Tradición

Desventurados Liberales

Desventurados Liberales on diciembre 3, 2011

El liberalismo es una enfermedad espantosa, que lleva millones y millones de almas al Infierno eterno. “Libera” la mente de la verdad objetiva y el corazón (voluntad y afectos) del bien objetivo. El sujeto reina supremamente. Es el hombre en lugar de Dios, con el hombre permitiéndole a Dios solamente la importancia que el hombre elige permitirle, y esa normalmente no es mucha. Dios Todopoderoso está atado con una correa, por así decir, como un cachorrito obediente! De hecho el “Dios” de los liberales es una burla del verdadero Dios. Pero “Dios no se deja burlar” (Gal.VI,7). Los liberales están castigados en esta vida volviéndose falsos cruzados, verdaderos tiranos, y hombres afeminados.

Un ejemplo clásico del falso cruzado lo dan los sacerdotes revolucionarios de la Teología de la liberación, según el Arzobispo Lefebvre en una conferencia que pronunció en América del Sur. El acostumbraba decir de los sacerdotes perdiendo la Fe bajo la influencia del movimiento modernizante en la Iglesia, que ellos se habían convertido en los mas temibles revolucionarios porque traían a la falsa cruzada del Comunismo toda la fuerza de la verdadera cruzada para la salvación de las almas en la cual habían sido entrenados pero en la cual no creían mas.

Siendo la verdadera cruzada para Dios, para Jesucristo, para la salvación eterna, entonces cuando ya no se cree en ella deja correspondientemente un vacío enorme en la vida de la gente, el cual ellos tratan de llenar lanzándose a la cruzada por cualquier cosa: por la prohibición del tabaco (pero libertad para la marihuana y la heroína); por la prohibición de la pena capital (pero libertad para ejecutar derechistas eficaces); por la prohibición de tiranos (pero libertad para bombardear cualquier país para llevarlo a la “democracia”); por la sacralidad del hombre (pero libertad para abortar el bebé humano en el seno de la madre) – la lista puede seguir indefinidamente. Estas contradicciones así resaltadas están perfectamente en consonancia con la cruzada de los liberales para reemplazar el orden Cristiano del mundo por el nuevo orden del mundo. Ellos pretenden que no están combatiendo a Cristo, pero tal fábula resulta cada vez menos creíble.

Los liberales se vuelven también “lógicamente” verdaderos tiranos. Ya que ellos mismos se han “liberado” de cualquier Dios o Verdad o Ley por encima de ellos, entonces permanece solamente la autoridad de sus propios espíritus y voluntades para imponer a sus contemporáneos lo que sea. Por ejemplo, habiendo perdido todo sentido de cualquier Tradición que limite su autoridad, Pablo VI impuso a la Iglesia Católica en 1969 su Nuevo Orden de la Misa, para encajar con el Nuevo Orden Mundial, a pesar de que apenas dos años antes un número importante de obispos había rechazado un rito experimental de la Misa substancialmente parecido. Qué le importó las opiniones de cualquier subordinado, a menos que fueran liberales como él mismo? Ellos no sabían lo que era bueno para ellos. El sí.

Lógicamente de nuevo, los liberales se vuelven afeminados porque no pueden evitar tomar todo a título personal. Sin embargo, cualquier oposición sana a su autoritarismo está fundada sobre la Verdad o la Ley por encima de todos los seres humanos, de las cuales los liberales se mofan. Es asi como el Arzobispo Lefebvre resistió al liberalismo de Pablo VI, pero Pablo VI no pudo pensar otra cosa que el Arzobispo quería tomar su lugar como Papa, como él mismo se lo dijo personalmente. Estaba incapacitado para entender que había una autoridad muy por encima de la suya propia, en la cual el Arzobispo se apoyaba con toda tranquilidad. Quién necesita preocuparse de que el Señor Dios nos falle una sola vez?

Sagrado Corazón de Jesús, concédenos el merecer los buenos jefes que sólo pueden venir de Ti.

Kyrie eleison.

Regalos Griegos – II

Regalos Griegos – II on agosto 27, 2011

“Pero, su Excelencia, ¿cómo pudo en el “Comentarios Eleison” (214) de la semana pasada poner en duda, como lo hizo, la sinceridad y buena fe de los oficiales Romanos que únicamente están intentando dar fin a la alienación de la Sociedad de San Pío X de la Iglesia oficial? Los comparó con los Griegos que deliberadamente engañaron a los Troyanos utilizando al Caballo de Troya. ¡Pero sitodo lo que quieren es superar la larga y dolorosa división entre los Católicos de la Tradición y la Autoridad de la Iglesia!”

Respuesta, uno no necesita poner en duda la sinceridad y buena fe de estos Romanos. ¡Ahí, precisamente, está el problema! Después de casi 500 años de Protestantismo y Liberalismo nuestra era está tan confundida y perversa que el mundo está hoy en día lleno de personas que hacen el mal aún cuando están convencidas de que están haciendo el bien. Y entre más convencidas están estas personas de que están haciendo el bien, más peligrosas pueden llegar a ser porque con una mayor fuerza de la sinceridad subjetiva y buenas intenciones empujan hacia obrar mal objetivamente, y arrastran a otros consigo.Entre más sinceramente convencidos estén los Romanos de hoy en día de que su Nuevaiglesia está en lo correcto, más eficazmente destruirán la verdadera Iglesia.

“Pero, su Excelencia, ¡sólo Dios juzga las intenciones de ellos!”

Cuando está en juego la defensa de la Fe, las intenciones subjetivas son comparativamente poco importantes. Si es con buena intención que los Romanos tratan de jalar a la FSSPX a la corriente de la Iglesia oficial, pueden agradarme personalmente pero aborreceré sus errores. Si sus intenciones no son buenas porque saben que están intentando destruir la Fe verdadera, entonces no serán de mi agrado e igualmente aborreceré sus errores. El que sean agradables o no, así como el que sean o no de mi agrado, es de poca o nula importancia comparado con esos errores a través de los cuales están, objetivamente, destruyendo a la Iglesia.

Cuando hombres agradables están haciendo proselitismo basándose en errores terribles, es demasiado fácil decir o que sus errores son tan agradables como ellos, en cuyo caso los hombres nos inclinan hacia el liberalismo; o que los hombres son tan terribles como sus errores, en cuyo caso los errores de los Papas Conciliares nos inclinan al sedevacantismo. Pero la realidad actual es que nunca en toda la historia de la humanidad ha sido tan sencillo para los hombres ser al mismo tiempo tan agradables como sus errores horribles. Esa es nuestra era. Lo veremos peor únicamente bajo el Anticristo, pero son sus precursores que ya están dirigiendo al mundo hacia su ruina.

Mientras tanto, los Romanos que el 14 de Septiembre van a reunirse con los líderes de la FSSPX están ciertamente convencidos de que había que remodelar la Iglesia según el Vaticano II, yen ese caso están en un grave error, pero pueden ser escogidos por su encanto personal para ayudar a acercar a la FSSPX a la Roma oficial. Entonces no se sorprendan, queridos lectores, si a la FSSPX se le hará ver como si estuviese rechazando las nobles ofertas y buenas intenciones de Roma, pero ese no será el caso. Cualquier rechazo de la FSSPX será únicamente con respecto a los terribles errores. ¡Que viva la Roma verdadera! ¡Que vivan los Romanos encantadores! ¡Pero que mueran sus errores!

“Su Excelencia, ¿cuál es su error esencial?”

El poner al hombre en el lugar de Dios.

Están cayendo en la apostasía y llevándose consigo a un sinfín de almas.

Kyrie eleison.

Fe Victoriosa

Fe Victoriosa on agosto 6, 2011

Como respuesta a la crítica persuasiva de Monseñor Tissier de Mallerais acerca del pensamiento del Papa Benedicto, expuesta brevemente en las últimas cuatro ediciones de estos “Comentarios” ¿qué es entonces lo que debemos decir (Rom.VI,1)? Veamos tres argumentos que buenos Católicos pueden utilizar para defender al Papa en contra de la acusación que su pensamiento no es Católico.

Una primera línea de defensa podría sostener en general que el atacar en cualquier forma al Papa es ayudar a los enemigos de la Iglesia. ¿Pero acaso no es el deber principal del Papa “confirmar a sus hermanos en la Fe” (Lucas XXII, 32)? Entonces si el pensamiento del Papa se desvía gravemente de la Fe, el señalarle, con todo respeto, aquello en lo que se está equivocando, no significa en lo más mínimo atacarlo ni hacer el trabajo de los enemigos de la Iglesia, sino ayudarlo para que vea claro el cómo cumplir con su obligación y recordarle del único medio que tiene para conquistar a esos enemigos, hoy en día más poderosos que nunca – “Esta es la victoria que ha vencido al mundo – nuestra Fe” ( I Juan V,4).

Una segunda objeción a los argumentos de Mons. Tissier, particular a nuestro propio tiempo, podría ser que el Papa Benedicto es un prisionero en el Vaticano, por lo que no es libre de defender la Tradición Católica como realmente desearía hacerlo. Ahora bien, es cierto que los Papas post-Conciliares han sido rodeados de altos dirigentes de la Iglesia que son Francmasones que secretamente buscan destruir la Iglesia. También es posible que desde el Vaticano II los financieros hayan colocado con siempre más fuerza un nudo corredizo sobre el cuello del Vaticano. Pero suficientes dólares seguirían a la verdadera doctrina, si tan solo esta fuese proclamada; y si la Fe de Benedicto no estuviese aprisionada por sus errores Hegelianos, fácilmente tendría la victoria por sobre los Francmasones que lo rodean. ¿La victoria a través del martirio? Tal vez haría falta una serie de Papas mártires para liberar a la Iglesia como en sus primeros tiempos. Mas si tan solo los mereciéramos, ¡el Vaticano pronto sería de nuevo libre!

A una tercera objeción, más directa, nos referimos en el último “CE”: Benedicto XVI puede decir que no solamente él cree en la corrección y el enriquecimiento mutuo de la Fe y de la Razón, sino también en la Fe Tradicional. Por lo tanto, él podría decir que cree absolutamente en que el cuerpo crucificado de Jesús resucitó con su alma humana de su tumba la mañana de Pascua, de tal manera que si él también le dice al hombre moderno que el verdadero significado de la Resurrección no es un cuerpo material que sale de su tumba material, sino el amor espiritual conquistando a la muerte, eso es únicamente para hacer la Resurrección accesible al incrédulo hombre moderno.

Pero, Santo Padre, ¿se levantó vivo o no, ese cuerpo crucificado de esa tumba material? Si no se levantó, deje de creer que si lo hizo, deje aún de aparentar que cree que si lo hizo y renuncie a ser el Papa de los creyentes alucinantes. Pero si de hecho, sí se levantó de la tumba; entonces ESO es lo que Ud. debe de proclamar al pobre hombre moderno y debe de – disculpe mi lenguaje – echarle en cara su incredulidad y restregárselo hasta que reaccione. El hombre moderno no necesita que se le hable acerca del amor, amor, amor. ¡Eso lo escucha todo el santo día! Lo que necesita escuchar es que únicamente Nuestro Señor verdaderamente resucitado ha podido dar jaque mate a sus enemigos implacables y convertir a sus Apóstoles totalmente desesperanzados en conquistadores del mundo.

Santo Padre, no sirve hablar al mundo de hoy conforme a su pensamiento podrido. ¡Hay que conquistarlo con el pensamiento de Nuestro Señor! Y si Ud. está obligado a darnos un ejemplo de martirio, crea que es el ejemplo que muchos de nosotros podremos necesitar en un futuro no muy lejano. Humildemente oramos por usted.

Kyrie eleison.

El Pensamiento de Benedicto – II

El Pensamiento de Benedicto – II on julio 16, 2011

Si se divide en cuatro partes el estudio de Mons. Tissier acerca del pensamiento de Benedicto XVI, entonces la segunda parte presenta sus raíces filosóficas y teológicas. Al analizar la filosofía primeramente, Mons. está siguiendo la gran Encíclica “Pascendi” de Pío X. Si una botella de vino está sucia por dentro, el mejor de los vinos que se vierta dentro de esta se echará a perder. Si la mente de un hombre se desconecta de la realidad, como sucede con la filosofía moderna, entonces aún la Fe Católica filtrada a través de esta mente estará desorientada, porque ya no se dejará orientar por la realidad. He aquí el problema de Benedicto.

Así como su antecesor, Pío X, el Obispo atribuye la responsabilidad principal de este desastre de las mentes modernas al filósofo Alemán de la Ilustración, Immanuel KANT (1724 – – 1804), quien finalizó el sistema de anti-pensamiento, prevaleciente hoy en día en todos lados, el cual excluye a Dios del discurso racional. Porque si, como lo aseveraba Kant, la mente no puede saber nada del objeto excepto lo que pueda ser percibido por los sentidos, entonces la mente es libre de reconstruir la realidad detrás de las apariencias sensibles tal como le guste, la realidad objetiva se desprecia como imposible de conocer, y el subjetivismo reina supremo. Si el sujeto necesita de Dios y postula su existencia, muy bien. De otra manera, por así decirlo, ¡Dios no tiene suerte!

Mons. Tissier presenta entonces a cinco filósofos modernos, todos lidiando con las consecuencias de la locura subjetivista de Kant que pone las ideas por encima de las realidad y lo subjetivo sobre lo objetivo. Los dos más importantes para el pensamiento de este Papa pueden ser Heidegger (1889–1976), uno de los padres del existencialismo, y Martin Buber (1878–1965), uno de los principales exponentes del personalismo. Si las esencias son desconocidas (Kant), entonces solamente queda la existencia. Ahora el ente existente más importante es la persona, constituido para Buber por el intersubjetivismo, o la relación “Yo-Tu” entre personas subjetivas, que para Buber abre la vía hacia Dios. Por lo tanto el conocimiento del Dios objetivo dependerá del involucramiento subjetivo de la persona humana. ¡Vaya cimientos más inseguros para ese conocimiento!

Sin embargo este involucramiento del sujeto humano será la clave para el pensamiento teológico de Benedicto, influenciado primeramente, escribe Mons., por la célebre Escuela de Tubinga en Alemania. Fundada por J.S. von Drey (1777–1853), esta escuela sostenía que la historia se mueve por el espíritu de la era en constante movimiento, y este espíritu es el Espíritu de Cristo. Por lo tanto la Revelación de Dios ya no es el Depósito de la Fe terminada a la muerte del último Apóstol, y hecha simplemente más explícita a medida que pasa el tiempo. Por el contrario, tiene un contenido en constante evolución al cual contribuye el sujeto receptor. Así es que la Iglesia de cada era juega un papel activo y no solo pasivo en la Revelación, y le da a la Tradición pasada su significado actual. ¿Empieza a sonar esto conocido? ¿Como la hermenéutica del Dilthey? Ver CE 208.

Así es que para Benedicto XVI Dios no es un objeto aparte, ni meramente objetivo, él es personal, un “Yo” que intercambia con cada “Tu” humano. La Escritura y la Tradición si vienen objetivamente del divino “Yo,” pero por otro lado el “Tu” viviente y móvil debe constantemente reinterpretar la Escritura, y ya que la Escritura es muy importante para la Tradición, entonces la Tradición debe también tornarse dinámica por el involucramiento del sujeto, y no quedarse solamente estática, como la Tradición “fijista” de Arzobispo Lefebvre. Similarmente la teología debe de ser subjetivizada. La Fe debe de ser una “experiencia” personal de Dios, y aún el Magisterio debe dejar de ser meramente estático.

“Maldito el hombre que confía en el hombre” dice Jeremías (XVII, 5).

Kyrie eleison.

El Pensamiento de Benedicto – I

El Pensamiento de Benedicto – I on julio 9, 2011

El “Comentario Eleison” del 18 de Junio prometió cuatro números del “Comentario” que mostrarían lo “desorientado” que está el Papa Benedicto XVI en su “manera de pensar.” De hecho presentan un resumen del precioso tratado acerca de su pensamiento, escrito hace dos años por Mons. Tissier de Mallerais, uno de los cuatro obispos de la Fraternidad de San Pío X. El tracto del obispo, La Fe Puesta en Peligro por la Razón, le llama “sin pretensiones,” pero de hecho expone bien el problema fundamental del Papa – como creer en la Fe Católica de manera tal que no se necesiten excluir los valores del mundo moderno -. El tracto muestra que esa manera de creer necesariamente está desorientada, aún si el Papa de alguna manera aún cree.

Se divide en cuatro partes. Después de una importante Introducción a la “Hermenéutica de la Continuidad” de Benedicto XVI, Mons. Tissier revisa brevemente las raíces filosóficas y teológicas del pensamiento del Papa. En tercer lugar expone sus frutos para el Evangelio, para el dogma, para la Iglesia y la sociedad, para el Reinado de Cristo y para los Novísimos. Concluye con un juicio moderado de la Fe “renovada” del Papa, bastante crítico pero en su totalidad respetuoso. Empecemos con una síntesis de la Introducción:

El problema básico para Benedicto XVI, como para todos nosotros, es el choque entre la Fe Católica y el mundo moderno. Por ejemplo, el ve que la ciencia moderna es amoral, que la sociedad moderna es secular y la cultura moderna multi-religiosa. El especifica que este choque se da entre la Fe y la Razón, entre la Fe de la Iglesia, y la Razón tal como se concibió a partir de la Ilustración del siglo XVIII. Sin embargo, el está convencido de que estas pueden y deben ser interpretadas de manera que se puedan unir armoniosamente. De ahí su participación intensa en el Vaticano II, un Concilio que también intentó reconciliar la Fe con el mundo actual. Mas los Tradicionalistas dicen que el Concilio falló debido a que sus mismos principios son irreconciliables con la Fe. De ahí la “Hermenéutica de la Continuidad” del Papa Benedicto, un sistema de interpretación para demostrar que no existe ruptura entre la Tradición Católica y el Vaticano II.

Los principios de la “hermenéutica” de Benedicto se remontan a un historiador Alemán del siglo XIX, Wilhelm Dilthey (1833–1911). Dilthey sostenía que debido a que las verdades se presentan en la historia, pueden ser entendidas únicamente en su historia, y las verdades humanas no pueden ser entendidas sin el involucramiento del sujeto humano contemporáneo en esa historia. Así es que para trasladar la esencia de las verdades pasadas al presente, uno necesita quitarle todos los elementos que pertenezcan al pasado, hoy en día irrelevantes, y reemplazarlos con elementos de importancia para el presente que se vive. Benedicto aplica a la Iglesia este doble proceso de purificación y enriquecimiento. Por una parte la Razón necesita purificar a la Fe de sus errores pasados, por ejemplo su absolutismo, mientras por otra parte la Fe necesita lograr que la Razón modere sus ataques a la religión y recuerde que sus valores humanos, libertad, igualdad y fraternidad, se originaron todos en la Iglesia.

El gran error del Papa en esto es que las verdades de la Fe Católica, sobre las cuales se fundó la civilización Cristiana y sobre las cuales sus restos débiles aún descansan, tienen sus orígenes de ninguna manera en la historia humana sino en el seno del Dios inmutable. Son verdades eternas, desde la eternidad, para la eternidad. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán,” dice Nuestro Señor (Mateo XXIV,35). Ni Dilthey ni, aparentemente, Benedicto XVI puede concebir verdades más allá de la historia humana y por encima de todo su condicionamiento.

Si el Papa piensa que al hacer dichas concesiones a la Razón sin fe, atraerá a sus adeptos hacia la Fe, que lo piense de nuevo. ¡Simplemente despreciaran a la Fe aún más! En el próximo número, las raíces filosóficas y teológicas del pensamiento de Benedicto.

Kyrie eleison.

¿Verdadero Papa? – II

¿Verdadero Papa? – II on mayo 7, 2011

De ninguna manera todos están de acuerdo con la opinión que se presentó aquí hace una semana (EC 198) según la cual la buena fe subjetiva o la buena voluntad de parte de los Papas Conciliares previene que sus escalofriantes herejías objetivas los invalide como Papas (ver Profesor Doermann en referencia a las enseñanzas de Salvación Universal de Juan Pablo II, ver al Obispo Tissier en referencia al vaciamiento de la Cruz por Benedicto XVI). Según la opinión opuesta estas herejías son tan escalofriantes que #1, no pueden haber sido pronunciadas por verdaderos Vicarios de Cristo, o #2, ninguna cantidad de buena fe subjetiva puede neutralizar su veneno objetivo, o #3, la buena fe subjetiva se excluye en el caso de Papas Conciliares educados en la antigua teología. Revisemos con tranquilidad estos argumentos de uno en uno:—

Primeramente, ¿hasta qué punto puede el Señor Dios permitir que sus Vicarios lo traicionen (objetivamente)?, solo Dios sabe exactamente. Sin embargo, sabemos de la Escritura (Lucas XVIII, 8) que cuando Cristo regrese, difícilmente encontrará la Fe en la tierra. Pero la Fe, en el 2011, ¿está ya reducida a ese punto? Uno puede pensar que no. En ese caso Dios puede permitir que sus Vicarios Conciliares hagan aún cosas peores, sin que estos dejen de ser sus Vicarios. ¿Acaso las Escrituras no declaran exactamente en el mismo momento en que Caifás estaba conspirando el crimen de crímenes en contra de Dios, concretamente la muerte judicial de Cristo, que era el Sumo Pontífice (Juan XI, 50–51)?

En segundo lugar, es verdad que la herejía objetiva de herejes bien intencionados es mucho más importante para la Iglesia Universal que sus buenas intenciones subjetivas, y también es cierto que muchos herejes objetivos están convencidos subjetivamente de su propia inocencia. Por ambas razones cuando la Madre Iglesia se encuentra sana, tiene un mecanismo para forzar a esos herejes materiales ya sea a renunciar a sus herejías o a convertirse en herejes formales en toda la extensión de la palabra. Este mecanismo es sus Inquisidores a quien dota de su autoridad otorgada por Dios para definir y condenar la herejía, para mantener la pureza de la doctrina. Pero, ¿qué pasa si es la autoridad más alta en la Iglesia la que está nadando en herejías objetivas? ¿Quién está por encima de los Papas que tenga la autoridad para corregirlos? ¡Nadie! Entonces, ¿acaso Dios ha abandonado a su Iglesia? De ninguna manera, pero la está sometiendo a un juicio severo, muy merecido por la gran cantidad de Católicos tibios de hoy en día – e incluso, ¿de Tradicionalistas?

En tercer lugar, es cierto que tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI recibieron una educación pre-Conciliar en filosofía y teología. Pero para su tiempo los gusanos del subjetivismo Kantiano y del evolucionismo Hegeliano ya se habían comido, por más de un siglo, la coraza del concepto de verdad objetiva e inmutable, sin la cual el concepto de dogma Católico inmutable no tiene ningún sentido. Ahora, uno puede ciertamente argumentar que ambos Papas son moralmente culpables – digamos, por amor a la popularidad, por orgullo intelectual – de su caída en herejía material, pero las fallas morales no pueden reemplazar la condenación doctrinal autoritativa para convertirlos de herejes materiales en herejes formales.

Por lo tanto, ya que solamente los herejes formales son excluidos de la Iglesia, y ya que la única manera segura de probar que alguien es formalmente un hereje no está disponible en el caso de los Papas, una gama de opiniones acerca del problema de los Papas Conciliares debe permanecer abierta.

“Sedevacantista” no merece ser la palabra sucia que los “Tradicionalistas” liberales hacen de ella, pero por el otro lado los argumentos de los sedevacantistas no son tan concluyentes como desearían o pretenden. En conclusión, los sedevacantistas aún pueden ser Católicos, pero ningún católico está obligado aún a ser sedevacantista. Por mi parte pienso que los Papas Conciliares son Papas válidos.

Kyrie eleison.