cuando podamos seguir creyendo en vosotros como en un substituto de Dios para cuidarnos. Cuanto más grande sea la mentira, más la vamos a creer, pero nos debéis abrazar fuertemente. Que vuestro estado policíaco nos oprima cuanto queráis, pero debéis mantener afuera a Dios.”

¿Es de extrañarse que tengamos el mundo satánico que tenemos?

Kyrie eleison.

Declaracion Reversible

Declaracion Reversible on septiembre 22, 2012

No todo sobre el Capítulo General de la Fraternidad San Pío X de Julio en Suiza puede haber sido desastroso, pero de sus dos frutos oficiales, las “Seis Condiciones” fueron “de una debilidad alarmante” (cf.EC 268, 1 de Sept.), y su “Declaración” final deja mucho que desear. He aquí un resumen brevísimo de sus diez párrafos:—

1 Agradecemos a Dios por los 42 años de la existencia de nuestra Fraternidad. 2 Hemos redescubierto nuestra unidad después de la reciente crisis (¿realmente?), 3 para profesar nuestra fe 4 en la Iglesia, en el Papa, en Cristo Rey. 5 Nos adherimos al Magisterio constante de la Iglesia, 6 y también a su Tradición constante. 7 Nos unimos a todos los católicos que sufren ahora persecución. 8 Rezamos para que nos ayuden la Santísima Virgen María, 9 San Miguel 10 y San Pío X.

Esta es una Declaración a la cual no le falta la piedad, la cual dice San Pablo, es útil para todo propósito (I Tim.IV,8). Sin embargo, a sus dos discípulos, Timoteo y Tito, les insiste constantemente sobre la necesidad de la doctrina que es sin embargo el fundamento de la verdadera piedad. Desgraciadamente, la Declaración es bastante menos fuerte en cuanto a la doctrina. En lugar de anatematizar los errores doctrinales del Concilio que arruinan la Iglesia desde hace 50 años, la Declaración tiene en sus párrafos mas doctrinales, 5 y 6, sólo una débil condenación de estos errores, al mismo tiempo que rinde un tributo a los constantes Magisterio (5) y Tradición (6) de la Iglesia, tributo correcto, pero que constituye un argumento demasiado fácil de revertir por cualquier Conciliarista. Veamos como:—

El párrafo 5 califica las novedades del Concilio Vaticano II como estando “manchadas con errores,” mientras que el Magisterio constante de la Iglesia es “ininterrumpido”: “Por su acto de enseñar el Magisterio transmite el depósito revelado en armonía perfecta con todo lo que la Iglesia entera ha siempre creido, en todos lugares.” Lo que por supuesto implica que Roma tendría que llevar al Vaticano II a la lavandería para quitarle las manchas. Pero veamos lo que un Romano puede replicar: “¡La expresión por parte del Capítulo de la continuidad del Magisterio es completamente admirable! ¡Pero nosotros Romanos somos este Magisterio, y nosotros declaramos que el Vaticano II está en continuidad con el pasado, y no está manchado!”

Lo mismo con el párrafo 6. La Declaración establece, “La Tradición constante de la Iglesia transmite y transmitirá hasta el fin de los tiempos el conjunto de las enseñanzas necesarias para guardar la Fe y salvar el alma de uno,” y se sugiere que las autoridades de la Iglesia tienen que volver a la Tradición. El Romano puede en seguida contestar: “¡La descripción por parte del Capítulo de cómo la Tradición mantiene la Fe es del todo admirable! Pero nosotros Romanos somos los guardianes de esta Tradición, y nosotros decimos que, en virtud de la hermenéutica de la continuidad, Vaticano II no interrumpe la Tradición sino que la continúa. De tal manera que el Capítulo se equivoca totalmente al sugerir que necesitamos volver a ella.”

Esta Declaración reversible contrasta con la fuerza del ataque irreversible de Mons. Lefebvre contra los errores del Vaticano II en su famosa Declaración de Noviembre de 1974. Declara que la Roma Conciliar no es la Roma Católica porque la reforma Conciliar es “naturalista, Teilhardiana, liberal y Protestante . . .envenenada hasta la médula . . .viniendo de la herejía y llevando a la herejía,” etc., etc. Su conclusión es un rechazo categórico en tener lo mas mínimo que ver con la nueva Roma, porque ella no es en absoluto la verdadera Roma.

¡Baje del Internet las dos Declaraciones y vea cual de las dos es, sin peligro de equivocarse, la trompeta que llama a la batalla necesaria (I Cor.XIV,8)! Uno tiene que hacerse la pregunta: ¿Cuantos son los capitulantes del 2012 que han estudiado lo que dijo el Arzobispo, y porqué lo dijo?

Kyrie eleison.

Doctrina Socavada

Doctrina Socavada on mayo 26, 2012

Se han escrito libros enteros sobre el asunto de la libertad religiosa tal como ha sido enseñada por el Vaticano II en su Declaración de 1965, Dignitatis Humanae. Sin embargo, la enseñanza Revolucionaria de este documento es clara: dada la dignidad natural de cada individuo humano, ningún Estado o grupo social o ningún poder humano puede obligar o forzar a ningún hombre o grupo de hombres a actuar, en privado o en público, contra sus propias creencias religiosas, siempre y cuando el orden público se mantenga incólume. (D.H.#2).

Al contrario la Iglesia católica enseñó siempre hasta el Vaticano II que cada Estado en cuanto tal tiene el derecho y aún el deber de prohibir a sus ciudadanos practicar en público cualquier falsa religión, es decir todas las religiones no católicas, en la medida que tal prohibición ayude y no dañe la salvación de las almas. (Por ejemplo en el 2012 la libertad está tan ampliamente adorada que tal prohibición escandalizaría a los ciudadanos de casi todos los Estados y haría solamente que ellos desprecien y no aprecien, la religión católica. En este caso, como la Iglesia siempre lo enseñaba, el Estado puede abstenerse de usar de su derecho de prohibir las falsas religiones).

Ahora bien, el punto preciso sobre el cual estas dos doctrinas se contradicen entre si, puede parecer bien limitado – sea o no que un Estado pueda prohibir la práctica pública de las falsas religiones – pero las consecuencias son enormes: ¿es Dios el Señor o el sirviente de los hombres? Por un lado, si el hombre es una criatura de Dios y si es por naturaleza social (como es evidente cuando uno observa como los hombres se reúnen en toda clase de asociaciones y particularmente en un Estado), entonces la sociedad y el Estado son también criaturas de Dios. y ellos le deben servir a El y a su única verdadera religión. Luego el Estado tiene que prohibir las falsas religiones por lo menos en el dominio público (lo cual pertenece a su esfera), siempre y cuando eso ayudará y no dificultará la salvación de las almas.

Por otro lado, si la libertad humana es tan valiosa que cada individuo tiene que quedar libre como para corromper a sus conciudadanos mediante la práctica pública y el proselitismo de cualquier religión falsa que él elija (a menos que el orden público sea perturbado), entonces se debe dejar que las religiones falsas sean libres para prosperar en el dominio público (por ejemplo las sectas Protestantes hoy día en América Latina). Así la diferencia entre las religiones falsas y la única verdadera religión es menos importante que la dignidad humana. Así la verdadera religión no es tan importante. Así la valía de Dios comparada a la valía del hombre no tiene tanta importancia. De esta manera el Vaticano II rebaja a Dios en la medida que eleva al hombre. En definitiva el Vaticano II reemplaza la religión de Dios por la religión del hombre. Con razón Monseñor Lefebvre fundó la Fraternidad San Pío X para ensalzar la dignidad y valía trascendental de Dios, de Nuestro Señor Jesucristo, en un mundo y en una Iglesia que se han vuelto locos, embriagados de la dignidad del hombre.

Pero he aquí que se nos viene un líder religioso que en público pronunció a principios de este mes: “Numerosos son los que tienen una comprensión del Concilio que es una comprensión errónea.” El dijo que la libertad religiosa “es una expresión usada de muchas maneras. Pero mirando mas de cerca tengo realmente la impresión de que no son muchos los que saben lo que realmente dijo el Concilio sobre este tema. El Concilio presenta una libertad religiosa que es una libertad muy, muy limitada: muy limitada . . .” Preguntado él si el Vaticano II en sí mismo, es decir en su conjunto, pertenece a la Tradición Católica, él contestó “Tendría yo esa esperanza.”

Vean por ustedes mismos la entrevista pronunciada en inglés y accesible en YouTube bajo el título de “Traditionalist leader talks about his movement, Rome.” ¿Puede alguien sorprenderse si “su movimiento” está atravesando actualmente la crisis más grave de sus 42 años de existencia?

Kyrie eleison.

El Ecumenismo de Benedicto – V

El Ecumenismo de Benedicto – V on mayo 19, 2012

Por la necesidad de dividir una larga argumentación en varias partes, los lectores pueden haber perdido el hilo de los numerosos EC sobre el “Ecumenismo de Benedicto.” Resumamos la argumentación hasta ahora:—

EC 241 estableció algunos elementos básicos: la Iglesia Católica es un todo orgánico, entre las creencias del cual si alguien escoge una y rechaza otras, es un “escogedor,” o sea un hereje. Mas aún, si él se queda con una creencia Católica afuera de la Iglesia, esta creencia no permanecerá la misma, tal como el oxígeno sacado del agua por electrólisis, deja de ser parte de un líquido y se transforma en un gas. El ecumenismo Conciliar supone que hay creencias que los no Católicos comparten con los Católicos, pero de hecho aún las palabras “yo creo en Dios” pueden tener un sentido muy diferente según se encuentren incorporadas en un sistema de creencias (o un credo) ya sea Protestante o bien Católico.

EC 247 utilizó otra comparación para ilustrar como partes del todo Católico no permanecen las mismas cuando están sacadas de este todo. Monedas de oro pueden permanecer todavía monedas de oro cuando están sacadas de la pila de monedas, pero una rama cortada de un árbol viviente deviene algo totalmente diferente, leño seco. La Iglesia es mas como el árbol que como las monedas, porque Nuestro Señor comparó su Iglesia a una viña, de hecho dijo que cualquier rama cortada y separada de ella es echada al fuego donde es quemada (Jn.XV,6 – es interesante observar que ninguna rama viviente lleva tanta fruta como una rama de viña, y ningún leño seco es tan inútil como una rama de viña seca). Igualmente, partes cortadas de la Iglesia Católica no permanecen Católicas, como lo pretende el ecumenismo conciliar.

EC 249 mostraba como los documentos del Vaticano II promueven estas ideas falsas del ecumenismo, pero EC 248 tuvo que emitir una advertencia preliminar según la cual estos documentos son notoriamente ambiguos. Es así como este Comentario dio el ejemplo de cómo Dei Verbum (# 8) abrió la puerta a la falsa noción de los modernistas de “Tradición viva.” EC 249 presentó entonces tres textos conciliares cruciales para el ecumenismo de los modernistas: Lumen Gentium (# 8) que sugiere que la “verdadera” Iglesia de Cristo va mas allá de la “estrecha” Iglesia Católica, y Unitatis Redintegratio (# 3) que sugiere en primer lugar que la Iglesia está constituida de “elementos” o partes que se pueden encontrar tanto adentro como afuera de la Iglesia Católica (como las monedas en una pila o afuera de la pila), y en segundo lugar que estos elementos pueden por consiguiente servir a salvar las almas adentro o afuera de la Iglesia Católica.

EC 251 por fin llegó al ecumenismo de Benedicto XVI en particular. Citas del Padre Joseph Ratzinger presentadas por el Dr. Schüler en su libro Benedicto XVI y como la Iglesia se ve a sí Misma, muestran como el joven teólogo en los años 60 pensaba completamente acorde con el ejemplo de las monedas adentro o afuera de la pila. Citas posteriores han mostrado, ciertamente, que siendo mas viejo, como Cardenal y Papa, él trató continuamente de conservar el equilibrio entre la Iglesia como una pila de monedas y la Iglesia como un todo orgánico, pero como lo argumenta el Dr. Schüler, el hecho mismo de este esfuerzo para conservar este equilibrio presupone que la mitad de él todavía cree en una Iglesia que es como una pila de monedas.

A menos que los lectores soliciten citas textuales de Joseph Ratzinger para probar que las que dimos no fueron deformadas o sacadas de contexto, el último EC de esta serie concluirá con una aplicación de sus demostraciones a la situación de la Fraternidad San Pío X de Monseñor Lefebvre. Por un lado la Fraternidad es parte del verdadero todo Católico “uno, santo, Católico y apostólico.” Por otro lado más le ha valido evitar hacerse parte del enfermo todo Conciliar. Tal como una rama sana injertada sobre el árbol Conciliar enfermo, la Fraternidad se hubiera inevitablemente contagiado con la enfermedad Conciliar. De ninguna manera puede una sencilla rama curar esta enfermedad.

Kyrie eleison.

El Ecumenismo de Benedicto – IV

El Ecumenismo de Benedicto – IV on mayo 5, 2012

La Iglesia Católica siempre enseñó que Ella es la única y sola verdadera Iglesia de Jesucristo, de manera que aún cuando la gran mayoría de los creyentes la dejen, como ocurrirá al fin del mundo (cf. Lc.XVIII, 8), no por eso Ella habrá perdido su unidad. Así, San Cipriano dijo que la unidad de la Iglesia procede de una fundación divina entretejida por sacramentos celestiales, y Ella “no puede ser desgarrada por la fuerza de voluntades contrarias.” Las almas pueden apostatar o separarse de ella, pero la Iglesia que ellas abandonan permanece una. Desde este punto de vista “la unidad de la Iglesia” no puede significar otra cosa que el regreso personal de estas almas a la única verdadera Iglesia.

Tal no es la visión que el Vaticano II tiene de la Iglesia. Al decir (Lumen Gentium#8) que la Iglesia de Cristo “subsiste en” la Iglesia Católica, el Concilio abrió totalmente la puerta para introducir esa distinción entre ellas dos, y a pretender que la “verdadera” Iglesia de Cristo es mas amplia que la “estrecha” Iglesia Católica. La consecuencia de ello es que existen pedazos de la verdadera Iglesia de Cristo dispersos afuera de la Iglesia Católica y de allí que “la unidad de la Iglesia” significa reunir otra vez estos pedazos juntos sin que eso signifique que los individuos que componen esos pedazos tengan que convertirse uno por uno personalmente. Esa fue seguramente la visión que tuvo el joven y brillante teólogo del Concilio, el Padre Joseph Ratzinger, como lo demuestran algunas de sus pasmosas palabras poco después del Concilio, citadas textualmente con referencias bibliográficas en el libro “Benedicto XVI y cómo la Iglesia se ve a sí misma” del Dr. Schüler, páginas 17–19. He aquí un breve resumen que pone de relieve su heterodoxia:—

En cualquier lugar donde haya Obispo, Mesa y Palabra de Dios, hay “iglesia.” Esta verdadera amplia comunión cristiana ha sido a lo largo de los siglos gravemente reducida a causa de la centralización romana que obligó a los Protestantes a romper con Roma. Se hubiera tenido que cohabitar a pesar de las diferencias doctrinales. Y es así que el ecumenismo “vuelva al redil” necesita ser reemplazado por el ecumenismo de coexistencia. Las iglesias deben reemplazar La Iglesia. Los Católicos deben abrirse. La conversión será solamente para el individuo que así lo desee. Los errores Protestantes son, virtualmente, derechos de los Protestantes.

Pero, ¿Dónde está la Fe en todas estas expresiones de “La Iglesia y las iglesias”? ¿Y la doctrina? Aparentemente en ningún lado. ¿Y que clase de unidad puede existir entre almas que tienen creencias tan contradictorias como las de los Católicos (pre-Conciliares) y las de los Protestantes? Solamente puede tratarse de una unidad bien diferente de la que existía en la Iglesia Pre-conciliar, y por consiguiente también tratarse de una Iglesia bien diferente. En realidad el joven Padre Ratzinger trabajaba hacia lo que iba a ser la “Nueva Iglesia.”

Sin embargo, la unidad de la Nueva Iglesia se volvió un problema. En primer lugar, la unidad de la Iglesia es un dogma. Y en segundo lugar, como Cardenal y Papa, Joseph Ratzinger, se encontró él mismo en la necesidad de tener que defender la unidad de la Nueva Iglesia contra Revolucionarios todavía más radicales que él mismo, como por ejemplo el Padre Leonardo Boff para quien la Nueva Iglesia “subsiste” por todos lados en muchos pedazos diferentes.

Así las cosas, Schüler cita al Cardenal cuando éste argumenta que la Iglesia de Cristo tiene su completa realización en la Iglesia Católica pero sin por eso excluir su incompleta realización en otras comunidades (pero entonces ¿cómo puede ser una?). De igual manera la identidad de la Iglesia de Cristo con la Iglesia Católica es substancial pero no exclusiva (pero ¿cómo puede existir una identidad que no sea exclusiva?). Otra vez, el ser completo de la Iglesia de Cristo está en la Iglesia Católica, pero tiene también un ser incompleto en otra parte (pero ¿cómo puede un ser estar completo si una parte de él se encuentra en otra parte?). Y así se puede seguir indefinidamente . . .

En breve, la Nueva Iglesia de Benedicto XVI incluye a la vez elementos Católicos y no Católicos. Pero lo que no es Católico en parte, no es Católico como un todo. Por consiguiente la Nueva Iglesia Ecuménica de Benedicto no es, como tal, la Iglesia Católica.

Kyrie eleison.

El Ecumenismo de Benedicto – II

El Ecumenismo de Benedicto – II on abril 7, 2012

Como en cualquier controversia provocada por las terribles ambigüedades del Vaticano II, probar o tratar de refutar lo que el Dr. Wolfgang Schüler expone en su libro “Benedicto XVI y cómo la Iglesia se ve a sí misma” podría llevar largo tiempo y eruditos artículos. Sin embargo, su línea principal de argumentación es suficientemente clara y bien vale la pena presentarla a los lectores de los “Comentarios Eleison” para ayudarles a ver claramente en medio de tanta confusión. En este sentido, las comparaciones, si bien tienen sus limites, sí que pueden ayudar.

Un todo puede estar compuesto de partes según dos maneras diferentes: como un árbol viviente o como una pila de monedas. O bien el todo es primario y las partes son secundarias como en el caso de un árbol, o bien las partes son primarias y el todo es secundario como en el caso de una pila de monedas. El árbol como un todo es primario porque sus partes como las ramas pueden ser cortadas, pero el árbol continúa viviendo su vida como árbol y origina nuevas ramas mientras que las ramas cortadas pierden su vida y se transforman en algo totalmente diferente como un leño o una silla. Al contrario, cada moneda separada de su pila de monedas permanece exactamente tal como era en la pila y solamente si suficientes monedas son separadas de la pila, es entonces la pila que desaparece.

Ahora bien, tomada como un todo, la Iglesia Católica ¿es mas como el árbol o como la pila de monedas? La Iglesia Católica es esa sociedad especial de seres humanos que están unidos en esa sociedad por tres cosas: la Fe, los sacramentos y la jerarquía. A las tres es Dios mismo quien les da la vida. La Fe es una virtud sobrenatural de la mente que sólo Dios puede dar. Los sacramentos usan elementos materiales como el agua y el aceite, pero lo que los hace sacramentos es la gracia sobrenatural que ellos llevan y que solamente proviene de Dios. Del mismo modo, la jerarquía está compuesta de seres humanos naturales, pero si ellos no están movidos por Dios nunca podrán por ellos mismos guiar exitosamente las almas hacia el Cielo.

De allí que la Iglesia Católica sea mas como un árbol viviente que como una pila de monedas aunque sean de oro. Porque, así como todo organismo vivo tiene en sí mismo un principio de vida que le da su existencia y su unidad, así la Iglesia Católica tiene en sí misma primariamente a Dios mismo y secundariamente a su jerarquía, que le dan su existencia y unidad. Cuando lo que era una parte de la Iglesia se separa de la jerarquía por un cisma o de la Fe por una herejía, deja de ser Católica y pasa a ser otra cosa, tal como los Ortodoxos cismáticos o los Protestantes heréticos. Si bien es cierto que los creyentes Ortodoxos pueden haber conservado sacramentos válidos, sin embargo, ya que no están más unidos al Vicario de Cristo en Roma, nadie en sus cabales puede llamarlos Católicos.

Pero ahora llega el Vaticano II. Y cambia la concepción de la Iglesia tal como era, a saber la de un árbol viviente o de una viña (Sáegún propia comparación de Nuestro Señor: Jn. XV, 1–6) a la de una pila de monedas de oro. A causa de su deseo de abrir la Iglesia al mundo moderno, los hombres de Iglesia Conciliares empezaron por esfumar las fronteras de la Iglesia (L.G.8). Eso les permitió pretender que existen elementos de la Iglesia di Cristo más allá de los límites visibles de la Iglesia Católica (U.R.3), como las monedas de oro separadas de su pila. Y dado que una moneda de oro permanece una moneda de oro, entonces ellos podían pretender a renglón seguido (U.R.3) que lo que eran elementos de salvación dentro de la Iglesia permanecen como tales también afuera de la Iglesia. De allí innumerables almas sacan la conclusión natural de que yo ya no necesito mas ser un Católico para llegar al Cielo. Esto es el desastre del ecumenismo Conciliar.

Debemos ahora analizar más detalladamente estos textos del Vaticano II antes de considerar los esfuerzos del Papa Benedicto para integrar el ecumenismo que divide a la Iglesia con la doctrina Católica que la unifica.

Kyrie eleison.