Neo-Iglesia

Grec – III

Grec – III on abril 6, 2013

Deseando tomar él mismo el lugar de Dios, el hombre moderno se esfuerza en reemplazar el orden de Dios del mundo por el suyo propio. Pero el orden de Dios es real, exterior e independiente del espíritu del hombre. Es la razón por la cual el hombre moderno desengancha su espíritu de esta realidad, de la cual, sin embargo, conserva algunos elementos indispensables para la construcción irreal de su propio sueño. Ahora bien, el orden más elevado en la Creación de Dios encuentra su mejor expresión en la doctrina de la Iglesia. Por eso todos los hombres de Iglesia y los fieles sometidos hoy día a la influencia de todo lo que es “normal” en el mundo que los rodea, son víctimas de una profunda ignorancia (o rechazo) de la naturaleza y de la necesidad de la doctrina.

Es ahí donde reside el problema esencial del GREC, tal como fue presentado en dos números anteriores de los “Comentarios Eleison” (294 y 295). El Grupo de Reflexión Entre Católicos fue fundado en 1997 en los salones de París para promover amigables reuniones e intercambios entre los Católicos de Tradición y los Católicos de la corriente mayoritaria de la Iglesia, con el propósito de crear un clima de mutua confianza y respeto que facilite una reconciliación entre ellos y así poner fin a su inútil oposición. Un tal propósito socava gravemente la importancia de la doctrina, sin que sea necesario ver en ello una malicia premeditada, de la cual sólo Dios es juez. Pero sea cual fuere lo que uno pueda pensar de ella, la doctrina no puede ser abandonada como tampoco lo puede ser la realidad.

En el libro del Padre Lelong sobre el GREC, Para la Necesaria Reconciliación, él nos cuenta como dos sacerdotes de la Fraternidad San Pío X y su Superior General “contribuyeron de una manera decisiva al lanzamiento y continuación de la actividad del GREC.” Aún antes de que éste haya sido lanzado, el Padre du Chalard había ofrecido al Padre Lelong una amigable recepción en su priorato de la FSPX, y “en los años siguientes no dejó nunca de apoyar al GREC de una manera discreta y atenta.” En la época del lanzamiento del GREC, el Padre Lorans, entonces Rector del Instituto San Pío X de París que desde ese momento ha ejercido una influencia decisiva sobre las publicaciones de la FSPX desde París, aceptó gustosamente la idea de un “diálogo entre católicos,” y rápidamente obtuvo del Superior General de la FSPX en Suiza la aprobación para su participación en el GREC. A partir de este momento, el Padre Lorans tuvo un papel esencial en todas las actividades del GREC.

Estas actividades empezaron discretamente en pequeña escala y en privado. En mayo de 2000 tuvo lugar la primer reunión pública en la cual el Padre Lorans participó, con una asistencia de 150 personas. Las reuniones se hicieron cada vez mas frecuentes con la participación de sacerdotes de la FSPX. Las autoridades de la Iglesia, al más alto nivel, fueron regularmente consultadas y se las mantenía informadas. El Padre Lorans por su lado hizo posible “un contacto mantenido con una confianza siempre más profunda” e intercambios amigables con el Superior General. A partir del 2004, las reuniones del GREC fueron cada vez más abiertas al público y en septiembre de ese año un “grupo de trabajo teológico” fue organizado con la participación del Padre Lorans así como la de otro sacerdote de la FSPX y de un teólogo de Roma. Estos dos últimos iban a ser participantes de las Discusiones Doctrinales entre Roma y la FSPX de 2009 a 2011. El GREC pudo muy bien haber visto en estas Discusiones la realización de sus deseos más anhelados: al fin los teólogos se encontrarían en un clima que el GREC había contribuido tanto a establecer “para la necesaria reconciliación.”

Gracias a Dios, las Discusiones devolvieron a la doctrina su propia primacía. Demostraron que entre la doctrina católica y la Conciliar existe un abismo que ningún puente podrá jamás franquear. Pero, ¿acaso la manera de pensar del GREC fue bloqueada en el interior de la FSPX? ¡De ninguna manera! El Cuartel General de la FSPX transformó en un abrir y cerrar de ojos el “No habrá un acuerdo práctico sin un previo acuerdo doctrinal” en un ¡”Ya que el acuerdo doctrinal es imposible, vamos pues a buscar un acuerdo práctico”! Desgraciadamente, el clamor de la oposición de la primavera pasada en el interior de la FSPX fue desorientado y aplastado gracias al Capítulo General de julio, y el CG de la FSPX ha perseverado en su búsqueda de un acuerdo práctico sin que haya sido frenada.

“Nuestro socorro está en el nombre del Señor,” en particular en la Consagración de Rusia. En ningún otro lado.

Kyrie eleison.

Grec – II

Grec – II on marzo 9, 2013

Antes de continuar con la historia del GREC, este grupo parisino de laicos y sacerdotes que se reunían desde fines de los años 1990 en adelante para promover una reconciliación entre el Vaticano II y los católicos Tradicionalistas, debemos considerar la actitud fundamental de los participantes del GREC. El futuro de la Iglesia depende de los católicos que habrán entendido el error del GREC, es decir hasta que punto los espíritus modernos pierden su asimiento de la verdad. Para ilustrar esta actitud, tomemos al azar cuatro citas típicas entre docenas y docenas de otras que se encuentran en el libro “Para la Necesaria Reconciliación” del Padre Michel Lelong, sacerdote de la Iglesia Conciliar. En una carta que él escribió al Papa en julio de 2008 encontramos las dos primeras citas:

“Nosotros deseamos también que las excomuniones (de los cuatro obispos de la FSPX en 1988) puedan ser levantadas y que la FSPX encuentre su lugar en la Iglesia a la cual ella tiene tanto para dar. Es por eso que nosotros pedimos a las autoridades de la FSPX de poner fin a las declaraciones y artículos polémicos que critican la Santa Sede.” Comentario: (¿Acaso no es lo que hemos visto en la FSPX estos diez últimos años?). Pero, si las polémicas son tan malas, ¿Por qué entonces un buen número de los Padres de la Iglesia – y Mons. Lefebvre – fueron tan polémicos? Las polémicas son malas únicamente en la medida en que la unidad es buena. Pero la unidad es buena sólo en la medida en que la cosa alrededor de la cual se realiza la unidad, es buena.

“En nuestra sociedad tan tentada por el materialismo, el indiferentismo y los sectarismos, nosotros pensamos que en respuesta a vuestra petición, Santo Padre, todos los católicos deben esforzarse juntos en ser fieles a la recomendación de Cristo: ‘Permanezcan unidos para que el mundo entero crea’.” Comentario: “Unidos,” ¿Alrededor de qué? ¿Alrededor de la verdad católica, o alrededor de la mentira según la cual la verdad católica puede reconciliarse con el Vaticano II? Así pues la cuestión primera y crucial para la unidad católica es saber donde se encuentra la verdad católica. Sin embargo, el GREC deja las cuestiones que se refieren a la verdad a los “teólogos.” Pero, ¿Acaso los no-teólogos pueden ser salvados por mentiras?

Esta carta del Padre Lelong fue tan bien recibida por Benedicto XVI que los líderes y unos simpatizantes del GREC escribieron de nuevo algunos meses más tarde. He aquí dos citas más, esta vez de la segunda carta al Papa:—

“Ciertamente estuvimos muy contristados por el hecho de que las recientes proposiciones de la Santa Sede no hayan sido aceptadas por las autoridades de la FSPX, pero sabemos que sanar las heridas entre Católicos requiere siempre generosidad y paciencia para restaurar la confianza de los dos lados y permitir así la reconciliación.” Comentario: Todas las heridas, ¿Deben ser siempre solamente sanadas y jamás infligidas? ¿Acaso Nuestro Señor no se valió de un látigo sobre la espalda de los prestamistas de dinero en el Templo? Hay un Dios, su honor debe ser defendido por encima de todo, y los hombres pueden ser malos al punto de no entender otra cosa que el látigo, sea éste físico o verbal.

“Nosotros pensamos que el hecho de levantar las excomuniones pondría en marcha un proceso irresistible de aproximación, en vista de acuerdos entre la Santa Sede y la FSPX o, por lo menos, acuerdos con una gran parte de los sacerdotes y de los fieles de la FSPX.” Comentario: Es cierto que los contactos amigables entre Roma y la FSPX de hecho pusieron en marcha este proceso en el mes de enero de 2009 y que sólo una explosión desde el interior de la FSPX de la mas horrenda de las herejías de los tiempos modernos – “el antisemitismo” – bloqueó este proceso. Pero, o bien la reconciliación Católica con el Vaticano II no es más un problema, o bien debemos reconocer que esta explosión fue providencial, porque ella ha bloqueado, al menos por un tiempo, la falsa reconciliación.

En conclusión, como millones de Católicos modernos, el GREC busca por encima de todo la unidad, la reconciliación, los acuerdos, el fin de las polémicas, etc. Pero, ¿Dónde está pues el Dios de verdad en medio de todos estos dulces sentimientos? ¿Es El un papi bonachón que bendice todas las mentiras de los hombres con la única condición que ellos mientan al unísono?

Kyrie eleison.

Grec – I

Grec – I on marzo 2, 2013

Hace algo más de un año, un pequeño libro de unas 150 páginas fue publicado en Francia. Eso debe ser muy embarazoso para los dirigentes de una cierta Fraternidad religiosa pues él demuestra que los esfuerzos de ellos apuntando a la unión con la Nueva Iglesia se remontan de hecho a muchos años, al menos a los años 1990. Por supuesto, si esos dirigentes están orgullosos de sus esfuerzos, no sentirán ningún tipo de remordimiento, pero si ellos durante años han ocultado estos esfuerzos, hay que desear que, por lo menos a los lectores de este librito, se les abran los ojos.

“Para la Necesaria Reconciliación” fue escrito por un sacerdote de la Nueva Iglesia, el Padre Michel Lelong, sin duda porque él, por lo menos, se muestra abiertamente orgulloso del papel de primer plano que él ha tenido en la tentativa del GREC para llevar a buen término la “necesaria reconciliación” del Vaticano II con la Tradición, o sea de las autoridades Romanas con la Fraternidad San Pío X. Ordenado en 1948 y profundamente implicado en las relaciones interreligiosas incluso aún antes del Concilio Vaticano II, en particular con el Islam, saludó “con alegría y esperanza” (¿suena familiar? –¿Gaudium et Spes?) el Concilio que se esforzaría en adaptar la Iglesia a los tiempos modernos. Uno de sus colaboradores laicos en esta tarea fue un distinguido diplomático francés y alto funcionario gubernamental, Gilbert Pérol, Embajador de Francia en el Vaticano de 1988 a 1992.

Como diplomático profesional y católico practicante, Pérol creía profundamente en la necesidad de reconciliar la FSPX, verdaderamente católica, con el Vaticano, sin duda católico. ¿Cómo pues podría darse la menor oposición entre los dos? ¡Los dos eran Católicos! La oposición no tenía pues por que existir. Por ello en 1995 redactó el esquema de una solución en un texto corto que serviría de carta magna para lo que sería el GREC, un laboratorio parisino de ideas que recibió su nombre a partir de las iniciales del Grupo de Reflexión Entre Católicos. Haciéndose eco del drama de millones de Católicos desgarrados desde los años 1960 entre el Concilio y la Tradición, el texto de Pérol merece un momento de atención.

No siendo él un teólogo, según dice él mismo, él piensa que la situación actual de la Iglesia y del mundo requiere que el problema de las divisiones entre Católicos, después del Concilio, tendría que ser reformulado “en términos totalmente nuevos.” Es más bien como diplomático que él propone que, por un lado, Roma tiene que admitir que ha gravemente maltratado el rito Tridentino de la Misa y tiene que levantar las excomuniones de 1988, mientras que por el otro lado, la FSPX no tiene que rechazar totalmente el Concilio y debe reconocer que Roma es siempre la mas alta autoridad en la Iglesia.

En otras palabras, como diplomático, Pérol proponía que con sólo algunas pequeñas concesiones mutuas, de una parte y de otra, entonces la lucha encarnizada vería esfumarse su aspereza al desaparecer la oposición entre el Concilio y la Tradición, y todos los Católicos podrían de nuevo vivir felices para siempre. De tal manera que él mismo, como millones de otros Católicos, no se verían en la obligación de elegir entre abandonar Roma para salvar a la Tradición o abandonar la Tradición para salvar a Roma. ¡Maravilloso! ¡De vuelta a la zona confortable de los años 1950! Pero los años 1950 se han ido para siempre. Entonces, ¿Dónde está el error en su razonamiento?

Se encuentra justo en el principio cuando él dice que no es teólogo. Es cierto, puede no haber sido un teólogo profesional, pero todo Católico debe ser un teólogo amateur, o, mejor dicho, debe conocer su catecismo, porque es solamente a la luz de su doctrina que él puede juzgar cuestiones de Fe. Cuando Nuestro Señor nos advirtió que hay que discernir entre los corderos y los lobos (Mt.VII,15–20) ¡no se dirigía solamente a los teólogos profesionales! Así, Pérol renunciando a la “teología” en favor de la diplomacia, constituye un ejemplo más de la incapacidad del hombre moderno de aprehender la importancia de la doctrina. Esta incapacidad es la lección más importante que hay que sacar de este librito sobre el GREC.

Kyrie eleison.

La Oracion de Santa Teresa

La Oracion de Santa Teresa on febrero 2, 2013

Es extraordinario ver a que punto Dios está hoy perdido para la gran mayoría de las almas alrededor nuestro. Es en El que cada uno de nosotros “vivimos y nos movemos y existimos” (Hech.XVII,28). Sin El no podemos ni levantar un dedo, pensar un solo pensamiento ni realizar cualquier acción naturalmente buena, menos aún cualquier acción sobrenaturalmente buena. Todo lo que podemos hacer por nosotros mismos, sin El, es pecar y, aún así, la acción pecaminosa como acción proviene de Dios; sólo lo que en ella es pecaminoso proviene de nosotros mismos, porque lo que la hace pecaminosa no es en sí mismo un ser positivo sino un defecto de ser, una privación voluntaria de ser.

Sin embargo, la mayoría de las almas alrededor nuestro lo tratan a Dios como si El no existiera, o, en el caso de que sí realmente El existe, es como si no tuviera importancia. Es verdaderamente un estado de cosas increíble. Empeora día a día. No puede durar. Solamente puede ser comparado con el estado de la humanidad en el tiempo de Noé. La corrupción de los hombres en aquel tiempo era tal (Gen.VI,11–12) que, a menos que Dios les quitara el uso de su mas preciado privilegio, su libre-albedrío – ¡ysimplemente vean como la mayoría de los hombres reaccionan cuando uno trata de forzarlos a hacer algo! – el único camino entonces que los hombres le dejaron a Dios para salvar un número importante de almas, fue infligir un castigo universal, durante el cual, no obstante, tuvieran tiempo de arrepentirse. Ese fue el Diluvio, un evento histórico corroborado por una masa de evidencias geológicas.

Del mismo modo hoy, el único camino que la humanidad le está dejando a Dios para salvar todavía un número importante de almas del horror de condenarse a sí mismas para la eternidad, es seguramente un castigo universal. Tal como en el tiempo de Noé, la misericordia de Dios hace prácticamente seguro que al enorme número de almas, sino a todas, les será dado el tiempo y el conocimiento necesarios para salvarse a sí mismas si ellas lo desean. Y después, muchas del gran número que habrán sido salvadas (¡Ay!, no la mayoría) reconocerán que solamente aquel castigo las salvó de ser arrastradas con la corrupción actual, todo el camino hacia abajo hasta el Infierno.

Con todo, será fácil estar espantado por la explosión de la justa ira de un Dios majestuoso. Desde kilómetros y kilómetros de distancia, los Israelitas estaban aterrados por la demostración de Su poder en la cima del Monte Sinaí (Exod.XX,18). En nuestros propios tiempos será bueno recordar la famosa oración de Santa Teresa de Avila:

Nada te turbe,

Nada te espante,

Todo se pasa,

Dios no se muda.

La paciencia

Todo lo alcanza.

Quien a Dios tiene

Nada le falta.

Sólo Dios basta.

Sagrado Corazón de Jesús, toda la confianza de la que soy capaz, la pongo en Ti. ¡Ayuda a mi falta de confianza!

Kyrie eleison.

El Cincuentismo Retorna

El Cincuentismo Retorna on enero 12, 2013

Pregunta candente: ¿Cómo los líderes de la Fraternidad San Pío X que fue fundada por el Arzobispo Lefebvre para resistir a la Neo-Iglesia, están ahora buscando sus favores con el objetivo de reincorporarse a ella? Una respuesta es que ellos nunca entendieron completamente al Arzobispo. Después del desastre del Vaticano II en los años 60, vieron en él la mejor continuación de la Iglesia de los años 50 que, en realidad, preparó el desastre. De hecho, el Arzobispo era mucho más que eso, pero una vez que falleció, todo lo que ellos deseaban fue retornar al Catolicismo cómodo de los años 50. Y ellos no fueron los únicos en preferir a Cristo sin su Cruz. Es una fórmula muy popular.

En efecto, el Catolicismo de los años 50, ¿no era acaso como un hombre parado al borde de un acantilado alto y peligroso? Por un lado, aquel se encontraba todavía a una gran altura pues de otra manera el Vaticano II no hubiera sido una caída tan vertiginosa. Por otro lado, se encontraba peligrosamente cerca del borde del acantilado pues de otra manera su caída no hubiera sido tan rápida como lo fue en los años 60. No se puede decir que todo era malo en la Iglesia de los años 50, pero se encontraba demasiado cerca del desastre. ¿Por qué?

Porque los Católicos de los años 50, en general, mantenían exteriormente las apariencias de la verdadera religión, pero interiormente demasiados estaban coqueteando con los errores ateos del mundo moderno: el liberalismo (lo que cuenta màs en la vida es la libertad), el subjetivismo (según el cual el espíritu y la voluntad del hombre tienen que estar liberados de toda verdad objetiva o ley), el indiferentismo (según el cual poco importa cual sea la religión que un hombre pueda tener), y así sucesivamente. Así, los Católicos teniendo la fe y no queriendo perderla, se adaptaban gradualmente a estos errores. Ellos asistían a Misa el domingo, a veces se confesaban, pero alimentaban sus espíritus con los viles medios de información, y sus corazones encontraban discutibles ciertas leyes de la Iglesia, sobre el matrimonio en cuanto a los laicos, sobre el celibato en el clero. Así podían conservar la fe, pero querían cada vez menos nadar en contra de la corriente poderosa del mundo encantador y descreído que los rodeaba. Se estaban aproximando cada vez más al borde del acantilado.

Es posible que el Arzobispo haya tenido ciertas debilidades, de las cuales uno puede pensar ver algunos reflejos en las dificultades que la Fraternidad atraviesa actualmente. No debemos hacer de él un ídolo. Sin embargo, él era en los años 50 un obispo que conservaba a la vez las apariencias del Catolicismo y también, profundamente arraigada en él, su sustancia, como lo han demostrado los excelentes frutos de su ministerio apostólico en Africa. Por eso, mientras que el Vaticano II logró desarmar o paralizar a la mayor parte de sus cófrades obispos, él logró crear, casi solo, un seminario y una Congregación pre-Vaticano II. La aparición de su oasis Católico en medio del desierto conciliar deslumbró a numerosos jóvenes. Las vocaciones estaban igualmente atraídas por el carisma personal del Arzobispo. Pero diez a veinte años después de su muerte ocurrida en 1991, la sustancia de su herencia pareció ser cada vez más y más pesada (a los líderes) para resistir a la corriente cada vez más fuerte del mundo moderno.

De tal manera, cada vez menos dispuestos a seguir soportando la Cruz de encontrarse despreciados por la corriente mayoritaria de la Iglesia y del mundo, los líderes de la Fraternidad San Pío X empezaron a soñar con ser de nuevo oficialmente reconocidos. Y el sueño se impuso, pues, después de todo, los sueños son tanto más lindos que la realidad. Debemos rezar por estos líderes de la FSPX. Los años 1950 han desaparecido, y no van nunca a volver.

Kyrie eleison.

Distintas “Iglesias”

Distintas “Iglesias” on diciembre 1, 2012

Hoy reina mucha confusión acerca de la identidad de la verdadera Iglesia de Nuestro Señor aquí en la tierra, y acerca de los diversos nombres que se le aplican. Claro, la gran parte de la confusión actual proviene del mayor problema de la Iglesia de hoy, que es el diabólico Concilio Vaticano Segundo (1962–1965). Tratemos de desenredar algo de esta confusión.

“Iglesia” proviene del griego Ekklesia y del latín Ecclesia, “asamblea.” “Nuestro Señor reunió alrededor de El una sociedad de hombres que Le reconocían por Su Maestro: he aquí lo que El llamó Su Iglesia” (Bossuet).

“Iglesia Católica” significa para muchos un edificio, pero principalmente el grupo de personas que comparten en el mundo entero (katholos en griego significa “universal”) una misma Fe, un mismo conjunto de Sacramentos y una misma Jerarquía, los tres elementos habiendo sido establecidos por el Dios Encarnado, Nuestro Señor Jesucristo, durante su vida en la tierra hace 2000 años. Pero, a partir de este grupo inicial de creyentes tal como lo instituyó Nuestro Señor, de cuando en cuando otros grupos se han separado sin dejar por ello de pretender que ellos eran la verdadera Iglesia de Cristo. Entonces, ¿cómo voy a saber yo cual es Su verdadera Iglesia?

“Iglesia de Cristo” es la que posee las cuatro Notas exclusivas que permiten reconocerla. 1 Una – por encima de todo por la unicidad de la Fe con la cual Nuestro Señor quiso unificar a Su Iglesia y no fundar otras iglesias (cf.Jn.XVII,21–23: “A fin de que todos sean uno”). 2 Santa – Nuestro Señor fundó su Iglesia para conducir a los hombres al Dios Santísimo y a Su Santo Cielo (cf. Mt.V, 48: “Sed vosotros perfectos . . .”). 3 Católica – Nuestro Señor fundó su Iglesia para todos los hombres de todos los territorios y de todas las épocas (cf. Mt.XXVIII, 19: “Id pues y enseñad a todos los pueblos”). 4 Apostólica – Nuestro Señor fundó su Iglesia como una monarquía, para ser gobernada por el Apóstol San Pedro y sus sucesores (cf. Mt.XVI, 18: “Tu eres Pedro y sobre esta piedra [petra en griego] edificaré mi Iglesia”). Donde estén estas cuatro Notas, ahí está la verdadera Iglesia de Cristo. Donde falten, no se trata de la Iglesia de Cristo.

“Iglesia Conciliar” significa la Iglesia Católica centrada en Dios tal como cae y sigue cayendo desde hace 50 años bajo la desviación del Concilio Vaticano Segundo, centrado en el hombre. El Conciliarismo (como se puede llamar el error destilado del Vaticano II) tiene con la verdadera Iglesia de Cristo la misma relación que la podredumbre que afecta a una manzana podrida tiene con la manzana misma que está pudriendo.Tal como la podredumbre ocupa la manzana, depende de la manzana, no puede existir sin la manzana, y es, sin embargo, totalmente diferente de la manzana (como lo incomible es diferente de lo comible), así el Conciliarismo centrado en el hombre ocupa de tal manera la Iglesia de Cristo que muy poco de la Iglesia queda sin estar más o menos podrido; sin embargo el Conciliarismo es tan diferente del Catolicismo que uno puede decir verdaderamente que la Iglesia Conciliar ya no es más la Iglesia Católica. Pero la Iglesia Católica es visible. ¿No es la Iglesia Conciliar también visible?

“Iglesia visible” (o “concreta”) significa todos los edificios, jerarcas y fieles de la Iglesia que podemos ver con nuestros ojos. Pero decir que la Iglesia Católica es visible, luego que la Iglesia visible es la Iglesia católica, es tan “infantil” (palabra de Mons. Lefebvre para este error) como decir que todos los leones son animales, luego todos los animales son leones. La única parte de la Iglesia visible que es católica es la que es una, santa, universal y apostólica. Lo demás son variedades de podredumbre visible.

“Iglesia oficial” significa la Iglesia en cuanto está conducida por, y siguiendo a, sus jerarcas visibles. Debido a que éstos son hoy mayormente Conciliares, la “Iglesia oficial” es ampliamente Conciliar y no católica, según su conformidad o no con las cuatro Notas. Similarmente, la “Iglesia actual” significa la Iglesia oficial de hoy en cuanto a que está opuesta al pequeño rebaño “Tradicionalista.” Sin embargo, que nadie vaya a decir que no queda nada de las Notas “una, santa, universal o apostólica” permaneciendo en la Iglesia “actual,” ni tampoco que todo o todos en el pequeño rebaño “Tradicionalista” evidencien las cuatro Notas. Trigo y cizaña crecen siempre mezclados en la Iglesia de Cristo (cf. Mt.XIII, 24–30).

Kyrie eleison.