Jesucristo

Cristo Ha Nacido

Cristo Ha Nacido on diciembre 22, 2012

La atracción del Divino Niño en los brazos de su Madre Virginal hace todavía que Navidad sea la más popular de las Fiestas Cristianas, pero a medida que el mundo le da la espalda a Dios, así también el corazón y el alma de la Escena de la Natividad se van desvaneciendo, y los sentimientos Navideños se vuelven cada vez mas artificiales. La verdadera Cristiandad se ha esfumado. Es hora de retornar a la liturgia de la Madre Iglesia de las épocas anteriores a Cristo cuando los hombres sabios se regocijaban intensamente a la expectativa de Su venida. Para ellos, eso sólo daba sentido a la infelicidad de la humanidad siempre más devastada por las consecuencias del pecado original. Era su gran esperanza y nada podía hacerla tambalear. El Cristo vendría, y con El las puertas del Cielo se abrirían otra vez a las almas de buena voluntad. He aquí las antífonas del cuarto Domingo de Adviento, compuestas a partir de textos del Antiguo Testamento.

“Tocad la trompeta en Sion porque el día del Señor está cerca: mirad, que ya vendrá para salvarnos, aleluya, aleluya.” Si los hombres no quieren ser salvados, entonces difícilmente podrán entender para que han nacido y así deben morir con desesperanza en mayor o menor grado. Pero si queremos ser felices por toda la eternidad y si sabemos que sólo Jesucristo puede hacer ello posible, ¡cuanto entonces debemos regocijarnos de que El haya venido!

“Mirad, el deseado de todas las gentes vendrá y la casa del Señor estará henchida de gloria, aleluya.” Así como el pecado original es universal, así los Reyes Magos vinieron de tierras lejanas y extrañas para adorar a su Salvador en Belén, y ellos hubieran podido venir de todas las naciones del mundo deseándolo a El. Desde su época, los Cristianos en realidad han venido de todas las naciones para encontrar a su Salvador en su Iglesia católica, y la han llenado siempre desde entonces con la gloria de hermosas ceremonias, edificios, ornamentos, arte y música.

“Los caminos torcidos serán enderezados, y los caminos escabrosos serán aplanados: ven, Señor, y no demores.” Cuatro mil años después de la Caída de Adán y Eva el mundo se había vuelto totalmente torcido. Hace dos mil años la más asombrosa transformación de la humanidad empezó con el nacimiento de Nuestro Señor. Durante siglos, hemos dado por sentado que estas formas aplanadas de civilización permanecerían aplanadas, pero con el desprecio de Cristo por parte de los hombres, estas formas se han vuelto más escabrosas que nunca – vean cualquier diario hoy. Ven, Oh Señor, vuelve y no tardes, porque de otro modo nos vamos a devorar unos a otros como animales salvajes.

“El Señor vendrá, id a encontrarle diciendo: Gran es su principio y su Reino no tendrá fin: Dios, Poderoso, Señor de todo, Príncipe de la Paz, aleluya, aleluya.” Con palabras parecidas, tal vez, los Reyes Magos aclamaron al Cristo Niño cuando después de largos viajes lo encontraron. Convertidos de hoy, después de largas tribulaciones en los desiertos del ateísmo, ojalá puedan todavía encontrar parecidas palabras para recordarnos como el Niño en el pesebre tendría que ser aclamado. Sin El, el mundo no puede tener paz y está al borde de otra tremenda guerra. Divino Niño, ven, no tardes, o sino pereceremos todos.

“Tu Palabra Todopoderosa, Oh Señor, fluirá de tu trono real, aleluya.” Navidad es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad descendiendo todo el camino desde el Cielo, revistiéndose de una frágil naturaleza humana y naciendo de una Madre humana, para rescatarnos de la esclavitud del Diablo y reabrirnos las puertas del Cielo para las almas de buena voluntad, dispuestas a creer. Divino Niño, yo creo. Ayuda Tú a mi descreimiento y ayuda con gracias especiales en la Fiesta de tu nacimiento a millones y millones de almas descreídas.

Kyrie eleison.

Distintas “Iglesias”

Distintas “Iglesias” on diciembre 1, 2012

Hoy reina mucha confusión acerca de la identidad de la verdadera Iglesia de Nuestro Señor aquí en la tierra, y acerca de los diversos nombres que se le aplican. Claro, la gran parte de la confusión actual proviene del mayor problema de la Iglesia de hoy, que es el diabólico Concilio Vaticano Segundo (1962–1965). Tratemos de desenredar algo de esta confusión.

“Iglesia” proviene del griego Ekklesia y del latín Ecclesia, “asamblea.” “Nuestro Señor reunió alrededor de El una sociedad de hombres que Le reconocían por Su Maestro: he aquí lo que El llamó Su Iglesia” (Bossuet).

“Iglesia Católica” significa para muchos un edificio, pero principalmente el grupo de personas que comparten en el mundo entero (katholos en griego significa “universal”) una misma Fe, un mismo conjunto de Sacramentos y una misma Jerarquía, los tres elementos habiendo sido establecidos por el Dios Encarnado, Nuestro Señor Jesucristo, durante su vida en la tierra hace 2000 años. Pero, a partir de este grupo inicial de creyentes tal como lo instituyó Nuestro Señor, de cuando en cuando otros grupos se han separado sin dejar por ello de pretender que ellos eran la verdadera Iglesia de Cristo. Entonces, ¿cómo voy a saber yo cual es Su verdadera Iglesia?

“Iglesia de Cristo” es la que posee las cuatro Notas exclusivas que permiten reconocerla. 1 Una – por encima de todo por la unicidad de la Fe con la cual Nuestro Señor quiso unificar a Su Iglesia y no fundar otras iglesias (cf.Jn.XVII,21–23: “A fin de que todos sean uno”). 2 Santa – Nuestro Señor fundó su Iglesia para conducir a los hombres al Dios Santísimo y a Su Santo Cielo (cf. Mt.V, 48: “Sed vosotros perfectos . . .”). 3 Católica – Nuestro Señor fundó su Iglesia para todos los hombres de todos los territorios y de todas las épocas (cf. Mt.XXVIII, 19: “Id pues y enseñad a todos los pueblos”). 4 Apostólica – Nuestro Señor fundó su Iglesia como una monarquía, para ser gobernada por el Apóstol San Pedro y sus sucesores (cf. Mt.XVI, 18: “Tu eres Pedro y sobre esta piedra [petra en griego] edificaré mi Iglesia”). Donde estén estas cuatro Notas, ahí está la verdadera Iglesia de Cristo. Donde falten, no se trata de la Iglesia de Cristo.

“Iglesia Conciliar” significa la Iglesia Católica centrada en Dios tal como cae y sigue cayendo desde hace 50 años bajo la desviación del Concilio Vaticano Segundo, centrado en el hombre. El Conciliarismo (como se puede llamar el error destilado del Vaticano II) tiene con la verdadera Iglesia de Cristo la misma relación que la podredumbre que afecta a una manzana podrida tiene con la manzana misma que está pudriendo.Tal como la podredumbre ocupa la manzana, depende de la manzana, no puede existir sin la manzana, y es, sin embargo, totalmente diferente de la manzana (como lo incomible es diferente de lo comible), así el Conciliarismo centrado en el hombre ocupa de tal manera la Iglesia de Cristo que muy poco de la Iglesia queda sin estar más o menos podrido; sin embargo el Conciliarismo es tan diferente del Catolicismo que uno puede decir verdaderamente que la Iglesia Conciliar ya no es más la Iglesia Católica. Pero la Iglesia Católica es visible. ¿No es la Iglesia Conciliar también visible?

“Iglesia visible” (o “concreta”) significa todos los edificios, jerarcas y fieles de la Iglesia que podemos ver con nuestros ojos. Pero decir que la Iglesia Católica es visible, luego que la Iglesia visible es la Iglesia católica, es tan “infantil” (palabra de Mons. Lefebvre para este error) como decir que todos los leones son animales, luego todos los animales son leones. La única parte de la Iglesia visible que es católica es la que es una, santa, universal y apostólica. Lo demás son variedades de podredumbre visible.

“Iglesia oficial” significa la Iglesia en cuanto está conducida por, y siguiendo a, sus jerarcas visibles. Debido a que éstos son hoy mayormente Conciliares, la “Iglesia oficial” es ampliamente Conciliar y no católica, según su conformidad o no con las cuatro Notas. Similarmente, la “Iglesia actual” significa la Iglesia oficial de hoy en cuanto a que está opuesta al pequeño rebaño “Tradicionalista.” Sin embargo, que nadie vaya a decir que no queda nada de las Notas “una, santa, universal o apostólica” permaneciendo en la Iglesia “actual,” ni tampoco que todo o todos en el pequeño rebaño “Tradicionalista” evidencien las cuatro Notas. Trigo y cizaña crecen siempre mezclados en la Iglesia de Cristo (cf. Mt.XIII, 24–30).

Kyrie eleison.

Profundo Problema

Profundo Problema on noviembre 17, 2012

Muchos católicos no conciben la completa profundidad del problema ocasionado por la Revolución Conciliar del Vaticano II (1962–1965) en la Iglesia católica. Si conocieran más sobre la historia de la Iglesia estarían menos tentados sea por el liberalismo para pensar que el Concilio no fue tan malo después de todo, sea por el “sedevacantismo” para pensar que las autoridades de la Iglesia ya no son sus autoridades. Nuestro Señor, ¿cuestionó la autoridad religiosa de Caifás o la autoridad civil de Poncio Pilato?

El problema es profundo porque sus raíces están enterradas bajo siglos y siglos de historia de la Iglesia. Cuando en los albores del 1400 San Vicente Ferrer (1357–1419) predicaba en toda Europa que el fin del mundo estaba próximo, hoy en día sabemos que estaba fuera de tono por más de 600 años. Sin embargo, Dios confirmó su predicación otorgándole la realización de miles de milagros y de miles sobre de miles de conversiones. ¿Estaba Dios confirmando la mentira? ¡Ni pensarlo! La verdad es que el Santo estaba correctamente discerniendo, implícito en la decadencia del final de la Edad Media, la explícita y casi total corrupción de nuestros propios tiempos como ensayo general de la corrupción total al fin del mundo.

Simplemente ha llevado su tiempo, el tiempo propio de Dios, varios siglos, para que esa corrupción implícita devenga explícita, porque Dios ha elegido, a intervalos regulares, suscitar Santos para detener el desliz en el tobogán, especialmente la cosecha de Santos famosos que lideraron la Contra-Reforma en el siglo 16. Sin embargo, El no quitaría el libre albedrío a los hombres, de manera que si ellos elegían no permanecer a la altura de la Edad Media, El no los forzaría a hacerlo. En su lugar, El permitiría a su Iglesia, al menos en cierta medida, adaptarse a los tiempos, porque Ella existe para salvar almas presentes y no glorias pasadas.

Dos ejemplos pueden ser la teología Molinista que Lutero y Calvino hicieron casi necesaria para garantizar la protección del libre albedrío, y el Concordato de 1801 que el Estado Revolucionario hizo necesario para permitir que la Iglesia en Francia funcionara, siquiera un poco, en público. Ahora bien, ambos el Molinismo y el Concordato eran compromisos con el mundo de sus tiempos, pero ambos permitieron que muchas almas se salvaran. Al mismo tiempo la Iglesia no permitió el socavado de los principios que permanecieron sagrados, de Dios como Acto Puro y de Cristo como Rey de la Sociedad, respectivamente. Sin embargo, ambos compromisos dieron lugar a una cierta humanización de la Iglesia divina y ambos contribuyeron a una secularización gradual del Cristianismo. Los compromisos sí tienen consecuencias.

Así, si un lento proceso de humanización y secularización fuera a ir muy lejos en ese mundo del cual él sólo hombres y mujeres son llamados por Dios para servir en su Iglesia, ellos casi no podrían ingresar a Su servicio sin una fuerte dosis de liberalismo radio-activo en sus huesos, requiriendo así un antídoto vigoroso en su formación religiosa. Naturalmente, ellos compartirían la convicción instintiva de casi todos sus contemporáneos de que los principios revolucionarios e ideales del mundo del cual provinieron, eran normales, mientras que su formación religiosa opuesta a ese mundo podía parecer piadosa pero en el fondo anormal. Tales religiosos y religiosas acabarían por ser un desastre a la espera de suceder.

Ese desastre golpeó a mediados del siglo 20. La gran mayoría de los 2000 obispos Católicos del mundo, se regocijó en lugar de sublevarse cuando Juan XXIII dejó en claro que estaba abandonando la Iglesia anti-moderna. Así es que nadie que quiera salvar su alma debe seguirlos a ellos o a sus sucesores, pero, por otro lado, estos últimos están tan convencidos que son normales en relación a los tiempos modernos que ellos no son tan culpables por destruir la Iglesia de Dios como lo hubieran sido en tiempos previos. Benditas sean las almas católicas que pueden aborrecer los errores de ellos sin dejar de honrar sus cargos.

Kyrie eleison.

Leer en Familia

Leer en Familia on octubre 20, 2012

Cuando hace poco estos “Comentarios” aconsejaban a los lectores transformar sus casas en fortalezas en caso de que los bastiones públicos de la Fe lleguen a ser una cosa del pasado a causa de la maldad de la época, algunos lectores escribieron para preguntar de que manera sus casas podrían ser fortificadas. De hecho, se han sugerido en números anteriores de los “Comentarios” un cierto número de medios espirituales y materiales para defender casa y familia, particularmente, por supuesto, el Santo Rosario, pero se ha dejado de mencionar una fortificación que pienso que yo probaría en lugar de la televisión si tuviera una familia que defender: cada noche leer en voz alta a los niños capítulos seleccionados del Poema del Hombre-Dios de María Valtorta. ¡Y cuando hayamos llegado al final del ultimo volumen, me imagino a nosotros recomenzando desde el principio, y así sucesivamente hasta que todos los niños hayan dejado el hogar!

Sin embargo el Poema tiene muchos y elocuentes enemigos. El Poema consiste de episodios de las vidas de Nuestro Señor y de Nuestra Señora, desde la concepción inmaculada de ella hasta su asunción al Cielo, tales como fueron vistos en visiones recibidas creíblemente del Cielo, durante la Segunda Guerra Mundial en el norte de Italia por María Valtorta, una mujer soltera de edad madura inmovilizada en una cama para enfermos, permanentemente lisiada debido a una herida en su espalda recibida varios años antes. Las notas incluidas en la edición italiana (que comprende más que cuatro miles de páginas en 10 volúmenes) muestran cuan temerosa ella estaba de estar siendo engañada por el Diablo, y muchas personas no están convencidas de que en realidad el Poemavenga de Dios. Veamos tres importantes objeciones.

En primer lugar, el Poema fue puesto en el Index de libros prohibidos por la Iglesia en los años de 1950, es decir antes que Roma se vuelva neo-modernista en los años 1960. La razón dada para su condenación fue que a los eventos del Evangelio se les daba un enfoque romántico y sentimental. En segundo lugar, se acusa al Poema de innumerables errores doctrinales. En tercer lugar, el Arzobispo Lefebvre le objetaba al Poema que el dar tantos detalles físicos de la vida diaria de Nuestro Señor le hace a El demasiado material, y nos lleva demasiado por debajo del nivel espiritual de los cuatro Evangelios.

Pero, en primer lugar, ¿como pudieron los modernistas haber tomado el poder en la Roma de los años 1960, como lo hicieron, si no hubieran ya estado bien establecidos en la Roma de los años 1950? El Poema, como los Evangelios (por ejemplo Jn.XI,35, etc.), está lleno de sentimiento, pero siempre proporcionado a su objeto. El Poema es para cualquier juez objetivo, en mi opinión, ni sentimental ni romántico. En segundo lugar, los supuestos errores doctrinales no parecen difíciles de explicar, uno por uno, como ya ha sido hecho por un teólogo competente en las notas que se encuentran en la edición italiana del Poema. Y, en tercer lugar, y, por supuesto con todo el debido respeto a Monseñor Lefebvre, yo diría que el hombre moderno necesita de los detalles materiales para que él pueda creer de nuevo en la realidad de los Evangelios. ¿No es verdad que demasiada “espiritualidad” ha lanzado a Nuestro Señor al piso superior, por así decirlo, mientras que el cine y la televisión, ocupando el piso material en que vivimos, falsifican todo sentido de lo que es verdaderamente espiritual? In cambio como Nuestro Señor era verdadero hombre y verdadero Dios, así el Poema es a cada momento tanto plenamente espiritual como plenamente material.

De la lectura real y no electrónica del Poema en la casa, puedo imaginar muchos beneficios, además del contacto vivo y real entre padres que leen y niños que escuchan. Los niños se empapan de lo que los rodea como las esponjas se empapan con el agua. A partir de la lectura de capítulos del Poema seleccionados según la edad de los niños, puedo imaginar el casi sin fin de lo mucho que podrían aprender de Nuestro Señor y de Nuestra Señora. ¡Y las preguntas que ellos harían! ¡Y las respuestas que les tocaría a los padres encontrar! Creo realmente que el Poema podría en gran manera contribuir a hacer de su casa una fortaleza de la Fe.

Kyrie eleison.

¿Sarto, Siri?

¿Sarto, Siri? on septiembre 29, 2012

En un sermón de la Fiesta de San Pío X me encontré pronunciando “casi una herejía”: Me preguntaba en voz alta si José Sarto hubiera desobedecido a la destrucción de Paulo VI de la Iglesia, si en lugar de morir como el Papa Pío X en 1914, él hubiera muerto como Cardenal, digamos en 1974. En La Fraternidad San Pío X eso debe sonar como una herejía porque, ¿como la sabiduría del Patrón celestial de la FSPX podría ser defectuosa? Sin embargo la cuestión no es infundada.

En los años 1970, el Arzobispo Lefebvre hizo visitas personales a un cierto número de los mejores cardenales y obispos de la Iglesia con la esperanza de convencer siquiera a un puñado de ellos para ofrecer una resistencia pública a la revolución de Vaticano II. Acostumbraba decir que tan solo media docena de obispos resistiendo juntos hubieran podido seriamente obstruir el debacle Conciliar de la Iglesia. Por desgracia, ni siquiera el sucesor que Pío XII había esperado, el Cardenal Siri de Génova, haría un gesto público en contra del grupo que ocupaba el poder en la Iglesia. Finalmente, Monseñor de Castro Mayer dio el paso, pero solamente en los años ‘80, cuando la Revolución Conciliar se había bien incrustado en la cupola de la Iglesia.

Entonces, ¿como fue posible que las mejores de las bien adiestradas mentes hayan podido ser tan oscurecidas? ¿Cómo ni siquiera un mínimo de los mejores hombres de Iglesia de la época no haya sido capaz de ver lo que el Arzobispo estaba viendo, por ejemplo que la “ley” instalando el Novus Ordo de la Misa no era de ninguna manera una ley, porque pertenece a la propia naturaleza de la ley ser una ordenanza de la razón para el bien común? ¿Cómo Monseñor Lefebvre pudo encontrarse relativamente tan solo al no permitir que un principio tan básico del sentido común pueda ser pisoteado por respeto a la autoridad, aún cuando la propia sobrevivencia de la Iglesia estaba amenazada por el Vaticano II y la Nueva Misa? ¿Cómo puede la autoridad haber así llegado a pesar más que la realidad y la verdad?

Mi propia respuesta es que durante los siete siglos pasados, la Cristiandad ha estado deslizándose progresivamente hacia la apostasía. Durante 700 años, con interrupciones nobles como la Contra-reforma, la realidad del Catolicismo ha sido lentamente carcomida por la fantasía cancerosa del liberalismo, que consiste en que el hombre se libera de Dios al liberarse la naturaleza de la gracia, el espíritu de la verdad objetiva, y la voluntad del bien y del mal objetivo. Durante un período muy largo, 650 años, los prelados católicos se aferraron a la realidad y la defendieron, pero al fin la fuerza de la fantasía glamorosa de modernidad, cada vez más fascinante, penetró sus huesos haciendo que la realidad pierda su agarre en sus mentes y voluntades. Faltando la gracia, como lo dijo San Tomás Moro hablando de los obispos ingleses de su época que estaban traicionando la Iglesia Católica, ellos dejaron que la fantasía de los hombres pesara más que la realidad de Dios, y que la autoridad pesara más que la verdad. Hay lecciones prácticas para el clero así como para los laicos también.

Estimados colegas, adentro y afuera de la FSPX, para servir a Dios, guardémonos de reaccionar como José Siri cuando en realidad necesitamos reaccionar como José Sarto, con sus magníficas denuncias de los errores modernos en Pascendi, Lamentabili y Notre Charge Apostoliquesobre el “Sillon.” Y para obtener la gracia que necesitamos en esta crisis, la más tremenda de toda la historia de la Iglesia, necesitamos tremendamente rezar.

Seglares, si los horrores de la vida moderna os hacen tener “hambre y sed de justicia,” alégrense, si pueden, que los horrores los mantengan en la realidad, y no duden que si perseveran en vuestra hambre, “seréis hartados” (Mt.V, 6). Bienaventurados los pobres en espíritu, los mansos, los que lloran, dice Nuestro Señor en el mismo lugar. En cuanto a la protección más segura para evitar que vuestros espíritus y vuestros corazones sean presos de la fantasía, recen cinco, o mejor quince, Misterios diarios del Santo Rosario de Nuestra Señora.

Kyrie eleison.

¿Quienes Dividen y Se Rebelan?

¿Quienes Dividen y Se Rebelan? on septiembre 15, 2012

El Capítulo VII del Evangelio según San Juan contiene una lección especial para hoy día: ¿quiénes son los verdaderos rebeldes contra la autoridad, y quienes los que no son más que aparentes rebeldes? ¿Quién aparenta estar dividiendo al pueblo de Dios y quien está realmente dividiéndolo? Las cosas no son siempre lo que aparentan. Es necesario siempre “Juzgar no según las apariencias, sino juzgar según un justo juicio” (Jn.VII,24).

Este capítulo VII de San Juan está cercano al fin de la vida de Nuestro Señor en la tierra. Los judíos están tratando de matar a Jesús (versículo 1), pero aún así Nuestro Señor sube a Jerusalén y enseña en el Templo (14). El pueblo está ya dividido (12) y así el resultado de la enseñanza de Jesús es que algunos del pueblo (40) reconocen en El al Profeta (cf.Deut.XVIII, 15–19) mientras que otros (41–42) le rechazan tal reconocimiento porque El es de Galilea. Por consiguiente, hay división y disensión. Ahora bien, la división, como tal, merece reprobación, luego ¿de quien es la culpa? Ciertamente no de Nuestro Señor quien no hacía más que predicar la doctrina de su Padre en el Cielo (16–17). Tampoco puede culparse a esa parte del pueblo que aceptó su divina enseñanza. Claramente la culpa de la división yace en las autoridades del Templo y en aquella parte del pueblo que estaba rechazando la Verdad.

Del mismo modo en las décadas de 1970 y 1980, el Arzobispo Lefebvre dividió a los Católicos al enseñar y practicar la verdad de la Tradición Católica, pero ¿cuál será el Católico que ahora alardee de ser Tradicional, que lo culpe por esta división? Claramente la culpa por la división en la Iglesia no recae ni sobre el Arzobispo ni sobre los que lo siguieron, sino principalmente sobre aquellas autoridades de la Iglesia que estaban torciendo la verdadera religión tal como lo hacían las autoridades del Templo en los días de Nuestro Señor. Una y otra vez el Arzobispo les pidió a ellas “juzgar un justo juicio,” para que enfrentasen el problema central creado por su adulterio Conciliar con el mundo moderno. Hasta el día de hoy, las autoridades de la Iglesia rechazan tal confrontación. Una y otra vez la única respuesta de ellos ha sido: “¡Obediencia!” “¡Unidad!.” ¿No es evidente que su carencia de argumentos con respecto a las cuestiones básicas de la verdad sugiere que son ellos los verdaderos rebeldes y responsables de la división en la Iglesia?

Sin embargo la disensión como tal no es una buena cosa, y ambos, Nuestro Señor y el Arzobispo Lefebvre, sabían de antemano que a causa de sus enseñanzas resultaría la disensión. ¿Porqué entonces continuaron a pesar de ello? Porque las almas pueden ser salvadas con la disensión (cf.Lc.XII,51–53), pero no pueden ser salvadas sin la Verdad. Si las autoridades religiosas están extraviando al pueblo – y el Diablo trabaja particularmente duro sobre ellas, debido al poder que ellas tienen para llevar a muchas otras almas por el mal camino – entonces es cuando la Verdad debe ser afirmada para traer al pueblo de vuelta al camino del Cielo, aún cuando eso sea causa de disensión. Aquí se ve como la Verdad está por encima de la autoridad como de la unidad.

Y, ¿dónde está esta verdad en el año 2012? El Vaticano II fue un desastre para la Iglesia – ¿cierto o falso? Las autoridades de la Iglesia que efectuaron Asís III y la “beatificación” de Juan Pablo II están siempre aferradas al Vaticano II – ¿cierto o falso? Y, entonces, si la Fraternidad San Pío X se coloca ella misma bajo aquellas mismas autoridades, éstas usarán todo su prestigio, y el poder sobre la FSPX que la misma Fraternidad les habrá dado, para disolver su resistencia al Vaticano II – ¿cierto o falso? Luego, la FSPX corre el grave riesgo de perder progresivamente la fuerza que todavía le puede quedar para resistir a este prestigio y poder – ¿cierto o falso? ¡Como lo dicen los Romanos, “Roma puede esperar”!

Entonces, en la FSPX, hoy, si uno “juzga no según las apariencias sino según un justo juicio,” ¿quién es el verdadero responsable de la “división”? ¿Quiénes son los reales “rebeldes contra la autoridad”? ¿Aquellos que critican el riesgo de tal mezcolanza de la Verdad Católica con el error Conciliar, o bien aquellos que promueven esa mezcolanza?

Kyrie eleison.